SEGOVIA Margoth
Los ocho goles de las guaraníes
En el Chaco boliviano, en 2009, conocimos a unas mujeres corajudas: las madres futbolistas del MOMIM (Movimiento de Mujeres Indígenas del Mundo). Por encima de burlas y palizas, en rebelión contra la miseria, las enfermedades, la marginación y el machismo, se organizaron en equipos de fútbol, montaron torneos y emprendieron una revolución social a balonazos.
Dos años más tarde, en julio de 2011, gracias al empeño de Iñigo Olaizola, una selección de estas futbolistas guaraníes viajó a San Sebastián para participar en el torneo internacional Donosti Cup. “No venimos a hablar de miseria”, anunciaron, “sino a marcar goles”. Y metieron unos cuantos.
En la revista Nuestro Tiempo acabo de publicar el reportaje ‘Los ocho goles de las guaraníes’, que empieza así:
«El balón salió rechazado hacia el pico del área, justo donde llegaba Lidia Galván, la extremo derecha boliviana: “Pateé fuerte y de pronto vi la bola en la red. No me lo podía creer. Salí corriendo pero no sabía adónde ir, me sentí medio mareada”. Sus compañeras se le echaron encima, la abrazaron, saltaron, gritaron.
Galván es la mayor del equipo (39 años), la que más hijos tiene (siete) y la que más goles metió en el primer partido (dos). Cuando se separó del abrazo colectivo, se tapó la cara con las manos y volvió caminando a su posición, con la cabeza baja. Al reanudarse el juego, recibió un par de broncas del entrenador: corría despistada, había dejado marchar a la lateral contraria banda arriba, sin seguirla.
“Anoche estaba muy nerviosa, me costó dormir”, contó al final del partido, en un campo de San Sebastián, durante el torneo internacional Donosti Cup. Para Galván, como para casi todas sus compañeras, era la primera vez que salía del Chaco boliviano. “Quería meter un gol, por lo menos uno en todo el campeonato, por mi familia, por mis hijos, por mi país, por los auspiciadores que nos ayudaron a venir. Marqué y lo primero me acordé de mi familia. Hace unos días llamé por teléfono y casi no pude hablar con ellos, me entraron ganas de llorar».
A las mujeres las dirigió Xabier Azkargorta, el entrenador guipuzcoano que en 1994 llevó a Bolivia a un Mundial por única vez en su historia, un ídolo semidivino en aquel país. Después de ganar 6-0 el primer partido del torneo, en el vestuario habló así a sus chicas:
-Señoras, clasificar a Bolivia para el Campeonato del Mundo fue el mayor éxito de mi carrera como entrenador. Pero la alegría más grande que jamás me ha dado el fútbol ha sido esta victoria de ustedes.
Las mujeres lo abrazaron, lloraron y le cantaron a pleno pulmón: “¡Te queremos, Profe, te queremos!”.
Despiece del reportaje: «Para que las mujeres tengan vida«.
En estos trabajos conté con la ayuda indispensable de varios amigos. En el Chaco 2009, Elena Antúnez y Daniel Burgui (cuyas fotos ilustraron el primer reportaje). En la Donosti Cup 2011, Fernando Martínez Sarasqueta, que fotografió a las chicas del MOMIM por todos los campos (algunas de sus imágenes aparecen en el segundo reportaje), Oskar Alegría, a quien pillé a traición para que hiciera este vídeo durante un partido de las bolivianas, y Juan Andrés Muñoz, alias Allendegui, quien se empeñó para que lo emitiera CNN.
16¡Nos quie-ren, nos quie-ren!
Cuando en septiembre de 2009 nos despedimos de Margoth Segovia en el Chaco boliviano, nos citamos para un reencuentro, ojalá, en San Sebastián. Las madres futbolistas guaraníes soñaban con participar en el torneo Donosti Cup. Algunas incluso hacían cálculos con sus embarazos: voy a dar a luz en diciembre, nos contó Inocencia, así que en julio ya podré estar jugando en San Sebastián. En ese momento pensé que sería muy difícil volver a verlas: muchas complicaciones, mucho papeleo, mucho dinero.
Ayer, casi a medianoche, un autobús con 23 madres bolivianas llegó al albergue de Ametzagaña. Bajaron agotadas: cada una de ellas viajó desde su aldea en el Chaco hasta la ciudad de Camiri, de allí fueron juntas hasta Santa Cruz de la Sierra, tomaron un avión a Madrid y otro bus hasta San Sebastián. Cuando le dimos un ramo de margaritas a Margoth, promotora de los equipos femeninos de fútbol en el Chaco, las demás compañeras empezaron a saltar, a cantar «¡Nos quie-ren, nos quie-ren!» y a desplegar la pancarta del equipo.
Margoth está a la derecha de la foto, de azul, con las flores. Al fondo quizá podáis distinguir a las tres personas con tanto talento como cabezonería que durante estos últimos meses han removido San Sebastián con La Paz hasta traer a las chicas del Momim, después de un intento fracasado en 2010: son Pilar Mateo, la doctorita, que impulsa proyectos sanitarios y sociales en el Chaco; Iñigo Olaizola, director del torneo; y Xabier Azkargorta, el entrenador que llevó a Bolivia al único Mundial de fútbol de su historia.
Azkargorta, que acaba de estar en Bolivia entrenando a las mujeres, dirigirá el equipo durante el torneo. Su primera orden, anoche, fue bastante extraña: «29 hamburguesas y 29 raciones de patatas fritas». La dio en el McDonalds del Boulevard, donde buscó una cena improvisada para las futbolistas, que llegaban tan tarde, hambrientas y con la ilusión de comer una hamburguesa.
Esta mañana las chicas, que no han podido dormir muy bien tras el viaje y el cambio horario, han cumplido el primer entrenamiento en Hernani. Ahora mismo andan de paseo por San Sebastián y mañana planean ir a la playa, por primera vez en su vida. El lunes debutarán en el torneo.
Este es el calendario de sus partidos en la Donosti Cup. Ojalá nos juntemos mucha gente para animar al Momim -bueno, y un poquito a sus rivales-. Nos vemos en las gradas:
LUNES 4, a las 11.00: DONOSTIA. Campo de Puio (subiendo al alto de Errondo). Contra el Gazteleku Bidebieta.
MARTES 5, a las 10.00: USURBIL. Contra las catalanas del AEM.
MARTES 5, a las 19:30: DONOSTIA. Campo de Herrera. Contra el Nicols.
JUEVES 7, a las 18.00: DONOSTIA. Campo de Puio. Contra el Karisa.
Después veremos si se clasifican para las fases finales del sábado 8.
Y os presento en exclusiva el arma secreta del Momim: la vinchuca que animará desde la banda. Es el insecto que transmite el Mal de Chagas, la enfermedad parasitaria que mata a cientos de personas en regiones pobres como el Chaco, contra la que ha luchado con un enorme éxito la doctorita Mateo, y que ahora es la mascota de estas mujeres que han superado la enfermedad y unas condiciones de vida muy duras para plantarse en Donosti a jugar al fútbol. Tremendas, las señoras.
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