DLTLPS, de Gabriel Corbera

dltlps_coverUn título acrónimo que además es impronunciable. Una portada minimalista, algo desvencijada, en la que apreciamos ciertos iconos del terror mas de serie B, motivos de horror sanguinolento esparcidos alrededor de una imágen enigmática de dos perfiles humanos. Y 120 páginas que huyen de lo convencional.
Gabriel Corbera no es, efectivamente, un autor afín a las convenciones. Parece huír de lo lógico con una carrera en zig zag, on line, con autopublicaciones fanzineras y en inglés, mientras media profesión (o el mundillo, que se dice) lo señala como uno de los mas interesantes autores actuales.
Parte de la gracia está en este modus opeandi, claro, pero para qué negarlo: queríamos un Corbera largo como «días más largos que largas salchichas de cerdo» (ese sería el título extended version de su último cómic: «Days longer than long pork sausages»).
Días más largos que… ¿PERDÓN? Vale, no entiendes nada. Pues pasemos a la obra. Ahora, una vez leída, se entiende todo. Bueno, hay poco que entender. Se nos zambuye en una historia a medio camino de Richard Corben y Johnny Ryan donde dos tipos de curioso look (como siempre en el universo Corbera) caminan por una fortaleza abandonada, topándose cosas, cadáveres, estancias, puertas y pozos. Hablan entre ellos. No se diría que son especialmente amigos, tampoco enemigos. Aliados por la circunstancia, como mucho. Y al final… pues nada.
DLTLPS es otro tour de force contra los convencionalismos, las estructuras, un alegato apático (o al menos ausente de empatía) en favor de la libertad creativa y cierto grado de escritura automática. En la anarquía que ofrece su viaje nada iniciático (todo es «en medio de») el lector podrá encontrar sus propias interpretaciones, aunque sospecho que no es esa la voluntad del autor. Corbera, muy al contrario, ofrece un periplo físico y mental, desasosegante, sin brújula, que pese a cierta iconografía muy Heavy Metal está más cerca de «Cabeza Borradora», aunque filtrando lo subconciente a través de ese bagaje genérico tan querido por los cómics que, quizá, leía el autor de chaval.
Y bueno, todo esto tiene una forma, claro: este último Gabiel Corbera prosigue una búsqueda que lo aleja de la perfección frígida de antiguos trabajos y lo conduce hasta un trazo nervioso, suelto y espontáneo, para describir con economía y misterio un mundo mucho más inaprensible que otros de su imaginario. Lejos quedan los futuros esterilizados de antiguos cómics. Estos días como salchichas son una realidad quién sabe si futura o paralela, de toques medievales kitch y gore cruzados con un futurismo que es casi un leve herbor en el guisote, poco más.
Trascendencia, posthumor, aventura parada y diálogos como eructos (esa manera que tiene Corbera tan suya de hacer las cosas en la lengua de la pérfida Albion me puede). Son más elementos en la tartera. El pote contiene la obra más extensa del autor, y es una lectura quizá no para todos los públicos pero que está ubicada, como todo Corbera, en esa vanguardia necesaria para todo arte.

Se puede pillar aquí

Be Sociable, Share!

Etiquetas:

Escribir un comentario