‘Yo quería sexo, pero no así’. Por qué me emociona ganar un premio con ese reportaje

4 Abr

Me han dado el II Premio de Periodismo Colombine. Un reconocimiento así es en todo caso un subidón, pero el texto premiado no es un reportaje más para mí.

“Yo quería sexo, pero no así”

Lo que iba a ser un encuentro deseado, se convierte en una agresión sexual. Esa situación es más frecuente que el estereotipo de violación por parte de un desconocido en la calle, pero para las mujeres es más difícil de identificar como un delito contra su libertad sexual. La culpa, la vergüenza de exponer su sexualidad y el miedo a que no las crean hace que pocas denuncien e incluso lo cuenten.

Como ya he dicho alguna vez, por diferentes motivos personales, si hay un tema de la agenda feminista que me remueve, es el de la libertad sexual. En nuestra sociedad (lo dejo así por no entrar en el berenjenal de las comparaciones) las mujeres no sólo seguimos estando expuestas al riesgo de que nos violen por la calle, sino que vivimos una pila de situaciones que lastran nuestra sexualidad.

Si eres de esas personas que piensan que soy una paranoica, una histérica o una feminazi por hacer esa afirmación, pregunta a la mujer que tengas más a mano (si eres mujer, pregúntatelo a ti misma también) a ver si le ha pasado alguna o varias de las siguientes cosas. Las cuatro primeras son aplicables a cualquier mujer, las siguientes a mujeres que hayan tenido relaciones sexuales y de pareja con hombres:

– Un desconocido le tocó el culo, las tetas o el coño por la calle, en un bar o en el metro

– Un desconocido le enseñó la polla e incluso se masturbó delante de ella

– Un pariente o alguien cercano a la familia la tocó o se le insinuó de forma lasciva siendo menor de edad

– Un jefe, compañero de trabajo o de piso la acosó sexualmente

– Un tío la llamó calientapollas por no querer tener sexo después de haber estado tonteando

– Un amante la presionó para realizar prácticas sexuales que le desagradaban o no le apetecían, o la tachó de estrecha por no acceder a ellas, o incluso se las impuso (por ejemplo, eyacular en su boca o en su cara sabiendo que a ella le desagrada)

– Un novio la juzgó por sus experiencias sexuales pasadas

– Ha follado cientos de veces sin ganas, por miedo a que el novio de turno la dejase por otra más dispuesta al sexo, a veces incluso cuando implicaba que la penetración le doliera por falta de lubricación

– Descarta el sexo anal porque alguna vez que accedió a practicarlo, el compañero de cama la penetró bruscamente ignorando su dolor

– Ha vivido cientos de polvos sin orgasmos porque el compañero o amante ignoraba su clítoris y ella no se atrevía a pedirle que lo acariase ni a tocarse ella misma, por miedo a ser juzgada

– Ha tomado la píldora del día después, ha abortado o ha tenido un bebé no deseado como consecuencia de polvos en los que él no quiso ponerse el condón (ya sea que se negó o que la convenció con el típico «venga, sólo un rato, luego me lo pongo»). Es más, su pareja eyaculó dentro de ella de forma premeditada (sí, varias chicas me han contado que les ha pasado esto en relaciones en crisis, ya tuviera el tipo como objetivo dejarla embarazada para estar siempre vinculado a ella, ‘joderla’, someterla…)

Que a la mayoría de las mujeres nos hayan ocurrido varias de las situaciones anteriores desde muy jóvenes  es el contexto que explica lo que cuento en el reportaje: que más allá de las violaciones en la calle por parte de desconocidos (que tanto nos enseñan a temer), las experiencias de sexo no consentido, la incapacidad para defender nuestro placer e identificar abusos, y la determinación de muchos hombres (no todos, pero si a todas nos han pasado estas cosas, no son pocos) a no aceptar los límites que marcamos, están a la orden del día. Así empieza el reportaje:

La ‘primera vez’ de Blanca fue una violación, pero le costó años reconocerla como tal. Tenía 17 años y ligó con un compañero de clase en una fiesta de fin de curso. El chico le gustaba, y se sentía preparada para tener sexo con él. Pero en un momento dado su actitud le desagradó, y le pidió que parara. Él, lejos de atender sus ‘no’, la empotró contra la pared, le tapó la boca y la forzó. Ella respiró hondo e intentó relajarse para no sufrir lesiones. Se lo contó a sus amigas sin darle mayor importancia: que había tomado dos cervezas y se dejó hacer. Después de nueve años y dos relaciones de pareja marcadas por las humillaciones y los abusos, fortalecida por la terapia y el contacto con el feminismo, Blanca se reconoció como una mujer violada y lloró por primera vez.

Lo que no cuento es que Blanca es una de mis mejores amigas. Yo soy una de las amigas a las que contó que había follado por primera vez, y yo soy una de las amigas con las que verbalizó diez años después que había afrontado la dolorosa certeza de que lo que vivió fue una violación. Y también soy una de las amigas a las que le pesa no haber sabido apoyarla más cuando se embarcó en relaciones abusivas, aunque la otra cara de la moneda es que creo que sí influí en que se acercase al feminismo, que le ha ayudado a entender lo que le pasó como parte de un entramado de violencias que todas las mujeres vivimos por el hecho de ser mujeres en una sociedad patriarcal en la que estas violencias son sistemáticamente obviadas, ninguneadas, relativizadas o incluso justificadas.

En el reportaje, la psicóloga Norma Vázquez, responsable de una investigación sobre agresiones sexuales en la que entrevistó a unas 70 chicas, afirma que la actitud masculina tan extendida y normalizada de insistir y presionar para tener sexo, hace que las mujeres acepten esa conducta “como algo consustancial a salir de fiesta”. Que las mujeres se suelen sentir culpables o al menos responsables de lo que los ocurrió, y que no denuncian entre otras cosas por el miedo a exponer su sexualidad ante desconocidos, en una sociedad que sigue juzgando a las mujeres que salen de fiesta con ganas de sexo.

El jurado ha destacado lo siguiente: “Es significativa la frescura periodística del trabajo galardonado con un tema que no es común que sea tratado por los llamados medios generalistas. Era uno de los pocos trabajos que tocaba un tema totalmente tabú en nuestra sociedad, del que la mujer no se atreve a hablar, por dolor o por vergüenza”.

Cuando alguien rompe el silencio, muchas otras se animan a terminar con el suyo. Entre los comentarios que ha recibido hoy el reportaje en Pikara, una chica contaba la violencia sexual (disfrazada de sadomasoquismo consentido) que sufrió con su pareja, que la violó tiempo después de haber terminado la relación. Me parece muy importante facilitar espacios para que las mujeres dejen de llevar estas historias en secreto. No sé si los medios digitales son el mejor espacio, porque siempre hay mucho trol cabrón y mucho machista a secas que las cuestionan, pero bueno, quiero pensar que es terapéutico escribir sobre ello.

En Pikara también se ha dado un debate de lo más interesante sobre cómo reaccionar ante una agresión sexual. Esto tiene que ver con un matiz importante: mi enfoque no es en absoluto victimizador. No me quiero recrear en lo pobrecitas que somos y lo jodidas que estamos por vivir agresiones. Como explica Maitena Monroy en una entrevista que le hice para Beldur Barik, el problema es que a las mujeres nos educan en el terror de ser violadas, pero al mismo tiempo no se explicitan los riesgos ni se nos dan recursos para afrontar esa posibilidad. Por eso, yo creo que lo primero es romper el silencio, lo segundo compartir estrategias de autodefensa para no bloquearnos ante una agresión, y lo tercero recuperar la agencia sobre nuestros cuerpos y nuestra sexualidad. Me voy a poner en tono panfletero, pero si algo le jode al patriarcado (o a los machistas, si esto del ente abstracto no os convence) es que no dejemos que estas experiencias nos afecten de por vida y que disfrutemos del sexo libres y empoderadas. Tampoco lo cuento en el reportaje, pero Blanca lo ha logrado. Claro que no es fácil. Ser feministas no nos ha librado de encontrarnos con dificultades para defender nuestro placer en la cama sin miedo a juicios, como comentaba antes. Pero ser feministas sí que nos proporciona cierta consciencia y ciertas herramientas para entender cómo nos sentimos respecto a la sexualidad y poder vivirla de otra manera.

Hoy, cuando he difundido la noticia, las compañeras de Pandora Mirabilia, una cooperativa de género y comunicación, me han contado que han usado este reportaje en unos talleres sobre prevención de violencia sexual con adolescentes. «Es muy clarificador y muy útil para trabajar las distintas violencias que vivimos, da claves para detectarlas y para no sentirnos culpables por sufrirlas», me dicen. Ese es uno de los comentarios que más ilusión me han hecho de todos los que he recibido. Sentir que el reportaje tiene vida propia, que no es sólo un texto para leer, sino también para debatir e incluso trabajar con él a favor de la libertad sexual.

*

Como la otra vez, es una alegría que el reportaje se publicase en Pikara (también en eldiario.es, a quien agradezco mucho que aceptase cuando propuse el tema y que me han transmitido mucho cariño hoy), y doble alegría porque entre los finalistas también se encuentra el compañero Jairo Marcos, con un reportaje sobre la plataforma de mujeres feministas Kuña Pyrenda, que se presentó a las pasadas elecciones en Paraguay. También es finalista Zigor Aldama (con el reportaje ‘Demuestra que no eres bruja, publicado en El País), quien también publica de forma esporádica en Pikara. El año pasado también quedó finalista nuestra compañera Emi Arias. Estos reconocimientos nos sirven como un argumento más para defender nuestro proyecto, para demostrar que no sólo ofrecemos periodismo con perspectiva de género, sino buen periodismo, sin más adjetivos. Como decía el otro día, ponernos las gafas lilas no nos nubla el criterio, sino que nos permite entender y explicar mejor la realidad, y contar historias que los medios generalistas a menudo no cuentan.

Alguna gente ha dicho en las redes que la labor de Pikara es impagable. Bueno, pues lo cierto es que hay que pagarla. Necesitamos dinero para poder seguir comprando reportajes de premio, y para que las coordinadoras de la revista (Andrea Momoitio y yo) podamos empezar a cobrar algo, porque hasta ahora no lo hemos hecho. Por tanto, os animo a que, si creéis en el proyecto y/o disfrutáis con reportajes como los citados, nos apoyéis.

*

El tercer motivo por el que este premio me sienta genial tiene que ver con la reafirmación sobre decisiones que he ido tomando. La historia se repite. El primer premio lo gané con el primer reportaje que escribí después de tomar la decisión de dejar un trabajo estable para dedicarme a Pikara y al periodismo. Este segundo reportaje coincidió con que volví a dejar un trabajo bien pagado porque quería disponer de más tiempo y energía para escribir y para mimar mi revista. A mucha gente de mi entorno le costó mucho entender que rechazase empleos en plena crisis y yo también a veces me cuestionaba si no estaba arriesgando demasiado y si no tenía pajaritos en la cabeza. Así que me da mucho gustito recibir estos espaldarazos para seguir haciendo lo que me pide el cuerpo.

Muchas gracias a todas las personas que, de una u otra forma, me habéis apoyado para que siga avanzando por este camino.

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20 Respuestas para “‘Yo quería sexo, pero no así’. Por qué me emociona ganar un premio con ese reportaje”

  1. Anarres 5 abril, 2013 en 0:43 #

    Me alegro mucho por este premio y me parece muy merecido. El trabajo que hacéis es muy necesario.

  2. Lucía 5 abril, 2013 en 21:34 #

    Brava.

  3. [l] 6 abril, 2013 en 1:30 #

    felicitarte por el premio y por el artículo.
    pero me ha pasado algo con este post.
    al leer este post tuyo me acabo de dar cuenta que fui violada hace 10 años, lo que tuvo como consecuencia un aborto (cuyos gastos compartí con quien era mi novio (y no el violador)). me había ido a follar con un amante a un hotel perejero, y desperté en medio de la noche con él corriéndose dentro mío sin usar condón (estábamos allí para follar, sí. pero sin condón no era una posibilidad que estuviera disponible). leer este post ha sido como un balde de agua fría, y darse cuenta que te ha acompañado este «estar helada» durante años sin un efecto visible, esto es sumamente extraño. no sé bien qué va a pasar, nunca lo conté. sólo sé, de momento, a qué se debe el que a veces haya sentido miedo de dormir con alguien, de que puedan hacerte cualquier cosa mientras duermes, sentir que no estás segura… y eso sí me tiene ahora toda entumecida.

    • June 12 abril, 2013 en 11:14 #

      Lo siento mucho, compañera. Espero que esta toma de conciencia te permita curar mejor la herida y, como dices, entender cosas que te pasan ahora. Te recomiendo mucho que recurras a espacios feministas en los que puedas charlar de lo que te ha pasado sin miedo a que te cuestionen o juzguen. Y bueno, yo desde luego soy adicta a la psicoterapia, psicólogas como la mía te cambian la vida y aceleran mucho procesos de duelo.

    • Jonko 17 agosto, 2013 en 23:04 #

      Eso que te pasó es una putada. Espero que le contaras a tu novio lo sucedido sobre todo para no ponerle en peligro de contagio de una ETS.

  4. Unai Etxebarria 10 abril, 2013 en 14:26 #

    Zorinak June!! Tu trabajo es ejemplo a seguir y esperanza para los que nos dedicamos a este oficio.

    Sigo con admiración tu trabajo.

    Enhorabuena.

    • Fresca 12 abril, 2013 en 10:41 #

      Hola, me gustaría saber cual es el discurso victimista que existe sobre las mujeres violadas del que reniegas. Es que yo creo que no existe.

      • June 12 abril, 2013 en 11:10 #

        Hola, Fresca. Me refería a no recrearnos en la condición de víctimas . Me gusta que en América Latina se habla de sobrevivientes. Creo que en vez de quedarnos en denunciar que las mujeres sufrimos violencia, hay que subrayar que podemos tener recursos para enfrentar esas violencias y que también podemos seguir con nuestras vidas, que un agresor no va a destrozar nuestras vidas, que podemos apoyarnos y contar con recursos para tirar pa’alante y, como decía con que Blanca hoy tiene una vida sexual estupenda. A menudo el periodismo le encanta retratarnos como víctimas desvalidas, vulnerables, y se habla de cómo nos pueden proteger, casi nunca se habla de autodefensa. A eso me refería

        • Fresca 14 abril, 2013 en 21:08 #

          Hola June, siguo sin verlo, creo que los medios y la sociedad nunca han victimizado a la mujer violada sino que la han culpabilizado, miminizado el delito muchas veces tratandolo como algo menor o disculpando al violador (los hombres no pueden controlar su sexualidad, están enfermos, es que iba provocando, es que no se defendío lo suficiente, subió a la habitación con él, es militar y esta traumatizado por la guerra, etc). A mi parece que se victimiza sí, pero al agresor…a no ser que sea violaciones muy violetas o sangrantes.

          Cuando desde el feminismo se ha insistido en que la violada es la víctima nun ha sido para victimizar sino en respuesta a esos ataques, queriendo decir que por mucha falda corta que una lleve, por mucho que beba, por mucho que halla subido con él a la habitación..no es ella la culpable y nunca esta justificada la violación.

          La autodefensa (cuando nos defendemos también pasamos a ser las culpables, «no era para tanto» «jo, te iba a violar pero matarlo es demasiado -recuerda el acoso que soportó la madre que quemó al violador de su hija y la niña a la que llamaban viola en el publo y se reían de ella-) esta muy bien (o llevar algún tipo de arma de defensa si es posible) y se debería hacer incapié en ello…pero porqu ehay quizás un discruso paternalista de la defensa que no victimista.

    • June 12 abril, 2013 en 11:15 #

      Aspaldiko, Unai! Te he perdido la pista. ¿Sigues en la tele? Besos!

  5. Mikel 17 abril, 2013 en 19:22 #

    Kaixo June!

    Primero de todo felicitarte por le premio, el artículo(que es super interesante) y sobre todo por dejar 2 trabajos estables y dedicarte a tu vocación(y más en los tiempos que corren).

    Por una parte coincidimos el artículo en si y en otros artículos o partes de artículos tuyos que he leido(no los he leido todos), aunque por otra parte tengo una forma de pensar, que no se si la podrías considerar como “trol cabrón o machista a secas” como has definido en el último texto(soy una persona con bastantes contradicciones, lo cual creo que es positivo si estas no te desbordan). De todas formas, por el conocimiento que tienes sobre los problemas de la mujer, el feminismo, tu soltura de escribir y explicar las cosas…muchísimo mas amplia que la mia, me gustaría que me corrigieras en los aspectos que no coincidimos, que puede ser que no te gusten o que en algunos casos te parezcan duros y/o equivocados.

    En lo que coincidimos está claro: Igualdad total en todos los aspectos(familiares, sociales, laborales y sobre todo sexuales) entre el hombre y la mujer, digo sobre todo sexuales en el sentido que ese rol que se le ha impuesto a la mujer de que no tiene o no debe de tener derecho a la sexualidad mas allá que la reproducción me parece patético.
    Esa frase nauseabunda de “la mujer en la cama y en la cocina”, lo describe todo.

    Me acuerdo de chavales(bueno y todavía sigue este “chip mental”): La chica que se liaba con 3 chicos era una guarra, el chico que se liaba con 5 chicas era Superman. Que asco!

    O aquella vez que cuando tenía 8-9 años había una cartel en la calle denunciando una agresión sexual a una mujer a las 3 de la madrugada y un inútil(y me quedo muy corto con el epiteto) saltó en alto: Saldría del Puticlub!, hay que ser …para justificar una violación y encima llamr puta(que para las prostitutas merecen todo el respeto del mundo, pero para el imbécil en cuestión se ve que no) por el mero hecho de que la mujer esté sola en la calle a la noche. Y así 1.000 ejemplos mas.

    Tb he tenido familiares y amigas a las que les ha pasado cosas(de las mas fuertes) que comentas en el artículo y aunque no lo haya vivivdo en propias carnes(bueno, a mi con 14 años un tío se me hizo una paja delante de las narices y luego me siguió un rato con cara lasciva y la verdad que me lo pasé de pena, no quiero ni pensar lo que tiene que suponer una agresión sexual), me lo han comentado y se de cerca de que va el tema.

    Bueno ahora que he hecho de “Policía bueno” me toca hacer de “Policía malo” y aquí es donde chocaremos, pero lo que te he comentado antes, no lo hago como trol cabrón, sino que espero didácticamente me hagas ver si estoy confundido o no.

    -Hay hombres que tb sufren malos tratos físicos, psicológicos(que pueden llegara ser peores que los anteriores), que no denuncian y si quieres ya te explicaré por que y asesinatos de sus parejas.

    -No hay datos de hombres asesinados por sus parejas, ni de madres que matan a sus hijos(por supuesto que no me refiero al aborto) en EEUU por ejemplo es bastante mayor el número de madres que matan a sus hijos que padres, en el estado español no sabemos.

    -El hombre carece de presunción de inocencia en el estado español, en caso de separación pìerde casa y custodia de sus hijos en la mayoría de los casos, muchas veces las madres “envenenan” a los hijos en contra del padre lo que en psicología se denomina S.A.P. Síndrome de Alineación Parental.

    -No se sabe el número de denuncias falsas por malos tratos que hay en el seno de la pareja/matrimonio y en caso de que sea denuncia falsa, se archiva en la mayoría de los casos y aquí paz y mañana gloria, eso si: el “golpe” psicológico” que se lleva el hombre, la estigmaticazión social etc etc etc no se la quita nadie.

    En muchos casos se hacen en procesos de divorcio para:

    A) Conseguir antes y con mayores beneficios el divorcio para la mujer
    B) La mujer asesorada por el despacho de abogados(sin escrúpulos) que así se llevan mas minuta.

    Es decir que se puede dar el caso de hombres que
    A) Son “Desahuciados”
    B) “Alejados” y “envenenados”de sus hijos
    C) Denunciados falsamente con lo que ello lleva de ataque psicológico y social

    ¿Cuántos suicidios llevan estas situaciones a fin de año en el Estado Español?
    No se sabe, o peor aún: No se quiere saber.

    Y como siempre que hay una necesidad y alarma social, hay gente que se aprovecha de ella para hacer caja: Empresas de publicidad, medios de comunicación sensacionalistas, despachos de abogados, empresas e instituciones públicas, semipúblicas,…En el ámbito municipal, provincial, autonómico y estatal.

    En muchos casos con gente preparada y concienciada con el tema, pero en otros muchos casos con aprobetxtegis del partido gobernante de turno.

    En cuanto a las denuncias falsas que comentaba arriba:

    ¿Qué produce este goteo de denuncias falsas? o Peor aún ¿Qué consecuencias negativas conllevan, aparte de la destrucción moral del hombre?

    Pues que son un “misil” en la línea de flotación de las mujeres que de verdad sufren violencia física y/o psicológica.

    Y ahí yo creo que el movimiento feminista teneis que ser contundentes y rotundas contra esta cuadrilla de traidoras que se van a cargar décadas y décadas de lucha.

    ¿Con todo esto quiero decir que la mujer es peor que el hombre o que es muy mala? NO!

    Lo que quiero decir es que desde muchos “foros” esa imagen que se proyecta de mujer=buena, hombre= malo es falsa y encima yo creo(mi humilde opinión) a largo plazo malo para el movimiento feminista, yo prefiero considerarme igualitarista.

    Ni “machista a secas” ni feminista.

    Para acabar 2 cosas:

    -Comentas que la psicología te gusta mucho(a mi tb), no se que escuela sigues, pero hay profesionales de coaching que son mucho mas rápidos y efectivos que los psicólogos clásicos(siempre y cuando des con uno bueno)

    -Vi un artículo tuyo sobre el Sexo Trántico que causó mucho furor, yo practico sexo tántrico y es lo mejor que he hecho con diferencia sobre lo segundo, y he probado bastantes cosas dentro del sexo(sin dármelas de macho, ojo)

    En Bilbao hay un centro:
    http://tantraenbilbao.com/masajes/masaje-tantrico/

    No te se dar referencias, yo aprendí en Barcelona, en el que se supone el mejor o uno de los mejores dentros de Tantrismo de Europa.

    • Mikel 17 abril, 2013 en 19:23 #

      No se darte referencias, quería decir

      Agur
      Mikel

  6. Juana Gallego 21 abril, 2013 en 18:00 #

    June, no sé si te acuerdas de mi. He leído lo de tu premio y quiero felicitarte, por el reportaje y por toda la trayectoria que llevas, que me parece muy valiente. Un abrazo.

  7. Ximena 21 mayo, 2013 en 2:21 #

    Hola. Soy argentina y estoy cursando la materia Semiología. Hemos estado trabajando con un texto suyo «Sexismo lingüístico», en el que le refuta a Bosque.
    Estoy completamente de acuerdo con usted. El hecho es que nos piden hacer una monografía, dentro de todo corta, y que expresemos una solución al problema. La verdad es que no sé qué solución plantear.
    De todas formas, no es eso para lo que le escribo sino para ofrecerle mis felicitaciones en cuanto a su trabajo y decirle que personas así son necesarias en todos lados. He llegado hasta este post justamente buscando información suya, de su formación y su especialidad.
    Leí «Yo quería sexo, pero no así» hace un par de días, es una alegría saber que las mujeres realmente se puedan recuperar de estas agresiones, violencias y/o violaciones. Lo cierto es que no conozco a nadie que le haya pasado algo así pero soy consciente de que sucede muy a menudo.
    Por último, le agradecería que, de ser posible, me ofrezca un comentario que le gustase que utilice para mi trabajo de la facultad. A modo de conclusión o como a usted le apetezca… Si está de acuerdo, claro. Espero que no piense que quiera sacar provecho de esto, solo es una idea que se me ocurrió. Sería fenomenal tener algún comentario suyo.
    Desde ya, muchas gracias. ¡Y felicitaciones por este premio!

  8. Talia. 23 mayo, 2013 en 17:56 #

    Hola Juno lo primero de todo felicitarte por tu premio. No se como llegue ha parar a este block y leí esta entrada.Solo se que empece buscando respuestas algunos interrogantes de mi vida y encontré el artículo a través de una pagina adolescente.Tengo 17 años e intento descifrar este mundo pero hay dudas en mi mente y una lucha interior entre aquello que me han enseñado desde niña, como esperar al hombre indicado… etc y la realidad que después se muestra. Al leer me he notado un poco identificada aunque todavía no he tenido experiencias sexuales completas , ha habido una ocasion en la que me he sentido forzada a tener contacto sexual contra mi voluntad, con algún chico rollo y después ver como se va de mi vida como si nada hubiera pasado, pero nunca he dicho ha nadie cuanto me ha dolido esto siempre he aparentado fuerte y he hecho como si no le diera importancia. Ahora tengo miedo en las relaciones,y ya siento que no puedo confiar en ninguno que en el fondo son iguales y solo buscan una cosa. Y si yo me pondría a buscar lo mismo que ello sería juzgada y tachada de puta. Entonces ¿que opción tenemos las mujeres? ¿dejar que nos utilicen solo para lo que ellos quieran? o ¿si no afrontar que te juzguen? o lo que pienso que es mejor no estar con nadie absolutamente ;así evita una dolores de cabeza.

  9. Sergio Alejandro 1 agosto, 2013 en 18:20 #

    La premisa del feminismo: «No es no»…. esto es tan estúpido como asegurar que las personas -hombres y mujeres- siempre expresan lo que sienten, que siempre alinean sus palabras con sus emociones, todos sabemos que eso NO es así, ninguna persona es así. Yo soy hombre y estoy seguro que muchas veces he dicho «no» solo por cortesía, vergüenza, conveniencia, miedo, estrategia o hasta por presión social; y puedo apostar mis testículos a que todas las personas del planeta hacen lo mismo en mayor o menor medida, la que lo niegue también podría negar que respira oxígeno.
    Ese feminismo aplana las palabras, les quita cualquier posibilidad de contexto. «NO» dos simples letras que pueden significar muchas cosas dependiendo de la situación, el ambiente, los hechos precendentes, el tono de voz y la compañía… Tuve una novia que en la intimidad le gustaban los juegos de roles, le gustaba aveces simular una violación y forcejeaba como diciendo «no me tendrás tan fácil», y porque sé que ella simulaba? pues porque si ella no lo disfrutara no hubiéramos realizado el mismo ritual docenas de veces, ella no hubiera amanecido recostada sobre mi pecho con una sonrisa en la cara después de haber dicho «no» muchas veces.
    pero al leer este artículo es inevitable recordarla pues se me ocurre que por medio de la demagogia feminista una «psicóloga» podría convencer a mi ex-novia de que yo la violé, se me ocurre que podría yo tener la mala suerte de que mi ex-novia se meta a una página feminazi, le metan el cuento de que «no es no» y que por ende como ella pronunció la palabra «no» entonces yo no tenía porque continuar el juego sino que debía estropear la escena asumiendo que «no es no». En otras palabras, me pregunto si la protagonista de esa historia «se dio cuenta» o fue que la convencieron de que había sido violada (?)
    Ese feminismo es peligroso para el varón heterosexual, en la medida que hace interpretaciones extensivas de cualquier situación o conducta, por ejemplo: si hoy aceptamos que el mero hecho de ser INSISTENTE ya nos hace violadores que seguirá mañana?? Así yo podría terminar siendo violador por accidente, pero el detalle que no tienen en cuenta es que esa victimización que ven como un gran «avance» se puede tornar en su contra, en otras palabras estos razonamientos son peligrosos para las mujeres también, perfectamente una mujer podría entonces considerarse violadora, pero que pasa entonces con los vínculos de confianza¿?? si tengo una esposa con la que llevo 10 años conviviendo tengo que pedirle permiso para cada contacto sexual?? Que tal el marido a toda hora: «amor puedo tocarte allí amor puedo besarte allá? amor puedo chuparte allí?»… A final de cuentas uno lee estos artículos y queda con psicosis, yo ya no puedo montarme a un bus sin el temor a que en medio del tumulto mi parte inferior delantera tenga contacto con una de esas mujeres que ve una violación o agresión sexual hasta en una mirada y termine metido en serios problemas.

  10. adela 16 septiembre, 2013 en 18:10 #

    Yo creo que lo mejor es llevar tres tarjetas, una de color verde, otra de color ámbar y otra roja.

    Cuando queremos follar sacamos la verde, cuando vemos que el polvo no está cumpliendo nuestras expectativas sacamos la color ámbar y por último cuando el folleteo debe cesar si o si sacamos la roja. Esto hay que dejarlo bien clarito a nuestra pareja macho antes de iniciar el envite y así no hay lugar a confusiones. Además no estaría de más incluirse en la legislación penal para que el juez o jueza supiera claramente cuando es violación y cuando no.

    Huelga decir que sin tarjeta no debe haber coito ni relación sexual para evitar violencia sexista (y sexual) alguna. Dichas tarjetas estaría bien incluirlas junto con los preservativos a la venta.

  11. Florentina Zapico Yáñez 6 febrero, 2014 en 7:50 #

    Felicidades, y excelente bolg. Te seguiré, para mi es un honor.
    Florentina Zapico Yáñez

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