¿Qué pasa con el reguetón en Cuba?
22 Ene
22 Ene
16 Ene
Mi amiga se fue a la cama agotada y una hora después un fuerte picor la despertó. Tenía la cara llena de ronchas. Entendió que el camarón que se había comido le había dado alergia. Se tomó un antihistamínico que tenía, pero su hermana, enfermera, le dijo que debía tomar leche. Así que me fui a buscar leche por La Habana Vieja a las 11.30 de la noche. Fui por el Boulevard de Obispo buscando una shopping abierta.
Caminaba concentrada en ese objetivo y los hombres me silbaban y me decían los recurrentes “lady, where are you from?”, “qué linda”, “déjame hacerte una preguntita”:.. Yo les ignoraba pero me iba cabreando más y más. Pasé junto a dos policías y ellos también me silbaron. Les ignoré. Pasé juntos a otros dos y también me silbaron. Seguí para adelante y seguían haciendo ese ruidito como de llamar a los gatos. (más…)
16 Ene
En mi primer sábado de mi tercer viaje a La Habana, mi amiga C. me propuso ir a una fiesta de gais y lesbianas. Ya había ido a alguna otra y me daba un poco de pereza la perspectiva de gente super jovencita y música comercial en plan David Guetta, pero la entrada sólo costaba un dólar y me prometieron que sonarían ritmos variados. Me puse un vestido corto, tacones y me maquillé, como ritual para esa primera noche en La Habana. Llegamos, conversamos con unas jovencitas mulatas que vestían trajes masculinos, bailamos, observamos a los muchachos gais (mayoría abrumadora, para variar) disfrutando sin miedo a toparse con miradas homófobas.
Cuando fuimos a repostar a la barra, una chica empezó a mirarme y ponerme morritos con descaro. Yo me quedé desconcertada y miré para otro lado sonrojada. La chica era muy linda, mulata menudita, con una larga cabellera lacia que llevaba rapada por un lado y un minivestido negro con lentejuelas con el que exhibía varios tatuajes a los brazos y en la espalda. Una femme cubana, vaya. Me pidió un cigarro, me dijo que se llamaba Gioggia porque había nacido en Italia, y me invitó a bailar. Salimos a la pista y la tía se puso a perrearme de una forma de lo más escandalosa. Yo me moría de la vergüenza porque de repente todas las chicas nos miraban, pero bueno, me pareció una nueva experiencia e intenté aguantar el tipo, un poco perdida por salirme del rol habitual de perreadora. (más…)
14 Ene
Fui dos días seguidos a la Cadeca (casa de cambio) y los dos días asistí al mismo conflicto entre turistas y cubanos. Las personas extranjeras llegan a la plaza en la que se encuentra la Cadeca. Si ven a una persona o varias formando una fila frente a la puerta, esperando a entrar, se sitúan detrás, consolidando así una cola ordenada. La gente cubana no actúa así. Llega a la plaza, pregunta “¿Quién es el último?” y una vez localizada a la persona que va antes, se sitúan en algún punto agradable de la plaza. Por ejemplo, un banquito a la sombra. (más…)
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