Por qué Pikara paga a sus colaboradoras y El Huffington no
12 Jun
El Huffington Post es una web de Prisa, impulsada por su consejero delegado, Juan Luis Cebrián, un ciudadano que el año pasado ganó 8,2 millones de euros, mientras que la precariedad afectaba cada vez más a las plantillas de sus medios. Pikara Magazine es una web montada por periodistas precarias y/o pluriempleadas, que pusimos entre todas 3.000 eurillos para arrancar, sin el respaldo de ningún inversor millonario. Sin embargo, Pikara paga a sus articulistas y El Huffington Post no. ¿Cómo es posible?
Si no conocéis El Huffington, leed este post, porque lo explica muy bien. El Huffing Post parece un periódico digital, pero es un agregador de noticias de agencias, de otros medios, y de blogs. Dicen que en el futuro ofrecerán contenidos propios. Por lo pronto han empezado por fichar a dos perfiles de blogueros: por un lado, políticos y famosos (Rubalcaba, Basagoiti, Boris Izaguirre…); por otro lado, bloggers consolidados, especializados en diversos temas. Y no les pagan. Es como si yo monto un bar para forrarme, pero como el sector de la hostelería está complicado, para mantener mi margen de beneficio intacto propongo a DJ’s, bandas de música y camareros profesionales que trabajen para mí a cambio de visibilidad y del orgullo de trabajar en el garito de moda. A mí me llamaron hace un mes para que me mudase a su medio porque querían a alguien que escribiera sobre temas de género. Me explicaron que no pagaban, pero que pensase en el montón de visitas que tendría y el renombre que tiene El Huffington. Les dije que no.
Las periodistas autónomas nos hemos acostumbrado ya a que todo pichichi nos ofrezca trabajar gratis. A menudo te intentan convencer con eso de: «Pero piensa la proyección que vas a tener». Yo no estoy por la labor, no porque no trabaje gratis (que lo hago todo el rato), sino porque me parece una falta de respeto que el Cebrián de turno pretenda expandir su emporio a mi costa y que todavía le tenga que dar las gracias por contar conmigo. Sólo concibo dos excepciones: proyectos sociales con los que me identifico, y que se basan en la militancia, en los que nadie hace negocio (pensemos en Diagonal o en Tas-Tas), o proyectos de los que tira con esfuerzo alguien a quien me une cierta amistad y que sé que en cuanto me pueda pagar lo hará, o que si no me puede pagar con dinero, buscará la manera de recompensarme de otra forma. Y, aún así, en esos casos es obvio que no puedo comprometerme a gran cosa, porque tengo que priorizar mis trabajos y conciliar mis militancias varias.
La directora de El Huffington, Montserrat Domínguez, no sólo no paga ni hace sentir querida a la gente a la que intenta fichar, sino que afirmó con todo el morro del mundo que bloguear no es un trabajo. Tendría sentido si estuviese llamando a funcionarios que escriben por afición blogs sobre tenis o sobre Michael Jackson. Pero Domínguez no quiere aficionados, sino periodistas que vivimos de escribir, que llevamos años manteniendo blogs en los que ofrecemos textos atractivos sobre temas en los que estamos especializadas, y que tenemos un público que arrastraremos a su medio. Es como si la Cadena Ser quisiera que periodistas especializadas les hicieran piezas radiofónicas gratis bajo la lógica de que hay gente que monta sus programas en radios libres por amor al arte. Me parece mal que un medio de Prisa no pague, pero ya que presuman del modelo de negocio tan estupendo que han ideado, es una tomadura de pelo.
Pikara Magazine en cambio se rige por un modelo modesto y ruinoso, pero digno. El año pasado los ingresos de Pikara rondaron los 10.000 euros: la mayor parte de una subvención de Emakunde (por ser un proyecto sin ánimo de lucro que promueve el empoderamiento de las mujeres), y el resto de donaciones y un par de anunciantes a última hora. Con esos 10.000 euros (a los que hay que sumar los 3.000 de inversión inicial con los que pagamos la web) nos alcanzó para pagar las colaboraciones del año, imprimir materiales (las chapas, encargar bolsas), comprar una impresora y organizar una fiesta de aniversario. Damos la vuelta al modelo habitual: en Pikara las que no cobramos somos las «empresarias» (entre comillas, porque no es un negocio). Es decir, llamadme tonta, pero si yo monto un proyecto, creo que soy yo la que tengo que pringar hasta que dé beneficios.
En Pikara hemos decidido por ahora que no haya ninguna persona en plantilla y tampoco hemos alquilado una redacción. Esos dos gastos complican mucho la viabilidad económica de cualquier medio digital. Tirando por lo bajo, necesitaríamos lo menos 65.000 euros al año para mantener una plantilla de cuatro mileuristas y un alquiler barato, por lo que sería muy difícil que sobrase dinero para pagar las colaboraciones. En nuestro caso, como digo, no hay ni plantilla ni redacción. Yo no cobré nada en 2011, y tampoco quienes se ofrecen, por compromiso hacia el proyecto, para realizar tareas como dinamizar las redes sociales, diseñar piezas o editar textos. Pagando una media de 85 euros por pieza (ofrecemos 50 euros por artículo de opinión o similar y entre 80 y 120 por reportaje periodístico), a diez textos remunerados que publicamos al mes, y sumando algo más por ilustraciones y fotos, significa que con menos de 12.000 euros al año nos alcanza para pagar todas las colaboraciones. Y esa es nuestra apuesta, lo que explica que estemos pagando más (o pagando a secas) que medios que han arrancado con un presupuesto infinitamente mayor.
Este modelo presenta serias limitaciones. No podemos tener millones de visitas al mes con las que atraer a anunciantes, porque no tenemos por ejemplo una persona contratada para dinamizar las redes. No podemos garantizar una periodicidad fija en las publicaciones ni un equilibrio entre géneros o temas, porque no hay personas contratadas para subir textos, ni para editarlos, ni para coordinar los contenidos de las diferentes secciones. Además, supone un desgaste personal considerable, porque servidora y las pikaras más entregadas a la causa nos dedicamos a la revista a horas intempestivas, rascando ratitos de nuestra jornada laboral, de nuestro tiempo de ocio o de sueño. Es la pescadilla que se muerde la cola, porque sin esa plantilla mínima, es muy difícil que el proyecto crezca y permita tener esa plantilla mínima que lo mantenga.
Por ahora tenemos energía, pero no sé si podremos seguir así durante años. Sin grandes cifras con las que atraer a anunciantes (y teniendo en cuenta además que tampoco aceptaríamos publi del BBVA), sin expertas en marketing que diseñen campañas estupendas, sin expertas en gestión de proyectos que presenten Pikara a otras convocatorias, sólo nos queda confiar en que la gente que nos lee valore el esfuerzo que estamos haciendo por dignificar la profesión. Que nos apoyen porque, mientras que en El Huffington unas pocas se forran a costa de tener a redactoras publicando teletipos, enlazando en portada reportajes de otros medios y a periodistas blogueando gratis, en nuestro caso las impulsoras trabajamos gratis para dedicar todos los ingresos a pagar por sus textos, que no son refritos precisamente, a unas 20 colaboradoras habituales y otras tantas esporádicas.
Y ahora es cuando os pido que si os ha gustado nuestra forma de hacer las cosas, consideréis hacer una aportación a Pikara. Tenéis dos opciones:
– Hacer una donación puntual (como si son cinco euros) a la cuenta Caja Laboral 3035 0122 86 122.0.02681.4
– Ser amigas o amigos de Pikara aportando la cuota anual que queráis (como si son diez euros al año), rellenando este formulario. Disfrutaréis además de descuentos en establecimientos que colaboran con Pikara, en nuestros talleres, regalitos, y todo lo que podamos hacer para cuidaros.
Y otra forma divertida de apoyarnos económicamente es a base de gin-tonics. Este viernes hacemos fiesta de apoyo a Pikara en La Huelga en Lavapiés: parte de lo que se recaude se destinará a nuestro proyecto. ¡Os esperamos!
Actualización: Me parece de justicia recordar también que eldiario.es , nuevo medio en el que participo, paga desde el principio todas las colaboraciones. Ya lo dije en su día: me parece triste que haya que aplaudirlo, pero así está el patio.
Actualización 2: Me llega este tuit: sebuscanperiodistas PRISA Radio anuncia 200 despidos y una rebaja salarial del 10% a toda la plantilla: bit.ly/KR5LLW
June, te sigo desde hace tiempo pero creo que ésta es la primera vez que comento (aunque me vi tentada con el post de la casi quema del sujetador ;). En primer lugar, enhorabuena por el blog y por la revista. En segundo lugar, me parece una opinión muy interesante la que aportas aquí. Aunque no la comparto. Soy fan del HP desde hace un año, cuando descubrí su edición estadounidense. Casi nunca leo sus informaciones, sólo dedico un vistazo rápido al titular de la noticia destacada. Si quiero informaciones de calidad y buenos reportajes me voy al New York Times (sí, ahora sólo diez al mes, ¡grrr!). ¿Qué busco en el HP? Historias personales. Es decir, a los mejores bloggers de USA contando sus cosas. Hay muchos bloggers en la red, pero pocos buenos. La mayoría se pierden en opiniones que poco aportan, mientras que sólo un puñado ofrece sus experiencias personales desde la honestidad y la sinceridad. Y eso es precisamente lo que trato de hacer en mi blog: compartir mis experiencias con mis lectoras y guardarme mis opiniones (contar versus pontificar). Y lo que haces tú, dicho sea de paso.
En los medios digitales de los que hablamos ocurre lo mismo. Debemos seguir haciendo una clara separación: una cosa son los géneros informativos e interpretativos y otra, y muy diferente, son los géneros de opinión. Creo que por informar hay que pagar. Es decir, hay que cobrar por escribir noticias, crónicas, reportajes y entrevistas. Como también creo que no hay que pagar por opinar. Si quieres ofrecer tu opinión en un medio de comunicación, y convertirte (o intentarlo) en un líder de opinión, no esperes recibir dinero a cambio. No me parece ético, a menos que seas el editorialista del periódico y no firmes el artículo. Por tanto, ¿por qué debería pensar lo contrario con los bloggers si considero que se enmarcan dentro del género de opinión?
Si escribo para una marca o en blogs profesionales, debo cobrar. Sin duda. Pero si escribo en mi blog personal, es lógico que no quiera una retribución directa de mis lectores, aunque la busco a través de anunciantes y, por qué no, quizá a través de un libro… Algún día… Es cierto que el HP está a medio camino entre lector y anunciante, pero sigue siendo un soporte que, como bien dicen, amplifica tu número de lectores y en el que te dejan opinar. Eso es, opinar. Contar, narrar. Jamás informar.
Caramba, llevo mucho escrito y no sé si me he expresado bien.
June, es injusto que Cebrián haya cobrado esa millonada mientras muchos periodistas malvivimos. Está mal que el HP España abra su edición con ¿media? docena de periodistas y ni siquiera se haya currado varios números cero porque aspiran a vivir del cuento de los bloggers desde el minuto cero. Pero tampoco creo que esté bien que tú pagues cincuenta euros a alguien para que opine… ¡Ops! ¡Lo que he dicho! La libertad de opinión y de expresión es un derecho que no debería mercantilizarse. En cambio, el trabajo de informar es una tarea ardua que requiere de conocimientos específicos y habilidades que deben compensarse satisfactoriamente.
Bueno, ahora sí. Dejo de escribir. Uy, no: eres una gran bloguera, ¿de verdad que no quieres publicar de vez en cuando en el HP? Yo te leería encantada…
Un gran abrazo y espero no haber asustado a tus lectoras con la largura de este comentario (ni a ti),
Gessamí
PD: Un apunte más: el HP USA se tuvo que poner las pilas porque copiaba y pegaba a los diarios tradicionales. Es decir, no se curraban las informaciones propias. Sólo las plagiaban. Eso es detestable y está fatal. Afortunadamente, ya lo han corregido (tal y como reconocen ahora desde el NY Times). No sólo hay que citar a la fuente, sino ofrecer algo más que un refrito a tus lectores.
Hola, Gessamí:
Qué bueno tenerte por aquí. No sabía que me siguieras. Muchas gracias por tu opinión y por el tiempo que te has tomado fundamentándola.
En los diarios se ha pagado de toda la vida a los columnistas que aportan una sección con sus análisis, ya sea de política nacional, internacional, deportes, cultura… Creo que el modelo de blogs de medios digitales en los que los blogs son precisamente el plato fuerte, tiene mucho que ver con el de las columnas de los medios. En Pikara pagamos a las equivalentes a una columnista. No a quienes nos mandan su artículo de opinión, como tampoco los diarios suelen pagar por los textos que van en tribuna libre.
Hay dos motivos por los que creo que un medio como Pikara debe pagar a quienes hacen opinión o análisis:
– Como dice Itxaso, no se trata de que cualquiera se exprese, sino que pedimos a personas formadas en ciertos temas, que además aportan frescura, enfoques novedosos, etc., que se comprometan con el proyecto, aportando textos de forma periódica, cuidados, con miga, etc. Insisto en que eso para mí es trabajo.
– Cuando yo me muevo para conseguir ingresos para Pikara, «vendo» nuestro número de visitas, de comentarios, la repercusión que han tenido nuestros posts. Nuestras articulistas son una pieza clave en el éxito de Pikara. Los artículos de Beatriz Gimeno, Itziar Ziga, Kattalin Miner y tantas otras han sido de lo más leído, comentado y compartido en nuestro primer año. No me parece bien que un medio se sostenga en buena parte (en el caso de El Huffington es lo fundamental) gracias a esos contenidos, y que no los pague.
Lo dicho, encantada de volver a estar en contacto contigo.
Un abrazo
¡Cierto! Después de escribir el comentario, me fui a dormir y seguí dándole vueltas al asunto. Escribir el comentario me permitió ahondar en la reflexión. Y llegué a la misma conclusión que acabas de llegar: se paga a los periodistas por escribir sus columnas, y así debe ser. ¿Pero sabes por qué no caí en la cuenta? ¡Porque no me leo ni una! Nunca lo he hecho y es poco probable que lo haga. Como tampoco escucho las tertulias formadas por periodistas, que me echan para atrás. Cuando leo una columna de opinión ésta la firma un experto y se enmarca en el espacio de tribuna libre de los periódicos. Otra cosa, y ahí es dónde hace aguas mi (antigua) reflexión son los columnistas que escriben historias cotidianas para la reflexión y que su profesión es la de escritor. Y, por supuesto, se les debe pagar. Es quizá ahí donde los bloggers casan más… No son periodistas (o no todos), cuentas sus experiencias personales sin pontificar y escriben desde el conocimiento, cualquiera que éste sea: desde rehabilitar muebles, recetas de cocinas o técnicas SEO.
Un abrazo a todos.
Gessamí,
Y, ¿no te planteas que para dar opinión, una persona ha de formarse/informarse? Eso también requiere dinero y sobre todo tiempo…
Una opinión siempre requiere información detrás para reforzarla y darle sentido. Sino, es pura banalidad.
Los artículos de opinión de Pikara por ejemplo, están cargadísimos de información. Eso no es sólo opinar, es informar y tiene un currazo detrás.
Ya tenéis un lector más,a pesar de que en ocasiones disiento de parte de tus opiniones. Bravo por vosotras.
En cuanto a la gente que colabora con el Huffington, sig’n o the times, que cantaba el Prince. Hay gente que no tiene ni un solo gramo de dignidad y apechuga con hacerles el trabajo gratis para que Cebrían pueda seguir llevándose sus 8/9 milloncejos al aire. Supongo que la neurona -o la verguenza- no les da para pensar que, el día que ellos quieran trabajar por una remuneración, siempre habrá otro bloguero dispuesto a hacer lo mismo que ellos (trabajar a cambio de «visibilidad») a quien le darán el puesto.
Lo de Montserrat Domínguez, pues que quieras que te diga. Otra autoproclamada progresista (o sea, portavoz de la CT )que queda al desnudo.En fin, cosillas que tiene el demostrar con hechos que toda la palabrería que sueltas te la crees un mínimo. Siendo malvado, es que . El problema es que ha perdido toda dignidad o credibilidad , ya sea inventada o no, para toda su vida, y ya sólo es carne de cachondeo para tuiteros y blogueros.
Buen artículo, lo he twitteado!
Tengo entendido que Montserrat Domínguez cobraba más de 300.000 euros por su programa de los fines de semana en la SER. ¿Habrá renunciado a esa cifra para dirigir El Huffington Post?
Esto de hablar en femenino siempre me parece una gilipollez, en serio.
Por lo demás, completamente de acuerdo con el artículo.
Todo bien, me apunto a la defensa de la dignidad de vuestra profesión, soy consciente de la precariedad que como en casi todas partes trabajan los de vuestra profesión, pero… hay que ver que mania tiene la gente de utilizar de forma tan gratuita a los FUNCIONARIOS para referirlos en contextos como menos denigrantes, ¡Ya está bien coño! No se trata de intentar salir a flote a costa de meterle un codazo al prójimo, que sepa, y como periodista debería de saberlo, que el dar golpes sin ton ni son a la imagen de los funcionarios es una práctica muy poco solidaria y progresista, y yo que SOY FUNCIONARIO he ido desarrollando un olfato muy fino para ciertos elitismos de progues de salón y eruditos a la violeta, cuidadín que ya no estoy indignado si no lisa y llanamente CABREADO.
Ea, que se sepa, ya me siento mejor. Un poquito de menos «PEROYACTIVISMO»
Lo siento, no pretendía ofender ni estereotipar a los funcionarios.
De acuerdo con la crítica al HP..Ahora, creo que Píkara debería de financiarse con métodos alternativos: crowfunding,reas,coop57,fiestas varias,etc y no vivir básicamente de las subvenciones. Primero, porque Píkara opta a conseguir beneficios algún día,aunque esa no sea la preocupación primordial de las fundadoras. Segundo, porque es muy difícil morder la mano q alimenta. Y tercero,pq es una aberración que los impuestos se dediquen a subvencionar «chiringuitos» políticos,sindicales ó religiosos del signo que sea.Siendo de izquiedas,es menos coherente aún.
Me sorprende que haya gente que cobre por escribir artículos comprometidos,la verdad..Creo que ese modelo es nefasto,parece a medio camino entre el ser y el parecer.
Modelo tan típico de la izquierda pogre, por otro lado.
No estoy en contra de que la gente cobre por un trabajo intelectual que lleva su tiempo y esfuerzo, pero las subvenciones lo pervierten todo y generan sus redes clientelares.
P.ej., me sentiria molesto si Beatriz Gimeno cobrase por su artículo sobre equo y el feminismo pq es muy malo.
Gracias por tu comentario, Asperger. Te contesto:
– Me he referido a los datos del año pasado, que fue el primero e hicimos lo que pudimos. Este año estamos moviendo mucho más la publi y el tema de las socias, hemos hecho varias fiestas y talleres, editado materiales para venderlos, y utilizaremos la vía del crowfunding pronto. MIraré eso de Coop57 porque no sé lo que es. Si queremos fomentar la autogestión es por no depender económicamente de una única fuente.
– No estoy de acuerdo con que es difícil morder la mano que te da de comer. Yo milito en una asociación (SOS Racismo-Bizkaia) que recibe subvenciones de varias instituciones y te puedo demostrar que es la asociación antirracista que más caña le mete. Es tan sencillo como comprometerse con una misma en hacer y decir lo que considere, asumiendo que si la consecuencia es que le quiten el dinero, pues que se lo quiten. En Pikara hemos publicado algún texto criticando proyectos de Ley del Gobierno.
– Tampoco estoy de acuerdo con lo de los chiringüitos. Si existe una línea de subvenciones del Gobierno para apoyar proyectos que promuevan el empoderamiento de las mujeres, la documentación de la historia de las mujeres, que visibilicen el trabajo de las asociaciones, etc. (que me parece pertinente), creo que Pikara encaja ahí. Me parece bien que se destine dinero público a proyectos sociales cuya aportación a la sociedad se justifique. Si me preguntas por el escenario ideal, sería el de unas instituciones que se encarguen por sí mismas de promover la igualdad, el empoderamiento y demás, y unas asociaciones que puedan autogestionarse para jugar un papel crítico. Pero vaya, tal y como están las cosas, yo no veo problema en que se destinen fondos públicos a proyectos sin ánimo de lucro dirigidos a promover la igualdad (o el respeto al medio ambiente, por ejemplo).
– No se cobra por escribir artículos comprometidos. Queremos tener en nuestro equipo a personas expertas en una materia determinada que escriban análisis de calidad en contenido y forma, y que tengan un compromiso de escribir periódicamente. Creemos que esos principios, calidad y compromiso, hay que pagarlos. En todo caso, se paga por pieza, y hay piezas que no procede pagar. Hasta ahí puedo leer.
¿Puedes aportar mas informacion?, ha sido Genial encontrar mas datos sobre este tema.
La verdad es que el feminismo no es algo que me quede cerca en absoluto, pero me ha gustado mucho esta entrada. Me encanta esta visión (que debería ser única) del periodismo.
Creo que os haré una (humilde, eso sí) contribución.
Un saludo blablacarero! 😉
PD: Aquí cuenta la historia de Cela (http://davidjimenezblog.com/2011/12/01/putas-y-periodistas/) sobre putas y periodistas.