Gracias, Mnur, ya llevo unos días de vuelta en casa. Me gusta eso de que por vergüenza no me preguntes y que a la vez me dejes la pregunta 🙂

Mi vespa no es un ciclomotor: es una moto de 200 cc con la que puedes viajar a 100 km/h si así lo necesitas, incluso por autopista, aunque eso es aburrido y agotador. Lo que mola son las carreterillas por las que conduces tranquilamente a 50-70 km/h.

Irilandia, bien visto. La conversación con Pashka fue mucho más larga y entre otras tantas cosas le conté a qué me dedicaba. Él también tenía curiosidad por mi trabajo de periodista, y al final incluso le acabé hablando de mi web y tal y cual. Le dije que su historia era como para contarla, como para hacer un reportaje, le pareció fantástico y después decidimos hacernos la foto. No le dije específicamente que iba a publicar nada en mi blog, porque en el momento tampoco pensé si iba a escribir o no iba escribir nada, y al final solo he publicado estos párrafos, pero él sí se quedó con la idea de que yo quizá publicaría algo y la idea le gustaba, incluso se animó con ganas a sacarse la foto, él mismo buscó al hombre que nos la hizo. Al publicar el post no le llamé para pedirle permiso explícito, pero creo que había un permiso implícito bastante claro y no he tenido dudas de que estuviera quebrando ninguna confianza.

En cuanto a lo de la moto y la bici. Hace años que no viajo en bici (aunque pronto volveré a hacerlo) y creo que en un viaje en bici el mayor disfrute es el mismo hecho de ir en bici. Pero es una actividad exigente, le dedicas la mayor parte de las horas y de las fuerzas. La bici suele ser el objetivo principal del viaje. La moto, en cambio, para mí es solo un medio de transporte, que también se disfruta por sí mismo pero no tanto, y a cambio te permite recorrer muchos más kilómetros en menos tiempo, cuando quieres hacerlo así. La vespa sí tiene un plus. A mí me encanta porque es sencillita, te lleva a cualquier lado pero a la vez mantiene en parte la «sensación física» de la bici, no te aisla como un coche: tu viaje depende de la lluvia, el frío, el calor, el viento, las carreteras más fáciles o más difíciles, los puertos, los valles… Tiene un ingrediente «routier», vamos, y creo que eso no lo da un coche o una furgoneta.