80 egunean: el deseo no tiene edad
3 Jul
Este año celebré el 28-J en la mani del Orgullo Crítico, en Vallekas (Madrid), la manifestación alternativa a las locas fiestas comerciales, gays, blancas, llenas de carrozas y famoseo que se celebran hoy en Chueca. Fui con mi familia no nuclear (mi hermano de 7 años, que no se acabó de ambientar, y su madre) y tuve el placer de conocer a Mario y demás reyes. El necesario tema central de dicha mani era la situación de las personas migrantes LGTB, pero yo hoy prefiero hablar de otro colectivo invisible: las personas mayores.
Ayer vi la película vasca 80 egunean (en 80 días) y no puedo pensar en otra cosa. Es una película bellísima, y un motivo de orgullo patrio (y bien sabéis que no me caracterizo por mi patriotismo) que, además de ser vasca, esté rodada en euskera. Trata sobre dos mujeres de unos 70 años, muy diferentes. Axun está casada, vive en el caserío y hace vida tradicional: ir a misa, bailar pasodobles… Maite es lesbiana, está soltera, y es una profesora de piano vital e independiente a punto de jubilarse. Se encuentran en una habitación de hospital y se reconocen: fueron amigas íntimas en la adolescencia. Entre ellas hubo un algo especial, que 50 años después vuelve a florecer.
Si ya es tabú que en la tercera edad haya espacio para el deseo, que ese deseo sea lésbico es ya absolutamente impensable. La peli visibiliza una de las formas de sexualidad más invisibles: el deseo entre dos mujeres mayores. Invisible, pero no inexistente. ¿Cuántas ancianas solteras que conocemos se habrán pasado toda su vida albergando en secreto su amor hacia otras mujeres, sin atreverse a expresarlo? ¿Cuántas de esas ancianitas amigas que vemos caminando del brazo por el parque han sido o son amantes? ¿A cuántas de nuestras abuelas se les pondrá la carne de gallina al recordar esa amiga»especial» de su juventud?
Hace unos años vi un reportaje en documentos TV sobre la homosexualidad en la tercera edad y me acongojó, porque mostraba a personas que de jóvenes tuvieron que esconderse y ahora piensan que ya se les ha pasado el arroz para vivir su sexualidad en libertad. ¿Seguro? La película nos dice todo lo contrario: que nunca es tarde para ilusionarse, para sentir.
Magapola (una de las personas que me recomendó 80 egunean) nos habla del escándalo adolescente que provoca que dos famosas se besen. Tal vez que las reinas del pop coqueteen con el lesbianismo pueda hacer que las adolescentes se planteen que ese deseo es una opción, o que lo identifiquen en ellas sin ansiedad. O puede que no; que esas excentricidades sean digeribles pero no aporten mucho a la lucha contra la homofobia. No lo tengo claro. Sí tengo claro, en cambio, que necesitamos más referentes de mujeres lesbianas diversas reales: adolescentes, viejas, políticas, actrices, deportistas… La misma Magapola nos avisa hoy de que la primera ministra islandesa de 67 años, se ha casado con su compañera. Esa sí que es una noticia para la normalización y no el morreo entre Bullock y Johansson.
Por cierto, 80 egunean no es tan dramón como parece en el trailer: más bien se caracteriza por mostrar los sentimientos dentro de lo cotidiano, sin fuegos artificiales, pero transmitiendo muy bien la tensión entre el deseo y las responsabilidades… Os dejo con una de las escenas más emotivas, en las que Axun (la casada) le dice a Maite: «Asko gustatzen zait nola naizen zurekin egoten naizenean. Zurekin nagoenean ni ez banintz bezala sentitzen naiz. Baina era berean oso ni sentitzen naiz». (Me gusta mucho como soy cuando estoy contigo. Cuando estoy contigo es como si no fuera yo misma. Pero al mismo tiempo me siento muy yo). Maite calla. Pelikula benetan zoragarria.
Queridas bolleras, maricas, transexuales, transgénero, queer, bisexuales, polisexuales, transfeministas, indecisas, decididamente heterosexuales, deseantes sin etiquetas, etc. Llego tarde, pero no quiero dejar de felicitaros a todas en esta semana por la Liberación Sexual.
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