La Habana es transfeminista
13 Ene
Mi primera charla en La Habana se tituló «Transfeminismo: debates y experiencias en España». Usé esa corriente como paraguas para contar a qué nos estamos dedicando las feministas, antirracistas y activistas a favor de la libertad sexual. Organizó el conversatorio (así le llaman) Yasmín Portales, una feminista marxista integrante del colectivo autónomo Observatorio Crítico. El evento se celebró en un lujoso restaurante situado en una mansión colonial del Vedado. Asistieron la bloguera feminista antirracista Negra Cubana; integrantes del colectivo de lesbianas Oremi y de Hombres por la Diversidad; expertos en transexualidad; activistas de Observatorio Crítico y varias personas más especializadas en género o interesadas en diversidad.
Llegué al restaurante de los nervios, preocupada por que el tema les pareciera una marcianada yuma ajena a su realidad. Me inquietaba también que la mayor parte de la gente que he citado está vinculada al CENESEX, el instituto estatal que coordina las políticas LGTB y que dirige Mariela Castro, hija de Raúl. Mi discurso no era precisamente institucional: yo iba a hablarles de teoría queer, posporno, feminismo islámico y demás herejías. No iba a hablar de matrimonio gay. Sin embargo, desde el primer momento me encontré en un ambiente muy familiar, cariñoso y receptivo. Escucharon con atención, no se escandalizaron con nada, y de vez en cuando interrumpían para contar cuál es la situación en Cuba o introducir nuevos elementos de análisis.
Aluciné con el nivel discursivo de estas personas (algo de lo que no me cabía la menor duda, por otra parte) y porque, pese a estar bastante aisladas del resto del mundo, no se han quedado atrás respecto a los debates en materia de libertad sexual. Por ejemplo, resulta que en Cuba también se habla de despatologización trans. Les puse una foto de Diana Pornoterrorista eyaculando ensangrentada y se pusieron a contar que hay una mujer en Cuba experta en eyaculación femenina y que quieren organizar con ella ¡un taller práctico! Una maravilla.
No se cortaban en criticar lo que hay que criticar. Por ejemplo, que pese a que la prostitución sea alegal en Cuba, a las prostitutas las lleven presas. Una lesbiana contó que la policía la acusó de exhibicionismo (diversionismo ideológico) por abrazarse con su novia en la calle. La Constitución consagra la no discriminación, pero la policía aplica la ley de diversionismo ideológico bajo criterios homófobos. Los negros criticaron también la Ley de Asedio al Turista por la que la policía se dedica a importunarlos e incluso a arrestarlos por estar compartiendo con una persona extranjera. De nuevo, el problema es la aplicación de la Ley, dado que se considera asedio que un cubano camine con una amistad extranjera. Citaron también la falta de representación de la diversidad racial en los medios de comunicación.
Respecto a la transexualidad, la principal reivindicación es que no se exiga operación genital para tramitar el cambio de sexo. Me contaron también que las personas transexuales se encuentran en situación de exclusión social y con un nivel académico muy bajo, dado que suelen abandonar los estudios debido al acoso escolar. Por lo demás, la situación legal es similar: se exigen dos años de hormonación y terapia, y también existe la prueba de la vida real.
Estuvimos casi tres horas ahí debatiendo de temas dispares: el falso logro que supone que las mujeres se incorporen a estructuras represivas como la policía o el ejército; la eficacia o no de las medidas de acción positiva (tanto en cuestiones de género como de diversidad racial); la reivindicación de los valores femeninos sin caer en el esencialismo; cómo interpretar que en ocasiones el racismo se reproduzca entre la propia población negra… Muy estimulante.
En definitiva, me encontré con un núcleo duro de militantes y especialistas en diversidad, que intentan promover cambios desde dentro del sistema, desde el compromiso revolucionario, intentando limar las resistencias de los dinosaurios perpetuados en el poder, con muchas limitaciones, pero con las esperanzas puestas en el clima de apertura social que vive la Cuba de Raúl Castro. Me reuniré poco a poco con todas esas personas para que me hablen de su trabajo y de sus experiencias. Seguiremos informando.
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