Archivo marzo 2011

puedes pujar, es por Japón

corto y copio del blog gestor del evento:

YA HAN EMPEZADO LAS SUBASTAS ·
http://shop.ebay.es/tebeo4japan/m.html

Iniciativa sin ánimo de lucro, que recauda fondos para Japón a través de la subasta de Dibujos Originales cedidos por autores de comic e ilustradores.

Original de Horas Propicias para TBO4JapanTitulo: “Una luz por las victimas de Japón”Tamaño: 20 x 30 cmTécnica: Dibujo vectorial, prepará un original coloreado con acurelas para TBO4Japan

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Manifiesto CONTRA estar en CONTRA de la novela gráfica

Lo 1º, que nadie se tome el título en serio, es que hay ya taanto escrito a favor o en contra de la novela gráfica que quería empezar con algo diferente, acaso un poco provocón, de paso… seguimos:

Es una lástima que, cada vez que hay (o participo en) una discusión sobre el fenómeno de la novela gráfia, la gente que critica el concepto no pocas veces (tampoco siempre) radicaliza su discurso; hacia el asunto y, peor, hacia quienes lo defendemos.

Novelas gráficas: la cosa en sí misma

¿Y qué defendemos, o qué defiendo yo? Pues nada más que una realidad tal como yo la advierto: hay un nomenclatura definida y extendida, se refiere a un determinado modelo de cómic, que está en auge a día de hoy. Se asocia a un formato libérrimo (no me pidan nº de páginas, tamaño de la hoja, porque no lo hay) y a un grupo de autores de nuestro tiempo. Lo creo, defiendo una generación de creadores consciente de vivir un momento donde los corsés editoriales se están aflojando, donde no se exige una periodicidad predeterminada por un modelo de publicación previo, donde no hay necesidad de obedecer a unas pautas genéricas. Y donde los autores buscan siempre ir más allá: ir  más allá de los los géneros, llevar las soluciones narrativas más allá, la idea de dibujo de cómic también se replantea, o se intenta. Hablo de autores que saben que pueden proponer obras fuera de cauces tópicos. Autoeditarse on line no equivale a ser un novato sin posibilidades en el mundo editorial del papel. Ser un recién llegado no imposibilita que publiques una primera obra larga y ambiciosa.

Son características no valorativas (me parecen BUENAS, sí, pero no necesariamente «mejores»), pero , ay, a menudo (no siemprel) son interpretadas, no sé, como ataques a una gran ‘Verdad Absoluta’ y una ‘Tradición Intocable’, cuando no hablamos sino de evolución, de un paso (otras plumas hablarán igual de regresión, pues bien, discutámoslo), un movimiento casi físico, una traslación más en el lento devenir de la historieta como arte y proceso, traslación con una entidad suficientemente consolidada como para prestarle caso y dedicarle más atención que el desdén. Hacia el fenómeno, o hacia quienes lo valoramos, que eso ya me parece, vamos a decirlo clarito y sin sordina, la hostia. Moderniquis, mentirosos (esto me lo han dicho personalmente, conste), advenedizos, progres… de todo menos bonito y sólo por pensar que vivimos un gran momento, sin buscar en ello contrastes con lo que, curiosamente, quienes niegan esta idea podrían denominar «lo otro», el cómic «de verdad»… ¿no era todo lo mismo?¿no es todo cómic en realidad? Pues eso, alegría, hermanos.

Da igual manifestar una y mil veces que por asombrarnos con el presente no dejamos de admirar la tradición, algunos radicales del «verdadero cómic de siempre» (repito, concepto engañoso, nadie separa con barreras al defender el fenómeno «NG») van a por tí como zombis en celo, ingignados, incluso. Y no tiene base ni sentido, ya que nadie niega que este presente abreva de las daily-strips, de los clásicos de principios del siglo XX, de las ansias rupturistas de Steranko en los setenta. Pero no estamos en los setenta, ni en los treinta. Es otra época, la industria y la sociedad y los artistas tienen otra sensibilidad (permisiva, aventurera…porque editar cosas como lo hace aquí una Astiberri o Apa-Apa o tantas otras es lanzarse a la aventura). Es lógico, entonces, pensar en término de natural evolución.

Otro pecado parece ser insinuar que hoy, por fin y de verdad, el cómic (la glubs, novela gráfica) plantea miradas abiertamente adultas en sus argumentos. Algo he tocado yo en este blog, al respecto. Y eso a algunos les parece un ataque, pues vaya… pero no lo es.

Notas al pie de Gaza, de Joe Sacco, investigando la historia en viñetas

 

No tengo nada contra el cómic adolescente ni contra el infantil, tengo más con que se me venda por material maduro algo que lo es, como mucho, en su superficie. Creo en este sentido que nunca como ahora se ha dado un cómic verdaderamente adulto y que cualquiera puede apreciar, incluso si no se han leido nunca tebeos. Sí, los sesenta, los setenta, fueron un momento de aventuras gráficas, búsquedas formales intrépidas. Pero ¿quién lee hoy «Zora y los hibernautas» sin una sonrisa ante su ligereza argumental (nombres propios/títulos, enlazan a artículos donde quienes quieran leerán sobre ellos, yo evidentemente estoy ahora a otra cosa)?. Del mismo modo los ochenta consolidaron un modelo de género tratado con una mirada adulta, partiendo de clásicos como Pratt y su Corto Maltés. Nadie niega en Pratt, ni en «Los pasajeros del viento«, o en «Dieter Lumpen«, o el «Consumatum est» de Yaqui y Oswal, por poner ejemplos, que son lecturas nada infantiles. Ni que puedan haber buenas excepciones (¿Nova-2?¿Enric Sio?) y más desde la tira de prensa (de Peanuts a Milton Caniff y muchos más, sí). Pero faltaba el paso que en los ochenta darán gente como Spiegelman o los hermanos Hernández ,  superando cánones genéricos, haciendo unos cómics cuyo discurso (más o menos libre, más o menos alrededor de un género) pivotaba antes sobre un mundo interior que sobre unas pautas formales exteriores (estilo, género…). Y además imponiendo esta tendencia, nunca más la excepción. Gran avance, ¿no?.

Y bueno, que amo profundamente a Bourgeon y a Kirby, a Herriman y a Moebius, a Eisner (el abuelo de la novela gráfica), a Giménez y a Raf. Pero también a Ware, Satrapi o Blain, autores que son el presente, que si no renuevan (pienso que sí, en algún grado… mucho, vamos; pero concedamos el beneficio de la duda) al menos remueven.

Que las editoriales y algunas fajas desnortadas de «La casa del libro» señalen como novela gráfica un retapado de un cómic de Batman del año 67 está mal, porque es incorrecto, pero a ver… «semos expertos», no nos dejemos influenciar por tejemanejes de ventas, orientemos a nuestros lectores sobre la verdaderla naturaleza del concepto (en la red, en revistas, en periódicos) y no tiremos piedras contra un momento fantástico y que,creo, será clave en una reconsideración del cómic como algo para todos, no sólo para el friki medio.

Propongo, ahora, un cambio de nombre (es broma, es broma, pero lo suelto porque ya lo hice en otros blogs); si no nos gusta por petulante «novela gráfica», hablemos de «la enegé», ala, todos contentos. Pero bueno, el lenguaje es esa cosa viva que se hace en el uso, y en el uso (y abuso, ya vimos) se ha quedado eso de ‘novela gráfica’… hay que adoptar el significante (porque lo ha hecho un espectro social mucho más amplio que cuatro frikis interneteros, que es lo que somos) y elaborar, definir, acotar el significado. Con sentidiño, amigos.

También cabe otra posibilidad: que ante lo difícil que parece acotar el tema (si es formato, ¿qué formato?, si es generación, ¿qué dogma la une?), y aunque personalmente creo que una conciencia y un deseo liberal (creativamente hablando) soportado por un cambio en la industria vale para unificar a una generación… quizá no debamos hablar ni de formato ni de estilo, de escuela o de soporte físico, sino del camino; el presente y el futuro. Y de baremo de calidad REAL frente a tanto tebeo endogámico, subcultural, mercantil y de cadena productiva (jejeje, estoy provocando, yes). De este modo, si en vez de hablar de movimiento que comparte escena con otros (como el tebeo mainstream superheróico) hablamos de “Lo que debe ser» en términos globales, oye, me apunto igualmente…

Y para que nadie se piense que estoy muy enfadado con todo esto (aunque sí espero que sea mi última palabra: pido diálogo, estudio, transigencia, confianza en un futuro, y más reflexión y menos animales bufadores on line que al final sólo perjudican al medio, los bufidos, digo)… cierro con una chica muy guapa que me provoca sonrisas involuntarias (premio, un aplauso on line para quien la conozca)

Mujer hermosa a la luz de la novela gráfica

ACTUALIZACIÓN: he escrito un epílogo al artículo, AQUÍ

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Novedades de GLENAT para Abril

Seguimos con el tirón del Saló. Glenat edita desde una propuesta comenrial y bien pensada (aunque cada vez desconfío más del éxito de cómics-vagón, de estos que tiran de la potencia de una locomotora), y una autora francesa que está dando que hablar en los foros.

Y más, claro, todo AQUÍ

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El mejor superhéroe de todos

Si te queda cerca…

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Novedades de DIÁBOLO para el salón de Barcelona

Por supuesto que en la oferta de Diábolo ya hay un ‘must’: «Four colour fear», volumen que recopila a maestros del cómic de terror de los 50’s. Wally Wood, Frazetta, Basil Wolverton, Al Williamson… Simplemente, historia de los cómics.

cubierta FCF.jpg

Puedes leer el pdf de la editorial con todos los lanzamientos del Saló AQUÍ

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Novedades de NORMA para el Salón del cómic de Barcelona (Abril)

Norma avanza en pdf sus propuestas para el Salón del cómic barcelonés. Mucho hay que apetece, pero podemos quedarnos con el siempre necesarioo Tardi (sobre todo, «Cuerpo a tierra», adaptación del escritor ‘noir’ Manchette), o con lo nuevo de Marjane Satrapi, autora del exitoso cómic (y película) Persépolis (ejem, ¿alguien no conocía este dato?) o Vida en otro planeta, del maestro de maestros Will Eisner.

 

Pero hay más y que me llama la atención…

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Dos notas de prensa (a aplaudir) de Ficomic respecto al Saló de Barcelona 2011

Poco más que añadir al título de este post, salvo seguir leyendo ambos comunicados:

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Novedades LA CÚPULA para Abril

A partir de Abril, dos propuestas: como siempre, Jaime Hernández es «apuesta segura».

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peor que la kriptonita (debilidades del género ‘superhéroes’ a propósito del Thor de Straczynski)

Acabo de leerme la etapa del guionista/escritor Joseph Michael Straczynski al frente de Thor (con el ilustrador Olivier Coipel -y otros asistentes puntuales- de dibujo estiloso, de trazo conveniente al personaje, a veces impactante, y narrativamente decente. No más. Ni desastroso, ni desde luego inventivo (mucho menos, renovador, por supuesto). Ya saben; el superhéroe Marvel que en unas semanas estará de moda .

El Thor de Coipel

Esta época, este equipo, se decía había entrado en el personaje para ponerlo patas arriba, revitalizarlo, darle nuevos bríos y devolverle su identidad dentro de la editorial: estamos hablando del héroe más poderoso de la casa, un Dios, que, parece ser, llevaba dando tumbos bastante tiempo. Straczynski parte de un punto cero (responsabilidad de otro equipo creativo) donde todo el panteón nórdico ha desaparecido. Muertos. Y por tanto estaba en disposición de hacer «tabula rasa».
El escritor, lo reconozco, tiene ideas, y sin duda traza argumentos con cierta solidez; un desarrollo coherente de una idea general con su presentación, su nudo, su desenlace (bueno, no, se largó harto de interferencias editoriales: su idea no llega a puerto). Thor resucita, más o menos porque sí y punto pelota, en consonancia con su naturaleza «mítica», y con su poder va trayendo su reino, Asgard, y a todos sus hermanos divinos, a la vida. Y, toque supuestamente original, se vienen a la mismísima tierra, al desierto de Oklahoma, a la verita de un pueblo de carretera. A partir de esta premisa la obra se enfanga en tópicos (bien manejados, pero nada más) y sobre todo presenta una alarmante falta de ritmo.

El asunto no da para mucho (nueva casa, mismas conspiraciones del villano de turno, un par de golpes de efecto…), pero en manos del desproporcionado Straczynski todo se estira como chicle. La historia es pesada, los diálogos aburren no pocas veces, y todo termina por carecer de interés, más que nada por falta de pericia narrativa y de política de contención (¿tantos meses, tantas páginas para tan poco?).

¿’Más que nada’? No exactamente.

El problema está también en que hoy, parece, el género vive un anquilosamiento del que las grandes editoriales no se atreven a salir. Como mucho ofrecen productos entretenidillos que hacen evolucionar dramáticamente a sus personajes (caso del ‘Green Lantern’ de Johns, a quien ha sumido en una space-opera descomunal, quizá ya agotada, por cierto… yo me apeé hace meses) o aparecen autores con cierto oficio intentando capear los designios de los editores (que interrumpen las colecciones para pasearlas por macroeventos que afecten a toda serie de la casa). Brubaker es el ejemplo de autor con oficio, un paso por encima de Johns. A su sombra, nombres menores hacen cosas como este Thor o los trabajos en X-Men del televisivo Whedon.

Los superhéroes están cansados (detalle de portada de ‘Crisis de Identidad’, de DC Comics)

Y hay otros nombres o títulos que o no me han llamado demasiado, o simplemente no he leido: cosas como Kick Ass, la etapa de Morrison frenta a Batman… no diré nada de ellos por desconocerlos. Pero tras décadas y décadas, ¿queda algo que contar dentro del género? Bueno, posiblemente las obras que mejor han capeado las cosas son aquellas que practican en mayor o menor grado el metacómic: Omega, All Star Superman o  Planetary son, antes que circunstancias argumentales para personajes ya consolidados, una mirada a la naturaleza intrínseca del subgénero de los pijamas y calzones coloridos. Qué es lo superheróico, cómo afecta la lectura del género al lector, dónde radica la esencia del héroe…

All-Star Superman, de Morrison y Quitely: el Mito decantado

Hacerse estas preguntas pivotando sobre la natura profunda de este tipo de cómic aún depara contadas alegrías al lector. Pero los tiempos de maravillas y sueños, de Nuevos Dioses y Devora-mundos, de Zonas Negativas y Superhombres en inverosímiles duelos pugilísticos con «Mohaned alíes» ya no volverán. Ya ha sido. El sueño, sí, ha terminado, y parece que solo cabe recapacitar sobre el propio sueño.

Superman vs Muhammad Alí, de O'Neil y Adams: maravilloso imposible en los 70's

Evidentemente, como buena gallina ponedora de huevos de oro, las grandes editoriales no están interesadas en este camino (iniciado en los ochenta por Alan Moore y Frank Miller), sino en darle cuerda a sus héroes, intentando remozarlos en tramas que saben a refrito. Vano propósito, y más inútil aún si se le otorga el presunto honor a autores desprovistos de las mínimas nociones para hacer algo que, de ser leído, al menos entretenga.

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Novedades de ASTIBERRI para el Salón del cómic barcelonés

Astiberri ha colgado en su web un paquete de apuestas para Abril (puede consultarse AQUÍ), del que destaca un Campbell a color y la recopilación de Fontdevila, «La crisis está siendo un éxito». Destacados de un paquete, francamente, todo él interesantísimo (en fin, pasen por el enlace de arriba)

portadaportada

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