Base polar de la isla de Gros. Estamos preparados.
Ayer empezó para mí el invierno. Después de cenar, leyendo en el sofá, se encendió en el hemisferio boreal de mi cerebro la primera decisión consciente de no poner la estufa: me vestí un buen jersey y unos calcetines gruesos, me eché una mantita a los hombros, y a por otro invierno sin calefacción. Sopesé el riesgo de seguir perdiendo amistades -tranquilidad: a los huéspedes de mi casa nunca les faltará la estufa: etorri lasai!-. Luego emprendí una expedición de supervivencia a la cocina en busca de colacao calentito, y al cruzar el pasillo de maderas crujientes, pensé en la cabaña abandonada de Scott en el cabo Evans de la isla de (G)Ross. Volví a la sala esquiando pasos largos y al entrar saludé, ondeé el brazo derecho, sin poder gritar porque tenía la mandíbula congelada, intentando llamar la atención de una silueta junto a la ventana, que parecía la de Frederick Jackson, el hombre que vio aparecer en la Tierra de Francisco José a Nansen y Johansen, que llevaban quince meses desaparecidos, esquiando en busca del Polo Norte. Me senté de nuevo en el sofá, bajo el póster de las montañas nevadas del Karakórum, donde este año Moro, Urubko y Richards han conseguido la primera cumbre invernal en un ochomil pakistaní.
Durante la noche, las temperaturas no han bajado mucho, el viento ha soplado suave, no ha nevado. Por la mañana he recibido el nuevo vídeo de Iñurrategi, Vallejo y Zabalza, que ya avanzan por la Antártida con normalidad después de 16 días de tormentas, sastrugis, enclaustramientos, miserias y sustos gordos, y que parecen felices a 30 grados bajo cero:
27 Comentarios › Dejar comentario
3 Trackbacks
- Ander Izagirre - Base polar de la isla de Gros. Estamos preparados. http://t.co/fAfTPJ4W
- Ander Izagirre - Base polar de la isla de Gros. Estamos preparados.: Ayer empezó para mí el invierno. Después de cenar, leyendo e...…
- gentedigital - Base polar de la isla de Gros. Estamos preparados, con @anderiza http://t.co/EAnzkMC0
Vale. Me encaja y lo entiendo, pero no pienses ni por un segundo que yo ingrese en ese club.
Alguna amiga en común podrá confirmarte que pongo calefacción cuando hay huéspedes. Si quieres venir, caldearé la casa hasta niveles de Fukushima para que estés a gustico.
Doy fe. Yo llevo dos días con la casa a 17 grados sin ceder a la tentación de poner la calefacción. Estoy orgullosa.
Jobá, June, con las malas influencias. Tú sabrás. Yo solo digo ¡bravo, bravo!, y te recuerdo que no vale escaparse en mitad del invierno a ninguna isla caribeña con mínimas invernales de 19 grados.
Tampoco olvido a Johan Van de Velde:
http://1.bp.blogspot.com/_KyBrga7QesA/SVlVuTqQa7I/AAAAAAAAAHM/Ar-gWjLV9VI/s1600/Vandevelde2.jpg
La onda expansiva de esta entrada acaba de llegar a la UMH. La pena es que en la biblioteca no hay mantita ni colacao. No exagero: me he calentado las manos con el cargador de la batería del portátil.
V., has tocado un punto clave. La batería del ordenador siempre sube algún grado más en su entorno. El trabajo es menos duro delante del ordenador.
Otro truco es el de reorganizar el horario de la ducha, los usos del horno y cosas así, pero eso ya es para iniciados en la resistencia polar. Ya os daré un cursillo.
Otro truco: piensa en calor. Un amigo dice que el frío es psicológico y es cierto: no importa que estés por la calle a -8º, si te concentras en el olor que sale de una chimenea llegas a tener calor (comprobado).
¡hombre…. por lo menos en la sala…..!! (((a ver si que te vas a quedar tan helado que ni puedas llegar ni a la cocina a por el colacao)))
Como se nota quién se preocupa por ti, Ander. 😉
Ahí le has dau.
Como te comentaba alguien en Facebook, el paso siguiente es el de los kirguisos: poner en el balconcillo, al fresco durante el invierno los productos que habitualmente tienes en el frigo. Yo eso, lo vi hacer en la capital. Y luego los nómadas que se reían bien a gusto al preguntarles por el frigo. Nunca usan frigo.
Luego está la opción kirguiso-navarra, dormirte un día por error con la ventana abierta a -15 º C. Joer, muchacho, este año me enfrento a mi tercer invierno. Tres meses en Kirguistán, más o menos, aunque vi empezar la primavera. Dos en Uruguay. Algo de Bolivia. Y ahora de nuevo aquí. He visto empezar dos otoños en 2011.
La historia de Nansen y Johansen es de las que más me fascinan. La más remota de las casualidades. ¿Tienes alguna biografía de Nansen a mano por casa?
Dani, lo de sacar las cosas del frigo y ponerlas fuera lo hacemos cuando vamos al apartamento de Josema en Jaca. El frigo siempre está abierto y le preguntamos si lo hacía para caldear un poco la cocina.
Las historias de Nansen son fascinantes. La de la expedición Fram al Polo Norte es terrible. Pero la primera travesía de Groenlandia o el rescate de miles de refugiados de la Primera Guerra Mundial, que le valió el Nobel de la Paz, son también la reóspera. No tengo su biografía, no. Pero tú que eres mucho de inviernos y refugiados, podrías hacer un viaje siguiendo su esque… su estela, ¿no?
No sé si me gusta más Nansen como explorador o como diplomático y promotor de la Paz. Si no fuese por Nansen el ACNUR no sería lo que es hoy posiblemente, él inventó el pasaporte -el salvoconducto- que permitió a miles de personas ponerse a salvo, buscar cobijo, huir y posteriormente acaba de la contienda, regresar. También salvó a miles del genocidio armenio y de otros tantos lugares. La resistencia que demostró vagabundeando en el Polo Norte es extraordinaria. Y el éxito -relativo- de algunas de sus expediciones fue gracias a mirar, observar y aplicar. En fin. Ya me haré con una biografía que me apetece indagar más en Nansen. Para mi una de las figuras históricas que más admiro. Sin duda.
Nansen y Scarlet Johanson, que tampoco está mal.
Sobre todo, para entrar en calor. Fiu, fiu.
También puedes pintar un termómetro en la pared. El cerebro es muy fácil de engañar, y más a esas temperaturas.
Sergio, un grifo del lavabo me ha dejado de funcionar y tengo una bombilla en la sala que siempre explota. Esto empieza a ponerse crudo. ¿Estás preparado para venir a rescatarme?
Pero qué bueno es volver, volver al calor del hogar, al espcio doméstico domesticado donde hay colacao siempre (o casi siempre) a mano.
Rcuerdo que alguien me dijo que aquel ordenador en el campo base del Everest solo me iba a servir para calentarme el culo. Fue mucho más util que para aquello. Es cierto que dan calor pero también sirven para algo más, estoy de acuerdo.
Santi, también se está muy a gusto con los amigos al calor del blog. ¡Abrazo! (Los ordenadores en el campo base, más que calor, suelen dar sofocos).
He leido esta noticia. http://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/pintura-esperanza-vampiro-pobres/csrcsrpor/20111204csrcsrsoc_1/Tes Yme he acordado de tí. Supongo que la conocerás,, pero te la dejo aquí para que le heches un ojo. Abrazos del plasta del alicantino.
Alvaro, os tengo un cariño especial a los que todavía dejáis comentarios en el blog, una costumbre que se va extinguiendo en tiempos de feisbucs y tuiters, je. Gracias por tus visitas. Y te agradezco mucho esa noticia, me interesa mucho y la voy a compartir. ¡Abrazo!
Esta llamada anual a la socialización del sufimiento no la acabo de entender. ¿Por qué pasar frío en tu propia casa? Entiendo lo de ponerte un jersey, incluso una bata o albornoz como hace alguna gente. Pero llega un momento en el que hace frío de verdad y eso no vale. No sé, no le veo el sentido.
Escéptico, no tengo ningún interés en pasar frío ni en sufrir (bueno, un poco sí, pero ya te lo explicaré en privado, porque si no la gente empezará a esquivarme por la calle). Pero consigo estar calentito sin poner la calefacción, con ciertos trucos que me encanta practicar en casa, ya que no he podido ser Nansen. (No me hagas chistes, que te veo). Eso y que vivo en Donosti, no en Teruel ni en Vladivostok, carajo.
En mi casa, si no pones la calefacción en la sala, en los meses de más frío puedes rondar los 10 grados. Tirado en un sofá con una buena manta podrías aguantar, pero por ejemplo cenar a esa temperatura es un calvario.
Me parece que depende de la casa y el lugar, en la casa de mis suegros, con buenas ventanas y buena orientación no bajan de 16 grados en todo el año, pero en la mía no sé qué trucos puedes emplear para aguantar el biruji.
Traaanqui, ya te los explicaré 🙂 En mi casa es difícil que baje de los 14, aunque alguna vez ha caído hasta los 11. ¿Pero no has visto a Iñurrategi, Vallejo y Zabalza, en su último vídeo, cometeando en la Antártida a -45 y sin calefacción? Chico, pon un poquito de espíritu.
Y mañana mismo me piro a pasar unos días a un apartamento pirenaico. Me informan de que está a 9 grados. El entrenamiento no habrá sido en vano, Escéptico.