Tertulias blogueras nocturnas: hoy, el poliamor

8 Feb

¿Es factible que dos personas se pasen juntas 30 años sin amar ni querer acostarse con otras? Si pensáis que no, ¿cuál es la solución: aprender a gestionar la frustración, poner cuernos con más o menos alegría, o probar nuevos modelos de pareja diferentes a la monogamia? Mucha gente habitual de este blog pensará que la tercera (que no se diga que no somos progres). Nuestra sexóloga preferida, Mónica Quesada Juan, dedicó a este tema su último artículo para Pikara. Sin embargo, se limitaba a recomendar que no asumamos la monogamia por inercia, por considerarlo lo normal o natural, y que nos demos permiso para probar el pacto que nos permita crecer más, como pareja y como personas. Así es que yo dejé el siguiente comentario:

Sí, yo también creo que esto merece una segunda parte, porque el tema me parece super complejo. No creo que la cuestión sea sólo la genitalidad. En mi opinión, la cuestión es que el sexo también implica intimidad. En nuestra sociedad el encuentro sexual es, de hecho, una de las situaciones en las que más intimidad y afecto se comparte entre dos personas. Si fuera una cuestión de genitalidad, creo que lo llevaría mucho mejor que sabiendo que una relación sexual es mucho más.

Me interesa sobre todo profundizar en el tema de cómo se negocia la no monogamia, porque ahí también veo que el asunto es muy complejo. Por ejemplo, respecto a contarse o no las cosas. Yo soy una persona exageradamente comunicativa. Cuento todo lo que me pasa no sólo a mis eventuales parejas, sino a mis amistades. Si yo no le cuento el encuentro, de alguna forma parece que tiene más importancia de la que tiene. Y además supone mentir. “¿Qué hiciste ayer por la noche?” ¿Qué contestas a eso? No digamos ya cuando hay convivencia. Si el pacto es contárselo, habrá ocasiones en las que realmente no apetezca contarlo, que sea una experiencia que quieres guardarte para ti. ¿Y si no sólo ha sido sexo? ¿Y si estas atravesada por la emoción e ilusionada? ¿Cómo haces para compartirlo o para no compartirlo y que no se note?

A todo esto, desde el boom Paranoicas-Histéricas-Feminazis, mi Facebook está más animado que nunca. El otro día me dio por plantear un debate sobre ligoteo y machismo, y a lo tonto nos enfrascamos en tres hilos de conversación que rondan los 100 comentarios cada uno. Y en cada hilo sale algún nuevo tema sobre el que nos apetece debatir. El problema del FB es que no da opción al anonimato, y a mucha gente no le nace hablar de sus experiencias personales en una plataforma tan indiscreta. Así es que vamos a intentar mudar esta racha de tertulias animadas aquí, y así además quedarán recogidas para la posteridad:

¿Cómo véis esto de las parejas abiertas? ¿Lo habéis probado? ¿Cómo lo habéis gestionado (o lo gestionáis)? ¿Y la posibilidad de mantener relaciones de pareja simultáneas? ¿Alguna otra experiencia que queráis compartir: intercambio, tríos sentimentales-sexuales estables en el tiempo, etc.?

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26 Respuestas para “Tertulias blogueras nocturnas: hoy, el poliamor”

  1. Sandra 8 febrero, 2012 en 21:20 #

    Voy a intentarlo aunque nunca me deja escribir en tu blog… Desde hace un tiempo y después escuchar mil historias de gente muy variada que tienen o han tenido parejas estables y monógamas, la idea de que debía haber «algo» diferente me rondaba en la cabeza. Si las amistades son tan variadas y con cada una de ellas tenemos unas «normas» y una forma diferente de relacionarnos ¿porqué no podríamos hacerlo con una pareja si el modelo convencional no siempre funciona? Lo intente en mis dos últimas «relaciones» pero a cual le parecio más estupida la idea… aun así creo que una relación entre dos personas debe ser el fruto de un «pacto» y dentro de él hay que formar algo en que los dos se sientan a gusto…

  2. mireia 8 febrero, 2012 en 21:25 #

    Pues a ver.. como se comentaba en el FB, creo que no deberíamos hablar de esto como lo que es natural ja que está claro que las relaciones sexuales, los roles de género, el modelo familiar, etc. son construcciones socioculturales de los individuos, comunidades, culturas, etc. De hecho, es que justo en el máster estoy con esto, hay unos cuantos estudios, como por ejemplo los de Margaret Maed donde se recogen diferentes modelos de sexualidad, de los roles femeninos/masculinos, etc.

    A nosotros/as nos enseñan que nos tiene que gustar el sexo contrario, que nos tenemos que comportar tal y como se espera que nos comportemos, y que tenemos que buscar nuestro principe azul o princesa rosa, tener hijitos/as (porqué sinó, tu vida no tiene sentido…) y de más… Qué pasa cuando no se encaja en ese modelo? Pues que hay que buscar otros alternativos que se normalicen y sean igual de válidos.

    Conozco a un par de personas que estan con pareja, una casada y la otra no, hijos/as y mantienen una relación a tres. Os puedo decir, por su experencia, que la teoria muy linda pero a la práctica, mucho más complicado. Enamoramientos a tres bandas, alguna persona del triángulo que a pesar de estar en él continua teniendo otras relaciones poliamorosas con otras personas, etc. Total, a mi siempre me ha parecido, olé y olé pero también algo muy intenso.

    Con mi pareja, tenemos una relación abierta a nivel sexual… Alguien decía, porqué pareja y abierta? Bueno, yo con él he decidio compartir un viaje en esta vida que dura ya 3 años, por varios motivos. Pero tanto él como yo creemos que podemos querernmos mucho, querer construir ciertas cosas juntos pero también queremos experimentar, tener placer, irnos a la cama con otras personas, hombres y mujeres, a los dos nos gustan tanto los hombres como a las mujeres; todo esto, forma parte de nuestra relación porqué siempre hemos pensado, y es algo que nos contamos des del principio, que es estupido eso de creer o autoconvencerse de que solo nos atre una persona, de que solo nos tiraremos una persona. y que esto nos hará ser felices.. pensamos justo lo contrario. y cuando nos encontramos con otra gente, creo que todo forma parte de nuestro enrequicimiento personal, nos ayuda a entender nuestra sexualidad, a querernos mucho más.
    Es la primera persona con la que he estado y que he podido sentirme así de bien, unida y libre. Los otros chicos con los que he estado (nunca he tenido relación como tal con una chica) era más en plan sexista: dos tías para mi y ya.. y bueno, atracción cero, nunca sacaba esto de mi.
    Alguien pensará que esto es una aberración, por eso la gente lo vive underground: orgías en casas, clubs de swingers privados, mantener el anonimato, etc. Pero a mi me parece más patético que se asuma que los cuernos son toma, algo socialmente aceptado y esto no.

    En fin, que rollo os he metido. Lo siento 🙂

  3. yeah 8 febrero, 2012 en 21:40 #

    Hola.

    Voy a resumir ligeramente:

    Tengo actualmente 37 años. Hasta hace cinco compartí mi vida con una mujer dos años más pequeña que yo, salimos juntos durante 8 años y convivimos más de 6. Al tercer año de convivencia una amiga de mi pareja nos habló de los locales de intercambio de pareja. Tras iniciales dudas nos decidimos a acudir a uno de ellos, acompañado de esta amiga y su pareja. La primera vez, lógicamente es un shock, nosotros no hicimos nada, casi ni entre nosotros puesto que estabamos flipando viendo como otras parejas tenian sexo en un jacuzzi. Debimos parecer un poco como Paco Martinez Soria cuando llega a la ciudad. Pero nos gustó. El respeto en esos sitios es EXTREMO. Nadie hace nada que no quiera hacer, a nadie se le recrimina por nada, y la libertad absoluta se respira en el ambiente. El tema estaba muy hablando entre nosotros, y para mi no fue ningún problema ver como mi novia se acostaba con otro delante de mis narices. Es más, me excitaba. Asimismo yo me acostaba o tenía sexo con otras mujeres, mientras ella estaba alrededor. Lo que se dice una orgia, vaya. Durante unos tres años fuimos swingers. Personalmente durante ese tiempo nuestra pareja fue bien, como siempre había sido, sincera y compenetrada. Nunca abusamos de dicha actividad, era como un aliciente a nuestra vida, nunca fuimos swingers militantes ni nada de eso, pero nos permitió conocer a mucha gente interesante, alguna que otra loca, también, pero en general la gente es de lo más más normal. El mito sobre que la gente que hace eso tiene una tara, un problema o están obsesionados es completamente mentira. Son mujeres y hombres que disfrutan de sus cuerpos sabiendose fieles en la relación. Nadie hace nada que no quiera, es la gran máxima de esos sitios. Luego yo la cagué bien cagada y tuve un par de aventuras fuera de «los juegos» como así los llamabamos. Confesé en virtud de nuestra sinceridad mutua, ella no pudo superarlo y me dejó. Pero a dia de hoy la unión que seguimos teniendo es muy importante. Ella sigue siendo importante para mi en mi vida, aunque ya no esté enamorado ni tenga sexo con ella. Y a esa relacion que tenemos creo que ha contribuido muy mucho el haber participado en esas actividades, haber tenido tal nivel de pareja que era no solo posible, sino excitante, ver como ella estaba con otros y yo con otras. Curiosamente, la vida da vueltas y no hace ni un mes que he repetido la experiencia, no con la misma chica, si no con otra soltera que nos presentaron expresamente para poder acudir de nuevo al club. Y aunque esa noche apenas pude hacer nada, puesto que digamos no funcioné a nivel «viril» (entiendase con todo el respeto)disfruté mucho viendo el ambiente, gente joven, parejas de novios muy liberadas, matrimonios de años y años disfrutando como locos en el jacuzzi. Muy bien.

    Actualmente no tengo pareja, tuve alguna en estos cinco años pero nunca fueron demasiado serias como para comprometerme otra vez a vivir con ellas. Me cuesta implicarme mucho. Quizá porque nunca encontraré o creo que nunca encontraré a una chica con la que me llegue a comprometer tanto como con la chica con la que tuve esas experiencias. No se. Está claro que no soy monógamo. No se si es coyuntural, no se si esto pasa con el tiempo, si cuando tenga los cuarenta y tantos frenaré y me comprometeré, o quizá antes, nunca se sabe. Procuro vivir el dia a dia, y no pensarlo mucho, porque a veces sufro un poco de ser o intentar ser promiscuo. Pero otras veces pienso que si estoy así es porque realmente quiero estar asi, asi que no se, Soy una contradicción en mi mismo ajajajaja.

    Sea como sea, y ya que este es un blog feminista, os digo que pocos, muy pocos entornos son tan respetuosos entre las personas, tan empáticos, tan iguales como las fiestas swinger. No es por hacer comparaciones, pero una vez dentro son las mujeres las más lanzadas, las que menos cohibiciones tienen, cuerpos de todo tipo dispuestos a disfrutar de si mismos, en contacto con los demás. No hay estéticas, no hay clases, no hay prejuicios, solo hay sudor, placer, sensaciones.

    Muchas gracias.

    • mireia 8 febrero, 2012 en 21:50 #

      Solo quería confirmar lo mismo que has comentado, del respeto en estos locales, que te da una gran sensación de libertad al poder hacer o no hacer, mirar y ser mirado, etc. Y lo mismo, personas que independientemente de como son, qué hacen, etc. quieren estar con otras personas.

      Una gran experiencia.

      • Laura 8 febrero, 2012 en 22:21 #

        Yo cornfirmo lo del respeto de estos locales, así como de ese ambiente en general. Y te animo a que no seas negativo, por que si es posibles que encuentres a alguien, a veces también una persona que no parece tener tus gustos aprende a disfrutarlos confiando en ti. Besos

        • yeah 8 febrero, 2012 en 22:28 #

          No no quería dar la sensación de ser negativo, la verdad, solo expresaba que a veces me entran dudas de si esta es la mejor opción de vida. Pero no sufro digamos mucho por ello. Lo que tenga que ser será, yo ya soy feliz por mi mismo.

      • June Fernández 8 febrero, 2012 en 22:37 #

        Sobre lo del feminismo y los locales, ahí va un post de la Mosca Cojonera. http://la-mosca-cojonera.blogspot.com/2011/10/lo-duro-que-es-ser-chica-swinger.html
        Me creo lo que decís de que el ambiente suele ser respetuoso, pero creo que las personas vamos con nuestra mochila, y que en las chicas sigue habiendo más dificultades para decir que no, para decir que sí, y para hacer lo que nos apetece de verdad en vez de tener el chip de complacer a la pareja. Igual es prejuicio, pero estoy convencida que la mayoría de las parejas hetero se inician en estas prácticas porque el hombre lo expresa como fantasía.

        • yeah 9 febrero, 2012 en 8:00 #

          No es necesariamente así, June. En mi caso fue una mujer la que nos habló de ello, la que nos incitó, digamos, a participar en dichos juegos. Y ella te aseguro que estaba completamente convencida. Después el resto de parejas que conocí, ellas estaban igual de implicadas que ellos. Si, puede ser posible que en muchos casos sean ellos quienes inciten a sus parejas a iniciarse en estas actividades, si y?? ¿¿es que los hombres no podemos proponer a nuestras parejas hacer cosas??. Ten por seguro que si quieren decir que no, dirán que no, y si se sienten presionadas para hacerlo (cosa que en la mayoría de los casos no me creo, habiendo visto lo que he visto)y lo hacen pues poca personalidad tendrán. En las parejas uno se influye en el otro, siempre. Y te aseguro que en algunos casos que conozco, donde las mujeres entraron por iniciativa de sus parejas masculinas, les estarán agradecidos eternamente. Si, permiteme decirte, June, es un poco prejuicio lo que estás diciendo.

          Saludos.

        • Yo misma 9 febrero, 2012 en 11:02 #

          Completamente de acuerdo con lo que comentáis de los club swinger. No soy una gran experta pero mi poca experiencia me lleva a señalar lo que ya se ha dicho: mucho respeto.
          Respecto a lo que comentas June, no sé si la mayoría de parejas se iniciarán por parte del chico, pero en nuestro caso no fue así ni muchísimo menos. Los dos comenzamos fantaseando (incluso diría que fui yo la que inició esas fantasías) hasta que de la fantasía quisimos dar el paso a la realidad, pero yo, como mujer, en ningún momento me he sentido presionada ni nada por el estilo, fue una decisión absolutamente mutua, y es que creo que si hay presión por parte de uno de la pareja, que la otra acceda por «complacer» llevará inevitablemente a problemas GORDOS e incluso a la ruptura. Entrar en este mundo no es una cosa sin importancia, no por lo que se vaya a hacer, sino por los precedentes en la pareja. Quiero decir que seguramente no todas las parejas estén preparadas para dar este paso, porque como comenta yeah conlleva un nivel de intimidad y profundidad relacional que no todas las parejas llegan a conseguir. Creo que la pareja debe estar muy madura y no tener miedos en perder a la otra, es decir, es necesaria una solidez importante en su relación así como un autoestima sin fisuras demasiado grandes.

  4. camil 8 febrero, 2012 en 22:54 #

    Hola,
    La verdad es que este es un tema que me está planteando mi pareja y que me genera muchas contradiciones. Mi pareja planea tener una relación abierta, y mis contradiciones son
    que no me apetece, comparto la idea de June de que el sexo es mucho más que un polvo y yas está, es algo incontrolable que no sabes nunca lo que puede desencadenar… estoy bastante agusto con mi pareja a todos los niveles, no me convence la cosa de que la sexualidad es una forma más de comunicarse y punto,una prolongación de la amistad, genera mucha complicidad desata deseos incontrolabes, puede ser un terremoto. Por otro lado, la monogamia me supone sacrificada y tengo prurito explorador de nuevos cuerpos.
    Siempre me ha parecido mejor enrollarme con alguien y no contar nada a mi pareja, y cuando la cosa ha sido obvia y mi pareja me ha pedido explicaciones, me ha costado mucho contarlo, me cuesta comunicarme en ese sentido, me siento muy culpable. Con mi actual relación, con la que llevo una vida sexual muy activa, lo cierto es que no me doy esa libertad, me ubico dentro de un modelo de fidelidad y amor romántico que me da cierta seguridad, pero que profundamente siento se me queda pequeño. En el fondo tengo miedo a la pérdida de mi pareja pues entrar en un modelo más abierto nos puede abocar en separación ya que las intesidades que se comparten con un amante afectan a tu relación íntima. En fin, que estoy echo un lío…

  5. Yo misma 9 febrero, 2012 en 0:08 #

    Desde el anonimato comento mi experiencia. Vivo en pareja y nuestra relación «emocional» es monogámica. No nos hemos planteado otra opción porque estamos muy bien así y no tenemos la necesidad de incluir a otra persona o simplemente no se nos ha cruzado nadie a quien queramos incluir, si bien es cierto que pensamos que se nos haría raro «ser más de dos» en una relación. Lo que sí sucede, sin embargo, es que no somos monogámicos sexualmente. Tenemos una serie de normas, y la básica es que no hacemos nada sin que esté la otra persona. Esto se traduce principalmente en que incluimos a chicas o parejas esporádicamente en nuestras relaciones sexuales. Somos conscientes de que estas normas pueden evolucionar con el tiempo, de hecho al principio solo queríamos incluir chicas, pero nos abrimos a otro tipo de juegos.
    Con todo esto nuestra relación se ha hecho más fuerte y gozamos de más confianza, si cabe, de la que ya teníamos.

  6. Yo misma 9 febrero, 2012 en 0:14 #

    Ah, leyendo el comentario anterior, señalar que para nosotros incluir a estas personas es solo parte de un juego, y una ampliación del espectro del sexo. Tenemos muy claro que queremos estar el uno con el otro, y no lo hacemos (como os aseguro que hacen algunos) como para compensar una carencia o para a ver si así «se arreglan» determinados problemas que puedan haber en la pareja. Es solo una manera más de jugar. Ese es nuestro punto de vista, no le damos más trascendencia que esa. Claro, si se tiene un «rollo duradero» como una chica u otra pareja con la que se repite obviamente surge el cariño, pero desde los límites del juego. No sé si me explico.

  7. Marcela 9 febrero, 2012 en 2:14 #

    Hola
    Con tantas posibilidades que hay en la vida mmm. Hace ya varios años compartí piso con un chico y él término llevando a su chica. Al cabo de un mes largo, no me queda muy claro cómo y bueno es una historia larga, termine yo también andando con la chica. Tengo escenas de los tres caminando en el parque, ella en la mitad, tomados de las manos. No fue una historia tórrida de mentiras y engaños, simplemente se fue dando. Llevaban mucho tiempo juntos, ella era bisexual y él muy abierto, ella había intentado tener relaciones alternas con chicas para lo cual él era convertido en el mejor amigo, sin pasar de un corto tiempo. Cuando llegué yo al piso, creo que ha ambos se les abrió los ojos, una chica bisexual! La compatibilidad fue tal que mis amigos se empezaron a quejar de que ya no me veían, los fines de semana pasaban entre pelis, escuchar música en la chimenea y sendas comidas. Pasado un mes ya existía una gran intimidad y confianza, y una Atracción entre ella y yo que era imposible disimular. Claramente me sentía incómoda, no sabía cómo manejarlo, hasta que un beso nos atrapó y yo duré como tres días escondiéndome. A mi extrañeza, y bastante vergüenza, él fue el que enfrentó la situación, entre ellos se contaban todo, recuerdo que llevo una torta y dijo al así como “que bueno que te guste mi chica”. Ahí empezó todo, duramos como cuatro meses hasta que él migró, y yo me quede una temporada con ella hasta que terminó. No fue fácil, marcar los límites de la intimidad no lo era, tampoco difícil, incluso en muchas cosas de la intimidad del hogar -no de la sexualidad- me entendía más con él. Existen muchas posibilidades en la vida por fuera de la monogamia hererosexual, claramente no lo pondría en discusión. Tampoco dudaría en señalar su condición de construcción sociocultural normativa. Pero cuáles son para vos, cuáles no, la mayoría tendemos a marcar afirmaciones como si fueran verdad para todos, o plantando extremas fronteras, acortando su agradable particularidad y diversidad, la posibilidad de encontrarnos, y desdeñando el placer de la experiencia, y el irse auto-descubriendo y cambiando en el camino. Olvidamos que las construcciones sociales son tan fuertes y se cristalizan de manera férrea, que no sólo se convierten en normalidad sino en hueso y piel, y viceversa. Para mí es posible una pareja hombre, una pareja mujer, y se presentara un trío podría ser. Tiendo a sentir cierto resquemor frente a las discusiones del sexo casual, más allá de sí me guste o no, presiento que a las mujeres hace mucho nos vedaron ese horizonte bajo el apelativo de putas y demás, como sí sólo tuviéramos derecho a la santidad y no pudiéramos hacer parte de nosotras de forma tranquila, sin disculpas al margen, la posibilidad del placer por el placer, sin el sentimiento de culpa que conlleva el declararse promiscua. Pero lo que para mí es fundamental, son la confianza y la lealtad, de por sí me cae mal la palabra fidelidad y lo que connota como posesión. Cómo hablar de ello mmm no es fácil, pero tiene que ver con saber primero qué queremos o por lo menos ir enfrentando nuestras dudas y posibilidades de forma clara y sincera en el camino, y esperar que tengamos la suerte de cruzarnos con personas igualmente claras y sinceras.

  8. Anarres 9 febrero, 2012 en 12:21 #

    Con estos temas a mí lo que me cansa es esta especie de superioridad moral con la que actuan quienes mantienen parejas abiertas. Mi pareja es monógama y eso no significa que «no hayamos llegado a ese punto de confianza e intimidad».

    El entorno en el que me muevo en este tipo de cosas es muy liberal. Me harta un poco ser «el bicho raro» por cosas como que no me guste salir de fiesta, no me guste exibirme, no me atraiga el acostarme cada noche con una persona distinta, etc. etc.

    Yo no mantengo una pareja monógama porque «es lo que toca», sin plantearme nada. Es algo que hablamos periódicamente, forma parte de nuestra manera de estar los dos cómodos en esta relación. Y quien sabe, igual algun día decidimos cambiar en este sentido, y ya veremos lo que sucede entonces. Por ahora nos va muy bien así.

    Por lo demás, me parece muy bien que cadacual mantenga las relaciones que le parezcan mejor. Lo único que creo que debería cumplirse siempre es la sinceridad y la igualdad (por ejemplo, las relaciones en las que solo una parte tiene derecho a acostarse con quien le dé la gana no me parecen bien, por no cumplir el principio de igualdad). No entiendo a quienes prefieren mentir a sus parejas antes que mantener una relación abierta o abrir la relación en momentos puntuales.

    • Yo misma 9 febrero, 2012 en 19:31 #

      Bueno, supongo que lo que dices lo concluyes de comentarios como el mío. Yo no me creo superior a nadie, para comenzar, y quiero dejar esto muy claro, esa ha sido nuestra elección y me parece igual de lícita que ser monógamo o tener una relación emocional a tres bandas o lo que cada cual quiera. Y cuando digo que se tiene que llegar a un punto elevado de confianza, intimidad y profundidad relacional para poder dar el paso no digo que quien no quiera «abrir» su relación no haya llegado hasta allí, simplemente que para dar el paso es necesario llegar hasta ahí sí o sí.
      Sólo explicaba mi experiencia y cómo hemos vivido el proceso nosotros, siento si se ha entendido en algún momento que pienso que las parejas monógamas son «aburridas» o no se plantean nada, nada más allá de la realidad, cada persona y cada pareja es un mundo. Además mi relación emocional es monógama, así que tampoco tendría sentido criticar a la monogamia cuando la practico… Lo que no me gusta es que la gente esté en pareja monógama sin plantearse nada más simplemente porque es lo establecido, pero si después de reflexionar es lo que se quiere me parece estupendo, como quien decide que no quiere tener pareja.
      Hablando de hartazgos, lo que a mí me fastidia es que se vea algo así como «hippismo» o «ser guay», o directamente de ser una guarra, el abrir las relaciones sexuales.

  9. gollum 17 febrero, 2012 en 13:34 #

    Verdad irrefutable número 1: no somos monógamos, ni los hombres ni las mujeres

    Verdad irrefutable núnero 2: hombres y mujeres, somos egoistas (en diversos grados individualmente, pero lo somos)

    Y el problema con estas cuestiones viene a la hora de hacer convivir estas dos verdades.

    La relación de pareja, sea de la naturaleza que sea (homo, hetero, bi) y sea cual sea el estado civil elegido (matrimonio, pareja de hecho o simple convivencia), suele estar marcada por ese egoismo innato de querer a la otra persona en exclusiva para uno mismo, y se establece un pacto de exclusividad sexual, aunque sea tácito, pero asumido.
    Aceptamos ese pacto para satisfacer nuestro egoismo. Pero choca de frente con nuestra condición de polígamos/as, y las ganas, que nunca cesan , de probar otras parejas.

    Ante esto sólo hay tres salidas:

    1-. Aceptas la monogamia como mal necesario en pro de asegurar una relación que en muchos aspectos te satisface y te compensa. Aunque apretas los dientes y te retuerces de desconsuelo cuando piensas en los polvos que te estás perdiendo, los enamoramientos que ya no vas a tener,o la emoción y el crepitar de tu sangre en las venas cuando te ilusionas con otro ser humano.

    2-. La opción más común: cuernos, mentiras y saltos de cama rodeados de la más absoluta «ilegalidad» que en algunos es una parte más del juego, y en otros produce un estado de ansiedad y desazón propia del adicto con sentimiento de culpabilidad.

    3-. Y la tercera opción es inventar mamarrachadas basadas en la «comunicación y la sinceridad», crear «camas abiertas», «parejas abiertas» y abrir sesudos debates que traten de justificar la eterna disfuncionalidad entre biología y «moralidad» (sea ésta del pelaje que sea)

    Cuando quieres a alguien, lo quieres para tí sólo. Y poco nos importaría que nuestra pareja echara un polvo de vez en cuando por ahí si tuviéramos la certeza de que es precisamente eso: un polvo. Pero como apuntaban más arriba, el sexo muchas veces es más que cópula. Es intimidad. Es compartir. Es querer. Es unión tan emocional como física. Es idea de futuro. Es proyecto en común. Es miedo a la soledad presente y/o futura. Es muchísimas cosas. Cosas que no nos da la gana de ver en riesgo por la injerencia de un tercero. Y mucho menos de compartirlas con nadie. Y al que no le importe, que levante la mano.

    Yo creo que no hay solución posible.

    Ahora bien…. si tu pareja es para tu vida lo mismo que tus zapatos favoritos, entonces no pasa nada….puedes compartirla sin mayores problemas en clubs de swingers o donde haga falta, y cuando ya todo sea demasiado cansino, pues se rompe y a por otra, como con los zapatos.

    • conflictos 29 febrero, 2012 en 0:40 #

      es una cuestión que me provoca algún que otro conflicto interno. como «progres» que somos, mi pareja y yo siempre hemos cuestionado la monogamia. yo siempre le he planteado que quiero que tengamos la oportunidad de cambiar nuestro «acuerdo» -en principio monógamo- si así lo deseamos. la cuestión es que incluso estando de acuerdo en eso, no parece tan fácil cambiarlo. de echo, las dos damos por echo que tendríamos que estar de acuerdo en ello, por lo tanto, no planteamos el mismo requisito para la monogamia que para la poligamia. además, si siempre hemos tenido una relación satisfactoria en la monogamia, parece que plantear un cambio sugiere algún problema o insatisfacción que podría crear tensión en la relación.

      otra cuestión -que también habéis planteado algunos de vosotros-: la poligamia o el «poliamor» no es sólo sexo, ya que el sexo nunca es sólo sexo. en mi caso, no me importa que mi pareja se acueste con otra, pero me crea una gran inseguridad la idea de que llegue a tener intimidad con ella. en ese sentido, supongo que la monogamia es una respuesta fácil, del tipo blanco o negro, no te acuestas con otras personas, y desaparece el dilema -o ése dilema-.

      me gustaría saber cómo se le puede hacer frente a ése problema, cómo se pueden poner límites a una relación polígama para que ninguna de las partes sufra.

      • Yo misma 6 marzo, 2012 en 12:02 #

        La verdad es que no es fácil y hay muchas fórmulas para combinar una relación de pareja con sexo fuera de ésta. A nosotros nos funciona no hacer nada por separado.
        Y, bueno, eso de que el sexo no es solo sexo y que hay emociones, claro que las hay (dime dónde no), pero no tienen porqué tener que ver con el amor entendido como el que le procesas a tu pareja. Cuando he estado sin pareja he tenido relaciones exclusivamente sexuales con otras personas. ¿Eso quiere decir que no las he apreciado en absoluto o que todo lo que sentía era plenamente genital? Por supuesto que no, lo que quiere decir es que sentía pasión hacia esas personas, que no «amor puro». No sé si me explico… que en las relaciones sexuales hay emociones como en todos los ámbitos de la vida, pero no tienen por qué resultar conflictivos ya que son distintos. Ya digo, siempre desde mi experiencia y punto de vista…

    • Yo misma 6 marzo, 2012 en 11:53 #

      Me encanta que juzgues de tal manera a las personas que hemos decidido no ser completamente monógamas. Será que no quiero a mi pareja más que a mis botas. Te has lucido. Iba a contestarte seriamente, pero después de acabar de leerte se me han quitado las ganas.

  10. Mercedes 7 marzo, 2012 en 18:15 #

    No somos biologicamente monogamos. Y eso creo que no tiene discusion.
    Pero el poliamor, que involucra sentimientos, es complicado.
    Yo veo mas natural el swinger (la busqueda del placer fuera del matrimonio, consentido y compartido por la pareja) que el poliamor. Mas practico tambien.
    El matrimonio, los hijos, las finanzas, las hipotecas y el menu de la semana no creo que aguenten mas de dos cabezas con dos opiniones distintas. Una relacion lleva tiempo, dinero, y emociones invertidas. Muchos socios en la inversion no me parece practico.
    Swinger, o el tarro pasajero de toda la vida. O la monogamia en serie que me parece la peor de todas las opciones.

  11. Lu 3 agosto, 2013 en 4:05 #

    Qué discusión más interesante!

    Yo tengo una situación creo diferente a la de todos los que comentaron..
    Mis relaciones de por sí nunca han sido muy largas, la más larga termino recién recién por malos tratos y duró un año.

    Yo creo que es cierto (muy cierto) que lo sexual no es sólo genital, sino que conlleva un montón de cosas. También estoy de acuerdo en que el amor es casi como una propiedad, digo «casi» porque yo nunca lo tomé como algo estricto, siempre creí que si la otra persona buscó en alguien más algo, es porque no era suficiente conmigo, y no me resulta una cuestión de tormento.
    De todos modos me cuesta mucho pensar una relación swinger, al menos para mí me resulta demasiado. Por un lado creo que porque no es lo que nos educan a hacer (la monogamia y otras cosas en las cuales ya estoy muy fuera del tarro en la sociedad), por otro porque, justamente como lo sexual es algo que conlleva muchas cosas, no me veo haciéndolo tan libremente, sino con personas que por una u otra razón se eligen, eso es lo que no leí que hasta ahora nadie lo diga.
    Claro que uno puede estar con una persona y tener deseos sobre otra, pero me parece que lo interesante es que esa otra persona justamente no es cualquiera.
    Creo que la solución más efectiva, al menos para mí, es mantener una relación cuasi-monogámica. Hay libertad para estar con otros, sí, pero eso no significa que sea siempre así y creo que debe ser complicado conocer a alguien que vea (como uds) que una relación se pueda llevar habiendo de vez en cuando alguien más en la cama de uno, al menos a mí nunca me tocó.
    Por otro lado como decían por ahí, se necesita para eos un nivel de seguridad, confianza y una unión muy fuerte en la relación para que una aventura no arruine todo, pero si la arruina…al fin y al cabo por ahí el cambio es para mejor 😉

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  1. June Fernández - 8 febrero, 2012

    Estamos debatiendo sobre poliamor, swingers, parejas abiertas y demás en mi blog y en mi FB. Estais invitad@s http://t.co/56TIqTz5

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  3. Amaiur Weiss - 8 febrero, 2012

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  4. maritxuape - 9 febrero, 2012

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  5. gentedigital - 9 febrero, 2012

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