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Buscando a Kony

Esta campaña es real, no se trata de publicidad comercial. KONY 2012 es el nombre de una vídeo campaña impulsada por Invisible Children con el objetivo de hacer famoso -visible- al que se han atrevido a catalogar como el peor criminal de guerra de nuestros días: Joseph Kony. Se le hace responsable del secuestro de miles de niños ugandeses a los que separa por sexos, colocando en las manos de los varones un arma con la que entrar en combate mientras las niñas son obligadas a formar parte del mayor ejército de prostitutas infantiles del mundo.

Hasta la fecha nadie ha conseguido poner rostro a Kony. Jason Russell, impulsor de la iniciativa y director de la cinta, quiere acabar con ese anonimato y para ello pide la colaboración de todo el mundo hiperconectado. Reclama la ayuda de los cientos de millones de internautas que en todo el mundo publican contenido en sus perfiles sociales, para que difundan esta campaña que ayude a poner cerco al genocida más buscado del momento.

En tres días el vídeo ha sido visualizado más de 55 millones de veces. No tienes excusa. Resérvate 30 minutos de tu tiempo para verlo y compartirlo. Vale la pena por un par de clics…

Imagen de previsualización de YouTube

Remake de las "10 estrategias de manipulación a través de los medios" Con el permiso de Noam Chomsky

Me he permitido el lujo -conmutable también por osadía- de readaptar la teoría de las 10 estrategias de manipulación a través de los medios que Noam Chomsky detalló en su libro «Armas Silenciosas para Guerras Tranquilas», a la realidad más o menos reciente que nos acorrala. No se trata, en ningún caso, de analizar la situación desde la propia perspectiva de los medios de comunicación y sí desde las esferas de decisión, presuntas responsables de la ejecución del plan y de la emisión de los mensajes asociados.

Para entender cada una de mis modestas aportaciones [iniciadas en este color] debéis pinchar en los enlaces que acompañan el texto, a la conclusión de cada punto. Sin la lectura de los mismos [aunque sea fugaz] el post carecerá del sentido pretendido, contando de antemano con que hayamos sido capaces de logrardo. Por ese motivo recomiendo un abordaje, dentro de la medida de vuestras posibilidades, con la máxima pausa que os podáis permitir. Ahí me lanzo con lo puesto: 

1. La estrategia de la distracción

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética.
 
“Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales”.
Véase: Para los más downloaders, «Ley Sinde» [qué paro ni que paro: ¡que la mula no me corre, leñe!] | Para los que siempre andamos con prisas, «Límite de velocidad 110Km/hora» | Una buena noticia para cuando se os ponga mal cuerpo: «No es la Gripe A«
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones

Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

Véase: Para los más viajeros, «El controlador: el mejor amigo del hombre» [artículo de paciente lectura muy, muy recomendable] | Para los que jubilarse es una frivolidad [o sea, todos los que no nos hacemos pasar por políticos] un «Pacto para las pensiones 2011»
3. La estrategia de la gradualidad

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

Véase: Para los que no lo ven claro a fin de mes, «Y se hizo la luz» | Para todos los españolitos, «Pasad, pasad que cabemos todos en la sala para ver juntos Crónica de una muerte anunciada«
 

4. La estrategia de diferir

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad
 
La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante.  ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad”.
Véase: La división del mundo: «Es muy fácil hijo: Nosotros somos los buenos y ellos -todos- los malos» | Conclusión: «¿Es eso verdad? … Pero No«
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión
 
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad
 
Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
Véase: Para (casi)todos la «LOGSE I, II, III… responda otra vez» | Para unos pocos, Estudios by Mastercard
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad
 
Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…
Véase: El menú televisivo diario: «Pollo a la Andreíta«| O como «No se salva ni la Gaceta del Taxi«
9. Reforzar la autoculpabilidad
 
Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, ¡no hay revolución!
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen
 
En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

Véase: Para los que creemos que democracia es sinónimo de libertad, «Lo siento pero este Club tiene reservado el derecho de admisión«
[Agradecimiento: La idea que dio origen a esta entrada surge gracias a un email paterno remitiendo a este link]




El rescate: una mina de anécdotas y oportunismo

Decir que se ha hablado mucho sobre el rescate de los mineros chilenos verdaderamente es quedarse corto. Sin embargo existe una realidad paralela poblada de curiosidades que se han encargado de recopilar en el blog Trending Topics. Los mil millones de audiencia o los 2.000 periodistas acreditados quedan al margen de lo que podemos etiquetar como anécdotas, como podría ser el caso de la uniformidad de los mineros la la hora de proteger sus ojos de la luz luciendo gafas de sol Oakley. Nos referimos a detalles como estos:

1. Todos llevan al salir las mismas gafas de sol de la marca Oakley (vía Irene Serrano). Fueron donadas por la marca, pero se ha calculado que el valor publicitario de su aparición en medios alcanza los 41 millones de dólares.

2. Existe un grupo en Facebook que se llama «Mineros chilenos emergiendo de las entrañas de la tierra como Kylie Minogue«

3. La comida favorita del minero Carlos Mamani es el rabo de toro. Lo ha twitteado Rory Carroll, corresponsal de The Guardian.

4. El ministro de minería de Chile se llama Laurence Golborne y le gusta Serrat. «Buen día! Como dice Serrat «hoy puede ser un gran día, planteatelo así. Aprovecharlo o que pase de largo depende en parte ti», ha twitteado. (Detalle cortesía de Mari Luz Peinado).

5. La BBC (que ha enviado 25 periodistas al terreno) ha escrito un artículo explicando por qué enseñan la cara de los mineros y no la de los indígenas mapuches en huega de hambre en Chile.

6. Entre los regalos que les esperan en la superficie está ver al Madrid en el Bernabéu.

7. Alejandro Sanz le ha tenido que explicar a una fan que los mineros subían afeitados no por ninguna conspiración mediática sino porque probablemente se habían afeitado en la mina. Justin Bieber, Kim Kardashian o la Tigresa del Oriente también se han pronunciado.

8. La primera dama de Chile Cecilia Morel le dijo a la mujer del minero infiel que su decisión de no ir al rescate de su marido porque iba la otra «no era mala«.

9. Son rescatados el mismo día, 13 de octubre, en el que se estrelló el avión de la tragedia de Los Andes.

10. El presidente chileno Piñera ha dicho que «Hoy es 13/10/10. Sumen los números. Es 33. Es un número mágico» (¿?)

11. Algunos pidieron abrillantador de zapatos para el momento de su salida de la mina.

12. Los periodistas ávidos de noticias han sufrido 17 accidentes de tráfico en los alrededores de San José.

[Vía Trending Topics]

Demasiado humo para tan pocas señales

Hace tiempo que pretendía lanzarme sobre el teclado y no lograba juntar tiempo y argumentos en la misma coctelera. Pero lo cierto es que últimamente los asuntos no son precisamente escasos. Cuando a primera hora de la mañana de un día cualquiera -lo mismo da, son los mismos perros con distintos collares- te armas de valor y alcanzas el primer periódico libre de marca sobre la barra del bar, mientras contraes tus gónadas masculinas -suponiendo frívolamente que eso te sea físicamente posible- estás desafiando la supervivencia de tu equilibrio vital para el resto de la jornada. Me explico. Toparme de morros, por ejemplo, con la noticia de que los griegos pagarán los excesos de sus gobernantes y cómplices a base de reducir sus salarios, en el caso de que tengan, sus pensiones de jubilación, sus subsidios por desempleo o sus becas para estudios, me pone de una mala baba que me haría el haraquiri con la pajita del zumo.

En ese preciso instante recuerdas que no debes demorar más tu afiliación al Partido Pirata sueco, del que espero que cuente con un ala al puro estilo bucanero del siglo XVII para la que asaltar y atracar sean  puntos reflejados en su programa electoral, y así evitamos sorpresas posteriores. Sí, lo sé, entre nosotros conviven demasiados barbarrojas de lo público e incapaces crónicos, pero por lo menos los suecos se pasean con el parche en el ojo sin ocultar la naturaleza de su jeta. Si además defienden los derechos fundamentales en Internet, que no dentro de muchas erupciones volcánicas será lo único que me importe, miel sobre hojuelas. No hay nada que me retuerza más las tripas en esta vida que me estén dando la mano con la derecha mientras me roban al mismo tiempo la cartera con la izquierda. Soy incapaz de desenvolverme con semejante habilidad con la zurda. ¡Que impotencia, rediós!

La cosa está que arde, y si no basta echar la vista a Islandia. El drama de los parados se extiende como una plaga de tuberculosis en el Imperio Napoleónico. Nadie hace nada, nada se espera de nadie y en nada deberían convertirse los que que no pensaron en nadie cuando nos llevaron a la nada -o algo así-. Y ante tal despropósito no se conoce movilización alguna, remunerada o no, ni de los agraviados ni de sus representantes. Eso sí, hay reventa para adquirir las primeras localidades improvisadas en la recepción del hospital en el que acaba de ser intervenido El Rey. Hay oferta de tres por dos en guantazos a palma abierta para adelantar posiciones en el besamanos improvisado a la familia real. Idéntico resultado el cosechado entre los políticos de guardia para posados robaportadas. Hay casi más tráfico de cargos públicos en los pasillos de la clínica que en los juzgados de Palma.

Y después de intentar digerir todo este despelote de lo que llamamos actualidad no quedan más cataplines que seguir nadando hasta la orilla de cada jornada, y sentirme un privilegiado al poner el pie en tierra firme cada mañana porque puedo desempeñar un trabajo por el que me pagan. Es de obligado  cumplimiento el sentirme abiertamente agradecido por poder compartir mi vida con los míos, repartiendo lo bueno en pedazos y desgajando lo malo entre todos. En esas estamos. Porque lo demás no existe y no se barruntan señales de humo en el horizonte que apunten a lo contrario.

Periodismo VIP

Me recomendó un buen amigo que leyera el artículo «Periodistas… ¿o niños de papá?» que publicaba El Mundo el pasado viernes. Se trata de un texto que pone al descubierto el nuevo perfil de los enviados especiales a situaciones de conflicto y los corresponsales de guerra. Si la noticia en cuestión no tiene desperdicio, menos aún el artículo adjunto de Arturo Pérez-Reverte. Os detallo algunos fragmentos estelares de El síndrome de el Coronel Tapioca:

«Hace treinta y dos años desaparecí en la frontera entre Sudán y Etiopía. En realidad fueron mi redactor jefe, Paco Cercadillo, y mis compañeros del diario ‘Pueblo’ los que me dieron como tal; pues yo sabía perfectamente dónde estaba: con la guerrilla eritrea. Alguien contó que había habido un combate sangriento en Tessenei y que me habían picado el billete. Así que encargaron a Vicente Talón, entonces corresponsal en El Cairo, que fuese a buscar mi fiambre y a escribir la necrológica. No hizo falta, porque aparecí en Jartum, hecho cisco pero con seis rollos fotográficos en la mochila; y el redactor jefe, tras darme la bronca, publicó una de esas fotos en primera: dos guerrilleros posando como cazadores, un pie sobre la cabeza del etíope al que acababan de cargarse. Lo interesante de aquello no es el episodio, sino cómo transcurrió mi búsqueda. La naturalidad profesional con que mis compañeros encararon el asunto»…

[…] «Mucho ha cambiado el paisaje. Ahora, cuando a un reportero, turista o voluntario de algo se le hunde la canoa, lo secuestran, le arreglan los papeles o se lo zampan los cocodrilos, enseguida salen la familia, los amigos y los colegas en el telediario, asegurando que Fulano o Mengana no iban a eso y pidiendo que intervengan las autoridades de aquí y de allá -de sirios y troyanos, oí decir el otro día-. Eso tiene su puntito, la verdad. Nadie viaja a sitios raros para que lo hagan filetes o lo pongan cara a la Meca, pero allí es más fácil que salga tu número. Ahora y siempre. Si vas, sabes a dónde vas. Salvo que seas idiota. Pero en los últimos tiempos se olvida esa regla básica. Hemos adquirido un hábito peligroso: creer que el mundo es lo que dicen los folletos de viajes; que uno puede moverse seguro por él, que tiene derecho a ello, y que Gobiernos e instituciones deben garantizárselo, o resolver la peripecia cuando el coronel Tapioca se rompe los cuernos. Que suele ocurrir»… [Artículo completo en XLSemanal]