Magapola nos habló en su blog de Burka Babes, un libro que recopila las viñetas en las que Peter de Wit ilustra situaciones absurdas entre mujeres que visten el velo integral. Podéis ver más y leer una entrevista al autor
aquí. Magapola nos lo dio a conocer en plena polémica, cuando el velo era motivo casi diario de debate y la derecha proponía prohibir el burka incluso en localidades donde ni siquiera había población inmigrante. Era todo tan surrealista que me encantó la propuesta de De Wit. Quitémonos las gafas lilas un rato, desconectemos de tanto debate exasperante y tronchémonos. Una mujer con burka le llama freak a una monja. Otra luce un burkini: bikini sobre el burka. Me encanta.
Y el gran descubrimiento de la semana (eskerrik asko, Ander), al hilo de reirnos de absolutamente todo, es un cantante ecuatoriano llamado Delfín Hasta el Fin. Os dejo con sus dos grandes hits, uno dedicado al 11-S y el otro al maravilloso Israel. ¿No creéis que el mundo iría mejor si dedicáramos menos energía a confrontar y más a reirnos? Y para terminar, una recomendación literaria ideal para completar este post veraniego absurdo: La conjura de los necios.
¿Crees de verdad el mundo iría mejor? A mí me parece que Delfín nos empuja hacia el suicidio de nuestra especie en una hecatombe nuclear a ritmo de alegre chunta-chunta electrónico.
Bueno, Ander, eso es lo que él nos propone, pero reírnos un rato es bueno. No me fío de los que no ríen y hacen reír, porque la tristeza es contrarrevolucionaria.
Delirante el segundo vídeo. Acabo de incorporarlo al maletín de primeros auxilios con la instrucción de administrarlo en vena en caso de depresión de caballo o tristeza infinita. Pobre Ander, se le debió de congelar la neurona del gusto musical en la excursión al monte este verano.Aisss… ¡Deportes de riesgo!
Donde sí noto diferencias es en el tipo de humor de decir burradas, de jugar o traspasar ciertos límites. Ese me parece un humor típicamente masculino, me imagino que será porque a vosotras os han educado desde bien pequeñitas en cuidar las apariencias y en estar muy atentas al qué dirán. Y algo de eso siempre queda.