La calidad media

Es un tema que me revolotea estos días. Curiosamente en el momento en que dos grandes clásicos de nuestra historia del cómic sacan nuevo y esperado trabajo (Max, ya, y Miguelanxo Prado en breve), a mí me ha dado por pensar en los alevines del asunto, los nuevos nombres propios, la hornada reciente. Además, por un lado el señor Tebeobien (otro alevín que se estrena de largo en nada) sacó el tema en su guadianesco blog de un modo tangencial, y por otro lado casi paralelamente a esa lectura bloggera mantuve una correspondencia (por privada, no doy más datos) donde alguien me comentó que las ventas de producto nacional se han desplomado en 2012. Carezco de datos, me fío.

Pero la verdad es que con el envite evidente de la crisis si la cosa se hunde no lo vinculo a algo intrínseco al medio, o a la posición de los mass-media respecto al cómic, en absoluto reticentes a tocar obras y autores cuando procede, sino a esa crisis-rodillo que es real, brutal y deja agujeros en la economía de mucha gente. Y si no hay trabajo sacrificas las compras de ocio, inevitablemente.

Pues con este panorama, que me creo, insisto, yo sí pienso que paradójicamente es buen momento, hoy, para el cómic nacional. Creo que si las cosas van mal en la industria de la cultura no depende de dicho sector, o no totalmente, o solo en una pequeña parte. Y creo que si consigue reflotar un bache, el cómic nacional lo hará con sus propias armas: entendiendo qué es lo que llama hoy como producto al comprador (comic book de grapa mensual, libro de tapa dura, álbum, algo nuevo y loco como cómic en cromos de quiosco…), renovando el sector (ahí está la ¡Caramba! experience que no para de ofertar novedades) y mimando la cantera, atendiendo al paisaje creativo que ofrece la moderna historieta española.

Y ahí está el punto… el puntito. Mejor, el Puntazo: hay una cantera de la hostia (perdonando la expresión), hay una calidad en el tebeo de aquí que deslumbra. Es más, creo que es la 1ª vez en mi vida que puedo tener fe en un novato, fe en que su primer cómic de enjundia, o el 2º, pueda dejarme flipando. Y lo creo sobre el empirismo más clásico, sobre mi propia experiencia como lector. Ahora mismo tengo en mis manos un tebeo que me está dejando ojiplático, de un tío que es antes emergente que consolidado. Pero es buenísimo.

los jóvenes autores

Aquí, en este asunto, hay mucha chicha, ¿porqué me sucede esto?¿porqué un chaval que apenas lleva un puñadito de obras saca algo que es completo, complejo, maduro, personal? ¿porqué «No cambies nunca», por ejemplo, es tan endemoniadamente redondo que parece la obra de un tío que lleva quince cómics publicados en D&Q? Responder no es fácil, hay tantos factores… pero desde luego en parte es «culpa» del momento, estoy seguro. Es la red, por ejemplo, que crea una «escuela de la vida» que antes era solamente el fanzine, es la cultura comiquera de los autores, que antes de lanzarse al papel y la fotocopia (actitud muy sana) parecen empaparse de la cultura del cómic a insospechados niveles: clásicos, mainstream, manga, europeo, y sobre todo el alternativo y la novela gráfica internacional… tengo la sensación de que hoy un autor novel sabe de historieta más que yo, que llevo treinta años largos leyendo tebeos. Y lo sabe porque hoy es más fácil que nunca adquirir conocimiento y experiencia, entrar el en nuevo fanzinismo que no es otra cosa que la red con proyectos individuales o colectivos que proporcionan un espacio ideal para crecer, experimentar, forjarse, y por supuesto, divertirse, compartir experiencias, encuentros autorales (virtuales). Ya no es prioritario el peregrinaje, carpeta en mano, a los salones y encuentros habituales (aunque sigue siendo sano y recomendable, claro), hay un espacio irreal, gratuito e infinito, una red de interconexiones entre autores, obras «colgadas» desde cualquier esquina del planeta, foros de charla y debate, estudios severos y concienzudos de la historia del cómic (sin ir más lejos, en Tebeosfera tenemos en castellano un buen puñado de ensayos encomiables), y hay una situación del mercado físico sin parangón: del manga más atrevido (Shintaro Kago ¿sería publicable en otra época?) al crossover Marvel más comercial, pasando por clásicos de la Golden Age (¡Bernard Krigstein!), recuperaciones de obras nacionales de los setenta (Carrillo), material underground del siglo XXI (Pudridero)… el autor, como los lectores, tiene un acceso a tantos y tan diversos tipos de historieta… que todo junto (mercado, conexiones y contactos, medios de edición) provee un nuevo tipo de autor.

aprendiendo en ‘la escuela de la vida’

El talento manual, el buen dibujante, el autor con ideas e historias en su cabeza, eso siempre lo habrá del mismo modo que siempre existirá alguien habilidoso con los malabares, con la guitarra o con la raqueta, pero hoy «la escuela de la vida» es tan activa que logra que muchos nuevos autores nazcan «aprendidos». A ver, ojo, nadie… nace aprendido. Todos esos ejemplos que nos vienen a la cabeza, obviamente, han pasado por la fase de prueba-error, han garabateado cientos de folios en sus casas, han sacado una 1ª obra que a lo mejor hoy les avergüenza, y seguramente su tercer trabajo supere con creces al primero. Pero la evolución es tan rápida, los resultados tan palmarios, que solo podemos felicitarnos de vivir el momento que vivimos. Ya he citado la obra de David Sánchez. Caben más trabajos de gente joven, que empuja más que arrastra, que está arrancando su carrera y lo hace con cosas tan interesantes como todos esos nombres que te están viniendo a la cabeza.

Hay escollos, hay modas que anclan a los autores (hay quien dice que la novela gráfica entendida como formato -libro de más de doscientas páginas- y temática -costumbrismo- es el «must» para todo novel, está por ver si eso es así, y si de serlo, si es bueno o malo, si es un reto que potencia, el tener que emprender de buenas a primeras algo de la entidad de cientos de páginas, o si es un corsé que atenaza). Y está la crisis del demonio duodenal, y está un mercado que no es el de Francia o EEUU sino endémicamente minoritario. Pero ya tenemos lo principal para superar los problemas: autores de nueva hornada excelentes y sus monumentales obras.

Imágenes de ‘Los Profesionales’, de Carlos Giménez, un clásico.

Be Sociable, Share!

2 Comentarios Dejar comentario

  1. Gerardo Vilches #

    Muy de acuerdo con el análisis que haces, Octavio. Pienso igual. Es un momento ilusionante en cuanto a calidad y proyectos, aunque la economía esté como esté. Sobre todo me parece fundamental lo que comentas de los conocimientos que tienen los autores jóvenes del mundo del cómic: casi cualquier con el que hables controla mucho y sobre todo LEE muchísimo. Esto, que parece una obviedad, sabemos que no siempre ha sido así. Hay mucho maestro de la vieja escuela que apenas leía tebeos, o que como mucho se fijaba en técnicas de dibujo y nada más. Esto es una diferencia que tiene que ver también con el paso del artesano currante al artista vocacional, supongo.

  2. Mmm. Pues no sé que quieres que te diga. La cantera de la hostia la veía yo también en los 90. Así que no, no creo que sea cosa del momento (aunque la cantera siga siendo muy buena).

7 Trackbacks

  • Octavio Beares - me gustan jovencit@s. No pienses maly lee: La calidad media - http://t.co/PqpzHGDM #fb
  • Gerardo V. - me gustan jovencit@s. No pienses maly lee: La calidad media - http://t.co/PqpzHGDM #fb
  • Rata Underground - me gustan jovencit@s. No pienses maly lee: La calidad media - http://t.co/PqpzHGDM #fb
  • Charlie Gurrupurru - me gustan jovencit@s. No pienses maly lee: La calidad media - http://t.co/PqpzHGDM #fb
  • Octavio Beares - @TEBEOBIEN @fcnaranjo @WatcherBlog no es por darme cuerdita, ni autobombo, pero entra a huevo http://t.co/PqpzHGDM
  • Octavio Beares - @TEBEOBIEN @fcnaranjo @WatcherBlog no es por darme cuerdita, ni autobombo, pero entra a huevo http://t.co/PqpzHGDM
  • Gerardo V. - @TEBEOBIEN @fcnaranjo @WatcherBlog no es por darme cuerdita, ni autobombo, pero entra a huevo http://t.co/PqpzHGDM

Escribir un comentario