PERÚ

Pa no echar gota

Se ve que primero prohibieron orinar fuera, pero fue algún listo y miccionó. Tuvieron que poner este cartel. A mí me dieron ganas de mear fuera, porque de eso no dice nada, señor juez.

Luego me alegré de que prohibieran mear en las zonas donde andamos los turistas. Para algo tienen que servir los barrios de los pobres.

En el barrio minero, por ejemplo, orinar cuesta la mitad que en la zona turística. Allí la letra erre fue a mear y alguien le capó el pito. El resultado me dejó pensando en el derecho a sacar el pito como parte de la libertad expresión. Con un chorro potente y unas caderas de ágil caligrafía, se pueden trazar mensajes en la nieve, eso es cierto.

Y aquí, de repente, se me cortó el chorro de las reflexiones.

Las fotos las tomé en Lima (1), Potosí (2 y 3) y Cuzco (4).

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Y en casa preocupaus (3)

De mis pies para la derecha, cientos de kilómetros de costa desértica peruana. De mis pies para la izquierda, cientos de kilómetros de costa desértica peruana y chilena. Delante de mis pies, pongamos que Nueva Zelanda o Tahití o los Estados Federados de la Micronesia o qué sé yo (¡qué ganas me han entrado de volar hacia allá, y comprobar si siguiendo siempre al sol acabas llegando a casa otra vez!). Alrededor de mis pies, quizá atraídos por ellos, varios miles de gaviotas, ostreros, garzas, flamencos, águilas pescadoras, gallinazos…

Y en casa preocupaus (1) / Y en casa preocupaus (2) / En la tercera ya voy sobrau, saludando a cámara y todo.

Es la costa de Mejía, en Perú, un punto muy especial porque aquí están las únicas lagunas litorales en un tramo de 2.000 kilómetros de costa sudamericana árida. Así que aquí paran todos los pajaricos y pajarracos que emigran desde América del Norte y la Antártida, a veces parriba, a veces pabajo, y también otros cuantos que bajan desde los Andes cuando la sequía aprieta en la montaña.

Y esto ha sido después de pasar unos días en el lago Titicaca, visitando las islas vegetales flotantes, construidas y habitadas por los uros; y en la bellísima Arequipa, desde cuya plaza se ven, si te pones de puntillas, por encima de la catedral, varios volcanes que rondan los 6.000 metros.

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Escribo con los veinte dedos.
Kazetari alderraia naiz
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