Volver para qué
El periodista Daniel Rivera ha escrito un libro magnífico y escalofriante sobre los desplazados de Colombia, con un puñado de historias -y la suya propia- como muestra de los millones de personas que abandonaron sus pueblos para huir de la brutalidad de los diferentes grupos armados. Son tantos bandos que se acaban confundiendo en la imagen de un solo monstruo insaciable. «Encontrarse con un hombre armado en el camino, yendo para misa, yendo para la tienda, yendo para el colegio, es lo mismo que encontrarse con cualquier hombre armado, pues ya se crea el orden implícito: yo mando y usted obedece (…). Para los campesinos -como mi abuelo- no había buenos, no había malos. Eran un animal arisco del que hay que cuidarse, al que hay que ponerle cebo para montarlo, o, por lo menos, para tenerlo tranquilo». Los desplazados huyeron, muchos tuvieron que huir de nuevo, y volver a huir, hasta que no les quedó adónde volver.