Historico | 23 septiembre, 2010

Anuncios de prostitución

23 Sep

El Congreso ha pedido a los periódicos que eliminen los anuncios de prostitución, con la unanimidad de todos los grupos políticos. También veo consenso entre las periodistas con visión de género. Este sábado tenemos los encuentros estatales. Debatiremos sobre los anuncios de prostitución tras una exposición a cargo de una de las impulsoras de una campaña contra los anuncios. Yo diré que tengo serias dudas. 

Recordaréis que en mi anterior blog colgué un banner contra los anuncios de prostitución. Recordaréis tal vez que mi opinión sobre la prostitución en sí ha ido evolucionando a trompicones, hasta posicionarme sin reservas a favor de los derechos de las mujeres que ejercen la prostitución, en contra de tachar su trabajo de degradante (o de no ser trabajo) y en contra de negar la libertad de las mujeres para decidir cómo ganarse la vida en este Estado racista y patriarcal. El discurso de Hetaira me ha convencido y mucho, así que respecto a los anuncios (que yo sí que consideraba degradantes y que pueden servir de plataforma para las redes de trata) he decidido escucharlas. Reproduzco lo que dijo Cristina Garaizabal, de Hetaira, en las jornadas feministas de Granada. Sigo sin verlo claro pero la verdad es que creo que sus argumentos son lo suficientemente sólidos como para dar un par de vueltas al asunto:

– Teniendo en cuenta que ejercer la prostitución no es un delito ni una actividad ilegal, (…) los anuncios de prostitución, al igual que los anuncios de otro tipo de servicios, no tienen nada de malo. Por el contrario, y según nos consta por nuestra experiencia, son un buen instrumento para la captación de clientela de todas aquellas trabajadoras sexuales que, trabajando libremente y de manera autónoma, no quieren exponerse a hacerlo en lugares públicos. Su prohibición

implicaría obligarlas a lanzarse a la calle a buscar clientela o a refugiarse en los clubes
donde tendrían que someterse a las imposiciones de los empresarios.

– Por otro lado, es cuestionable la eficacia de esta prohibición –más allá del efecto ideológico- dado que hoy la mayoría de las que trabajan autónomamente se anuncian, fundamentalmente, a través de Internet.

– Se argumenta que esta prohibición ayudaría en la lucha contra las mafias de la prostitución forzada. Pero, seamos serias ¿Cuándo se ha visto que una actividad ilegal se publicite? ¿Realmente pensamos que la mayoría de las que se anuncian son víctimas de Trata? Nuestra experiencia nos dice que no es así. La Trata es un grave delito que al estar penalizado se mueve en la ilegalidad y la semi-clandestinidad. Si estuviera realmente tan publicitado no habría muchos problemas para acabar con ella. Al no ser así la prohibición de los anuncios no sirve para nada en la lucha contra la Trata. Esta lucha se debe llevar por otros caminos.

– No se puede responsabilizar a los medios de comunicación del control de lo que existe detrás de lo que se anuncia. Si así fuera, hagámoslo extensible a todos los anuncios y especialmente a aquellos de marcas de tejanos o zapatillas que han sido denunciados por fabricar sus productos en el sudeste asiático con niños obligados realmente a trabajar en régimen de esclavitud. Esas denuncias están comprobadas.

– La de que en los anuncios de prostitución la mayoría son forzadas no deja de ser una especulación ya que no existen datos que lo demuestren. La prohibición de los anuncios es una medida contra la prostitución en general y un atentado al derecho de las trabajadoras de publicitar sus servicios.