El triunfo del hombre bueno

He disfrutado horrores leyendo un extraordinario artículo de Luis Gómez sobre Vicente Del Bosque en el suplemento Domingo de El País. Cuando llegas al último punto has entendido qué ha sido el señorío, de dónde ha mamado y cómo esos valores que parecían casposos y trasnochados se han convertido en el paradigma del actual manual de éxito sobre gestión de grupos. Resulta curioso como los que hace años fueron los detonantes de su salida del Real Madrid -diálogo y convicción frente a imposición o mano dura, moderación frente a impulsividad- ahora son ejemplos de la vanguardia en la gestión de recursos humanos. Y con ellos parece que también se puede ganar un Mundial. Me quedo con este extracto del reportaje:
[…] «Se podría decir que Del Bosque cumple con el perfil del líder del siglo XXI. Ha sabido dirigir y crear un equipo humano con los valores y la actitud que exige la sociedad actual. No avasalla con sus decisiones, sino que convence y da seguridad con su templanza… Del Bosque […] ha sabido repartir papeles haciendo sentir a todos que eran parte de la victoria y parte de la derrota. Se ha cumplido de esta forma con una de las teorías en la gestión empresarial y gestión de los recursos humanos que más importancia tiene en la actualidad: la orientación hacia los grupos de interés, es decir, hacia sus jugadores, técnicos, personal de apoyo, afición, periodistas y especialmente a sus rivales, a quienes siempre ha demostrado el máximo respeto, tanto a través del juego de sus jugadores como fuera del terreno de juego»… [Aquí puedes leer el reportaje completo]

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Wikileaks, la pesadilla de los que ocultan algo

Hace tiempo que vengo siguiéndole la pista a un asunto que me llamó mucho la atención desde que leí este artículo hace algunas semanas. Se trata de la web WikiLeaks, cuyo propietario es el hacker y periodista australiano Julien Assange, especializada en la difusión de información confidencial. Utilizan la encriptación de las comunicaciones a partir de un software especializado para conseguir que sus fuentes les faciliten todo tipo de documentación confidencial preservando en todo momento su anonimato, aprovechando toda una compleja maraña de servidores internacionales que impiden que se le pueda seguir la estela a los comunicadores. Documentos gubernamentales que revelan secretos militares y comportamientos poco éticos por parte de empresas y multinacionales, reuniones clandestinas con sede en países con regímenes totalitarios, revelación de crímenes de estado en zonas donde no se respetan los derechos fundamentales de las personas etc. En definitiva, una auténtica pesadilla para los que manejan los hilos y que pretenden seguir ocultos tras sus máscaras de impunidad. Es de orden público el interés de las fuerzas de inteligencia de EE.UU. por dar con el paradero del pirata Assange y hacerle unas preguntitas. La amenaza de publicar cerca de 200.000 documentos clasificados tiene la culpa, puesto que nadie olvida el efecto nefasto que tuvo para la reputación del país el hecho de que saliera a la luz pública un vídeo sobre un ataque aéreo a civiles en Afganistán. Su objetivo, según sus propias palabras y siempre bajo una escrupulosa supervisión legal, es éste:

[…] «Wikileaks puede convertirse en el servicio de inteligencia más poderoso de la tierra. Un servicio de inteligencia de la gente. Éste será un open source, un servicio democrático e inteligente. Y éste será más ético y menos partidista que cualquier servicio de inteligencia gubernamental. Por ello será más preciso y más relevante. No tendrá intereses comerciales o nacionales de fondo, sino que su único interés será la libertad y la veracidad de la información. A diferencia de las actividades secretas de los servicios de inteligencia, Wikileaks informará a los ciudadanos por encima del poder establecido sobre la verdad en el mundo.

Wikileaks será la valvula de escape para cualquier miembro de un gobierno, para cualquier burócrata o empleado de una corporación, que esté informado de asuntos embarazosos que la institución quiera ocultar, y de los cuales el público necesite tener noticia. Aquello que la conciencia no puede contener, y que injustamente se disimula como secreto institucional, Wikipedia lo transmite a todo el mundo…» [+ aquí]

       

Para saber más acerca de la filtración del vídeo del ataque a civiles afganos por parte de un helicóptero Apache del ejército estadounidense os recomiendo este artículo: «The strange and consequential case of Bradley Manning, Adrian Lamo and WikiLeaks» (para solventar problemas con el idioma os sugiero que paséis el enlace por Google Translate).

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Las nuevas rutas del periodismo

Arianna Huffington, cofundadora y editora de The Huffington Post, sobre las nuevas fórmulas de promocionar el periodismo de investigación sin ánimo de lucro:
[…] «Hay un montón de webs locales que están investigando, financiadas por fundaciones, particulares, o sea, que ésta es una vía, no solo de preservar el periodismo de investigación, sino de hacerlo mejor. A los medios tradicionales se les escaparon dos de las grandes historias de nuestro tiempo: la inexistencia de armas de destrucción masiva en Irak y lo que nos llevó a la crisis financiera». [La entrevista completa en ElPaís.com]

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No es oro todo lo que reluce

Fotografiado en las calles de Sevilla…

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Cuánto vale nuestro tiempo

Hace tiempo que vengo dándole vueltas a una idea que me asalta constantemente, a veces por sorpresa, sobre la necesidad imperiosa de comprar tiempo libre al peso. Mientras compruebo a menudo como se trata de una preocupación que ocupa y preocupa a mucha otra gente, empiezo a darme cuenta de que existe una corriente de opinión cualificada –gurús del mundo empresarial, líderes de opinión, prensa especializada…- que apuesta por un cambio inminente en la concepción y ejecución de nuestras jornadas laborales. Quizá ni tú ni yo lo toquemos con las manos, y muy probablemente tampoco lleguemos a observar como disfrutan de ello nuestros hijos, pero estoy convencido de que ese día tiene que llegar.
Hoy me he topado de bruces con un post que aborda el tema desde un punto de vista muy gráfico, consiguiendo que te veas fielmente reflejado en cada detalle de la jornada de trabajo que nos relata a continuación Recuerdos de Pandora:

El coste de mi tiempo y el precio de la felicidad

Suena de nuevo el despertador. Es lunes y no queda más cojones que volverme a levantar. Otra vez me esperan ocho horas de trabajo, que al final, suponen mucho más que simplemente ocho horas. En la oficina está mal visto oler mal, y con el calor que hace por las noches en mi apartamento, hace que la ducha sea indispensable. Teniendo en cuenta que para llegar al edificio donde trabajo tengo algo más de una hora y que amablemente me dejan dos horas para comer, en total son cerca de trece horas las que dejo trabajando cada lunes.
Digo cada lunes, pero la verdad es que si fuera únicamente cada lunes no me supondría un gran trauma. La realidad es mucho peor. Las mismas horas que empleo el lunes las tengo que emplear el martes, el miércoles, el jueves e incluso el viernes. Cada día con el cansancio del día anterior y únicamente pensando en que cada vez el fin de semana queda más cerca.
Al final, son un total de sesenta y cinco horas a la semana que tengo totalmente ocupadas cuarenta y siete semanas al año. Si al menos mi trabajo fuera gratificante no tendría queja alguna, pero la realidad no es esa. El trabajo que tengo simplemente es el resultado de una serie de decisiones que tomé en un momento dado evitando únicamente opciones a priori peores. Lo bueno es que al menos el tiempo que paso en mi trabajo no sufro, y la compañía es agradable, pero haciendo contrapeso está la fuerte desazón de saber que cada noche cuando llego a casa no me siento gratificado por el trabajo que he hecho.
Cierto es que todos los meses recibo religiosamente mi nómina, lo que me permitiría, si quisiera, presumir de no tener problemas económicos. Pero el dinero no es felicidad, ni tampoco ayuda en exceso. Lo más preciado que tengo en esta vida es el tiempo y, por mucho dinero que gane, no podré comprar de ningún modo esas sesenta y cinco horas que cada semana trabajo para emplearlas en algo mucho más gratificante[continúa aquí]

Para conseguir una correcta interpretación del texto es más que recomendable que obsequies a tus oídos con esta excelencia del rock…

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Manina

Hoy ha sido el día escogido por Manina para hacer su último equipaje de mano y emprender un nuevo camino. Hace siete meses que fui con mi padre a Madrid a despedirme. Más bien a dar las gracias por tanto. Agradecido por todo y a todos los suyos; los míos en definitiva. Mañana volveré a Madrid para que mi padrino y mis primos sequen algunas lágrimas en mis mejillas, sabiendo que ahora la ausencia atacará cada día puntual con zarpazos desgarradores. Confiando en que el tiempo le gane la batalla a un dolor que, aunque nunca pretenda levantar la bandera blanca, quedará arrinconado en un callejón de la vida disparando de tanto en tanto unas salvas al aire por sorpresa.
Mañana estaré a vuestro lado para repetir enmudecido lo que ya expresé meses atrás, y que dice así:

He ido a Madrid a despedirme. A decir adiós, aunque mi madre siempre asegure que sólo se trata de un hasta luego. He ido a Madrid a darle las gracias por cada Fin de año en familia. He ido a decirle al hermano de mi madre -y padrino- que le quiero y que me atraganto cuando busco la manera de poder ayudarle. Que pretendía acudir a curar las heridas producidas por los cristales de su alma, rota en pedazos por la soledad. He ido a Madrid a abrazar a mis primos y sujetarles la vida por unos segundos. Viajé a la que fue mi casa de invierno para demostrarme en vano que podía ser valiente. Fui a Madrid acompañando a mi padre en la travesía hacia el dolor, para recordar al mirarle «que un hombre tiene que hacer lo que tiene que hacer». Fui a Madrid con muchos propósitos entre pecho y garganta que se quedaron a las puertas, y a medio hacer.


Fui a Madrid a decirle a mi Tía que la quiero. Fui creyendo saber como actuar en estas circunstancias y no fui capaz. Fui allí pensando que entendería el significado del dolor pero no me alcanzó el valor. Fui a Madrid a demostrar que somos familia y entonces me pareció que éramos mucho más que eso. Fui a decirme a mí mismo que levantara la cabeza y a que mis hombros ofrecieran consuelo. Fui a Madrid a decir tantas cosas que me quedé mudo. Me olvidé de dar las gracias por infinidad de momentos comunes de felicidad, convencido de no guardar recuerdo alguno de si en alguna ocasión hubo algo que reprochar.


Regresé de allí con algo pendiente. Decirle a mi Tía: ‘Manina’, te quiero. Duele sin refugio pensar en este irremediable viaje. No poder rebajar el peso del destino rompe los huesos al compás del minutero. Viajé a Madrid para decirle a ‘Tito Jose’ que llevo semanas llorando a diario lágrimas secas para aliviarle la carga. Fui a Madrid para decirle lo que ya sabía: que le quiero. Las palabras no bastaban para expresar cuánto lo siento. Faltaban brazos para abrazarle.


Pensar, ayuda. Pensar en los inolvidables momentos vitales alivia el desgarro. Por ahora poco, pero alivia. Recordar los lazos de sangre que un día asentaron sus raíces hasta hoy, reconforta. Mirar como a las troncos que abrieron la senda aquel día se le unieron otros tallos más jóvenes, debe colmar de satisfacción. Saber que los tuyos y los nuestros te pensamos y pensaremos siempre, debe valer un suspiro de felicidad. Creer en nosotros tal vez sea la mejor manera de creer a ciegas en ti. Podrían ser todos ellos consuelos vacíos. Pero me consuelan también a mí.


Hasta siempre, Tía. Hasta siempre, ‘Manina’.


Os quiero por todo. Os quiero con todo lo que se puede querer.

PD: Hace un par de semanas tuvimos la suerte de poder volver a mirarnos a la cara. En ese instante pude deshacer el agravio: nos dijimos que nos queríamos.

Ahora suena en mi cabeza esta canción…

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Utiliza Twitter para comunicar la orden de ejecución de un preso

Me considero un inmigrante digital apasionado de las nuevas tecnologías al que le fascina la capacidad de inmediatez de las nuevos canales de comunicación -blogs, redes sociales etc.-. Sin embargo eso no implica que esté de acuerdo con el todo vale y aplauda la barra libre con la que algunos descerebrados se dedican a utilizar esas herramientas.
Al loro. El último ejemplo lo tenemos en el caso de la última ejecución de un preso en EE.UU, Ronnie Lee Gardner. El fiscal general del Utah Mark Shurtleff no tiene otra brillante idea que comunicar al mundo vía Twitter que acaba de dar «el visto bueno al director de prisiones para que ejecuten» al reo. No contento con pasarse por el forro de la entrepierna la más mínima muestra de comportamiento ético y moral, en lo que hubiera tenido que ser un acto circunscrito exclusivamente a la más estricta intimidad de la familia del sentenciado a muerte, se arranca por soleares a lo pastor evangelista y suelta: «… Que Dios conceda la misericordia que él le negó a sus víctimas». Y después del eructo verbal se quedó tan pancho el gachón. ¿Nos hemos vuelto locos o qué?.

Para los más incrédulos ahí va la muestra del esperpento:

 
 
 

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Vídeoclip con cambio de velocidad automático

Algo de entretenimiento no nos vendrá nada mal entre tanto latigazo. Aquí os dejo el nuevo videoclip de los chicos de OK GO que vuelven a arrasar en la red, esta vez utilizando velocidades de grabación diferentes para ejecutar una coreografía imposible. Todo vuestro.
 
Vía Radiocable

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Tiempo al tiempo

La reforma laboral que vendrá:

Artículo 1. La edad de jubilación se fija en 132 años. Si el trabajador falleciera antes –uno de los fraudes más frecuentes en el absentismo laboral–, el tiempo no cumplido será acumulado sobre sus herederos.
 
Artículo 2. La baja laboral por enfermedad sólo se concederá a partir de una pérdida acreditada de dos litros de sangre por hora. En caso de sufrir un infarto en el lugar de trabajo, el empleado será reanimado por sus compañeros, con voces del estilo de “Animo, Paco, que sólo es un sofocón”, acompañadas de tranquilizadoras palmadas en la espalda.
 
Artículo 3. Se mantiene íntegramente la indemnización de 45 días por año trabajado, por considerarse un derecho inalienable, pero esa cantidad será abonada a partir de ahora por el trabajador a su empresa, en compensación por la formación y trato recibidos.
 
Artículo 4. Una vez que se haya desprendido de toda su plantilla, una empresa podrá despedir también a los trabajadores de otras empresas sin relación con la suya, para agilizar así los flujos del mercado laboral.
 
Artículo 5. El salario mínimo interprofesional alcanzará su definición más exacta, un euro al mes. El salario máximo será el botín.
 
Artículo 6. Se mantienen sin variación los derechos a vacaciones, que serán disfrutadas cada año por un diez por ciento de la plantilla tras el oportuno sorteo, a fin de preservar la productividad.
 
Artículo 7. El arbitraje en caso de conflicto entre trabajador y empresa será resuelto semanalmente en el programa Sálvame de luxe, para soslayar los retrasos de las tramitaciones judiciales.
 
Artículo 8. Las pensiones para jubilados tendrán bidé y habitaciones de un mínimo de seis metros cuadrados.
 
Artículo 9. Serán despedidos todos los trabajadores que escriban artículos estúpidos ridiculizando una reforma laboral valiente, a la que nunca se hubieran atrevido los gobiernos del Generalitísimo Franco.
 
Firmado: José Rockefeller, ministro de Trabajo.

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Que viene el lobo

«Creo que todos nosotros debemos repensar lo que estamos haciendo. Bien está que nos divirtamos, que vayamos a la playa, a la fiesta, al fútbol, que esta vida son dos días, y quién venga detrás que cierre la puerta. Pero si no nos decidimos a mirar el mundo gravemente, con ojos severos y evaluadores, lo más seguro es que nos quede un día solo por vivir, lo más cierto es que dejaremos la puerta abierta a un vacío infinito de muerte, oscuridad y fracaso».
Eso que acabas de leer es lo que José Saramago nos contaba en 1997 en “Cada vez más solos” de su libro De este mundo y del otro. Toda una profecía fácilmente imaginable por cualquiera de nosotros, si no fuera porque ya teníamos decidido por entonces darle la espalda al sentido común y devorar nuestro día a día a mordiscos, sin echar la vista a atrás para poder ver más adelante después.
Saramago seguía denunciándolo con contundencia en 2008.

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