MOCCIA Federico

El amor macht frei

El novelista hiperglucémico y presunto ferretero Federico Moccia impulsó esta costumbre de las parejas enamoradas que ponen candados en los puentes, con sus nombres escritos en ellos, como símbolo del amor.

Pero esto del candado parece un gesto flojo. Puestos a querer a alguien de verdad y puestos a sellar con contundencia irremediable ese amor, qué mejor que regalarle una maquetita de un campo con unos muros de hormigón coronados por alambradas, torretas de vigilancia para soldados con ametralladoras, perros de presa, focos oscilantes y una buena batería antiaérea. Los más románticos esperamos que la siguiente novela de Moccia anime multitudinarias peregrinaciones de enamorados a Dachau.

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Escribo con los veinte dedos.
Kazetari alderraia naiz
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