Historico | abril, 2010

Cierra las piernas

27 Abr

En Navidades fui al PIN (Parque Infantil de Navidad) con mi hermano de 7 años. Había una niña más pequeña que él haciendo cola para las camas elásticas. Llevaba un minivestido vaquero sin medias. Era una niña inquieta; o sea, una niña. Su madre no paraba de abroncarla: «Cierra las piernas, no saltes así, que se te ve todo». Punto número uno: ¿a quién se le ocurre poner a una niña un vestido vaquero para ir al PIN? ¿No conoce esa madre ese gran invento llamado chándal? No, el chándal lo llevaba mi hermano. Buena parte de las niñas iban de lazo, camisita y pichi. Punto número dos: ¿a qué clase de mente enferma le preocupa (considera inapropiado o incluso obsceno) que a una niña pequeña se le vean las bragas?

 

Cuento mucho esta anécdota como ejemplo de cómo a las mujeres se nos reprime y constriñe desde pequeñas. Es difícil ser intrépida y ágil si te visten a lo María Antonieta. El resultado: la niña del anuncio de Max Center es de lo más realista. Mientras su amigo disfruta jugando, ella cierra las piernas y posa para la cámara con su Barbie. 

Son más los mensajes que recibimos: compórtate, no montes escenas, no camines sola… Ten miedo, no te expreses, céntrate en complacer. De eso habla (o con eso me quedo) una canción de las maravillosas Ditty Boops que a mí me alegra el día. Y, sobre todo, nos llama a transgredir esas normas, hablar bien alto, escucharnos, pedir un deseo y seguir lo que nos dictan nuestros sueños. Disfrutadla:

 

Reputas

14 Abr

El Ayuntamiento de Bilbao ha empezado a tramitar una ordenanza del espacio público que prevé sanciones contra comportamientos tan súmamente incívicos como tocar el violín, vender cedés o tomar una cerveza en la calle. Pero el artículo más polémico es el 16, relativo a la sexualidad, claramente dirigido a hostigar a las prostitutas de calle. SOS Racismo ha sido uno de los colectivos que ha denunciado esto, así que me he pasado toda la semana de entrevistas.
Una de las periodistas me planteó una pregunta que me pilló por sorpresa y me hizo pensar: «¿Si se eliminara la prostitución de calle acaso no se extinguiría también el debate sobre la prostitución?» Es evidente que sólo se debate sobre prostitución cuando a una comunidad vecinal le molesta convivir con dicha actividad en su barrio. Pero no había caído en que, si no hubiera vecinos y vecinas molestos, ya no habría debate. Ojos que no ven… En todo caso, como demuestra el caso de Barcelona, no hay ordenanza que pueda impedir que aquellas que no encuentran otra forma mejor de ganarse el pan que ofrecer sexo en la calle sigan haciéndolo. Lo harán, eso sí, en condiciones más lamentables si cabe. 

Lo divertido de la ordenanza es su pretendida neutralidad. Hace como que no se dirige a nadie en concreto. Se supone que no castiga a las prostitutas sino a toda persona que mantenga relaciones sexuales, las ofrezca o demande en la vía pública. Muy aséptico, sí. Claro que me pregunto cómo se va a decidir quién está practicando, ofreciendo o demandando sexo. ¿Ha de preocuparse la pareja de adolescentes que se da el lote impúdicamente en el banco del parque? Yo diría que no. Si la pareja es homosexual y el poli homófobo, tal vez cante otro gallo. En cambio, el simple hecho de que una mujer con pinta de puta callejera (o sea, negra y con minifalda o escote) esté de pie en cierta calle se interpretará como una acción de ofrecer sexo. Si yo misma (blanquita y abrigada) me pongo junto a ella, pensarán que estoy esperando al autobús. Es decir, estoy convencida de que el criterio estará condicionado al 99% por los estereotipos y prejuicios raciales y sexistas, y que la directriz será hostigar a las putas hasta que dejen de ensuciar con su presencia nuestra cosmopolita urbe.

En todo caso, por si alguien tiene alguna duda de que esta ordenanza no está hecha pensando en las prostitutas, atención a la gran inquietud del alcalde Azkuna: las prostitutas «molestan a los vecinos incluso desde el punto de vista sanitario», ya que son «mujeres que las mafias nos mandan de fuera cada tres o cuatro meses, ilegales y sin ningún tipo de regulación sanitaria». Vaya, que putas, ilegales y guarras, tres en uno. Ni una palabra dedicada a los puteros que, por ejemplo, imponen prescindir del uso del condón. Esos no plantean problemas sanitarios, que los bilbaínos son muy pulcros. Son ellas las que importan enfermedades exóticas.

Y por si quien duda sobre la intención de esa ordenanza es precisamente una prostituta, el Ayuntamiento ha empleado un curioso sistema de mensajes subliminales. Atención al verbo (gracias, Patxi) por el que empiezan los dos puntos que componen el citado artículo:

  1. Se reputan prácticas sexuales incívicas (…) todas aquellas prácticas o actos en las que el sexo esté explicitado (…)
  2. Se reputan actos de ofrecimiento y de demanda de servicios sexuales los que tengan por objeto concertar servicios sexuales retribuidos

Más claro, agua.

La imagen es de Anouk Chauvet para Hetaira y la he encontrado en el blog Abierta de piernas.

Invadidas

8 Abr

 

Estoy enganchada a una serie llamada The L Word, que relata las vidas de una pandilla de mujeres lesbianas de Los Ángeles. Ayer vi esta escena y me parece que expresa de una forma muy plástica cómo la libertad de las mujeres sigue estando limitada. 

Jenny, una de las protagonistas, descubre de una forma dolorosa que Mark, su nuevo compañero de piso, aprendiz de cineasta, ha instalado cámaras ocultas incluso en los dormitorios, con ánimo de hacer una especie de Gran Hermano lésbico. Le recibe en su habitación desnuda. Se ha pintado en su pecho la frase: «¿Es esto lo que quieres?» Le explica que se siente violada, que está harta de que los hombres se sientan con derecho de invadir a las mujeres. Que Mark ha abierto la caja de pandora haciéndole recordar todos los momentos en los que se ha sentido violada. ¿Os suena? En la escena que os muestro, Mark pide perdón, le dice que ha cambiado y que la experiencia le ha hecho evolucionar y comprender lo difícil que es ser mujer. Se desnuda como para mostrarse él también expuesto. «¿Es esto lo que quieres?», repite. Y dice Jenny:

No. Lo que quiero es que escribas «Fóllame» en tu pecho y salgas así a la calle. A quien quiera follarte, dile: «Claro, claro, seguro, no hay problema». Y cuando lo haga, sonríe y dile: «¡gracias, muchísimas gracias!» Asegúrate de tener una sonrisa en la boca. Y entonces, jodido cobarde estúpido, sabrás lo que es ser una mujer.

Me he sentido muy identificada porque cada día recorro una calle para ir a trabajar en la que hay un montón de hombres apostados contra las paredes. No hay día en el que tres o cuatro no me digan algo. Desde un «hola» gutural, a un «qué guapa» lascivo, groserías o ruiditos que hacen que piense que me toman por una vaca. Y esperan una sonrisa de agradecimiento porque se han fijado en mí y me han piropeado. Me da asco. Me siento asqueada. Me siento como un maniquí de escaparate, expuesta hasta que un tío rompe el cristal, me coge, se restriega contra mí y me baña con sus nauseabundas babas. Sí, me siento hasta pegajosa. Buajjjjj.

«¿Por qué no vas por otra calle?», me pregunta casi todo el mundo cuando saco el tema. Porque me niego a cambiar mi recorrido habitual. No me voy a dejar ganar la partida. Eso sí, da asco pero al menos no siento miedo como cuando voy de noche por otra calle más solitaria, plagada de puntos negros, y un hombre osa hablarme. Me da igual si sabe u obvia que yo, conocedora del riesgo real de sufrir una agresión sexual al que estoy expuesta por el hecho de ser mujer, siento miedo. Eso es violencia de género de baja intensidad. Llamémosle por su nombre.

Por todo ello, me hierve la sangre cuando leo o escucho a hombres que cuestionan que se hagan mapas de la ciudad prohibida y propuestas de urbanismo con perspectiva de género, arguyendo que hay que abordar el urbanismo pensando en todas las personas, porque ellos también pueden ser víctimas de un atraco. (Tengo un artículo en mente pero ¡no lo encuentro por ningún lado!) En todo caso, creo que esas opiniones no son más que una rabieta airada y estúpida ante la evidencia de que el feminismo ha logrado institucionalizar la defensa de los derechos de las mujeres y que ello no sólo no ha excluido de nada a los hombres, sino que las políticas de igualdad (empezando porque iluminen una calle en la que han ocurrido violaciones) también les beneficia a ellos.

¿Qué demontres es eso del periodismo con visión de género?

2 Abr

Periodismo con perspectiva de género, periodismo incluyente, comunicación no sexista… ¿Comunicación feminista? Huy, eso todavía suena muy fuerte a demasiada gente. Pero no anda desencaminado quien piense que el resto de nombres son eufemismos. Las dos redes en las que participo han publicado sendos textos que condensan muy bien lo que pretendemos. Os invito a leerlos, o al menos los siguientes fragmentos: 

Comunicación feminista, una mirada revolucionaria, artículo de Kazetarion Berdinsarea (página 7)

Cuando el periodismo presume de objetivo, imparcial y neutro, insiste en realidad en mantener una mirada androcéntrica y seguir reproduciendo por inercia los roles tradicionales de género. Nosotras nos hicimos periodistas porque creemos en la comunicación como una herramienta de transformación social, y es por ello que no nos apura posicionarnos y defender, frente al ideal falso de periodismo neutro, trabajos que denuncien las discriminaciones y desigualdades, y visibilicen modelos más igualitarios y justos.

Estamos convencidas, además, de que transversalizar la perspectiva de género nos hace mejores profesionales, ya que, si uno de los objetivos del periodismo es explicar a la ciudadanía qué está pasando, quien obvie las desigualdades entre mujeres y hombres que persisten en todos los ámbitos de la vida difícilmente podrá hacer un buen análisis. Es decir, reparar en cómo las cosas afectan de forma diferente a mujeres y hombres, y por qué afectan de forma diferente, nos parece una herramienta de análisis fundamental para entender y explicar las realidades sociales.

Manifiesto de Bogotá, creado como colofón de los III. Encuentros de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género

Capaces de imaginar un mundo libre de violencia para las mujeres; capaces de imaginar un mundo donde mujeres y hombres compartamos la vida, los derechos, los recursos, los sueños y también las incertidumbres y la esperanza; capaces de construir un imaginario colectivo rico en dignidades y libre de sumisiones y abusos…

Periodistas de 17 países de cuatro continentes dejaron sus salas de redacción, sus calles y campos de batalla para anunciar al resto de colegas en el mundo que necesitamos abandonar la mirada sesgada y excluyente; cambiar nuestras rutinas profesionales para escuchar más, ver mejor y comprender la complejidad y diversidad del momento histórico que nos ha tocado testimoniar; que exigimos ver a las mujeres, que no las excluyamos de nuestros relatos, que nos decidamos a vivir nuestra profesión con el riesgo que supone aventurarse por nuevos caminos, por rutas aún no transitadas, sin antiguas brújulas que solo marcaban el norte del poder.

En la foto, las asistentes al encuentro de Bogotá. Mari Kazetari en la segunda fila.

Ahotik at-en elkarrizketa

2 Abr

Hurrengo elkarrizketa EGK-ren (Euskadiko Gazteriaren Kontseilua) aldizkarirako egin didate. Bi emakume gazte eta kazetari genero ikuspegia duen kazetaritzari buruz hitz egiten egon gara:

“Komunikabideak gazteei buruz aritzen dira, gazte horien generoa kontutan hartu gabe, eta genero ikuspegia funtsezkoa da errealitatea ulertzeko»

Telebista piztu eta… gizonentzako desodorante baten iragarkiak erasan nau: fl ishfl ish egin eta emakume guztiak bere oinetara ditu. Ez ote dago horrelako desusaingarririk emakumeentzat? Emakumeentzako desodoranteak semealabek gure besapea musukatu ahal dezaten omen dira…

Komunikabideetan eta, batez ere, publizitatean, rol oso tinkoak mantentzen dira eta begirada guztiz androzentrikoa da. Emakumeentzat soilik feminitatearekin lotzen diren produktuak zuzentzen dira: kosmetika, konpresak eta garbitzeko produktuak. Emakume zein gizonek kontsumitzen dituzten produktuen iragarkiak, berriz, gizonei zuzenduta daude gehien bat (edariak, kotxeak…); gizona baita gizarte patriarkal honetan zentroa, izaki unibertsala. Iragarkietan islatzen den arrakasta kontzeptua ere maskulinotasunaren balioei argi lotuta dago.

Segi irakurtzen! (3. orrialdean)

No necesitaba un descanso, sino una mudanza

2 Abr

Tal vez me conozcáis por los tres años de andadura en Puntos suspensivos. Hace unos meses decidí que necesitaba un descanso y puse el standby. Seguí actualizando sin embargo mi otro blog, Primeros pasos, en el que he venido colgando, sin aportar nada más, los trabajos periodísticos que considero representativos de mi incipiente carrera como periodista. Claro que cuatro años después de haberme licenciado y de haber pegado algún cambio de rumbo, seguir hablando de Primeros pasos me parecía un poco como mentir con la edad. 

Me ha vuelto la sed bloguera pero no me apetece volver a Puntos suspensivos ni limitarme a colgar en un blog lo que hago en mi vida profesional. Así que he pensado que igual lo que necesito no es un descanso, sino una mudanza.

 

Y aquí me tenéis. No voy a programar sobre qué va a ir el blog, porque en Puntos suspensivos cumplí con mi pronóstico de que es cada momento vital y la retroalimentación que recibes de otros y otras blogueras lo que te hace avanzar en un sentido u otro. Por ahora será un híbrido entre los dos anteriores blogs: hablaré de lo que me inquieta, especialmente en el ámbito al que me quiero dedicar en pleno, el género y la comunicación, y os contaré también cómo van mis proyectos en ese campo. Gracias por acompañarme.