Archivo agosto 2012

Fallece el guionista Carlos Albiac

Asociable a la corriente del cómic adulto y de género en Argentina del que pueden leer una biografía decente (este post no la incluirá), por ejemplo, aquí, ha fallecido Carlos Albiac el pasado 1 de Agosto.

Mi recuerdo personal será su colaboración con Alberto Breccia en la última (o una de las últimas) obra del ilustrador argentino, «El Dorado, el delirio de Lope de Aguirre» (que francamente descansaba toda su espectacularidad en las viñetas angustiosas antes que en su guión, pero supongo que todo suma), de un coleccionabla en conmemoración al quinto centenario del descubrimiento de América, coleccionable que fue un serio (pero fallido) intento de legitimizar la historieta como medio adulto de transmitir historias de la historia (en este caso, de la historia de la colonización española del Nuevo Continente). La de Aguirre fue una de las más interesantes, sin duda.

 

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UNA COLMENA EN CONSTRUCCIÓN, de Luis Durán

Artíuclo publicado el 27 de Julio de 2012 en Faro de Vigo.

Los mundos propios de Luis Durán.

Hay autores, sean de literatura, cine, o por supuesto historieta, que poseen un universo propio, único e intransferible. “Una colmena en construcción” es otro planeta en el “firmamento Durán”.

Luis Durán comenzó a publicar en los primeros noventa en revistas como la celebérrima “Makoki” o creando personajes bien conocidos en el underground (“Perry Masón”, para la revista TEMEO), pero su verdadera fama posiblemente venga por sus novelas gráficas, libros auto conclusivos de estilo muy característico, que le han convertido en uno de los autores más reconocidos del nuevo siglo. Desde entonces comenzó una carrera de trabajo duro y reconocimiento mediático. A razón de al menos un cómic por año (y hablamos de novelas gráficas, cómics rayanos en el centenar de páginas o más), fue construyendo un microcosmos lírico, de “tempos” sostenidos y tramas de desarrollo meticuloso. Abundan sus historias en hurgar en el pasado desde el filtro de la mítica, acercando sus protagonistas de almas tristes y espíritus en búsqueda constante al lejano oeste, al medievo, o a un presente donde los personajes viven más de recuerdos e ideales atemporales que en la realidad circundante.
El misterio, lo extraño, la mirada a través del espejo, la soledad, la búsqueda de la felicidad acaso imposible, la necesidad de comunicarnos y cuán difícil resulta hacerlo en ocasiones… son las puertas constantes que nos introducen a su obra. La última (por cierto, tras cuatro años sin publicar nada, algo insólito y que dice mucho de la importancia de este trabajo) es “Una colmena en construcción” y quizá sea su trabajo más maduro.

Tenemos aquí una familia que permanece alejada, una madre apicultora, un hijo de gris oficio que refugia su mente en las novelitas del oeste o en melodías recordadas de la radio de infancia. Y hay dos gemelas que se esconden tras caretas siniestras. Y hombres que construyen catedrales tras resucitar. “Exincastillos”, el Nautilus, y abejas que vuelan y observan y trazan senderos invisibles en su zigzag aéreo. Estamos, pues, en los territorios más propios de Luis Durán. Pero mejor, más afinados los instrumentos de su narración.

Luis Durán, la suave cadencia de un misterio

Porque para empezar, el apartado gráfico (que siempre, obra a obra, ha ido mejorando) es ahora excepcional, sobre todo en la mayor limpieza de su trazo y en el empleo del color, expresivo, de una paleta reducida pero completamente intencionada. Y porque en sus páginas siempre elegantes (en las que los vacíos son tan importantes como esas otras ocasiones de gusto abigarrado) ha conseguido mitigar sus mayores peros, como cierta retórica innecesaria en los diálogos. No es que prescinda de esa verborrea abundante, explicativa en exceso, sino que sabe injertarla allí donde mejor procede: hay en este relato confesiones en el diván de un psiquiatra, y hay también sueños donde los protagonistas disertan a su antojo. Se encuadra pues lo que fue un vicio en un espacio donde la verborrea es natural o posible, antes que en una realidad (digamos, la vida cotidiana y mundana de sus personajes) donde Durán se ha mostrado aquí capaz de manejar silencios, miradas y omisiones.
¿Recomendable lectura? Mágica, más afinada que en otras obras del autor, bella y absorbente. Diría, por tanto, que sí, mucho.

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Acme novelty library post data: fin de «Novedades»

Hola, buenas.

Un aviso, definitivamente, porque estos post me dan una lata técnica del copón y punto, eliminada la etiqueta de novedades. QUien quiere saber qué se edita en el mes tiene recursos de sobra para saberlo, este no es su blog.

Ea, mañana otra reseña, o algo de opinión, o una noticia a lo mejor.

Gracias por leernos, siempre.

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VENGADORES SECRETOS 16, de Warren Ellis y David Aja

Artículo publicado en Fao de Vigo el 27 de Julio aumentado un párrafo final para esta ocasión.

Superhéroes con problemas.

David Aja es uno de los dibujantes más interesantes de la editorial Marvel cómics, donde ha trabajado con los mejores guionistas de la compañía. Y es español.

David Aja, la imaginación al (súper)poder

“Superhéroes con problemas” fue una frase muy usada allá por los primeros noventa, cuando los héroes en pijama se adhirieron a los presupuestos argumentales que pocos años antes habían planteado autores como Alan Moore o Frank Miller.  Sus “Miracleman” o “Daredevil” (el primero guionizado por Moore, el segundo, realizado por el autor de “300”) llevaron a los hijos de Superman a un planteamiento adulto donde se demostraban dioses terribles o personalidades inestables. Y a partir de entonces floreció una escuela, el llamado “dark and gritty”, héroes oscuros y atormentados. Con muchos problemas.

Pero hoy los superhéroes tienen otras dificultades, sin duda mucho más graves. Estructurales. Convertidos en simple médium para mantener franquicias cinematográficas, los tebeos de Marvel y DC han convertido sus muchos títulos mensuales en libelos inanes, cuando no simplemente en pésimos cómics. Hay oferta, en la vasta cantidad de propuestas, sin duda legibles o hasta profesionales y entretenidas. Muy entretenidas, vale. Pero uno piensa que los tiempos del riesgo creativo han muerto. Ya no es fácil encontrar un Jim Steranko llevando experimentos formales a las aventuras del Capitán América.

Portada de «Vengadores Secretos» #16, que contiene el cómic reseñado (y otro más).

Afortunadamente el vallisoletano David Aja piensa que no hay caminos sin retorno. Ha realizado una vibrante carrera en Marvel, y como muestra se puede señalar un tebeo: veinte escasas páginas escondidas en el número 16 de “Vengadores Secretos”. El argumento de Warren Ellis es una excusa conspiranóica y de ciencia ficción muy moderna (en su estilo, en fin, para quien conozca al autor) pero es lo de menos. Lo que hay que aplaudir es la batería de invenciones y recursos de la narración y la secuencia que Aja planifica (homenajea al artista M.C. Escher incluido). Casi cada página de esas veinte es una fiesta auténtica.

Y en esencia, esto no es más que puro escapismo, mamporros a gogo, acción y misterio en una historia concisa: presentación, nudo (tortas) y desenlace. No se puede pedir más por menos. Ha salido en España hace apenas un par de meses.

Por cierto, que en la portada del ejemplar no se hiciese ni la más mínima mención a que un autor español estaba en su interior (de hecho, la portada elegida es la del nº que no dibuja David Aja) me parece lamentablemente tipical spanish, e incomprensible. Vale, Aja no es un figurón a lo Pacheco, pero ahí está: sigue trabajando para Marvel y además haciendo que valga la pena rascarse el bolsillo por un comic-book, mercado hoy por hoy, de una esterilidad alarmante.

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