Latin kings
24 Ago
Imaginad una cantina en el centro de Managua llena de testosterona. Son las cuatro de la tarde de un viernes. La mayor parte de la clientela son hombres grandotes y recios que se reúnen para tomar guaro (alcohol). De repente entra un grupo extraño de hombres (?) de otro tipo. La mayoría son muy bajitos, menudos, con cara de niños, y una se pregunta qué les ha unido si varios parecen del mundo rural, otros visten elegantes camisas y un tercer grupo luce aires bohemios. Su presencia intriga y desconcierta a los machos del lugar. ¿Qué son exactamente? ¿De dónde han salido? ¿Seguro que son hombres? Pero llevan barba, a algunos hasta se les marca el paquete… Pero a alguno se le notan unos pechos demasiado grandes. ¿¿Qué son??
Eran drag kings. Facilité un taller con jóvenes activistas feministas. Después de debatir largo y tendido sobre cómo se construyen los géneros, cómo hemos vivido nuestra feminidad y nuestra masculinidad y esas cosas, nacieron los reyes, y tenían ganas de mambo. A mí, casi recién llegada al país y sin ser formadora de drag king, me daba mucho vértigo que el grupo quisiera salir a la calle a la luz del día. Pero les apetecía un montón.
Y no se cortaron. Dani bailó de pie con su estilo de DJ. Yo le saqué a bailar reguetón. Varios se animaron a ir al baño de hombres. A uno la señora de la limpieza le llamó la atención, pero él se reafirmó en que estaba en el baño adecuado. Martín intentaba ligar con las majes (chicas) de la mesa de al lado, pero no le daban bola. Otros se volcaban en enamorar a las mujeres que nos acompañaban, Tere y Clara. Tere, por cierto, (María Teresa Blandón, histórica feminista nica) contribuyó a que hubiera un buen clima con los machos, a quienes saludó afectuosamente en cuanto entramos a la cantina. Creo que ese gesto fue importante, que marcó cierta relación de poder que explica que los hombres se limitasen a mirarnos con curiosidad y reírse. Que en ningún momento se pusieran impertinentes o desafiantes.
Aún así, tendríais que haber visto sus caras cuando Camilo y Sebastián, dos de estos extraños hombrecillos, los de aires bohemios, empezaron a besarse con lengua y todo. «¡Mira, mira, mira!», avisaron divertidos a un amigo que estaba de espaldas eligiendo música en la rocola.
Ese hombre, en un momento dado, se acercó a mí y me dijo si podía sacarse una foto conmigo. «Es que nunca había visto una chica tan linda como vos». Levanté la ceja y le dije con resignación que sí. Mientras posábamos mirando al móvil de un compañero suyo, el tipo me dijo: «¿Te puedo hacer una pregunta? ¿Vos sos mujer o varón?». Yo no me transformé porque quería estar centrada en los reyes recién nacidos. Vestía camiseta sin forma ni escote (y sin sujetador) y pantalones anchos algo masculinos. No llevaba maquillaje. «-¿Tú qué crees?» «-Que sos mujer». «- ¿Y si te digo que no?» «- Te diría: Bienvenido a Nicaragua». Y me da un beso en la mejilla.
En fin, es un clásico. Cuando hicimos el taller drag king en Bilbao, los hombres sólo se acercaban a Salva (Itziar), que era el king menos transformado. Mi hipótesis es que los machos se sienten tan desconcertados con los kings que necesitan acercarse al que más garantías da de ser mujer y reafirmar con él/ella su virilidad.
Me sentí muy orgullosa de mis reyes latinos, y muy contenta de que la experiencia les haya aportado. Uno de los kings que más fluyó fue el del vídeo, José Adán (Milagros). Arriba podéis ver el monólogo que le salió con total naturalidad. Increíble. Genial. Cuando volvió a ser Milagros, escribió una nota en el Facebook muy jugosa. Os la pego abajo.
Por último, quiero dar las gracias a varias personas. A Anielkar/Trevi, una persona transgénero que participó y aportó muchísimo contando su forma tan singular y maravillosa de entender, vivir y expresar el género. A Cris, por animarme a facilitarlo, haber abierto camino por su cuenta y riesgo (de esto os hablo otro día) y haber estado a mi lado. A M en Conflicto porque es el/la maestrx, insustituible. Y, cómo no, a todos los kings que se animaron a vivir la experiencia y que sufrieron mi torpeza poniendo barbas y vendando pechos.
Os invito a conocer a todos los reyes, antes y después de transformare, en esta maravillosa fotogalería de Oscar Acuña. Y ahora sí, la nota de Milagros:
Las mentiras de los géneros…o de plano, los géneros son mentira.
de Milagros Romero Meza, el El Martes, 7 de agosto de 2012 a la(s) 23:11 ·
De niño pensaba que el cielo, bajito esperaba por mí
Y fue despidiéndose siempre más lejos, que un día
pensé en desistir… Alejandro Filio.
“Las niñas se sientan con las piernas cerradas, las niñas no dicen malas palabras, las niñas educadas comen con la boquita cerrada, las niñas son bien portadas, las buenas señoritas no toman cerveza, las niñas se ven bonitas…las niñas, las niñas, las niñas… ” Estas y muchas otras frases por el estilo me recorrieron el día que fui José Adán. No eran frases conscientes, eran sintientes, que es peor porque en vez de pensarlas, recorrían y resonaban en varias partes de mi cuerpo como campanadas de alerta porque estaba traspasando los límites que “la niña” no tenía derecho a pasar.
Y creo que estas campanadas fueron las que me llevaron a asumir el personaje de José Adán en mi primer taller de Drag King. Primero quiero describir (como ejercicio terapéutico) a José Adán y después contarles porqué escogí este tipo de hombre.
José Adán es un tipo muy tradicional de la cultura nicaragüense, diríamos las feministas “el típico macho”, además que así me lo dijeron casi todxs mis compañerxs del taller, es ingeniero agrónomo graduado en la Universidad Agraria, matagalpino, y es el encargado de administrar las 4 fincas de su familia que tienen más de 200 manzanas. Está felizmente casado y tiene dos hijos, pero le gusta echar sus canas al aire en su pueblo o en la capital cuando le toca viajar a Managua. No se anda preocupando por la moral, los valores ni nada de eso, pero cuando algo le parece bueno lo apoya, y no le gusta ser doble cara, si le cae mal alguien lo dice de frente y le vale %$#”@%/.
Creo que para las personas que estuvieron en el taller y para mí mismx fue un poco sorprendente verme asumiendo este papel de macho tan arraigado. Tengo dos respuestas para esta inquietud, la primera es que quizás resulta más fácil ser un hombre en los términos más comunes porque se trata de asumir lo que he visto a lo largo de mi vida en el comportamiento masculino, sin embargo y conociéndome como me conozco, me niego a casarme con esta hipótesis.
La segunda hipótesis tiene que ver con las campanadas. Hacer la transición de ser mujer a ser hombre es más atrevido que divertido (al menos en mi experiencia), y atreverme a sacar una masculinidad vetada para mí, me hizo sentir inmediatamente en un terreno prohibido, en el terreno de todas aquellas actitudes y posibilidades inexistentes para la mujer que formó mi familia y la sociedad; ser José Adán, con las características descritas y otras no dichas, me confrontaba a mí misma, a mis propias ideas de la masculinidad, a mis miedos como “mujer”, a los condicionamientos que como feminista también tengo, a los límites del género y del sexo, a las críticas (y vaya que le llovieron a José Adán), a los estereotipos de “hombre” que nos han venido a “enseñar” los hombres masculinistas, a mis propias incoherencias, a las inconsistencias tan divertidas de los machos, en fin, era una completa paradoja, fue un ejercicio de exposición al poder.
No sé si con estas palabras logro comunicar mi vivencia, si no es asi, me acuso de estar todavía atravesada por los cuestionamientos internos que me significó ser drag King, y realmente me acuso, porque como feminista me parecía que ya tenía resuelto este asunto, pero no hay mentira más mentirosa que esa, como feminista tengo más dudas que certezas, y como dice “Anonima”: Cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas.
Ser drag King no sólo es un ejercicio de cambio de la identidad, para mí está siendo una confirmación de las mentiras de lo femenino y lo masculino, de lo hembra y lo macho, de lo mujer y lo hombre que somos, y ahora estoy más enredada que nunca pensando que no quiero ser ella, ni él, ni nada que me clasifique (creo que estoy loca), y esto me pone de frente con puertas que no sé si quiero abrir o no sé si José Adán ya las abrió por mí y me está invitando a pasar.
¡Qué bárbaras! Las felicito muchísimo y les agradezco que anden por ahí, abriendo camino.
Mil abrazos desde México.
Lo que se entiende por masculinidad es un género más, que debe ser deconstruido, y que enmascara la sexualidad masculina en el falocentrismo.
No se si te entendi bien pero creo que no hablas de deconstrucción de género, sino de deconstrucción de sexo, por eso no quieres ser mujer ni hombre. Es como si ahora nos inventáramos la deconstrucción de número de brazos, y fuera cultural decir que las personas tenemos dos brazos, porque claro, de vez en cuando hay gente que nace con uno o sin. Es contra la biologia misma, es un discurso filosofico (no cientifico, por tanto carente de prebas) que no confirma nada de lo que afirma, pero que al ser tan popular entre ciertos sectores puede conducir a la gente a hacer verdaderas estupideces… y el problema es cuando estos discursos caen en manos de gente con poder y acceso a cosas como la educacion o la biotecnologia…
Te crees que el patriarcado surgió porque a un par de tipos le caían mal las mujeres? No, el control, represión y suplantación de la sexualidad humana se ejerció para dominar la prole (la reproducción), por eso aparecen los maridos (que poseían a la mujer) y los padres (que poseen su fruto). Y el hecho de que la mujer haya sido la gran víctima visible del patriarcado (que no la única)no ha sido casual, sino porque ella es quien pare y, al ejercer el vínculo sexual natural con sus criaturas, quien engendra humanos poco dotados para la dominación y la opresión, y excesivamente dotados para la autorregulación y la ayuda mutua.