Archivo abril 2015

ANDRÉ EL GIGANTE, de Box Brown

El viernes pasado hice una breve crítica en Faro de Vigo de André el Gigante, un tebeo interesante y con un estupendo dibujo.

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DK III

The Dark Knight III: The Master Race.
DKIIILa tercera parte de Batman: el regreso del Señor de la Noche (así se tituló su primera edición en castellano, en los ochenta) será una miniserie de ocho números que publicará DC Comics,con motivo de conmemoración de los 30 años desde su publicación (que será en 2016).
Frank Miller, creador de las dos entregas previas (ambas, en mi opinión, cumbres del género superheróico y dos de las obras más importantes del medio) colabora en el guión con Brian Azzarello.
Podremos verlo a partir de otoño de este 2015, y cuanto menos demuestra, ya, la capacidad de un mito del cómic (Miller, no Azzarello, claro) para mantenerse en el centro del negocio/huracán con cada nueva obra que propone: la noticia está en boca de todo el mundo afín al cómic.

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EL ÁRABE DEL FUTURO, de Riad Sattouf

Sin duda, uno de los cómics del año en curso (o cuanto menos, de lo editado en lo que de año llevamos). Haz un ¡clik! para ampliar y leer.: Visado : Página 6

 

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Fosfatina movement

Es muy interesante, el momento actual del cómic nacional. Aciago en tiempos de regresión cultural en España y cuesta arriba en un momento de baile en la cuerda floja. Quizás, pero en determinados aspectos a mi entender, momento ilusionante.
La presencia de pequeños editores que luchan por crear un espacio propio, alejado de las grandes ventas pero sostenible, es una de las varias consecuencias, creo, de algo que algunos defendemos: la novela gráfica, mucho más que un formato, ha expandido el mercado, no en el sentido de grandes ventas (que también, en algunos casos) si no en la capacidad del cómic de encontrar nuevos lectores, lugares y modos de venderse. Logrado el objetivo de presencia mediática y de diversificación del target, algunos valientes han decidido explorar las esquinas en sombra, buscando a un tipo de lector muy determinado, quizá «curtido», quizá simplemente curioso y venido de áreas culturales que vuelven al cómic (el mundo de lo artie, los paladares que gustan de la experimentación literaria o cinematográfica…). Estoy convencido de que ese posible lector que rastrea experiencias nuevas no es tan minúsculo como podría parecer. El asunto es llegar a él, encontrar los modos y lugares, tocar las teclas adecuadas, hacer servicios de prensa a los medios que pueden encontrar a ese lector, seleccionar los lugares físicos de venta sin renunciar, en la medida de las posibilidades de la tirada, a los más habituales, y potenciar la venta directa desde las webs propias.
Como dijo Ata (de Autsaider cómics) en una entrevista radiofónica, «quien quiera forrarse, litio y agua potable». Submarinos del cómic como la propia Autsaider, Apa-Apa o Ediciones Valientes no aspiran a ventas millonarias aunque en el trayecto también pueden pelear por encontrar obras que no renunciando al decálogo del editor, sean capaces de romper la barrera de lo minoritario. Pienso en la oferta de Entrecomics Comics con Versus de Luis Bustos y Azul y pálido de Pablo Ríos, o Fulgencio Pimentel apostando por Simon Hanselmann, que con Bahía de San Búho y antes Hechizo Total podría ser un sólido caso de historieta generacional (del desencanto).

Mi ciudad, Vigo, descansa sobre una ladera bastante empinada que cae directamente al mar. Estamos acostumbrados, en fin, a que nuestro caminar sea costoso, y empeña el esfuerzo personal con unas cuestas bastante locas. Por eso la presencia de Fosfatina en esta city no me extraña. Hechos al esfuerzo para el avance, los fosfatineros plantean su opción editorial como una búsqueda de valores dentro del cómic más hermético, y en la escena local. Su catálogo es diminuto aún pero cuenta ya con uno de los valores más sólidos del panorama nacional, un Andrés Magán que, puedes apostarlo, está destinado a ser un nombre de los potentes, con una propuesta tan arriesgada como, en ciertos aspectos, de vocación popular (búscalo en Tik-Tok).

Pero hay más, y lo último de Fosfatina es una apuesta de, otra vez, riesgo y arrojo. Subamos con ellos la cuesta, porque su última ocurrencia pasa por ser una carta de amor a la risografía. Y esa carta se divide en seis partes, una colección de nombre Fosfatina 2000 con autores de lo más interesante y que expande el radio de acción de la editorial más allá de lo local, en un crecimiento muy lógico. Estos breves tebeos a medio camino del fanzine y el objeto exquisito saldrán a razón de uno cada dos meses, y los puedes comprar en su web o en templos de la sabiduría como Fatbottom, la tienda barcelonesa. En Vigo los encontrarás en el café-librería Detrás do Marco (mmm… ¿alguien de Vigo es lector de este blog?).

 

Al final del viaje, cierre en broche de oro con una antología alrededor del experimento risográfico.extrasolar

De momento ha salido dentro de la colección «Extrasolar», de Roberto Massó. Massó es conocido por su debut Medieval Rangers, de DeHavilland Ediciones, un libro de lujo, visualmente poderosísimo e impactante. En su último trabajo Massó lleva su estética a la página de cómic más tradicional, y crea una historia nuevamente cargada de iconografía pop (lo espacial, lo psicodélico). El tebeo, 16 páginas prácticamente mudas, es como un haiku sobre un traslado en nave espacial con delirio «kubrickiano» incorporado. Todo contado con el tono costumbrista del «slice of life» (qué redundancia acabo de escribir, je). Melancolía y tranquilidad para un hecho portentoso. Además «Extrasolar» es naración gráfica, y gran parte de su discurso lo arroja el cuidado, el equilibrio de la página, y los juegos cromáticos que se logran con la «riso». Como todo poema, en fin, además del mensaje hay que contar con lo que la forma expresa.

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Y en junio, Pepa Nieto, que os avanzo, promete. Y luego ni más ni menos que José Ja Ja ja, y Begoña García-Alén (que ya colaboró con Fosfatina), ¡Ana Galvañ! y cerrando, el ya citado Magán.

Fosfatina subiendo la cuesta, sí, pero con ganas.

¿No apetece seguirles?

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No comparemos.

Una puntilla a mi post anterior, que disertaba sobre la objetualización de la mujer en el mainstream estadounidense. Me parecen alucinantes ciertas comparaciones, y desde mi humilde opinión demuestran que hay veces que no merece la pena discutir con según quién.
Juro que he leído a gente escribir que hoy Richard Corben y Robert Crumb serían vilipendiados por su obra. Porque claro, los que no comulgamos con la imagen que de lo femenino proyecta el mainstream norteamericano, debemos ser unos retrógrados.

Eso, ladies and gentelman floating in space (cita melómana) es confundir muchas cosas, demasiadas para explicarlas en un post, así que citaré una: no es lo mismo una táctica industrial transversal, vertical y hasta oblicua para potenciar un producto donde la cosificación femenina busca unas ventas fáciles por la vía de rebajar a la mujer ante un grupo lector mayormente masculino y joven (en teoría), que respetar la intención autoral de un creador singular. Sería como comparar los anuncios de champú en el caribe con Russ Meyer o incluso Federico Fellini y su gusto por lo voluptuoso. De hecho si Russ Meyer hubiese firmado un tebeo de Batwoman yo sería el primero en interesarme por él.

Crumb, Cabanes y una superheroína de DC que se obstina por salvar el mundo, la galaxia y su breve bañador.

Crumb, Cabanes y una superheroína de DC que se obstina por salvar el mundo, la galaxia y su breve bañador.

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Sexismo en los cómics.

La última polvareda en el mundo de la historieta es bastante ridícula salvo por su fondo.
Hace un tiempo Frank Cho, dibujante con una capacidad para hacer pin ups evidente, hizo un chascarrillo que incendió la red.

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A su vez era una coña que citaba otro polémico dibujo, este sí, una portada de Manara que en su día levantó otra brutal polvareda (¿qué portada? esta).

Volvamos a la Spidergwen de Frank Cho: nalgas en pompa como la de Manara, rostro de pícara dominatriz Lolita, y Spider mirando (no a los ojos de la señorita).
Para mí el tema de fondo no era Cho, ni la cuestión concreta del Spidergwen-dibujo, muy circunstancial, si no que veo que cada vez más el mainstream utiliza lo femenino de un modo que no es el que me gusta, y que además está incidiendo en los modos de ver las cosas en el fandom. Ejemplo: cuando en ZN enseñaron el nuevo diseño que Javier Rodriguez ha creado para una Spiderwoman pizpireta, juvenil, dinámica y renovada, hubo bastantes, BASTANTES comentarios sobre las tetas del personaje.
Eso, creo, no pasa en las conversaciones sobre el nuevo Locas de Jaime Hernández, ni sobre Bella Muerte. Obras donde lo femenino no recibe el tratamiento objetual de los posados que borda Cho y tantísimo dibujante Marvel o DC. Y ojo, en estas dos Grandes también hay cosas que van por caminos más cercanos a Jaime Hernández que a Cho (hablo del enfoque de lo femenino, nada más), como el caso de la citada nueva Spiderwoman, lo cual me gusta, y arroja esperanza.
Personalmente prefiero cualquier modelo narrativo que no derive en convertir en objeto a lo femenino (aunque sea en plan coña, no es importante hasta que se hace sistemático), lo cual no quiere decir que un personaje verista no pueda ser cien mil veces más atractivo, sexy y sugerente que una playgirl en una portada Marvel. Pero cada cual que elija el tipo de narración que le interesa. Eso sí, si consumes telebasura, telebasurero al final te volverás.

La sutil diferencia

Spider Woman de Rodríguez, Viuda Negra de Cho. La sutil diferencia

Por otro lado, las redes tienden a exagerar. Que se ha hablado de casi-campaña contra Cho, yo ni flores, el tema me queda muy tangencial, lo leí en Facebook y no investigué más. Ya dije que no me parece, la anécdota, lo importante, sino el marco general en que se desarrolla el caso particular.

Pero por donde no paso es por las reincidentes comparaciones con el tema Charlie Hebdo. Nadie exige nada ni a Cho ni a Marvel, pero todo producto cultural es susceptible de la crítica (lo contrario sería censura), y por supuesto, de decidir si lo quieres consumir o no.

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RUBOR, vvaa

Rubor en Faro de Vigo.

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Diez razones para felicitar a La Cúpula en su 35 cumpleaños

Podrían ser diez más, claro.

Cúpula

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Pregunta-tipo.

Cuando moderé hace unos días una mesa redonda en Boom!, una pregunta que saltó de entre los asistentes fue: ¿porqué es tan difícil encontrar cómics para niños?

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Es un estribillo habitual pero que si lo reflexionamos un poco carece de base. Bien, es cierto que yo mismo puedo decir que me resulta difícil comprar cómics a mi hijo, pero también deberé añadir “me resulta difícil comprale… los cómics que a mí me gustan para regalarle”. Si realmente eliminamos el factor selectivo como compradores adultos y dejamos que sean las características intrínsecas de los cómics los que hablen del tipo de lector al que aspiran…¿realmente hay problemas para encontrar hoy por hoy cómic infantil Hablando en plata: si consideramos todos los géneros y latitudes, ¿no hay suficientes cómics infantiles en el mercado?
He jugado, acercándome a la web Whakoom, y he recontado tebeos para niños y chavales, digamos que hasta trece años más o menos. He prescindido de rellenos: si dudo de los contenidos, no lo recuento (así, cabe la posibilidad de que títulos de por ej. Yermo Editorial puedan ser lecturas para “jóvenes” de 12 a 14 años, pero al no haberlas leído, ante la duda sencillamente las descarto) ni caros (ej, más de 20 €: salvo despiste mío, descartado).
El recuento lo he hecho solo con lo editado en marzo e inicios de abril, mes y pico, lo más actual. Y me salen unos cuantos:

Tutor hitman reborn!; Toriko; Star Wars: Darth Maul: hijo de Dathomir; Saint Seiya. Los caballeros del zodíaco; Rin-ne; Little Battlers eXperience; Jaco. The Galactic Patrolman; Dragon Ball; Detective Conan; Buenas noches, Darth Vader; Don Miki; Bim bo gami ga!; Young Ronins (Víctor Santos); The Seven Deadly Sins; Supernatural Law; Sailor Moon Short Stories; Primates. La intrépida ciencia de Jane Goodall, Dian Fossey y Biruté Galdikas; Pequeño Peludo; Nisekoi; Martin Mystère; Malicious Code; Las Flores del Mal; Hora de Aventuras; Fullmetal alchemist; El Diamante de Corazón; Death note; Ataque a los Titanes; Your Lie in April; Grey is…; Orange; Nieve en verano; El intrépido Batman; Young Ronins; Mi Ángel Caído; Lucky Luke; Marsupilami.

No cuentes, son treinta y tantos.

Sumemos los que seguramente me he colado, quitemos un par que me han engañado y realmente no son lecturas para críos, añadamos sellos específicos para infantes cuyo catálogo está disponible en cualquier librería aunque en este mes no gocemos de ninguna novedad de su sello (como Mamut, donde podemos encontrar tebeos por franjas de edad que comienzan en la prelectura, tres años), y bueno… un mínimo de 35 posibilidades en 35 días me da para regalar más de un tebeo diferente por día el mes en curso. Me parece una oferta ya no sensata, si no generosa.
Entonces, ¿porqué esa pregunta en una mesa redonda? ¿porqué respuestas-tipo, siempre lamentosas? Creo que francamente nos movemos a menudo por mareas de clichés y conceptos “pre”, que si analizamos con calma y ánimo estadístico se quedan totalmente desmontados. En aquel foro apunté que desde la ACDCómic emitimos semestralmente una lista de lecturas esenciales en la que se particularizan cómics infantiles, de modo que todo el mundo interesado en conocer obras para niños puede apoyarse en fuentes, documentarse, porque las hay. Pero más allá de “soluciones” sería mejor atajar la cuestión como improcedente. Aunque mi recuento no puede entenderse como serio o estadístico, sí funciona en tanto que una muestra aleatoria y no selectiva o malintencionada. Y en un mes previo al bombardeo del Salón de Barcelona, marzo, un mes bueno pero no feroz (como será el pleno abril).
Hay suficiente cómic infantil, quizá no haya “suficiente cómic infantil a color, formato álbum, barato y que me recuerde a Astérix porque es lo que yo leía y quiero que mi hijo o sobrino lea”, pero si no nos autocensuramos podemos encontrar de todo, desde el manga hasta posibilidades más europeas e incluso, sí, algún toque superheróico (ese Batman para chavales, tocaba en este mes). También nuevos Astérix, ya puestos (uno viene en camino). Y si nos estiramos, hay que añadir integrales de clásicos que, personalmente por características de edición y el parámetro del precio, considero diseñados antes para el coleccionista que no para su hijo. Pero bueno, son tebeos infantiles, del palo Johan y Pirluit.
Lecturas fantásticas, aventuras, historias sentimentales, o de humor, acción, amoríos, costumbrismo. Mangas, europeo, cómics nacionales, americanos. Clásicos y novedades. De todo, y para esa franja que va del niño pleno al que está dejando de serlo para pasar a buen mozo. Tebeos para niños y niñas.
A partir de este momento entonces puedo comprar. Bien, ese fue otro sutra lamentoso en esa charla. El fandom, incluso el profesional del mundo del cómic, tiende al quejío, al lacrimae. Hubo en esa charla (muy animada y participativa, por cierto) saetas a las malas ventas del tebeos español (así, sin matices, plaf catapún), pero la que me interesa comentar es “la Otra”cuestión, El Quiosco. Alarguen las “o” al leerlo. El Quiooooscooo… porqué no se vende en el quioooscoo.

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Pues por el mismo motivo que el barco de vapor ha muerto como máquina para desplazarnos. Porque las cosas cambian, así de simple e impepinable. Y porque la industria del entretenimiento va por otros lados y debemos aprender de una vez que el cómic ya no es una parte sustantiva en ese universo. Hoy los niños tienen (gratis) tres o cuatro canales infantiles de televisión activos las 24 horas del día, media docena más de canales generalistas donde picotear espacios para su edad, cine en streaming (ni entro en lo de descargas ilegales), juegos on line, estrenos de animación a cascoporo, consolas, tablets, mucha literatura infantil… ¡por haber hasta hay, aún, cromos y gogos! El cómic puede existir en medio de todo esto, pero se ha redefinido. El problema es que mientras los editores reasignan su lugar de supervivencia y sostenimiento (que en España ya no es en los medios de masas ni en las tiradas astronómicas, salvo contadísimas excepciones), muchos lectores, a golpe de cliché, quieren volver a ver los años ochenta en 2015. Los quioscos se extinguen pero queremos verlos morir colmados de tebeos. Pues no vamos a ver eso, ni hoy ni, intuyo, nunca. Es una vía que ha fenecido, que tuvo su día. Hoy el cómic es otro tipo de producto, menos popular, lo cual no es bueno ni malo, solo diferente (al menos mientras pueda ser sostenible en su propia escala, lo cual es otro tema que da para más posts).
En fin, me parece importante que comencemos a analizar los lugares comunes y pensemos si no hay que revisarlos. Urgentemente.

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BAHÍA DE SAN BÚHO, de Simon Hanselmann

Esta semana tenía más o menos preparados dos artículos para Faro de Vigo, sección cómic. Uno era sobre Rubor. Otro…otro no era un libro de Fulgencio Pimentel. Pero los hados (malos hados en esta ocasión) han querido que estos días pasados, y justo cuando terminaba mi lectura de una de sus últimas propuestas, pasaba esto.

Con la cuenta atrás muy avanzada para la fecha de entrega, decidí que esta semana era La Semana, para volver a pasear por los rotativos del diario vigués a Fulgencio. Por aporyar, sin más.

El resultado es un texto ya no apresurado si no a la carrera, que es este, con sus luces y sus (ay) sombras. El texto se lee con un clic encima.
Además, por supuesto Bahía de San Búho es uno de los cómics de la temporada, solo puedo recomendar su compra, ¡ya!, ¡¡ahora!!.

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