Bildu y Bin Laden
2 May
Ayer cenamos con la noticia de que el Supremo ha decidido prohibir que Bildu concurra a las próximas elecciones municipales y forales. Hoy hemos desayunado con la noticia de que el ejército estadounidense ha asesinado a Bin Laden. Y hemos comido con las declaraciones de Rubalcaba, diciendo que es una cuestión de justicia, que España se queda tranquila, y que así se ha mandado un mensaje a quienes optan por usar la violencia para imponer sus creencias a los demás: «los demócratas se van a defender». Usando la violencia, habría que añadir.
Evidentemente (o no), se refería a la muerte de Bin Laden. Me ha parecido una casualidad inquietante. El mismo día en el que un gobierno se jacta de haber asesinado a un terrorista, otro gobierno se jacta de haber conseguido que una coalición que se había desmarcado claramente de ETA no pueda concurrir a las elecciones, por estar contaminada por un partido que también se ha desmarcado claramente de ETA. El ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha celebrado la decisión del Tribunal Supremo. En el mismo telediario, preguntado por el asesinato de Bin Laden, también lo ha celebrado. Y ha legitimado el asesinato de Estado como vía para combatir a quienes «imponen al resto sus ideas mediante el uso de la violencia» . Y yo no puedo dejar de acordarme de Felipe González lamentándose de que pudo volar la cúpula de ETA y no lo hizo.
En fin, son sólo asociaciones de ideas. No me hagáis mucho caso. No soy analista política, ni falta que me hace. Y además ya está todo dicho. Anoche la gente se hacía preguntas pertinentes como qué ha pasado para que los mismos políticos de EA que ayer llevaban escolta, hoy estén ilegalizados por estar «contaminados» por los terroristas de ETA/Batasuna. No pretendo decir nada nuevo. Estoy muy cabreada, y sólo quiero que conste aquí, como he hecho constar otros cabreos y tristezas.
El Jukebox: «Aseguran quienes practicaban en bares y discotecas la estrategia del «¿estudias o trabajas?» que el resultado era invariablemente una cosecha de calabazas. Lo mismo sucede con la disyuntiva rubalcabiana de «o bombas o votos». El emplazamiento -menos real que retórico- realizado a la Izquierda Abertzale no era, ni es, para que rompa con ETA, sino para que rompa a ETA. Sin excusas, aunque proceda de quienes de forma simultánea sostienen que ésa es tarea exclusiva de las Fuerzas de Seguridad del Estado y los tribunales».
Mi mesa cojea: «Sortu es ETA. Bildu es ETA. Esa gente que corta troncos por hobbie es ETA, como es ETA el caserío y el euskera, esa revista y aquél periódico, todo es ETA salvo los muertos por ETA y sus familiares. Todo en Vascongadas es ETA salvo los que ven a ETA en todas partes.(…)Hoy, gracias al Supremo, hay más ETA que ayer. Porque hoy Bildu también es ETA. ¿Y mañana?»
Y, de postre, os invito a descubrir el anal-fabeto que propone Escéptico. Imagino que lo publicó antes de conocer la resolución del Supremo. Pero a mí me parece que le va bien al día de hoy. No creo que hoy sea la única vasca que esté atascada en pensamientos como «Iros todos a tomar por el culo».
Hola.
En primer lugar, parece que haber conseguido que una coalición que se había desmarcado claramente de ETA era algo inherente a los derechos al sufragio (no se si activo, pasivo o los dos) Y los derechos se tienen no se regalan como facultades de algún mandamás.
El derecho para todas las personas, al margen de su identidad (nacional, cultural, papeles por medio o no) no puede ser condicionado por quienes ostentan los poderes políticos, económicos, de los medios, etc. Esto debe ser aplicado por justicia a la disidencia vasca, y a otras personas que viven y quieren construir su futuro entre nosotros/as. Y venimos viviendo muchos años sin ese reconocimiento de derechos e incluso dudando de si ese derecho que ha existido para la izquierda abertzale, se debe aniquilar por no ser sujetos de derechos.
Y digo disidencia porque la contaminación, la represión (violencias varias del Estado) se da con quien es diferente. Esta discriminación, antisocial y antidemocrática como todas las demás, es una muestra de que el problema ni nace, ni surge ni se acaba con una ETA. Por eso, saben que el verdadero peligro es otro. Bajo mi punto de vista es no poder jugar y manipular los derechos de las personas y los pueblos. Manipular y sin excusas, atar a quienes disienten, pues coces ha habido muchas, y algunas son evidentes, pero no contra terroristas, sino contra esa cultura de resistencia. Resisntencia que se da tanto en casos como las resistencias musulmanas y alquaedas varias en red ante el imperio, como en ese pueblo que canta y baila a los dos lados de los Pirineos.
No se ha dado la disyuntiva entre votos o bombas, pues es la decisión unilateral de quienes confrontaban con el Estado (en nombre del pueblo vasco) la que ha cambiado la partida. Ha roto una dinámica y ha dejado evidenciado que es una apuesta por la efectividad de la resistencia, la disidencia con otras formas no armadas, y por agrandar no ETA, sino las posibilidades de vencer y convencer. Además, ante la situación de permanente bloqueo y pérdidas a lo largo del tiempo mientras existe la actual correlación de acciones y represiones, lo efectivo no es dilatar sino innovar. Y políticamente hay muchas otras formas, que deben de mostrar algo mucho mayor que el respaldo armado o a un grupo, sino a una forma de pensar, de reclamar la identidad, y en especial, de disentir.
De todas formas, ya lo dijo “Txusito”, en municipales no iban a estar pero sí en autonómicas. Por lo tanto, esta es una crónica de una sentencia que hace aguas pero hasta el socialista más pausado ha reconocido que las decisiones pesan y mandan. Es el modelo de Estado, de democracia y de justicia (y de derechos que recorta o concede como gracia bajo criterios discriminatorios con el argumentario de combatir el Mal) En defensa de todos y todas, contra los malhechores, como el antigüo lema alavés, para perpetuar el poder.
Por cierto, jurídicamente si que observo un razonamiento claro y valiente por parte de juristas sobre el caso. Argumentarios muy valientes, claros e impecables jurídicamente, que chocan negro sobre blanco con la decisión de quien ni prueba ni razona con argumentos jurídicos lógicos, sino metafísicos y meta políticos. Las sentencias y los argumentos de las partes, pese a ser complejos y muy extensos, son documentos ilustrativos y para un jurista, curiosos sobre la forma de plantear la decisión /Resolución
Por cierto, según los medios afines al Abcédario, Bildu “amenaza” con recurrir la sentencia. Toda parte que pierde y tiene un encargo, debe mantener su dignidad profesional y reclamar la esperanza y obligación de agotar todas las vías legales (procedimentales) por lo que resulta evidente que recurrirán al TC y luego a Europa. En mi caso, esperanza no pierdo, pero seguimos en la misma conculcación de años ha.
Espero que la rabia, el cabreo, sea una tristeza esperanzadora de cambio, de pacíficos gritos y disidencias que pongan en jaque muchas ideas preconcebidas y aporten un modelo de resolver conflictos con eficacia.