San Valentín: ¿nos lo cargamos o le damos la vuelta?

14 Feb

Annie Sprinkle y Beth Stephens

Annie Sprinkle y Beth Stephens en una de sus bodas de colores http://loveartlab.org

Sí, sí, está claro que es un invento (o al menos un recurso) de los centros comerciales y demás agentes que sacan tajada de ello para incentivar el consumo. Y está también  claro que alimenta todo lo peor del ideal del amor romántico que tanto daño nos hace a mujeres y hombres y que se encuentra en la base de la violencia machista. La cuestión es que San Valentín es una celebración institucionalizada, y que hoy 14 de febrero nos la meterán hasta en la sopa. Así que yo pregunto: ¿nos lo cargamos o le damos la vuelta?

Yo estoy por lo segundo. Por una parte, porque me parece más viable ir cambiando desde dentro celebraciones arraigadas que hacer una lobotomía a quienes creen en ellas para que las ignoren. Por otra parte, porque a mí me gustan las celebraciones y los rituales (para gustos están los colores), y me entristece que la alternativa sea erradicar cosas que nos hacen sonreir sin plantear alternativas.

Siempre he querido casarme algún día, por montar una buena fiesta y compartir con mi gente la satisfacción de haber encontrado una pareja con la que soy feliz. Soy de las que organizaría un banquete con baile incluido para celebrar el nacimiento de mi hijo o hija. Quienes no creemos en el matrimonio o en el bautismo hemos de poder festejar las cosas buenas de la vida a nuestra manera. Y como, mal que me pese, soy una romántica, creo que celebrar el amor tiene mucho sentido. Así que, como suelo defender con casi todo (el porno, por ejemplo), prefiero transformar lo que nos rodea y utilizarlo para disfrutar y extender otros valores, que abolirlo.

Esta es también la visión del Proyecto Cultural Desgenerad@s, un colectivo que propuso un concurso de ideas alternativas para el 14 de febrero. Dos ideas han quedado empatadas tras la votación popular, y una de ellas es de nuestra compañera de Pikara Andrea Momoitio:

San Valentín debería ser un día para hacer balance, para sentarse delante de una botella de vino con la persona a la que quieres e intentar sanar la relación. Determinar qué tipo de relación tenemos, cuál queremos tener y hacia cuál vamos. Marcar los límites, dejar claros cuáles son los límites que no se pueden traspasar, qué espacio se quiere compartir y cuál no. Cuáles son nuestros proyectos en común y cuáles son nuestras metas individuales. Marcarse objetivos hasta el siguiente San Valentín y sellar el pacto con mucho sexo y sin ningún prejuicio.

Y la otra, de un tal Enfero Carulo, también me ha gustado mucho:

Algo de deporte equilibrado y que haga segregar endorfinas… ¿?

¿Un debate sin sexos marcado por la igualdad intelectual?
¿La construcción de un poema juntos?
¿Sexo sin arriba/abajo?
¿Algo que se pueda practicar igualmente al día siguiente (véase que la palabra «igualmente» no se incluyó al azar)?
¿Patinar sin hacer carreras?
¿Alquilar un tándem y cambiarse el primer puesto cada media hora de paseo por un lugar neutro y natural?

¿Partidita de badmintong (¿se escribirá así?).
¡Sauna, una sauna con debate!

Mi admirada Annie Sprinkle (ex actriz porno, reconvertida en artista posporno y educadora sexual) me dijo en una entrevista junto con su mujer Elizabeth Stephens durante el festival Feminismopornopunk: «El amor se ha convertido en el último tabú; es el nuevo sexo. Se tiende a excluir el amor del porno y el sexo cachondo del amor. Cuestionamos esa división y la gente nos tacha de hippies, porque el amor hoy resulta ñoño». Estoy completamente de acuerdo.

De hecho, la exaltación del amor que protagonizaron Sprinkle y Stephens en tal transgresor congreso porno escoció a alguna gente, como Javier Saez, quien sentenció en un artículo que «el amor es heterosexual». Yo en cambio estoy con Sprinkle. Me encantan las grandes bodas de colores que celebra con su chica cada año dentro del proyecto Love Art Lab. Me encanta que al mismo tiempo reivindique su trayectoria en el porno y que siga haciendo cosas como mostrar su cuerpo orondo de cincuenta años desnudo sin complejos o haber posado en actitud lasciva cuando se encontraba ingresada en el hospital con cáncer de mama. En la foto llevan la cabeza rapada: Sprinkle por la quimio, y Stephens para apoyarla. Creo que se trata de eso: de romper con lo aquello que nos han vendido toda la vida, y construir lo que nos dé la gana, desde el respeto (a nosotras mismas y a quienes nos rodean) y el disfrute.

Para ello, repito, el primer paso es detectar los mensajes que nos han inculcado y nos limitan. Si no, todo esfuerzo de ser super progres y abrazar el amor libre será una trampa que seguirá provocando dependencia y sufrimiento. Para ello, os recomiendo este artículo de Ianire Estébanez en el que nos da sabios consejos para no terminar llamando el 14 de febrero a nuestro ex, ese al que dejamos porque nos controlaba y asfixiaba.

Os deseo un feliz Día del Amor diverso y desgenerado.

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17 Respuestas para “San Valentín: ¿nos lo cargamos o le damos la vuelta?”

  1. escéptico 14 febrero, 2011 en 15:20 #

    Lo de San Valentín es una cosa que queda en la pareja y cada uno hace más o menos lo que quiere o le dejan.
    Lo de la boda ya es más complicado porque la presión social y familiar también tiene su peso.
    En mi caso y en el de algunos amigos que no quisimos hacer una boda al uso, nos encontramos con bastantes dificultades para que se aceptaran nuestras condiciones sin tener que discutir y llevarte un mal rato.

    • June Fernández 14 febrero, 2011 en 16:06 #

      Y mucha gente me ha dicho con conocimiento de causa que una boda alternativa a menudo termina siendo más insufrible y hortera que una al uso. Pero bueno, yo como principio general, estoy a favor de las comilonas y bailoteos, sea cual sea el pretexto. ¿Cómo fue tu boda, si no es mucho preguntar?

      • escéptico 14 febrero, 2011 en 16:31 #

        Tampoco hicimos nada original, si lo comparamos con la boda de Lauren Postigo.
        Nos casamos en el ayuntamiento, y luego invitábamos a una comida a la que iría sólo la familia más cercana, (padres, hermanos y parejas de los hermanos). Nosotros pagábamos la comida y no aceptaríamos dinero de nadie como regalo.
        Resumiendo mucho, algo en apariencia tan sencillo se fue complicando, sobre todo porque el sector femenino de mi familia no acababa de aceptar que a mí la boda no me hiciera demasiada ilusión y temían (no sin razón) que fuera hecho un zarrio a la ceremonia, como así ocurrió.

        • June Fernández 14 febrero, 2011 en 16:41 #

          zarrio, rria.

          (Del eusk. txar, defectuoso, débil).

          1. adj. And. charro (‖ recargado de adornos).

          2. f. Barro o lodo pegado en la parte inferior de la ropa.

          3. f. Pingajo, harapo.

          4. f. Tira de cuero que se mete entre los ojales de la abarca, para asegurarla bien con la calzadera.

          Nunca te acostarás sin saber dos palabras más.

  2. Estibaliz 14 febrero, 2011 en 19:33 #

    Estoy de acuerdo en que no deberíamos cargarnos todos los días de fiesta o conmemorativos porque el sistema capitalista/patriarcal lo haya engullido.
    No comparto ese discurso de que todos los días son iguales. Hay momentos de especial densidad, para celebrar, recapitular, reflexionar o lo que surja. «Los ritos son importantes» dijo en lobo al Principito. De lo contrario, la vida se convierte en una inercia donde los días se suceden sin degustar.
    Buena propuesta June 🙂

    • jabokatu 15 febrero, 2011 en 22:44 #

      Los días son especiales si los hacemos especiales. No serán o sí, pero dependerá de como enfoquemos nuestra vida, nuestras relaciones, y nuestros gustos. Si que necesitamos romper normas, hacer fiestas, celebrar junto a las fiestas sociales, las propias de nuestra pareja, cuadrilla, familia, o barrio.
      Además, eso da intensidad y valor al día a día, es un motivo más para señalar que existe esa pareja, cuadrilla, familia, barrio, etc.
      Necesitamos sentirnos parte de algo, y estos días se convierten en especiales por la forma de la celebración y porque se reproduce un sujeto colectivo. Ese que participa y lo celebra.
      Otro tema es la manipulación de la relación de pareja, del amor enfocado como amor a tu mujer/hombre, y del valor del regalo o del Dia de San Valentín, San Juan, o sanqueremos.
      Por último, juega otro papel clave que no habéis comentado. El papel de bálsamo psicológico, como esa necesidad de pareja y de celebrar, aparentar, hacer rutina con el/la, tener familia, celebrarlo etc.
      Desgraciadamente, también trae otra consecuencia dramática: el ataque al no emparejado, y esa presión social invisible y esa respuesta personal, querida o no, que lleva a vivir estos días sin un plan de pareja, sin un motivo y sin un camarote o habitación de hotel individual porque se castiga al single o sinpar.
      No hablo en términos economicos ni de supuesta decisión (¿de no sentirse querido?) sino de saber vivir sin comentarios ni presiones y ser capaz de vivir y ser feliz uno solo, y valorar la pareja sin dependencias ni consideraciones a ella (valdría para él) sin considerarla dependiente, necesitada de pareja, y sin alternativa ni consecuencia ante el desprecio o falta de amor.
      En eso, somos débiles y por eso surjen muchos días que, en vez de celebrar sanvalentin, se agrede y sobre todo en el día a día, se anula a la persona que tienes al lado, a quien en otra situación se invitaría a celebrar una felicidad añadida. Por contra, se convirte en rutina, en falta de aprecio, amor, respeto y San Valentín es sustituido por soledad en pareja, o por agresión si ella quiere recuperar libertad, amor y pasión por la vida.

  3. Pepita Grilla 15 febrero, 2011 en 19:15 #

    Esencialmente estoy de acuerdo con lo que planteas pero también creo que este enfoque tiene sus «peligros». Peligros como, por ejemplo, darle una vuelta a todo, para que, al final, siga siendo más de lo mismo.

  4. June Fernández 16 febrero, 2011 en 11:27 #

    Pepita Grilla. Puede ser. Me has dejado pensativa, sí. ¿Puedes concretar en qué se traduciría eso de que termine siendo más de lo mismo?

    • Pepita Grilla 16 febrero, 2011 en 18:11 #

      Mari Kazetari: a veces me da la sensación de que tratamos de dar la vuelta a algunos rituales que criticamos para, en parte, justificarnos a nosotros mismos. Por ejemplo, puedo haber criticado toda la vida el día de San Valentín pero, al mismo tiempo, estar enamorada y desear la rosa y la carta de amor; como no me permito a mí misma caer en lo que siempre he criticado, reinvento San Valentín y así dejo contenta a mi conciencia y a mi corazón. Sencillamente a veces no sentimos como pensamos y esto nos hace ser muy creativos. En fin, es cierto que los rituales, las ceremonias, las celebraciones,… tienen mucho sentido, cumplen su función y nos alegran el día a día. Pero creo que en ocasiones damos la vuelta a este tipo de eventos movidos por lo mismo que mueve a sus defensores. Así, creo que de vez en cuando está bien cargarse algún que otro ritual o inventar uno nuevo. ¿Sobre San Valentín en concreto? No defiendo cargárnoslo aunque yo personalmente me lo he cargado. En cualquier caso, en un momento dado hasta lo podría resucitar…
      Saludos y mucho ánimo con el blog.

      • Fernando 16 febrero, 2011 en 21:09 #

        Toma claro, tenemos tendencia a no dejar nada en paz, la misma consideracion tienen todas las demas fiestas, papa noel, el día de la madre, el del padre, el del…. todas fomentadas por el comercio pero pensemos que ellos viven gracias a eso y que mueve los dineros que buena falta hace, nadie obliga a comprar. Lo demás hay que dejarlo a la consideración de los que quieran o no celebrarlo.

      • June Fernández 17 febrero, 2011 en 23:52 #

        Estoy de acuerdo, Pepita Grilla. Creo que esto de ser super coherente y ortodoxa provoca mucha esquizofrenia. A mí me parece estupendo comprar una rosa a la pareja en San Valentín (y cualquier otro día) y llevarla a cenar.

        Vaya, defiendo que la gente haga lo que le plazca. Se trata de ser libres y felices. Pero para ser libres tenemos que ser conscientes de cómo nos afecta el modelo de amor romántico que nos venden a esta en la sopa. Desde ahí, allá cada cuál si quiere celebrar el 14-F con rosas, rapándose la cabeza o prefiere pasar de él.

        Y de acuerdo en lo de inventar nuevos rituales.

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  1. Pikara Magazine - 14 febrero, 2011

    @marikazetari: ¿cargarnos San Valentín? Mejor le damos la vuelta http://fb.me/EeCD9STg

  2. marikazetari - 14 febrero, 2011

    #marikazetari ¿Cargarnos San Valentín? Yo prefiero darle la vuelta. ¿Y vosotr@s? http://fb.me/EeCD9STg

  3. Georgina Marcelino - 14 febrero, 2011

    San Valentín: ¿nos lo cargamos o le damos la vuelta? http://bit.ly/hLt0z4

  4. Ianire Estébanez - 14 febrero, 2011

    RT @marikazetari: #marikazetari ¿Cargarnos San Valentín? Yo prefiero darle la vuelta. ¿Y vosotr@s? http://fb.me/EeCD9STg

  5. Jaione - 14 febrero, 2011

    Hay que darle la vuelta a San Valentin, hoy día de San(ta) Valance http://fb.me/EeCD9STg

  6. gentedigital - 14 febrero, 2011

    @marikazetari se plantea qué hacer con #SanValentín http://fb.me/SBjvOItv