Tour de Plomo

La décima de ‘Plomo’

Empieza el Tour y llega la décima edición de ‘Plomo en los bolsillos‘ (Libros del K.O.). Diez ediciones, como las diez etapas que ganó Henri Pélissier, el ciclista que mandó a los organizadores a freír espárragos, tiró la bici, se metió en una cafetería y denunció las torturas del reglamento. Prohibida la asistencia mecánica, prohibido recibir comida o bebida, prohibido cambiarse de ropa durante la carrera. Diarreas, temblores, cloroformo para el dolor de rodillas, cocaína para los ojos. «Pronto nos colocarán plomo en los bolsillos, alegando que Dios hizo al hombre demasiado ligero».

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La lotería de ‘la Pulga’

He recibido una carta de Rosi, sobrina de Vicente Trueba, ‘la Pulga de Torrelavega’, ganador del premio de la montaña en el Tour de 1933. Me da las gracias por haber hablado de Trueba en esta entrevista del ABC Cultural, «después de 74 años», y me manda un billete de lotería.

Trueba también debió haber sido el ganador final en el Tour de 1933, si no hubieran cambiado el reglamento sobre la marcha. Incluí su historia como capítulo nuevo en la 8ª edición del libro Plomo en los bolsillos. Y lo colgamos aquí, en abierto, para quien guste:

Aquel Tour que le robaron a la Pulga de la Torrelavega‘.

*

Bola extra: en la 9ª edición de Plomo también amplié y reescribí el capítulo dedicado a Walkowiak.

El ciclista que se arrepintió de ganar el Tour‘.

«Roger Walkowiak es un señor de 63 años que acaba de jubilarse como tornero en un taller mecánico industrial, y se pone muy nervioso cuando un periodista le pregunta por cierto asunto que él preferiría olvidar: su victoria en el Tour de Francia de 1956. 

—Nunca hablo de eso, ni siquiera con mi mujer».

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Ha muerto Walkowiak

Ha muerto a los 89 años Roger Walkowiak, el ciclista que se arrepintió de ganar el Tour.

Hace poco amplié y reescribí el capítulo que le dedico en  Plomo en los bolsillos, para que salga en la inminente 9ª edición del libro.

Hemos colgado aquí el capítulo reescrito, que comienza así:

Roger Walkowiak es un señor de 63 años que acaba de jubilarse como tornero en un taller mecánico industrial, y se pone muy nervioso cuando un periodista le pregunta por cierto asunto que él preferiría olvidar: su victoria en elTour de Francia de 1956. 

—Nunca hablo de eso, ni siquiera con mi mujer.

Walko

Walkowiak se mira al espejo con el maillot amarillo que acaba de conseguir tras una escapada. Nadie imaginaba que lo llevaría puesto al terminar el Tour, ni siquiera él mismo.

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La taza de Vicente Trueba

Esta mañana me ha llegado un paquete postal, lo he abierto y me he encontrado con una taza y un platillo de porcelana.

«Esta es la taza en la tomaba café Vicente. Quiero que tengas un recuerdo de él».

Vicente: Vicente Trueba, la Pulga de Torrelavega, primer rey de la montaña de la historia del Tour de Francia, en 1933. Reglamento en mano, Trueba también debió ser el ganador final en París, pero en la clasificación aparece sexto.

En la octava edición de ‘Plomo en los bolsillos’ incluimos el capítulo ‘Aquel Tour que le robaron a la Pulga de Torrelavega’ (se puede leer aquí), y envié un ejemplar del libro a Rosi Gómez, sobrina de Trueba (gracias a Libros del K.O.).

Ahora Rosi me manda la taza, el platillo, tres sobres de azúcar con el retrato y la biografía de Vicente Trueba (de la colección de sobres «Ilustres de Cantabria»), una caja de bombones belgas y un montón de recortes de prensa y de fotos de hace cincuenta, sesenta, ochenta años -en la imagen solo he puesto algunos-.

Josefina Bedia, viuda de la Pulga, vino con Rosi a la presentación de ‘Plomo’ en la librería Gil de Santander hace tres años. Entonces ella tenía 98. Murió hace unos meses, con 100. Además de recordarnos que a su marido le habían robado el Tour, nos explicó que en aquella época ni sabían lo que era el dopaje, que no habían visto ni una aspirina en su vida. Y que el secreto dietético de Trueba era otro:

-La leche de sus vacas. Las ordeñaba él mismo, eso era lo mejor que había. 

Vicente Trueba comprim

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Ocho ediciones como ocho podios de Poulidor

Ya está en la calle la octava edición del libro Plomo en los bolsillos. Son ocho ediciones como ocho podios de Raymond Poulidor, que fue tres veces 2º y cinco veces 3º en el Tour de Francia, entre 1962 y 1976: se pasó quince años a punto de ganar y no se vistió de amarillo ni una sola jornada. Todos los años se encontraba con alguno más fuerte que él o le ocurría alguna desgracia: se caía, pinchaba, lo arrollaba una moto. Adquirió sabiduría: «Si hubiera ganado un Tour, ahora nadie se acordaría de mí».

Nos acordamos mucho de Poulidor. Y ahora también nos acordamos de otro ciclista con el que el Tour quedó debiendo: Vicentuco Trueba, primer rey de la montaña de la historia, en 1933. Esta edición trae un capítulo nuevo: ‘Aquel Tour que le robaron a la Pulga de Torrelavega’.

Y trae, como en las ediciones anteriores, el cómic desplegable ‘Tourmalet’, de Patxi Gallego.

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La foto de Poulidor se la tomaron después de una caída en el Tour de 1968. No he encontrado el nombre del autor.

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‘Plomo en los bolsillos’ vuelve a la ruta: séptima edición, traducción al euskera y cómic

Beruna patrikan txikiago

La editorial Libros del K.O. publica la séptima edición de Plomo en los bolsillos, el libro de Ander Izagirre que cuenta las “malandanzas, fanfarronadas, traiciones, alegrías, hazañas y sorpresas del Tour de Francia”. Al mismo tiempo publica la traducción al euskera: Beruna patrikan, escrita por Julen Gabiria. Tanto la edición en euskera como la séptima en castellano salen con el cómic desplegable Tourmalet, dibujado por Patxi Gallego.

Ya están a la venta en librerías y en la web de la editorial. El 7 y 8 de abril haremos presentaciones en San Sebastián y Zarautz.

Tourmalet

MARTES, 7 de ABRIL. SAN SEBASTIÁN

19.30. Presentación al público en la Sala de Actividades de la Biblioteca Central. Es decir: la cripta. Entrada por la calle San Jerónimo, Parte Vieja.

Con Julen Gabiria, Patxi Gallego y Ander Izagirre.

MIÉRCOLES, 8 DE ABRIL. SAN SEBASTIÁN-ZARAUTZ

Etapa ciclista. San Sebastián-Igeldo-Orio-Aia-Zarautz (40 km).

15.15. Control de firmas en el Kursaal.

15.30. Banderazo de salida. Marcha neutralizada hasta Ondarreta, no vale atacar en el bidegorri.

16.45. Paso por Orio. Subida por Andatza a Aia.

18.00. Llegada a Zarautz, palacio de Narros. El primero paga la merienda.

19.00. Presentación al público en la librería Garoa. Calle Trinidad, 7.

Con Julen Gabiria, Patxi Gallego y Ander Izagirre.

Hay trenes de regreso hacia San Sebastián a las 21.08, 22.08 y 22.38.

BERUNA PATRIKAN- Donostia-Zarautz (apirilak 8) txikiagoa

Plomo en los bolsillos ganó el premio Marca de Literatura Deportiva en 2004.  En 2012 Izagirre escribió tres capítulos nuevos, publicó la obra actualizada en Libros del K.O. y empezó a rodar: pedaleó desde San Sebastián hasta Madrid y fue presentando el libro de ciudad en ciudad durante el Tour de Plomo, con los relevos que le dieron en la ruta ciclistas como Peio Ruiz Cabestany, Pedro Horrillo, varios lectores y lectoras, algún cicloturista despistado y un chaval muy majo que tenía una gorra firmada por Induráin. En los siguientes Tours de Plomo, el pelotón del K.O. formó abanicos en la estepa zaragozana, se perdió camino de Montserrat y dio vueltas por un polígono de Sabadell, pedaleó junto a don Gerardo Fuster (que a sus 80 años montaba la bicicleta que en 1957 le regaló su amigo Fausto Coppi) y hasta presentó el libro junto al altar de la iglesia en una aldea soriana, donde tocaron las campanas para avisar a los vecinos.

El libro fue acumulando kilómetros y reediciones. Ahora llega la séptima edición en castellano y una nueva alegría: Beruna patrikan, la traducción al euskera. En la tradición de las grandes fugas en solitario, el novelista y traductor Julen Gabiria se lanzó por su cuenta y tradujo unos cuantos capítulos sin avisar a nadie. Un día, mientras pedaleaban juntos por Aia y Zarautz, Gabiria se metió una mano en el bolsillo del maillot y le entregó a Izagirre un USB con los primeros capítulos traducidos. Unos meses más tarde, en la Clásica de San Sebastián, Gabiria esperaba el paso de los ciclistas en el puerto de Jaizkibel cuando vio subir a un dibujante de superhéroes: Patxi Gallego. Hablaron de Beruna patrikan y Gallego le contó que siempre había querido dibujar alguno de los episodios del libro. Los editores madrileños de Libros del K.O., que en euskera solo saben decir “eutsi, Abraham!”, se entusiasmaron con la idea y nadie les dio ningún aviso prudente. Así que ahora publican a la vez Beruna patrikan, la séptima edición de Plomo en los bolsillos y el cómic Tourmalet.

SINOPSIS

Pélissier, ganador del Tour de 1923, protestaba contra la dureza del reglamento: «Pronto nos colocarán plomo en los bolsillos». El pequeño Robic, ganador del 47, se cargaba de plomo para bajar más rápido. El sufrimiento que impone el Tour es de plomo, pero también lo es el empeño de los ciclistas.

En ese equilibrio se mueven los dieciséis episodios de este libro; historias trágicas como las últimas cuarenta pedaladas de Tom Simpson antes de morir en el Mont Ventoux, o divertidas como la de Vicente Blanco, un cojo bilbaíno que se dopaba con bacalao y que pedaleó hasta París para salir en el Tour. Los duelos memorables entre Coppi y Bartali, Anquetil y Poulidor, Kübler y Koblet, Merckx y Ocaña, las hazañas de Hinault o de Induráin, los años del dominio de Armstrong y el derrumbe de sus mentiras. Pero también las malandanzas de secundarios como Walkowiak, que se arrepintió de ganar el Tour, o el argelino Zaaf, que cuando estaba a punto de ser el primer africano en ganar una etapa, se emborrachó y cayó mareado.

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Badator ‘Beruna patrikan’ (apirilak 7 eta 8)

Beruna patrikan txikiagoLibros del K.O. argitaletxeak Plomo en los bolsillos liburuaren zazpigarren edizioa atera du gazteleraz eta, aldi berean, euskarazko lehenengoa ere bai: Beruna patrikan. Liburuak Frantziako Tourreko txirrindularien “abenturak, harropuzkeriak, traizioak, pozak, balentriak eta sorpresak” kontatzen ditu, eta Julen Gabiriak euskaratu du. Bi edizio berriek, bai gaztelerazkoak baita euskarazkoak ere, Patxi Gallegok marraztu duen Tourmalet komikia dakarte.

Honez gero salgai daude liburu-dendetan eta argitaletxearen web orrian. Eta apirilaren 7an eta 8an aurkezpenak egingo ditugu Donostian eta Zarautzen.

Tourmalet

APIRILAK 7, ASTEARTEA. DONOSTIA

19.30. Aurkezpena, jendaurrean, Liburutegi Nagusiko ekitaldi aretoan. Alegia: kriptan. Sarrera San Jeronimo kaletik, Alde Zaharrean.

Julen Gabiria, Patxi Gallego eta Ander Izagirre egongo dira batailatxoak kontatzen.

APIRILAK 8, ASTEAZKENA. DONOSTIA-ZARAUTZ

Etapa bizikletaz. Donostia-Igeldo-Orio-Aia-Zarautz (40 km).

15.15. Sinadura kontrola Kursaalen.

15.30. Irteera. Martxa neutralizatua Ondarretaraino; ezin da erasorik jo bidegorrian.

16.45. Orio. Andatzatik igoera Aiara. Alferrak zuzenean joan daitezke Oriotik Zarautza.

18.00. Helmuga Zarautzen, Narros jauregian. Lehenengoak merienda ordainduko du.

19.00. Aurkezpena, jendaurrean, Garoa liburu-dendan. Trinitate kalea, 7.

Julen Gabiria, Patxi Gallego eta Ander Izagirre egongo dira. Hankak bezperan baino nekatuago, baina burua argiago.

Donostiarantz itzultzeko trenak 21.08, 22.08 eta 22.38an daude.

BERUNA PATRIKAN- Donostia-Zarautz (apirilak 8) txikiagoa

Plomo en los bolsillosek Kirol Literaturaren Marca saria irabazi zuen 2004an. 2012an, Izagirrek hiru atal berri idatzi zituen, eguneratutako lana Libros del K.O. argitaletxearekin atera zuen, eta biraka hasi zen: Donostiatik Madrila bizikletaz joan zen, liburua hiriz hiri aurkezten, bidean errelebuak eman zizkioten txirrindularien laguntzaz. Besteak beste, egilearekin batera izan ziren Peio Ruiz Cabestany, Pedro Horrillo eta bidean gehitu zitzaizkion hainbat irakurle eta zikloturista despistatu, bai eta Indurainek sinatutako bisera zeraman mutil sinpatiko bat ere. Berunezko Tour gehiago ere egon ziren, eta K.O. taldearen tropelak haize-babesak antolatu zituen Zaragozako estepan, Montserratera bidean galdu egin zen, eta Sabadelleko industrialde batean hamaika buelta eman zituen, Gerardo Fuster jaunarekin batera pedalei eragin zien –Fusterrek 80 urte zeuzkan eta haren lagun Fausto Coppik 1957an oparitutako bizikletarekin zihoan–, eta Soriako herrixka bateko elizaren aldarean ere aurkeztu zuen liburua, kanpai-hotsekin herritarrei abisua eman eta gero.

Liburua kilometroak eta berrargitalpenak pilatuz joan zen. Orain zazpigarrena dator, beste poz handi batekin batera: Beruna patrikan, euskarazko itzulpena. Iheslari bakartien tradizioari jarraituz, Julen Gabiria idazle eta itzultzailea bere kasa hasi zen liburuaren atalak euskaratzen, inori ezer esan gabe. Egun batean, Aian eta Zarautzen barrena elkarrekin bizikletaz zihoazela, Gabiriak eskua sartu zuen mailloteko patrikan eta USB bat eman zion Izagirreri, itzuli zituen lehen atalekin. Hilabete batzuk geroago, Donostiako Klasikoaren egunean, Gabiria Jaizkibelgo bide bazterrean zegoen txirrindularien zain, eta superheroiak marrazten dituen ziklista izerditsu bat igotzen ikusi zuen: Patxi Gallego. Beruna patrikan liburuari buruz hitz egin zuten eta Gallegok esan zion beti izan zuela gogoa liburu horren atalen bat marrazkitan jartzeko. Libros del K.O.-ko editore madrildarrak, euskaraz “eutsi Abraham!” besterik esaten ez dakitenak, berotu egin ziren ideiarekin, inork ez zien abisu zuhurrik eman, eta hementxe gaude denok orain, Plomo en los bolsillosen zazpigarren edizioa, Beruna patrikan eta Tourmalet komikia batera kaleratzen.

SINOPSIA

Pélissier, 1923ko Tourraren irabazlea, araudiaren gogortasunaren aurka hasi zen protestan: «Laster beruna jarriko digute patrikan». Robic txikiak, 47ko irabazleak, berunez zamatzen zuen bizikleta, mendateak azkarrago jaisteko. Tourrak dakarren sufrimendua berunezkoa da, baina txirrindularien ahalegina ere halakoxea da.

Oreka horretan mugitzen dira liburu honetako atalak. Istorio hauen bitartez ezagutuko dugu Frantziako Tourraren B aldea, garaipen eta porrot sonatuenetatik hasi eta aurreneko karreristen abenturetaraino; bertan topatuko ditugu istorio tragikoak (adibidez, Tom Simpsonek Mont Ventouxen hil baino lehen emandako azken 40 pedalkadei buruzkoa) zein dibertigarriak (besteak beste, Vicente Blanco bilbotar herrenarena, bakailaoarekin dopatzen zena eta Pariseraino joan zena bizikleta gainean, Tourrean parte hartu ahal izateko); Coppi eta Bartali, Anquetil eta Poulidor, Kübler eta Koblet, Merckx eta Ocañaren arteko borroka gogoangarriak, Indurainen eta Hinaulten balentriak, Armstrongen nagusitasunaren urteak eta goitik behera erori zitzaion gezur handia; eta beste hainbat gorabehera ere bai: hor ditugu Walkowiak, Tourra irabazteaz damutu zena, edo Zaaf aljeriarra, Tourreko etapa bat irabaziko zuen lehen afrikarra izateko puntuan zegoenean, mozkortu eta zorabiatuta erori zena.

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La maldición del sexto

Sale la sexta edición de Plomo en los bolsillos, pronto en las librerías. Y nos da un poco de miedo: ya sabemos lo que les pasó a los ciclistas que intentaron ganar seis Tours.

Plomo en los bolsillos

“La carrera francesa siempre acaba cobrando su tributo, devorando incluso a sus mayores campeones. Cuando intentaron conquistar un sexto Tour, esa especie de fruto prohibido, los mejores ciclistas de la historia sufrieron desfallecimientos terribles, como si recibieran el castigo de un dios furioso por una blasfemia. Basta con recordar a Anquetil echando pie a tierra en 1966 camino de Saint-Étienne, pálido, agotado, lloroso; a Merckx en 1975, dando eses como una marioneta rota en Pra Loup; a Hinault, clavado  en Superbagnéres en 1986; a Induráin, fundido y deshidratado en Les Arcs en 1996”.

Y de Armstrong, qué vamos a contar de Armstrong. Que ganó siete, que se hundió en el octavo, que le pillaron, que entonces lo confesó todo en la tele y que aquí tenéis su capítulo actualizado, tal y como lo publicamos ya en la quinta edición: ‘Lance Armstrong y la nieve negra’

Tampoco estaría mal hundirnos en la octava y después confesarlo todo en la tele.

“En la edición siguiente, en la primera etapa montañosa, Armstrong se desmoronó en un puerto sin renombre: el col de la Ramaz. Es la eterna saña del Tour, que siempre escogió mataderos vulgares para acabar con los campeones, puertecillos sin ninguna historia y que por tanto quedaron consagrados en exclusiva a la memoria de las derrotas: Anquetil en Serrière, Merckx en Pra Loup, Induráin en Les Arcs, Armstrong en Ramaz. Para el campeón americano, que jamás pinchaba en momentos delicados, que jamás se enfermaba, que jamás se caía, aquella fecha estaba marcada como la del colapso. Nada más comenzar la etapa, se cayó, partió el sillín y tuvo que cambiar de bicicleta. Un poco antes de la ascensión a Ramaz, tocó una acera con el pedal y salió disparado por los aires. Golpeado, abrasado y aturdido, alcanzó al grupo justo en las primeras rampas, pero pagó el sofocón, se descolgó y pasó con un minuto de retraso por la cumbre. Se sintió vacío. Le costaba seguir el ritmo de sus gregarios, la desventaja crecía y, ya sin reflejos, fue incapaz de esquivar otra caída y rodó de nuevo por el asfalto.

En la ascensión a Morzine Avoriaz cumplió su calvario con una estricta sobriedad de gestos: pedaleó, como muy pocas veces, con los ojos ocultos tras gafas oscuras, con la mandíbula prieta y el rostro tenso en una máscara inexpresiva. En los últimos metros, con sesenta ciclistas ya clasificados por delante de él, con doce minutos de retraso, con la derrota irrevocable, se subió la cremallera del maillot para no cruzar la meta con el pecho descubierto, en un gesto un poco torpe y pudoroso, como un cadáver que se hubiera cerrado a sí mismo los párpados”.

Aquí tenéis a Hinault, que hoy cumple 59 tacos, un poco molesto el año en que aún no consiguió ganar el quinto Tour.

HinaultFoto: vía Urtekaria.

PD: El libro acaba de llegar a México D.F., a Tabaquería Libros. ¡Que viva Raúl Alcalá!

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El Tour de Plomo llega a los altares

Villar del Río es un pueblo de las Tierras Altas sorianas, una comarca a más de mil metros de altitud en la que apenas quedan algunos pueblos y algunas aldeas casi abandonadas, con una densidad de dos habitantes por kilómetro cuadrado (más o menos como Mongolia o el Sáhara Occidental). En Villar del Río viven dos docenas de habitantes en invierno, pero en verano vuelven las familias de los vecinos que emigraron a Soria, Logroño, Bilbao, San Sebastián, Barcelona, y en agosto montan semanas culturales, fiestas, carreras de bici de montaña y demás jolgorios.

Nos invitaron a presentar Plomo en los bolsillos el pasado sábado. Fue una de las presentaciones más peculiares de todos los Tours de Plomo: la más alta de todas (a mil metros), la primera en una iglesia y la primera en la que tocaron las campanas para convocar a los asistentes.

Villar del Río A la hora de la presentación había unas quince personas sentadas en los bancos de la iglesia, pero dieron los campanazos y llegó una oleada de unas ochenta personas. Fue muy divertido. A mí, sentado al pie del altar y enmarcado por el retablo, me daban ganas de leer historias del Tour con cadencia sacerdotal, como cartas del apóstol Blondin a los poulidoristas. Cuando llegué a la aventura de Eugène Christophe, el ciclista que perdió cuatro horas soldando su bicicleta en una herrería al pie del Tourmalet en 1913, me dio un poco de corte soltar en la iglesia la frase con la que pasó a la historia. La solté, en fin: “Monsieur, he perdido cuatro horas, puede meterse su minuto por el culo”. Y al poner como siempre el legendario vídeo de Peio Ruiz Cabestany en el Tour de 1986, la voz trémula de Ángel María de Pablos («¡estamos viviendo con intensidad y también con nervios, por qué no decirlo, estos momentos de una tensión tremenda, las palabras se nos amontonan en la boca, no somos capaces de pronunciar la palabra, no somos capaces de hilvanar las ideas con tranquilidad!”), digo, la voz de Ángel María resonó en las bóvedas nervadas como un trompeteo apocalíptico.

Z7Ayer domingo participamos en la Ruta de las Icnitas, una marcha de 45 kilómetros en bici de montaña por este Tíbet castellano, por sus sierras peladas, pueblos derruidos, pueblos vivos, pinares, campos de cereal en plena cosecha, huellas de dinosaurios y algún descenso por barrancos en los que 219 ciclistas resultamos ilesos y un pobretico se rompió el radio. En la meta de Villar del Río nos dieron bocadillos de chistorra y pasteles, sortearon barritas energéticas (tremendos salchichones) y volvimos a casa más felices que felices.

Laura, Gari, Unai, Nagore y un servidor damos un millón de gracias a la gente de Villar del Río, en especial a la Asociación la Peseta y el Rosco, por su hospitalidad y por este fin de semana fantástico.

Villar del Río Ruta de las IcnitasVillar del Río Ruta de las IcnitasUU

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Álbum de unos días felices

Así fue, más o menos, el tercer Tour de Plomo por Barcelona y Zaragoza. El prólogo lo hicimos en Deltebre con plato grande: con plato enorme, de arroz con langostinos y alcachofas. La primera etapa la arrancamos en Barcelona a rueda de don Gerardo Fuster, 80 años, que pedaleaba sobre la bici que le regaló Fausto Coppi en 1957. A su rueda fuimos Javier, Iñaki, Olga y Marc, por esos caminos que serpentean hacia Montserrat plagados de emboscadas, uf, af. En la librería maña Los portadores de sueños jugamos un Zaragoza-Real Sociedad muy amistoso, con Ignacio Martínez de Pisón dando pases al hueco y Xavi Aguado recordando marcajes de Górriz en Atocha. Los artistas de La Ciclería nos diseñaron la segunda etapa desde Zaragoza: paseo de seis horas (dos horas sobre la bici y cuatro horas en bares y terrazas). Con ellos, una catorcena de ciclistas contra el cierzo feroz, hicimos dos descubrimientos maravillosos: 1) nuestra anfitriona Blanca, que debe de ser una de las cinco personas más majas del mundo; 2) y la ensalada aragonesa, compuesta por morcilla, panceta, chorizo, longaniza, chistorra… Luego vimos a Nibali apareciendo como Amundsen en las Tres Cimas de Lavaredo, hablamos de Alfonsina Strada y de Roger Walkowiak, y volví con J. a medianoche por la carretera vieja de Belate.

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En la meta volante de Casetas (en la taberna Vinos Chueca), el Gran Bob nos sirvió vinos y pinchos y luego sacó la guitarra para cantarnos este himno ciclista:

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Escribo con los veinte dedos.
Kazetari alderraia naiz
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