Archivo julio 2011

Entrevista a los coordinadores de «YES WE CAMP!», el álbum sobre el 15M

Este libro está hecho desde las entrañas, como una herramienta más para difundir las ideas que propone el «movimiento». Es un intento de llegar a personas que ven todo esto con cierto escepticismo desde la lejanía. Pensamos que el cómic es un lenguaje suficientemente bueno como cualquier otro para transmitirlas. (Pere Meján en Guía del cómic)

Jose A Serrano entrevista a los responsables de la novela gráfica colectiva «Yes we camp! Bocetos de una (r)evolución», aquí

0

La (in)justicia, Kirby y herederos: canción romántica de un blogger

Qué triste coincidencia, hoy publico un artículo a mayor gloria de Jack Kirby en la prensa, y hoy salta la noticia: la editorial Marvel/Disney gana la demanda de los herederos de Jack Kirby por los derechos sobre personajes como Spiderman, Hulk e Iron Man.

Jack Kirby, el Océano de las Ideas

Ya hay voces que hablan de no ser simplistas o maniqueos, ya hay argumentos semi-legales, historicistas, y otros que ponderan factores muy diversos y bien mirados, pero que en el fondo veo como laberintos para esquivar el centro, perderse en caminos tan sinuosos como bonitos (de grandes setos perfectamente recortados, para que no puedas ver la gran mierda que se ubica en el centro del asunto, la fuerza de una empresa, en el pasado y en el presente, sobre la voluntad de un creador y de sus herederos).

Yo sólo tengo clara una idea, llamadme romántico: Kirky ES el cómic de superhéroes. No sólo un puñado de ideas y personajes, sino todo lo que hoy entendemos por el género. Todo el cómic de Superhéroes desde los sesenta (por no decir antes, qeu podría), por supuesto, parte de Kirby, todo imita a Kirby o se aleja de Kirby. Es más, muchos, muchísimos autores alternativos deben a la naturaleza libre y expresiva de su trazo todo y más a Jack Kirby. Mása aún: cada blogger que escribe sobre el género con cabeceras rendidas a ideas kirbyanas en su título le debe su ser a Jack Kirby (y hay unos cuantos).

Más aún; Kirby, con su imaginación desbordada, con su talento inigualado, con su mirada única al mundo que nos rodea, creó su personal reelaboración de la realidad, algo que muy pocos artistas del llamado noveno arte han conseguido realmente. Y me atrevo a decir que ninguno con la solidez y excepcionalidad de jack Kirby.

Sí, el cómic como medio le debe a Kirby más de lo que cabe referir en este post.La industria y las leyes americanas pueden llevarse el gato al agua, pero cuando yo veo esto (ojo, son un grupo de imágenes capturadas a un rápido toque de google images, ni las más bonitas ni las más representativas, son ejemplos al azar):

…solo puedo pensar que a este tío había que dediarle calles y días, honores y loas, incluidas las tácitas que supondría una adjudicación sin matices, plena, de derechos a sus herederos sobre un patrimonio que nació del genio de un autor sin el que Marvel no sería lo que es, y el cómic en general tampoco.

Ojalá ningún amante del noveno arte le niegue el derecho moral a los herederos del artista de beneficiarse de los mayúsculos logros de Kirby (no Marvel, KIRBY). Y quien lo pondera, por favor, que termine con una frase si tiene cuajo:

«LO SUCEDIDO, ES LO JUSTO»

Para este escriba, y hablando en absolutos tan grandes y puros como los ciclópeos iconos de Kirby,

no es justo, es muy, muy injusto.

ACTUALIZACIÓN: enlaces a otros blogs:

Leer más

11

Acme Novelty Library de Agosto, actualización

Sin comerme el tarro, corto y pego la novedad que hoy ya desfila por varios blogs y que será a finales de agosto. Por precio, cartel (plana mayor de nuestra historieta, de históricos como Jan o Gallardo a los nuevos grandes como Paco Roca), por tema (el 15M) y por precio (gran ganga), el cómic de agosto, sin duda.

Leer más

0

Acme Novelty Library de Agosto

Mes canicular por excelencia, verano pleno, Agosto suele ser un tiempo de impass antes del nuevo curso. Con todo el mundo editorial ofrece algunas cosaills destacables para el mes que viene, sobre todo la Cúpula, y un Blain, que es algo a tener siempre en cuenta:

Leer más

3

GAUGUÍN: DOS VIAJES A TAHITÍ, por Li-An y Croix

Artículo publicado en Faro de Vigo el 15 de Julio de 2011

 

Los viajes de Gauguín filtrados en viñetas.

Un dibujante de origen tahitiano se ha fijado, en su última novela gráfica, en la figura de Paul Gauguin y su interés por su tierra natal, creando un relato que funde lo documental y lo imaginado.

el cómic...

... el pintor.

 

Li-An no es ningún recién llegado al mundo del cómic. Sus comienzos se rastrean en 1989, para el magazine “Circus”, y su obra la han editado grandes editoriales francesas como Delcourt. En su haber, pues, se pueden señalar series de corte comercial y exitoso, pero también cultiva una cara más, digamos, personal, con trabajos como “Fantasmas Blancos”, editada en España, o el libro que nos ocupa ahora, “Gauguin. Dos viajes a Haití”. Aquí, frente a obras pretéritas, el ilustrador asume también labores de argumento y guión, lo que no nos debe extrañar. Es evidente que, dado su origen tahitiano, Li-An sentía un interés personal en la figura de Paul Gauguin, que en 1891 decidió partir a Tahití para retratar un mundo aún virginal, edénico y primitivo. Su búsqueda pictórica le llevó a redescubrir allí la naturaleza del color, las posibilidades plásticas de una pintura sacudida pocos años antes por el Impresionismo.

Li-An muestra en este cómic la vida, casi documental, del pintor francés en su Edén personal, su primer contacto con este espacio exótico y sus habitantes. También con los colonos occidentales (embajadores, comerciantes y otras aves de peor calaña). “Gauguin” resulta una lectura interesante y entretenida en tanto que recreación precisa de los ambientes, las costumbres y la vida socio-política de la isla polinesa. Es un retrato fiel, plasmado con reverencia y cariño por quien reconoce en ello sus propias raíces, y lo recrea con un estilo de dibujo elegante, vibrante y expresivo en consonancia con la pintura del artista descrito. No se entienda aquí una aproximación a la pintura y estilo de Gauguin, sino una comunión plástica en tanto que Li-An emplea una expresividad natural, fresca, un trazo vivo y enérgico sin dejar de ser exquisito y cuidado. Como narrador, resulta funcional, correcto, con toques de estilo elegante antes que inventivo como esas páginas descriptivas, mudas, o aquellas en que aplica un esquema de viñetas alargadas emulando el cinemascope que todos relacionamos con el cine de aventura exótica, de largos y bellos planos generales en playas y tierras lejanas. Mención especial merece el coloreado de Laurence Croix, quien aúna la evocación de la luz propia del archipiélago y la naturaleza expresiva del color del artista postimpresionista. Es uno de los grandes méritos de este cómic, sin duda.

Tahití, Gauguín, la vida...

 

Sin embargo, “Gauguin” no se trata de una obra redonda: peca en ocasiones de diálogos forzados y situaciones tópicas, y sin duda resulta endeble en la zona más inventiva. Li-An, consciente de que ni las cartas del pintor expresan verdades absolutas (más bien todo lo contrario, el artista buscó conscientemente cierta mítica para referirse a su experiencia) como de los muchos huecos en la historia, ha optado por inventar unos sucesos de corte aventurero que no consigue amalgamar adecuadamente con el tono pretendidamente documental de la obra. Sin embargo, todo ello no dejan de ser pequeños peros en una lectura interesante y que, por su tema y por su acabado formal vistoso y elegante, es muy recomendable tanto para acercarse a la figura vital de Paul Gauguin como a un tipo de cómic pensado para todo tipo de lectores.

 

1

Juanjo Guarnido hace las américas (Eisner awards winner!)

El dibujante español gana el Premio Eisner por «Blacksad», en el apartado de «Best Painter/Multimedia Artist (interior art)»

0

POLINA de Bastien Vivès

Con todo lo que ando charlando por redes sociales y blogs ajenos sobre ‘Polina’, tenía que recopilarme, retocar y transformar mis ideas en un post. Este es…

Tras el desconcierto que supone pasearse por «Por el imperio», tocaba descubrir la nueva obra en solitario, y por tanto intuíamos que más personal, autoral, del responsable de «En Mis ojos». ‘Polina‘ estaba llamada a ser la gran obra maestra del joven dibujante, aunque va a ser que no. Hay muchas torpezas argumentales en ‘Polina’… pero también mucha buena forma en su autor, lo que hace que, al menos a mí, la lectura termine resultándome emocionante. Y es una pena que muchísimas páginas abunden en tópicos que hacen la lectura generalmente previsible: pasan las hojas, acumulas páginas y páginas, y tienes la sensación de que lo contado ya lo sabías y lo que vendrá ya lo intuyes: te da lo que te puedes esperar de un relato iniciático sobre una bailarina clásica… al menos durante su primera mitad. Hay también situaciones argumentales pedestres (a veces, parece que la niña tiene encima al Ángel Custodio para sacarle las castañas del fuego, colocando en su camino la gente, la institución, la llamada que necesita en ese preciso momento para avanzar en su vida y su carrera). Y en fin, podemos seguir dando razones a la imperfección, y cuadrarían con ‘Polina’, trabajo en absoluto redondo.

Pero cómo construye las cosas Vivès a golpes de elipsis, o cómo hace hablar más allá de palabras a su ‘actriz’, o cómo dibuja el baile de los cuerpos, o cómo crea escenas brillantes (en mejor ejemplo, la de las gafas del viejo profesor). Y pocos dibujan como él. Además, poco a poco se va quitando el lastre del efectismo como leitmotiv de sus obras, y por otro lado, también es positivo que en Polina haya mirado nuevas fronteras temáticas (que esto quizá sea también parte del problema de la obra, se sale de sus márgenes de chicas monas y urbanitas y chavales tímidos enamorados -que también los hay-, nos quiere hablar de la vida de una bailarina, y no hace un pleno en el intento… pero la intención, y saber que no puede perpetuarse en tres temas eternamente, eso es importante).

Otra cosa, más una curiosidad que una valoración crítica ya; lo he dejado y ha encantado. Le vemos peros, pero un lector ocasional, no un ‘comiquero‘, apuesto que queda deslumbrado y que mi caso de proselitismo no será el único exitoso: es de esos cómics que regalas y quedas de vicio, lo que no es mala cosa tampoco, aunque este sea otro tema y alguien me dirá que lo mismo pasa para obras verdaderamente redondas y que son esas, las de mayor altura, las que debemos publicitar… que sí, pero habrá que mirar lo de «redondo», porque yo he fracasado a lo bestia con cómics en teoría redondísimos, y triunfado con otras que… para el común de los plumillas sobre tebeos (yo incluido) son tramposas y no pasan de potables.

En fin, me estoy enfangando en otros temas, así que recopilo y finiquito: «Polina» resbala mucho, pero cuando sus pasos de baile lucen, lo hacen con ese brillo que tienen los jóvenes con talento. Vivés lo es, sigue creciendo. Lo peor (y ojo, está a punto de ocurrir) sería que se creyese que ha alcanzado su meta. El síndrome Neil Gaiman. Lo peligroso será que se guste ya demasiado, que se abandone al amaneramiento en vez de a la búsqueda, porque Vivés, inclsuo con ‘peros’, es mucho autor, uno de los mejores a día de hoy, que ya ha refrescado el panorama europeo con maravillas como «El gusto del cloro» o «Amistad estrecha»

bailando (y brillando) en la cuerda floja

3

SUPERMAN VS. MUHAMMAD ALÍ, de O’Neil y Adams

Artículo publicado den Faro de Vigo el 15 de Julio de 2011

Curiosa recuperación de un añejo clásico de los setenta, este “Superman vs. Muhammad Alí” de Denny O’neal y el dibujante Neal Adams: justo en estos tiempos en que el cine 3D está dando bríos cinematográficos de bolckbuster total al subgénero de los hombres superpoderosos (con películas en cartel como Thor”, la recientemente estrenada “Green Lantern”, o el venidero “Capitán América”), Planeta de Agostini edita un cómic que en su día fue verdadero cine panorámico, tres dimensiones y todos los efectos sensacionalistas imaginables, trasvasados al papel. Lo que usualmente eran pequeños cuadernillos grapados pasó, en este título bautizado como “el combate más grande de todos los tiempos”, a ser un álbum gigante, del tamaño de un diario como este mismo que el lector sostiene en sus manos (jeje… lo dejo, no lo toco). Lo dicho, el extravagante enfrentamiento entre el mejor boxeador de la historia (y en un momento dulce, los setenta, cuando se comía el ring y el mundo) con el icono Superman, no podía ser un tebeo más, sino un circo de tres pistas. Sólo faltaba la banda sonora.
Tras un argumento casi chusco (una raza alienígena amenaza a la tierra si los humanos no enfrentan a su mayor campeón en un combate de boxeo contra su proipio peso pesado… en fin, todo un despropósito), este cómic esconde unas páginas mayúsculas, con un dibujante, Neal Adams, en su mejor momento, creando escenas tan espectaculares como esa en que el hombre de krypton detiene un tsunami, o por supuesto el despliegue narrativo a la hora de hacer de un combate de boxeo algo vibrante en las páginas de un tebeo.
En definitiva, lo que hay es lo que se ve, una historia maravillosamente dibujada que además participa del “sense of wonder” de los superhéroes pero amplificado, con una historia épica, loca, ideal para disfrutar como un chaval o para introducir a un niño del siglo XXI en el mundo del Hombre de Acero con una historia de 1978.

ADENDA: me lo he pasado muy bien leyendo, releyendo tras décadas en el olvido, este tebeo de superhéroes para chavales. Absurdo en su idea, desmedido en su forma (más en su tamaño original, mucho mayor que el de esta edición), una simplonada a mayor gloria de la industria (en el fondo, un caramelo con la presencia,marciana, imposible, del mayor boxeador de la historia en su momento histórico de mayor gloria, dentro de las páginas de un icono popular de la cultura norteamericana) que funciona, sobre todo, por su ausencia de pretensiones (robo los Skrulls a la editorial de al lado, y orquesto un combate de boxeo…) empaquetadas en un despliegue gráfico apabullante por un Adams dinámico, con ganas de jugar con las páginas (viñetas panorámicas a doble página, páginas orgánicas que prescinden de viñetas, encuadres imposibles… una fiesta de diseño temperada con un dominio del dibujo realista marca de la casa, un Adams que vive su momento de gloria mediática)

 

Vertical vs. horizontal, cuestión de diseño y drama

 

1

POR EL IMPERIO, de Bastién Vivés, Merwan y Desmazières

Ayer mismo acabé la lectura de esa rara avis dentro de la carrera de Bastien Vivés que es «Por el Imperio«, trilogía, en principio de corte histórico, que narra las aventuras de un batallón, digamos que romano (aunque la naturaleza de este Imperio nunca es explícita), enviado a descubrir y conquistar tierras vírgenes.
La obra se desmarca de la carrera general del joven dibujante galo, de esos retratos de la juventud y su intimidad de corte nouvelle-vage que lo han revelado como autor exquisito, observador del gesto y virtuoso ilustrador de las emociones menos epidérmicas. Al mismo tiempo, para abordar este relato de género entre la aventura y la Historia, se ha amancebado (artísticamente) con Merwan, con quien obra a cuatro manos sin que ello afecte a su dibujo. Bien, ya puestos zanjemos el asunto gráfico diciendo que «Por el Imperio» es absorbende por su imaginería, impactante por el coloreado (de Sandra Desmazières, tercera en discordia en esta obra y elemento nada, pero nada menor), por la planificación tanto de las secuencias como de las páginas o de las propias viñetas (meritotio candidato al apartado de este blog «viñetas aisladas»). Vivés es de esos autores que son gráficamente admirables, que por el apartado gráfico ya amortizas el dinero de la compra. Aunque es verdad que el primer tomo de esta trilogía lo muestra algo envarado, el roce hace el cariño, y el segundo es prodigioso, y el tercero sublime.
El tercero, «La Fortuna«, sí.. vamos al trapo.

 

civilicaciones perdidas... o pesadillas encontradas

Debería existrir un You Tube donde rastrear as caras que se le ha quedado a todos y cada uno de los lectores de este tercer volumen. La mía fue de premio. ¿Qué es esto?¿Qué moto me ha vendido Vivés?. Este es el primer pensamiento, seamos sinceros, que nos inunda a medida que avanzamos en la pesadila de estos soldados buscadores de fortuna. Si el primer número, «El honor», apenas supuso el planteamiento», el segundo, «Las mujeres», convierte la aventura en una fantasía exótica de regusto a Peplum, bizarra en el sentido sajón, delirante y feroz. Lope de Aguirre, la pesadilla del deseo (de gloria, de riqueza, de sexo) convierten este capítulo en un logro poderoso, y nos ponía en la pista de aterrizaje de una conclusión (se sabía que «Por el Imperio» sería trilogía), a la luz del crecimiento entre sus dos primeros pasos, excepcional.
Bueno, «La fortuna» no lo es. La curva ascendente queda irremisiblemente quebrada. La conclusión de la saga es tan evidentemente precipitada y arrítmica que hubiera pedido dos partes. Dos partes que casi se autodefinen a gritos dentro de este libro, incluso en la calidad general de lo narrado. Es difícil hablar de algo sin querer destripar absolutamente nada, pero digamos que si en un principio Vivés, Merwan y Desmazières nos hunden metronómicamente en una pesadilla, finalmente todo se desata, ya como en un sueño malo, de esos de indigestión dura, en un aparatoso festival de fuegos de artificio. Se pierde todo sentido y toda intención, y mientras el absurdo gobierna la obra, nos vamos alejando de ella. El drama se desucida en pro del sensacionalismo.
No obstante, es evidente que hay un acierto potente en todo ello. «Por el Imperio», que inició su viaje desde la ortodoxia, se ha revelado finalmente una metáfora pesadillesca que manifiesta en imágenes ideas de fondo, como el poder autodestructivo de la avaricia (¿es impresión mía o lo que en origen era un pelotón conjuntado orgánicamente, a la romana, termina recordando a un grupo de asilvestrados guerreros tribales que marchan perdidos en su propia selva mortal como células anárquicas y casi aisladas unas de otras?) y cómo el deseo desmedido nos avoca a la locura.
Por tal osadía, y sobre todo por la capacidad de la obra de perturbarnos y noquearnos como lectores desde el sin sentido más grotesco (y fallido, repito), recomiendo muy mucho su lectura. También, claro, por los virtuosos despliegues gráficos de Vivés, dueño de un dominio de la anatomía humana, de la plasmación de ambientes, de un sentido de la escena y de la composición simplemente brutales.
Y eso sí, hablamos de un trabajo notablemente inferior a «El gusto del cloro», «En mis ojos» o esa obra maestra que es «Amistad estrecha» (magisterio desde una aparente, aquí sí, ortodoxia narrativa). Y que compite en el tiempo (Vivés es prolífico además de talentoso) con ‘Polina’, eventualmente uno de sus trabajos más destacados, si hacemos caso de voces cercanas que sólo hablan maravillas de esta incursión en el mundo del ballet, donde, espero, no suframos la violenta irrupción de derivas mitológicas que nos ha sacudido en «Por el Imperio».

4

XVII salón del Manga

Una de las citas más exitosas con el mundo del cómic (oriental), de la que FICOMIC ha emitido la siguiente nota de prensa:

Leer más

1