Archivo mayo 2013

Álbum de unos días felices

Así fue, más o menos, el tercer Tour de Plomo por Barcelona y Zaragoza. El prólogo lo hicimos en Deltebre con plato grande: con plato enorme, de arroz con langostinos y alcachofas. La primera etapa la arrancamos en Barcelona a rueda de don Gerardo Fuster, 80 años, que pedaleaba sobre la bici que le regaló Fausto Coppi en 1957. A su rueda fuimos Javier, Iñaki, Olga y Marc, por esos caminos que serpentean hacia Montserrat plagados de emboscadas, uf, af. En la librería maña Los portadores de sueños jugamos un Zaragoza-Real Sociedad muy amistoso, con Ignacio Martínez de Pisón dando pases al hueco y Xavi Aguado recordando marcajes de Górriz en Atocha. Los artistas de La Ciclería nos diseñaron la segunda etapa desde Zaragoza: paseo de seis horas (dos horas sobre la bici y cuatro horas en bares y terrazas). Con ellos, una catorcena de ciclistas contra el cierzo feroz, hicimos dos descubrimientos maravillosos: 1) nuestra anfitriona Blanca, que debe de ser una de las cinco personas más majas del mundo; 2) y la ensalada aragonesa, compuesta por morcilla, panceta, chorizo, longaniza, chistorra… Luego vimos a Nibali apareciendo como Amundsen en las Tres Cimas de Lavaredo, hablamos de Alfonsina Strada y de Roger Walkowiak, y volví con J. a medianoche por la carretera vieja de Belate.

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En la meta volante de Casetas (en la taberna Vinos Chueca), el Gran Bob nos sirvió vinos y pinchos y luego sacó la guitarra para cantarnos este himno ciclista:

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Concentración del K.O. en Cataluña

Ayer lunes, entrenamiento ciclista en la sierra de Llaberia. Por la tarde, C. hizo contorsionismo en la piscina y E. se quemó la espalda por leer distraidamente columnas de Pilar Rahola.

Hoy martes, deportes olímpicos en el delta del Ebro. Y sesión de PLATO GRANDE para preparar la etapa de mañana: plato grande, enorme de arroz con langostinos y alcachofas.

Estamos en plena forma para empezar el tercer Tour de Plomo: mañana miércoles, etapa Barcelona-Montserrat. El jueves, presentación de ‘Plomo’ en Barcelona. El viernes y el sábado, en Zaragoza. Chicos bien, moral alta.

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Risoterapia

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Tour de Plomo en Barcelona y Zaragoza (22-25 de mayo)

Llegamos un poco cansados al final de la temporada, pero los partidos duran noventa minutos hasta la línea de meta en París y saldremos a darlo todo en la ruta. Después de los recorridos San Sebastián-Madrid y Bilbao-Santander, el tercer Tour de Plomo pasa por Barcelona y Zaragoza entre el 22 y el 25 de mayo. Allí presentaremos el libro Plomo en los bolsillos. Malandanzas, fanfarronadas, traiciones, aleg­rías, hazañas y sorpresas del Tour de Francia (Libros del K.O.). También pasearemos un poco a Mi abuela y diez más.

Además de invitaros a las presentaciones, os animamos como siempre a hinchar las ruedas de vuestras bicis y participar en los recorridos. Necesitamos gregarios y gregarias, un par de lanzadores, eternas promesas, algún escalador razonable con buena conversación y repartidores de botellines. Razón: hola@librosdelko.com

Miércoles, 22 de mayo. Etapa BARCELONA – MONTSERRAT (80 km)

15.00. Control de firmas en My Beautiful Parking (Calle Boria, 17, Barcelona).

15.30. Salida. Los gregarios locales nos llevarán por el carril bici del Besós hasta Montcada i Reixac. Allí pincharemos y pediremos a gritos una rueda de repuesto, en homenaje a Miguel Poblet (natural de Montcada, recientemente fallecido, primer ciclista que ganó etapas en Vuelta, Giro y Tour, ganador de dos Milán-San Remo). 009 b

La ruta sigue por Cerdanyola, Sabadell, Terrasa y ya con un poco de nervios por Monistrol. Allí empieza la subida a Montserrat, que no es tontería: 8,5 km al 7%.

Merienda en el monasterio. Bajada a Monistrol para tomar el tren de regreso a Barcelona.

Jueves, 23 de mayo. PRESENTACIÓN DE PLOMO EN BARCELONA

19.30. Presentación de Plomo en los bolsillos en la librería La Central (c/Mallorca, 237).

Viernes, 24 de mayo. HOOLIGANS ILUSTRADOS EN ZARAGOZA

20.00. Presentación de los dos nuevos libros de la colección Hooligans Ilustrados, de Libros del K.O.: por el Zaragoza, como local, Ignacio Martínez de Pisón sale con El siglo del pensamiento mágico  y con el 90% de la posesión de balón; por la Real Sociedad, como visitante, Ander Izagirre sale con Mi abuela y diez más y se conformará con algún contraataque.

Librería Los Portadores de Sueños. Calle Jerónimo Blancas, 4.

Sábado, 25 de mayo: ETAPA DE ZARAGOZA Y PRESENTACIÓN DE PLOMO

10.30. ZARAGOZA-ZARAGOZA (45 km). Si sopla el viento, organizaremos abanicos, a ser posible sin caernos. Si hay diferencias de tiempo en la meta volante de Alfocea, los que lleguen en el primer grupo pagarán el almuerzo a los demás. Ahora que cierran en Aragón la fábrica de chocolates Hueso, tendremos muy presente a Juan Tomás Martínez, el Volcán de Barakaldo. Salida en La Ciclería Social Club (calle Gavín 6, esquina con la calle Palafox).

Volcán de Baracaldo

Zaragoza – Garrapinillos – Monzalbarba – Alfocea.

Km 28: almuerzo en el bar-centro ciclista Alfocea Sobre Ruedas.

Llegada al sprint en La Ciclería Social Club (km 45). Foto finish y reclamaciones.

15.30. TAPPONE DOLOMÍTICO. Cafés y pantalla grande en La Ciclería, para ver el tappone dolomítico del Giro de Italia, con final en las Tres Cimas de Lavaredo. Comparaciones impertinentes entre los demarrajes de Nibali y nuestras peripecias por la mañana.

18.00. PRESENTACIÓN DE ‘PLOMO EN LOS BOLSILLOS’. En La Ciclería Social Club (calle Gavín, 6).

Volvemos a la ruta. ¡ESTO ES UN EDITOR!:

Libros del KO en Navacerrada

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Nuestra abuela y cien más

Han pasado cosas bonitas tras la publicación de Mi abuela y diez más. Algunas se pueden contar, todas son para agradecerlas mucho. Por ejemplo, he recibido mensajes de este tipo: “Después de leer el libro, me ha dado pena no ser de la Real”; coronados por este otro: “Después de leer el libro, me ha dado pena que Pepi no fuera mi abuela”.

Doy las gracias a quienes recuperaron la pista de uno de los pequeños héroes del libro: el chaval con síndrome de Down que se pegaba a la valla de Atocha para gritar y escupir a los rivales que se arrimaban a sacar un córner. Mikel Recalde lo reconoció y colgó una foto para explicar que tres décadas después el chico, ya el hombre, “sigue yendo a los partidos del Sanse” y que el año pasado “en el partido contra el Mirandés montó un pollo”. Otros como Oier Fano, Iván Ruiz o Carlos Ruiz también lo reconocieron y hasta pidieron que la Real Sociedad le invite algún día a hacer un saque de honor en Anoeta. Apoyo la idea.

Aún mejor: dicen que este hombre se llama ¡Chus! Como otro pequeño héroe del libro: el ídolo donostiarra de principios del siglo XX, “un muchacho rubio, hijo del cónsul alemán en Donostia: ¡Schutz!”. Los chavales coreaban su nombre al verlo pasar pedaleando por la ciudad: “¡Chus, Chus, Chus!”. Era un ciclista fino, que ganaba las carreras locales pero perdía siempre cuando competía Damour, “un odioso francesito triunfante”, que llegaba destacado a la meta sacudiéndose levemente su peto blanco, mientras Schutz aparecía mucho más tarde, derrotado y hermoso, “salpicado de barro y bajando con tristeza sus nobles ojos azules”. ¡Chus, Chus, Chus!

Ha sido muy bonito que, con el libro como trampolín, mucha gente haya saltado a zambullirse en su memoria txuri urdin. Algunos han escrito textos hermosos. Traigo algunos y pido disculpas adelantadas por los olvidos.

Por ejemplo, el reportero Mikel Ayestaran, que se define como “un alma errante que va buscando buenas conexiones de internet para seguir los partidos de la Real desde Kabul, Islamabad, Teherán o Trípoli”. Mikel sufre el estrés postraumático de los reporteros pero no se lo produjo ningún bombardeo sino… aquellos espantosos tres minutos de Mendizorrotza.

Ramón Salaverría reveló una historia fantástica: el gol de Zamora le pilló con el Orfeón Donostiarra, que ese día cantó… en el santuario de Lourdes.

Lucía Martínez Odriozola me llamó por teléfono hace unos días, cuando sabía que iba en bus a Bilbao, para que me fijara en unas flores rosas que a finales de abril nacen en las cunetas de la autopista. Ella, bilbainaza de pro, recuerda esas flores porque se fijó en ellas cuando vino a San Sebastián a finales de abril de 1981 para la juerga del recibimiento a la Real campeona. ¡Toma!

Javier Barrera tiene, como muchos de nosotros, una madre que detesta el fútbol y que quiere que gane la Real.

Mikel Iturria, un alma sensible que se disgusta con el comportamiento de algunas gentes en la grada, pidió ayuda a Jamaica para que la Real ganara al Valencia (hecho).

Sergio Fanjul  escribió una crónica de la presentación con foto graciosa y tuvo una reacción curiosa: “He recuperado, sin darme cuenta, la primera persona del plural para referirme a un equipo del que no soy socio pero que tiene algo especial cuando hablo de él”.

Jurdan Arretxe desafió mi pesimismo cometiano: sé que soy adulto y sé que nunca más veré a la Real campeona (tururú).

Xabier Iglesias cuenta que es txuri urdin por encima de la maldición familiar: su padre perdió una quiniela de catorce por un inoportuno gol de la Real al Athletic y le cogió una tirria insuperable al equipo.

Izaro Basurko tiene un primer recuerdo tremendo de Atocha. Le pusieron de niño pegado a la valla y le dieron un consejo por si había avalancha: “Apoyad los pies en el muro y haced fuerza para que no os aplasten”. Pasó el partido deseando que la Real no marcara.

También me ha parecido muy bonita una corrección de Iñaki Galdos, aunque a él le diera apuro hacérmela: antes de publicar esa corrección, me la comentó en privado casi pidiendo disculpas, y yo le estoy muy agradecido por esa precaución cariñosa y por el apunte. Galdos descubrió la palabra txapeldun con la acepción de “campeón” en textos de 1919 (a propósito de unos nadadores y de la superioridad deportiva de los guipuzcoanos sobre los vizcaínos, ejem) y de 1925 (en unos bertsos dedicados al boxeador Paulino Uzkudun). Así pues, aunque nuestro tío abuelo Patxi Alcorta popularizara la entrega de txapelas como trofeos, la costumbre no la inventó él, como digo yo en el libro. Ya tenemos cambios pendientes para la segunda edición.

Y una bola extra. Enrique Novials me envió este cortometraje suyo:  Buscando a Zamora. Habrá que ir pensando en ‘Mi abuela y diez más, la película’.

Seguro que me dejo muchas cosas. Pero quiero daros las gracias a todos los lectores. También a la Real Sociedad Fundazioa, que nos ayudó a jugar siempre en casa, en especial Andoni Iraola e Iñaki Mendoza. A Iñigo Olaizola, que siempre da unos pases magníficos al hueco para salir corriendo al ataque. En la presentación de Anoeta me emocionó la compañía y la simpatía de Bixio Górriz, Jesús Mari Zamora y Xabi Prieto: pero qué tipos más majos (cuando me pidieron que les firmara un libro, casi me mareo). Gracias a Fernando Martínez Sarasqueta, amigo generoso, siempre al quite. A quienes mandasteis estas fotos de críos; a quienes vinisteis a jugar el partidazo en la playa a pesar del chaparrón inicial, Emilio, Carla, Nagore, Jaime, Giorgio Basmatti, David Ketari; a June porque se apuntó a viajar con entusiasmo a otra galaxia para celebrar conmigo los cuatro golazos al Valencia. Mis padres Iñaki y Arantza fueron a la primera presentación en Anoeta y repitieron en la FNAC… por si en esta segunda presentación ya había poca gente y tocaba hacer relleno-; también fueron a la playa bajo el chaparrón para llevar una bandera. Mi hermano Julen, nuestro contacto con las estrellas, condujo 120 kilómetros a ultimísima hora solo para pasar las fotos de la proyección (y dejar durante medio minuto la imagen de una camiseta del Athletic que puso nervioso a algunos, je). Y el último agradecimiento especial a mi hermana Eli, con un poco de apuro, porque es la única de la familia a la que no conseguí meter en el libro, aunque a última hora, con el libro entrando en imprenta, me dijera que bueno, que ella tenía un autógrafo de Gica Craioveanu.

Gracias a todos los que nos acompañasteis en Anoeta, en La Concha, en la FNAC, en Madrid y en las redes. ¡Dos cohetes!

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Desaparece Altaïr, ay

Cuando estás en tratos con algunos editores, te da la impresión de que has pedido turno para que te atienda el sacamuelas del zoco de Marrakech. Hay otros con quienes firmarías contratos en blanco, con los ojos cerrados y de espaldas: los de Altaïr, por ejemplo.

Si algún compañero escritor o fotógrafo tiene disgustos con un editor, acabamos mencionando y añorando a los de Altaïr. Pepe Verdú y Raimon Portell son brillantes, amables, atentos y honradísimos. Te hacen encargos atractivos, te tratan con una profesionalidad impecable y una amabilidad fina y divertida, te ayudan a mejorar tu trabajo, te preguntan tu opinión para cualquier minucia y sabes que siempre buscarán el trato más justo y ventajoso posible para ti. Son editores que hacen tener fe en el gremio.

Por eso me da una tristeza negra la desaparición de la revista Altaïr. Me da tristeza como escritor y me da tristeza como lector, porque publicaban la mejor revista de viajes, editada con un mimo extraordinario, que muchos coleccionábamos número tras número.

Golpeados por la crisis económica, anuncian el cierre de la revista y su esperanza de volver.  Ojalá, ojalá, ojalá. El 23 de mayo sale a la venta el último número, dedicado a los grandes parques nacionales de Estados Unidos.  En el Cuaderno de Viajes, en la última página del último número, publico una crónica sobre el descacharrante Museo de la Policía en La Paz (Bolivia), que visité de la mano de Álex Ayala: otro personaje al que conocí como editor y al que ahora tengo por muy buen amigo.

Así que nos quedaremos con eso.  Andamos en tiempos de periodismo 0.0.; en lo que a mí me toca, han cerrado o jibarizado varias de las revistas con las que más me gustaba colaborar; pero nos quedaremos con que hay editores magníficos, que ya son amigos, y con la esperanza de que volverán a montar proyectos en los que nos encantará trabajar.

PD: Además de Pepe y Raimon, también echaré de menos a Arabella González, Albert Padrol y Pep Bernadas. Todavía hay amigos que me hablan con entusiasmo de Pep, cinco años después de que cenáramos juntos tras la presentación de Cuidadores de mundos en San Sebastián.

PD2: Altaïr mantiene sus librerías y su magnífica colección Heterodoxos de literatura viajera.

Altair

 

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Escribo con los veinte dedos.
Kazetari alderraia naiz
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