David Sánchez

Museos y cómic

Hace unos días publiqué en Faro de Vigo este texto sobre cómics y espacios museísticos:

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Un millón de años y Febrero para galgos (Sánchez y Jojaio)

Uno arranca con buen pie. Otro se aposenta en lo más alto. Y en Faro, al César lo que es suyo, hacen un trabajo de maqueta muy guapete. Amplia y léelo con un clic en la imagen:

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Con dos huevos en Faro de Vigo

con dos huevos (1)Hacemos excepción y colgamos directamente una imagen con un texto mío para Visado, suplemento del Faro de Vigo. Así también veis qué bonico lo hacen con las tipografías y las imágenes. «Con dos huevos» no es cómic, claro, aunque hay lazos estrechos. Pincha en la frase y verás la captura del texto (archivo cortesía de la editorial Astiberri). Con dos huevos en El Faro de Vigo

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VIDEOJUEGOS, de David Sánchez

Artículo prepublicado en Faro de Vigo, aquí con un par de frases extra.

Videojuegos, la leyenda urbana.

Astiberri da comienzo una colección de pequeños libros de bolsillo, cómics sobre leyendas del fin de siglo, el folclore moderno urbanita.

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Con el bombazo mediático que supuso la novela gráfica, que algunos entienden como formato (libro) y otros como generación (movimiento autoral), vivimos tiempos de volver a atender al objeto. Paradoja en los tiempos 2.0, los medios digitales y lo virtual. El cómic se mira como algo táctil y juega a agasajar al lector como “cosa”, como algo bello en sí mismo, previa lectura.

La editorial Astiberri parece haber unido tres ideas en una: encontrar un producto que fidelice a un determinado lector desde un formato unitario (como en su día lo hacía una revista o una línea de álbumes como la “Colección CIMOC Exra Color”) y al tiempo ofrecer un bonito objeto. Y que sea un producto barato.

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conspiraciones gélidas en torno a mitos urbanos.

La línea “Leyendas Urbanas” da en el clavo. Por un lado hay un tema genérico, la recreación por parte de autores nacionales de mitos contemporáneos como los delirios conspiranóicos o la autoestopista desaparecida. Por otro, tenemos el formato, pues se tratan de coquetos librillos de bolsillo en tapa dura. Y finalmente, cuestan diez euros.

Acaba de salir el segundo número de la colección, a cargo del galardonado José Domingo. El primero fue obra de David Sánchez, y es el que de momento podemos comentar (ya que es el que también de momento, hemos leído).

“Videojuegos” trata de aquel mítico Polybius, un juego de máquina ochentera que se suponía nocivo, un bombardeo de imágenes capaz de anular la mente y hasta llevar al jugador a la muerte.

Leyenda urbana, claro. Polybius nunca existió, pero le sirve a Sánchez para volver sobre sus inquietudes personales. Un agente externo (el videojuego) que anula la voluntad, un mundo gris, frío y desalmado, una sociedad conspiradora en la sombra.

Su línea clara y su talento están presentes en cada página. La inquietud acompaña la lectura de este micro relato que no será lo mejor de su autor (personalmente su comic-book “La muerte en los ojos” me parece su cumbre por ahora, ante la que palidece algo este relato casi discernible -¿signo de cambios en el hermético universo de Sánchez?- y que acusa su brevedad) pero tampoco defrauda. Turba.

 

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LA MUERTE EN LOS OJOS, de David Sánchez

La obra de David Sánchez está desplegando un libro pop-up de su mente artística, con un diapasón de compás imposible y arrítmcio como única banda sonora. Su universo ficcional no es blando y daliniano, sino gélido, cartesiano y desapasionado por fuera. Rectilíneo y pulcro, pero cual celofán rosa escondiendo un alimento podrido, debajo de tanta limpieza se agazapa, no demasiado escondido, un tumulto indescriptible, una desazón que apela al subconsciente, al vello epidérmico (que se eriza ante un peligro aún no advertido). «La muerte en los ojos» rubrica en 24 páginas exquisitas la condición de Sánchez de autor imprescindible, y también muchas comparaciones odiosas y que no sacaremos a colación. Pero sí queda claro que hay pocos autores que en tan escaso espacio de papel consigan transmutar una lectura breve en algo tan pantanoso, oscuro y absorbente, magnético, como lo es este cómic.

¿Y qué cuenta «La muerte en los ojos»? Como en «No cambies nunca» (serio candidato a podio de lo mejor de 2012) la trama no es algo fácil de describir, aunque aquí la brevedad ayuda en el asunto. En definitiva este cómic opaco busca la idea de para-realidad revelada. Ala, qué concepto… pero sí: el uso de drogas e hipnosis, la guía de gurús en búsquedas internas, los diferentes estados de conciencia, todo esto aparece en este cómic.

Contactos en el tercer nivel

Pero no me interesa en exceso interpretar o discernir nada: creo que la experiencia de la lectura no requiere de este tipo de análisis, que debe dejarse libre al lector. Hay, eso sí, que recalcar la capacidad de Sánchez para construir como castillitos de naipes esta novela gráfica grapada, el encaje dentro de las viñetas y las páginas de elementos turbadores (un cuadro, un animal muerto, un primer plano, un número…), el esmero en el uso de gamas cromáticas muy calculadas, parte activa de la narración, o el dibujo siempre límpido, casi de manual de instrucciones, entre Hergé y cierto «alternativo USA».

Cada nuevo tebeo de David Sánchez es una puerta a algo que no conocemos, lo que es sin duda el mejor regalo que nos puede ofrecer la ficción. «La muerte en tus ojos» no es excepción… de hecho, hasta el manillar de esa puerta que se nos abre es diferente, desconocido, irreal y turbador.

Descúbreloa, son solo seis euros.

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NO CAMBIES NUNCA, de David Sánchez

 Publicado en Faro de Vigo el 25 de Mayo. La cita de encabezado es una nueva aportación para el blog.

«Es imposible contar cómo pasan determinadas cosas. Y luego está el peligro de matar las cosas al hablar de ellas.»

David Lynch

“No cambies nunca”, último trabajo de David Sánchez, es una fábula perturbadora e inaprensible, de estructura laberíntica y trama borrosa.

David Sánchez es diseñador (por ejemplo, de las camisetas Mong) e ilustrador, pero su universo personal pide a gritos situarle, sobre todo, como uno de los autores de historieta más sólidos del actual panorama nacional. Aunque de carrera breve, su obra ya revela esa mirada única (aunque con tangencias evidentes con no pocos escritores, cineastas e historietistas… de Lynch a Burns, por dar nombres bien conocidos) que parece estallar finalmente en su nuevo trabajo, “No cambies nunca”. Antes había llamado la atención con un debut, “Tú me has matado”, que es un murmullo en comparación con lo mucho y muy bueno que ya se ha dicho (en Internet, ese eco inmediato) de su segunda novela gráfica.

Desazón profiláctica

Entonces ¿de qué trata “No cambies nunca”? Si nos fijamos en la nota de prensa, hablamos de un futuro lejano en el que se desarrollan tres historias paralelas donde la experimentación médica o genética causa escalofriantes, y fascinantes, estragos físicos. Bien, algo hay de esto. Nueva carne (aquello que se llamó la nueva carne, el cine de Cronenberg, etcétera), conspiranoia, autismo emocional de una sociedad enferma, puestas en escena gélidas, personajes fantasma, horror y desazón. Estas ideas fluyen o colisionan en las cerebrales páginas de Sánchez, casi todas planificadas en un esquema de seis viñetas que se rompe estratégicamente en momentos de transición o de impacto visual. Y todo se ilustra con un dibujo perfecto, frío, por supuesto, cercano al de Charles Burns pero más limpio, más Hergé (por tanto, cercano al del último Burns, el de “Tóxico”, otra pesadilla en viñetas)

Y aquí volvemos al principio. Y ¿por qué impacta este cómic? ¿Qué nos cuenta “No cambies nunca”? Y tenemos que hablar de nuevo de desazón, de jeringuillas, de metamorfosis, de ambientes de luz eléctrica clorofílica, de parejas carentes de sentimientos, de médicos sin horizonte hipocrático y monstruosidades ávidas de sexo. Y volver al principio, sin poder traducir respuestas concretas a cada pregunta que nos produce la lectura. Porque, y he aquí el grandísimo logro de este cómic, “No cambies nunca” es una narración inaprensible, donde nada nos es aclarado, donde se suceden escenas que no podemos explicar, situaciones que no podemos hilvanar, personajes que no entendemos, saltos en el tiempo. El único cartucho de texto que hay en toda la novela gráfica avisa “Seis meses más tarde…” pero casi no sabemos ni interpretar qué quiere decir eso en este contexto casi esotérico. Cuando llegas a la última página de este libro sólo permanece la desazón y la cruda violencia intelectual de lo que hemos leído. Algún lector ya ha manifestado en la red de redes su desconcierto. No entiende nada, ¿Qué pasa aquí? Y uno se imagina a David Sánchez sonriendo. Y contestando: pasan seres humanos vacíos, pasan impulsos paternos hacia monstruos, sexualidad inane, pornografía zoofílica, la ciencia como nueva alma obscena, el futuro mirando al presente, y una historia que es indescifrable. Y vuelta a empezar…

De modo que ¿qué nos cuenta este cómic escurridizo y abismal? ¿Quieres la verdad? La verdad es que sólo leyéndolo podrás aportar nuevas posibilidades e ideas que alimenten este trabajo, una verdadera joya viva, oscura, sin duda turbadora y abierta a los lectores y su propia mirada.

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