Leer el mundo con los pies
Las trampas de la escritura viajera, el humor, el pudor, la falsa aventura, la poca diferencia entre los muertos y los vivos -gente que recorre el mismo monte, solo que en días distintos-, y ese asunto tan peliagudo de Tommaso Masini, el hombre que saltó de un precipicio con la máquina voladora de Da Vinci.
Estas cosicas y algunas otras, en «Leer el mundo con los pies»: una lectura que ha hecho Mario Trigo del libro ‘Cansasuelos’, para la revista Altaïr, y que me ha gustado mucho.
A mi también me ha gustado mucho. Y sigo esperando que mi hija me devuelva Cansasuelos porque aún no lo he leído. Y ya sé que se ha caído al balde de agua del que bebe el perro y ahora estará arrugado y olerá distinto -el libro, digo-.
Anda, pues vas a empezar el libro con demasiado entrenamiento, me parece. Menos mal que te lo han tirado al agua del perro, así seguro que adquiere texturas distintas, y quizá alguna historia tenga ahora otro final.
Hemos puesto por casualidad la tele y ha aparecido un programa que viajaba entre Hendaia, Zokoa y Donibane Lohizune con muchas imágenes espectaculares. Al terminar, han salido los créditos y S. ha gritado: «¡Santi Yániz!». Le ha dado un ataque de risa. Desde hace 48 horas, vemos tu firma hasta en la arena de la playa. Euskal Herria, el país retratado y guionizado por Santi Yániz.