Foto de la pegada de carteles de Plazandreok
Las elecciones me pillarán este año en La Habana. Así que si no veía claro de entrada votar, ahora que supone hacerlo por correo, menos aún. Hay quien me intenta convencer de que no me abstenga: que hay que intentar echar a Azkuna, que si la gente crítica no votamos no se podrá cambiar nada, que si las sufragistas lucharon mucho para que nosotras hoy tengamos este derecho… Probablemente tengan razón. Pero me niego a votar a cualquiera de los «grandes» partidos, por diferentes motivos (PNV, PSOE, PP, Ezker Batua, Aralar, Bildu y UPyD). Y soy muy partidaria de votar a los pequeños partidos, pero ninguno de los que se presentan en Bilbao me motiva lo suficiente.
Otro gallo cantaría si estuviera empadronada en Donostia, porque entonces podría votar a Plazandreok. Si sospecháis que el objetivo de este post es hacerles propaganda, estáis en lo cierto. Pero aparte de que esté trabajando por ellas, me lo creo. O, mejor dicho, si estoy trabajando para ellas es porque me lo creo. Además, estos días, tanteando a los medios de comunicación para que nos saquen en la prensa, me he dado cuenta (ya lo sabía, pero ahora lo he comprobado por mí misma) de lo difícil que es ser un pequeño partido y del mérito que tienen.
Todos los medios de comunicación, tanto los públicos como los privados, reparten de forma estricta y rígida los espacios. Los grandes partidos, a pesar de ser los que menos lo necesitan, cuentan siempre con una página entera o un par de minutos en todos los informativos. A los debates sólo se invita a los principales candidatos. Así, un pequeño partido, por mucho que se curre la comunicación, apenas puede optar más que a alguna fotonoticia o breve (y no a diario), a una entrevista de tres minutos en la radio, y a un corte de menos de un minuto en la tele. Y eso, dos o tres días en toda la campaña. Además, se basan en lo que los candidatos dicen en los actos de campaña, y nosotras no tenemos capacidad de organizar actos a diario. En fin, soy optimista y quiero pensar que encontraremos la forma de salir más, pero está difícil.
La alternativa: intentar ser visibles en internet. Pues eso tampoco está siendo tan fácil. Cuando eres pequeña, todo son problemas: hoy, por ejemplo, el dominio http://plazandreok.com se ha caído, y no tenemos técnicos para que nos lo solucionen, así que tenemos que esperar a que la empresa a la que se lo compramos nos haga caso. (Podéis entrar al blog por aquí: http://plazandreas.wordpress.com)
Nos topamos también con el prejuicio sobre el voto útil, la idea de que votar a un partido pequeño no sirve para nada. Es una paradoja, porque nos pasamos la vida despotricando contra la clase política, pero cuando una plataforma ciudadana se vuelca en proponer una alternativa, con pocos medios y mucha ilusión, no confiamos en ella. Plazandreok se presentó por primera vez a las elecciones en 1993. Hicieron una campaña ilusionante y lograron un número de votos digno, pero insuficiente para sacar una concejala. La gente se decepcionó, y en las siguientes elecciones el apoyo cayó a la mitad. Si en vez de reaccionar así, la gente hubiera pensado que a la segunda estarían más preparadas y llegarían a más gente, tal vez hubieran logrado el apoyo suficiente como para poder influir en las políticas municipales.
Yo he estado a punto de ceder a la tentación del voto útil en dos ocasiones. No lo he hecho y después me he sentido aliviadísima. Ahora mismo me estaría haciendo el harakiri. Si en vez de votar al menos malo, votásemos siempre a quien nos pide el cuerpo (aunque pensemos que no sirve de nada), quiero pensar que el panorama político sería diferente. O no, pero me parece más seguro ser fieles a nuestros principios que caer en esto de apoyar el cambio (por ejemplo) y luego ver cómo Gema Zabaleta (es un decir) se carga Heldu o recorta drásticamente la renta básica gracias a nuestro voto.
La candidata a alcaldesa de Donostia por Plazandreok, Juana Aranguren, leyó el pasado viernes en la comida de la candidatura el siguiente fragmento de un artículo de Nativel Preciado publicado en Público:
No hay nada más paralizante que el voto útil. Los grandes partidos, que se reparten alternativamente el poder, han logrado imponer la idea de que sólo conviene votar a los que tienen posibilidades de ganar. Como consecuencia de ese prejuicio se descalifica a los discrepantes, se impiden los matices y se torpedean las alternativas. El voto testimonial sirve, entre otras cosas, para castigar los errores políticos, corregir a los dogmáticos, incorporar al sistema las mejores propuestas de cada partido e incluso, después de lo visto en Alemania, para impedir que ganen siempre los mismos.
Ahí queda eso.
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Plazandreok se presenta a la alcaldía de Donostia y a las juntas generales de Gipuzkoa, en este caso, en las circunscripciones de Donostialdea y Bidasoa-Oiartzun. Eso significa que en las elecciones forales las podéis votar si estáis empadronadas en los siguientes municipios: Donostia, Astigarraga, Hernani, Lasarte-Oria, Urnieta, Usurbil, Hondarribia, Irun, Lezo, Oiartzun, Pasaia, Renteria.
En todo caso, seáis de donde seáis, dado que son el único partido feminista que se presenta a estas elecciones, os animo que si os identificáis con su ideario lo difundáis, y que las sigáis en Facebook y Twitter.
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