No tienes porqué estar de acuerdo, simplemente tienes que comprenderlo y punto. Explicar las diferencias entre periodismo digital y tradicional o el eterno debate del futuro de los medios a veces resulta complicado para quienes no tocan el día a día de la profesión. Hablar de la democratización de la información, el papel de los medios sociales, el poder de la conversación entre periodistas y lectores son algunos de los aspectos que mejor resumen esas diferencias -o complementos-.
Pero como siempre, la mejor manera de entender esta realidad es con ejemplos contundentes como los que aporta Arianna Huffington en la entrevista publicada en El País este pasado domingo. No tiene desperdicio. En sí misma, el propio formato de la entrevista ayuda a comprender de qué estamos hablando cuando nos referimos a periodismo clásico y online. Leyéndola en papel cuentas con la transcripción de sus respuestas acompañadas de algunas los pasajes más destacados a mayor tamaño de fuente. Si te marchas a la edición digital la información redactada aparece complementada con un vídeo de algo más de 2 minutos de una charla de Arianna Huffington ante unos alumnos de periodismo, junto con un podcast de una entrevista radiofónica a la directora del The Huffington Post.
Sin duda, merece la pena reservarse unos minutos para leer y escuchar atentamente cada uno de los documentos de los que resaltamos algunas frases interesantes:
– La nueva realidad social: «Comunicar es el nuevo entretenimiento de la gente».
– Cómo debe ser el nuevo periodista: «Necesitamos ese tipo de periodistas anfibios para el futuro, porque queremos que abracen por un lado las grandes tradiciones del periodismo clásico, en cuanto a precisión, comprobación, ecuanimidad, búsqueda de la verdad o impacto informativo, y al mismo tiempo nos sentimos muy cómodos con las nuevas reglas del camino, el tiempo real, la tecnología que nos permite interactuar o la participación de los lectores».
– Modelo The Huffington Post: «Un diseño magnético de la web y la capacidad de fidelizar. Para que nuestros lectores sepan que no somos solo un sitio solo para consumir noticias, sino para compartirlas, para aportar. Más que el final de la conversación, es el inicio».
– Interactividad: «No consideramos nada como un producto terminado. Algo fundamental es que nuestro equipo de tecnología se sienta junto a los editores. El director técnico está en mitad de la redacción y periodistas y desarrolladores/diseñadores interactúan permanentemente».
– Alianzas con medios tradicionales: «Una mezcla entre lo culto y lo popular, su capacidad para enganchar, y también de dar relevancia a otros contenidos agregándolos en nuestra web, tiene que llevar a estos medios a crecer. O te expandes o mueres. Además, podemos servir de laboratorio de pruebas para experimentar, y después aplicar ese conocimiento».
– Participación de los lectores: «No quieren escuchar solo a un grupo de periodistas autoproclamados como la voz de la autoridad. El lector también espera que se le filtren mensajes de Twitter, o de Facebook, ya sea en la Primavera Árabe, o en un terremoto».
– La crisis del periodismo: «De hecho, creo que el nuevo periodismo va a tener un impacto más saludable en nuestra democracia. Por dos razones: una, si mira a los medios generalistas en Estados Unidos, y no sé cómo será en España, en las dos grandes historias de nuestro tiempo fallaron (la ausencia de armas de destrucción masiva y el origen de la crisis financiera) […]. El otro gran problema es el acceso de los periodistas a los políticos, un proceso en el que básicamente se han ganado su complicidad».