Los mineros muertos animan al Real Potosí

Estos párrafos son un avance de ‘Los mineros muertos animan al Real Potosí’, el texto que publico en septiembre en el número 8 de la revista Jot Down en papel:

-La mina es territorio muy negro. Mejor que las mujeres no entren. Solo es para hombres recios, bien recios, los hombres que quiere la Pachamama -dice Mario González-. Si una mujer entra, unos días más tarde, cuando le viene la siguiente menstruación, la veta de mineral desaparece. La Pachamama esconde la veta, por puros celos.

González es minero viejo, una categoría improbable en Bolivia. A los 59 años no le queda ningún compañero de su edad. Él está vivo, dice, porque nunca fue codicioso. Nunca trabajó temporadas largas. Nunca veinticuatreó. Es decir: nunca hizo turnos de veinticuatro horas bajo tierra. Salía al mundo, dejaba que los pulmones respiraran aire puro, que se le limpiaran de polvo, y nunca estuvo allá dentro cuando una bolsa de gas asfixiaba a sus compañeros o un derrumbe los aplastaba. Aún así, tiene la sensación de que ha jugado muchas papeletas con la muerte y de que no debe arriesgarse más. Se retira. Es un hombre respetado, los demás mineros hablan de él con cierta veneración por su supervivencia inverosímil, y lo acaban de elegir vicealcalde del campamento minero Siglo XX, en la ciudad de Llallagua, en el departamento de Potosí.

González mide poco más de metro y medio. Aun así, tiene que agacharse y caminar doblado para no golpear con el casco las vigas de eucalipto que sostienen la galería. En la oscuridad de la mina, territorio negro, su lámpara proyecta una cuña de luz. Se detiene para mostrar una viga podrida, doblada en uve bajo el peso de la montaña.

-Treinta años que no se cambian. Ganamos nomás para sobrevivir y nadie tiene dinero para invertir en seguridad. Explotamos una parte, rezamos para que no se caiga y luego vamos a otra parte. Hay hartos derrumbes.

González avanza con rapidez por la galería, se agacha, se yergue, repta a cuatro patas, se vuelve a levantar.

-Yo camino ágil. Los compañeros que quedan vivos están todos con mal de mina, con silicosis. En la cama. Mi vecino no puede dar cuatro pasos sin su botella de oxígeno.

Las mejillas de González son cobrizas, de piel lisa y tirante, pero tiene los ojos enmarcados por surcos profundos, como una máscara de cuero viejo. Cuando cuenta alguna historia terrible, sonríe un poco por pudor y los ojos se le hunden entre las arrugas, pequeños, rojizos como brasas, muy vivos.

Su hijo Federico empezó a trabajar en la mina con 13 años. Un día, mientras ayudaba a un perforista que taladraba la pared, el suelo se hundió bajo sus pies. Apenas cayeron unos metros, arrastrados en un turbión de rocas, y pudieron trepar de nuevo hasta la galería. El perforista y el niño Federico salieron corriendo. Aún corrían cuando un estruendo sacudió la montaña y un vendaval de polvo los alcanzó y los tiró de bruces al suelo. Detrás de ellos, la galería entera se vino abajo. El niño Federico salió rebozado de sangre y polvo. No quiso entrar nunca más a la mina y pidió trabajo en las obras de un edificio, donde se dedicó a acarrear ladrillos y sacos de cemento, al aire libre.

González se detiene y espera unos segundos en silencio. Se escuchan goteos, el rumor subterráneo de la montaña, los susurros de las rocas. Se gira despacio, barre la galería con la luz del casco y de pronto ilumina una figura humana, la de un hombre sentado contra la pared, con los ojos desorbitados y una sonrisa desquiciada. Es el diablo. Un diablo de arcilla, con cuernos revirados y una boca ancha, estirada de oreja a oreja, en la que se sostienen una docena de cigarros consumidos. González se acerca sonriendo, enciende otro cigarro y se lo coloca con delicadeza en las fauces.

-El Tío -dice.

El Tío es el espíritu que gobierna las profundidades, el compadre de los mineros, el patrón que fecunda a la Pachamama, a la madre tierra, para que produzca vetas de mineral. Cuando está satisfecho, hace que las vetas afloren; cuando se enfada, provoca derrumbes. Este Tío de arcilla tiene el regazo cubierto por cajetillas de tabaco, garrafas de alcohol puro y una maraña de serpentinas, confetis y hojas de coca que los mineros le lanzan durante las challas -los agradecimientos-. Sonríe con las piernas abiertas, luciendo su atributo principal: un gran pene erecto.

González desenrosca una botella de medio litro de alcohol Guabirá de 96 grados, el que beben los mineros en las pausas del trabajo, solo o mezclado con un poco de zumo de naranja o de agua y azúcar. Se acerca a la boca del Tío y le vierte un chorro por el gaznate. El alcohol brota por la punta del pene y González suelta una carcajada.

-Un día vino de visita la viceministra Álvarez, viceministra de Minería. A ella la dejamos entrar pero le dije: tiene que besarle la punta del miembro, señora, para que una mujer entre a la mina primero tiene que besarle la punta del miembro al Tío. Se agachó y le dio un beso.

González ríe y sigue galería adentro.

Minas Potosí

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9 Comentarios Dejar comentario

  1. Muy bueno, Ander.

    • Ander #

      Gracias, Lucía.

  2. Te leo con gusto ¡canalla!. Gracias

  3. Marremoldu #

    Kaixo. Hablando de zumos …

    En Donostia o San Sebastián ofrecen zumos naturales de distintas frutas (exprimidas tras pedirlas, aparte del popular de naranja) en los siguientes bares y cafeterías:
    Rojo tomate, Igara
    Txioka, Parte Vieja
    Staaf, Egia
    Koh Tao, Centro

    Seguro que hay muchos locales más que los sirven. A ver si se completa una buena lista con distintos aportes.

    —————

    2 más:
    * Meyvi, una pequeña y preciosa Argentina (como sus gauchas dueñas) en Gros, con sus alfajores y todo.
    * Québec, un pequeño consulado de esta nación en la Parte Vieja, donde su embajador brinda animadas charlas de lo que se tercie. Eso, sí, ojo con llamarle canadiense.

    —————

    3 más:
    – La Consentida (Gros): buena música, comida y vistas. Muy bien situado junto a la playa de la Zurriola.
    – Ambigú Estación (Parte Vieja): nuevo local, bien cuidado, con preciosa decoración, rincones agradables y cómodos, comida original y buena música. Hasta los baños son de foto.
    – La cochinita pibil (Amara Viejo, antes Vaporetto): recién estrenado negocio, que promete … ¡Buena suerte!

    ================
    http://www.forodevecinos.com/consulta-bares-que-sirven-zumos-naturales-variados-3168-185066

    • Taluwezabal #

      Otro local más, bastante nuevo:
      Sweet Roma (Amara Viejo): aunque aparte del típico zumo de naranja sólo ofrecen, entre los hechos con producto fresco, el verde, y pese a que le añaden agua (para que no quede demasiado espeso), éste lleva muchas frutas y verduras.

      A ver si se animan las chicas a ofrecer más variedad de zumos de fruta fresca en esa bonita y agradable confitería, para acompañar a sus apetitosos pasteles.

    • Zumiliskus #

      Otro:
      Coffee Break, en la Parte Vieja

      ¿Alguien sabe de algo por el Antiguo? Que no sea la frutería de la avenida Tolosa que los prepara para llevar sólo en verano (algo es algo pero el resto del año, ¿qué?).

    • Trimakos #

      Uno +:
      Botanika, Amara Viejo

    • Zumusavanti #

      Leire, la taconeramochilera, ha creado una entrada en su blog haciéndose eco de la lista de zumos frescos públicos de Donostia: http://conlostaconesenlamochila.blogspot.com.es/2014/12/zumos-100-naturales-en-donostia.html

      A ver si la ampliamos bien y cada vez más gente sustituye el aburrido, atontante y tóxico alcochol por las alegres y sanas vitaminas de la fruta fresca … ¡clientes y bares!

      Eskerrik asko!

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Escribo con los veinte dedos.
Kazetari alderraia naiz
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