Archivo mayo 2014

TIEMPO DE CANICAS, de Beto Hernández

Artículo publicado en Faro de Vigo, algo retocado para el blog.

Recordando la infancia.

Uno de los autores más relevantes de las últimas décadas retorna con un trabajo sobre la infancia.

Tiempo de canicas

Beto Hernandez es el creador de “Palomar;” un universo coral que ha desgranado numerosísimas historias alrededor de un pueblo estadounidense fronterizo, una obra mayúscula que retrató la vida de cientos de personajes. Sus últimos trabajos se han esforzado en apartarse de ese microcosmos intentando demostrar que para el autor había vida más allá del pueblo Palomar. Pero sinceramente, es una vida menos atractiva, como si Beto estuviese algo perdido. Al menos a veces.
Y mira por dónde, lo último de Hernandez, sin salirse de la premisa de escapar de su propio universo de ficción, ha recuperado mucho del aire y el tono de su micro-macrocosmos fronterizo, pero desde otra perspectiva. “Tiempo de canicas” (La Cúpula) es un trabajo semi autobiográfico, y ante todo un tratado sobre la infancia y las vivencias de la infancia y cómo se aprehenden en esa época. El libro busca una estructura casi ocasional, algo anárquica, un compendio de anécdotas sin apenas ligazón argumental o emocional, pero que como capas de cebolla van acumulando sustancia las unas sobre las otras. Un poco como los niños acumulan experiencia, amontonando cosas, reales o metafóricas, las páginas de “Tiempo de canicas” aglutinan la esencia de una manera de vivir la niñez.
Esto es importante: en los niños de este libro sin adultos salvo en elipsis (a la manera de las tiras de Carlitos y Snoopy) asistimos a esa infancia desapegada de las altas tecnologías de nuestro tiempo de consumo feroz. Ni Wii ni diez canales de dibujos. Los niños se divierten en la calle, sobre todo, y sí, hay un consumo, pero es el de pequeños tesoros, colecciones de cromos, tebeos que se comparten en casa con un hermano o en la calle con amigos.
Beto dibuja además con una elegancia pasmosa, economiza trazos para llegar a esa expresividad que ya es marca característica en su trabajo gráfico. Pocos como él para retratar emociones gestuales, aunque sea con un dibujo que no busca el lucimiento más superficial. De lectura sencilla y muy clara, ligero de forma pero cargado de fondo, elegante en su diseño, este tebeo deja una huella inevitable porque su mayor virtud es hacernos revivir nuestra propia infancia.

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OJO DE HALCÓN: PEQUEÑOS ACIERTOS, Fraction, Aja, Pulido y… otros

Publicado en Faro de Vigo.

El mejor tebeo de superhéroes actual.

Ojo de Halcón es un miembro de Los Vengadores que, bajo las batutas de Matt Fraction y David Aja, vive una vida paralela tragicómica y lumpen.

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Los superhéroes no pasan, en términos de creatividad, su mejor momento. Convertidos en franquicia de pulpa de papel de las grandes superproducciones de Hollywood (y no al revés), pierden fuelle, emoción y magia. Perpetúan los peores tics ensayados desde los ochenta (continuidades irracionales, cruces de colecciones sin ton ni son, dibujos de poses chachis con poco empaque narrativo) y viven del cuento. Del cuento que cuentan las películas de sus respectivas franquicias (Superman, Spiderman, Batman…)
Hay que buscar entonces en las colecciones menos “fashion” para toparnos con algo de creatividad e ilusión. Al menos la poderosa Marvel luce un buen puñado de títulos decentes, moderadamente inventivos. Otros pocos notables. Y uno sobresaliente. Al menos cuando los hados hacen coincidir al guionista Matt Fraction con David Aja, su dibujante de cabecera que a veces, imposiciones de periodicidad mensual, podemos imaginar, es sustituido por otro ilustrador mucho menor que él.
Esto es un hecho y hace que una colección como “Ojo de Halcón” (Panini la edita en España, va por el segundo tomo) sea una serie con flashes cegadores, algunos de los relatos más asombrosos, experimentales y fascinantes del género. La pena es que cuando acabas de leer historias tan asombrosas como “Lo mío es la pizza” (“Pizza is my business”, en el original) Aja ha desaparecido y lo sustituye alguien. ¿Qué más da quién? “Pizza is my business” es una demostración de talento tan grande que solo merece una continuación creada por el mismo equipo. Pero hay que ser revista mensual, no importa la calidad de lo que estamos generando.
Lástima, porque cada tebeo de Aja y Fraction es una joya. El de la pizza, sin ir más lejos, está narrado desde la óptica del perro del héroe. Un perro normal y corriente, nada de Krypto, ojo. Qué ve, cómo razona un cánido, qué entiende del lenguaje humano. Un alarde de planificación al a altura de un Chris Ware, o casi. Y aunque esta es la historia más impactante de esta serie, las restantes firmadas por el dibujante de Valladolid no son mancas: ejercicios de estilo brillantes que nunca pierden el sentido del humor ni las ganas de divertirse y asombrar al lector. Los tebeos Marvel eran así. En 1970 al menos.
Pero ojo, pese a los inevitables altibajos por los cambios de dibujante, el segundo tomo en castellano de “Ojo de Halcón” (titulado “Pequeños aciertos”) incluye un relato ilustrado por Javier Pulido que, alegría, sí está a la altura de Aja. Pulido entiende perfectamente qué tiene entre manos, una comedia de acción con toques de intriga que avanza a golpes de bendita locura. La necesaria para hacer de los superhéroes los personajes chispeantes y alucinantes que eran.
Aunque en “Ojo de Halcón” jamás veremos uniformes-pijama, pocos archivillanos y escasas hipérboles propias del género. A ras de suelo, el héroe defiende a amigos y cercanos de matones y gángsteres de barrio pobre. Y con estos mimbres, ¡zaca!, Matt Fraction y David Aja han hecho historia en el género.

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Graf Barcelona 2014

Da gusto. Hay que decirlo así, da mucho gusto acudir a un evento como Graf, una comunión de creatividad y buena honda, ganas de hacer cosas, apostar por el medio cómic hoy, apostar por el futuro, y pensar sobre todo ello.

graf
El Salón del cómic lo he visitado, claro, por supuesto. Exposición mastodóntica de originales sobre el tema bélico que quita el hipo, y la feria de Sevill… digo del cómic, con cienes y cienes de casetas, ventas, autores firmando, colas para que te firme el autor…
Pero Graf, amigos, es otra cosa. Graf es un caldero con la pócima de Panoramix, un lugar donde se respira joie de Bd, que dirán los galos, que te da un sorbo de magia, la que necesita el cómic. Ya que la tormenta arrecia y la industria se hunde, bebamos de Graf, que nos da energía, demuestra que hay escena, creatividad, calidad y ganas, muchas ganas. Es un momento poderoso, el Graf, de editoriales amigas compartiendo un espacio, de autores paseando con sus lectores (yo fui a comprar mi comida/bocata con Juan Berrio, por ejemplo, una belleza de persona), de saludos, de mucho saludo, abrazo y sonrisas.

Y mesas redondas (yo he estado en la de Whakoom y la de «Superhéroes de autor», con David Aja, Emma Ríos, Marcos Martín y Javier Rodríguez, cosa buena).

Nada, sospecho, sería posible sin una especial sinergia, la que hace que la organización y buena parte de los stands tengan una relación de amistad, respeto y admiración mutua. Nada sin la energía que da el hacer lo que crees que hay que hacer.

Y por supuesto hay que valorar Graf como experiencia. Ojear fanzines que prometen futuros brillantes, comprar las apuestas seguras de una editorial que se especializa en la venta directa on line, cruzarte con un autor en la puerta y darte con él un abrazo rápido, ver los nervios de los jovencísios Bravú, ojear con Max lo nuevo de Fulgencio Pimentel hablando de lo grande que es Jim Woording, hablar con D. Fulgencio de Swans, dejarse recomendar tiendas de discos por Gabirel Corbera o saludar a ese fenómeno que es el señor Repronto y que desprenda tal calidez personal que en medio minuto me ha desarmado y dejado feliz, eso no se paga. Pero había que pagárselo con oro a Borja Crespo e Iñaki Sanz, y al resto de la tripulación Graf (pero con estos dos siento que estoy ante los pulmones del asunto, siempre a tope, siempre con una buena palabra, siempre afables pese a la presión, grandes ahí, haciendo que la máquina respire sin atragantarse)

A veces las redes sociales y los blogs parecen ceniceros repletos de cenizas (y cenizos), así que cosas como Graf son necesarias y pertinentes. A veces la ceniza huele, y lo inunda todo provocando una sensación de pescado vendido y barco hundido. De fin de ciclo. No debemos ser así, yo no soy así. Soy positivo y creo que Graf también. Creo que ambos creemos en los cómics, y así seguimos, dejándonos flipar por todo lo que vale la pena en este mundillo de la historieta. Graf limpia ceniceros, con Graf, huelen a lavanda.

 

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Novedad editorial: La marca amarilla edición de lujo

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Creada por Edgar P. Jacobs en 1953, La marca amarilla es una de sus obras más aplaudidas y recordadas por sus fans. Al igual que otras grandes aventuras de los intrépidos Blake y Mortimer, fue publicada originalmente por entregas en las páginas de la revista “Le Journal de Tintin”, y tres años después, en 1956, fue recopilada en la versión álbum que ya conocíamos. 

Por primera vez en España, y en un formato grande y de lujo, se publica esta obra maestra del cómic franco-belga en su versión original. 

La presente edición integral reúne la totalidad de las planchas originales aparecidas entre el 6 de agosto de 1953 y el 10 de noviembre de 1954, además de un dossier rico en documentos raros e inéditos, que ilustra el trabajo de creación y de investigación gráfica de su autor. [NdP]

La marca amarilla edición de lujo deEdgar P. Jacobs. Norma, mayo.

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Para traducir cómics.

Interesantísima iniciativa sobre un tema del que, intuyo, se ha hablado muy poco.

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Más información aquí

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HECHIZO TOTAL, de Simon Hanselmann

Publicado en Faro de Vigo

Si las telecomedias fuesen algo underground.

“Hechizo total” es un trabajo intelectualmente agresivo que pide a gritos silenciar las risas enlatadas de “Friends”, entrar a robar la casa de “Girls” y codearse con Muchachada Nui.

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Sin embargo el humor chanante de Joaquín Reyes no puede compararse con la “andanada de hostias” que supone la lectura de los episódicos anecdotarios que encierra “Hechizo Total” (Fulgencio Pimentel ediciones), de Simon Hanselmann. Para empezar porque los protagonistas de esta comedia con sabor a pomelo verde son demasiado nihilistas e inadaptados hasta para un Enjuto Mojamuto. Salen de casa, por ejemplo, pero básicamente para drogarse, tirar las horas vacilándose, o acudir a fiestas de lo más aburridas y que revientan a golpes de escatología.
Es curioso que el autor de esta comedia bruta no sea de la quinta del grunge sino mucho más joven. Participa de la misma desidia de Nirvana, de la misma virulencia mental que Cobain, del olor a derrota de aquella generación de jóvenes que hoy tiene cuarenta y tantos. Porque las “aventuras” de esta bruja porrera y sexi, un búho patético y drogotas y un gato que se excita a la que ve ligera de ropa a su hechicera dueña destilan una sensación de vacío existencial peligrosamente cercana a canciones como “Rape me” o, sí, “Smell like teen spirit”.
“Hechizo total” es ese trabucazo de pathos para el siglo XXI con forma de humorada irreverente, pero además es un tebeo magníficamente hecho. Su estilo es sucio y underground de un modo casi subliminal, porque en la superficie el dibujo resulta hasta amable, de relato infantil casi. Los colores (cuando Hanselmann los emplea) son suaves y gentiles, las páginas son ordenadas, cartesianas incluso. Es como envolver con papel de Sugus un concentrado de pimiento de Padrón, para que te lo metas entero en la boca y así te estalle. No es mala manera de describir un cómic que, pese a su radical humor, ha cuajado: segunda edición a punto de salir a la calle.

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THE SANDMAN OBERTURA nº1, de Neil Gaiman y J.H. Williams III

sandman-oberturaEs verdad que una cosa es Before Watchmen, el despropósito en que diversos autores hicieron suyo (bueno, intentaron hacerlo) el universo Watchmen, y otra muy distinta que el creador de Sandman decida «porque me apetece» volver a su personaje en una fecha más o menos señalada (treinta aniversario del nº 1). Si Gaiman quiere volver a su icono, le van a pagar mucho, y además tiene sus ideas para hacer algo, no me parece mal. Gaiman nunca ha sido un autor alternativo, precisamente, y además todo dios tiene derecho a ser claramente comercial . Esta operación lo es, pero la lleva a cabo el autor de la serie.

Ok. ¿Y qué tal? Pues menuda alforja más enorme.

Sandman obertura es algo muy aparatoso «gracias» a un dibujo de J.H. Williams tan espectacular como molesto, que acompaña, no cabe duda, las intenciones de pompa del guionista para este retorno. En algún momento casi recuerda a aquella miniatura gótica que Sam Kieth hizo para el primer número de la serie, pero en plan 3D con asientos motorizados, sala aromatizada y sonido expulsado por los amplis de My Bloody Valentine (a toda hostia, vamos).

Que se note. Que traspase. Que Sandman es mu grannnde, lo más más de lo muy muy.

Sin embargo, ¿qué nos cuenta, sin atender al mareante diseño de páginas y demás alharacas, el primer número de esta serie limitada? Un entrante a una historia del personaje lleno de guiños a la serie troncal. Partes que argumentalmente parecen sacadas de sus primeros arcos (sobre todo de «Casa de muñecas»), y un final que promete nuevos conceptos sobre la naturaleza del protagonista. Está bien, nadie pide que Gaiman invente nada cuando vuelve a «lo suyo», sino que identifiquemos el tono y no se quede en la cáscara y el recuerdo. Y bueno, esto es un arranque, por lo que se entiende tanta deuda pero se agradece el toque novedoso de su final. Eso sí, el desplegable es otro signo de todo lo malo que me temo vamos a tener que aguantar en esta Obertura: elefantiasis, lo llaman.

Otra pregunta es a quién puede gustar esto. No lo veo. A lectores que no conozcan The Sandman, no, desde luego. A viejos fans quizás. Pero si son viejos, ya no tienen la edad adecuada (digamos que más allá de los 21 descubrir The Sandman está ya fuera de lugar). Y hoy han cambiado demasiadas cosas en los cómics en general, ¿cómo puede impactarnos esta grapa con su paginita chachidesplegable al lado de «Fabricar Historias» de Ware? No puede. Al final, se revela otra vez la contradicción.

Este tebeo, en versión mucho más humilde, sería un agradable reencuentro para los lectores de la serie, promete una historia interesante dentro de la saga (insisto, dentro de la saga, no creo que interese un rábano a alguien que no ha crecido leyendo The Sandman) y nos trae como regalo escenas que remiten al viejo sabor. Yo le hubiera dejado los lápices a Jill Thompson o alguien así, manteniendo la simplicidad precisa y una eficacia funcional. En vez de eso tenemos la intención demasiado transparente de tranformarnos como lectores en el ojo flipado de Bowman en  «2001 odisea en el espacio». he visto algo increible Cosa que no, en mi caso, no pasará por cuatro birli birloques.

Bueno, cuando se complete, volveremos a ella.

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COME PRIMA, de Alfred

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«Come Prima» me parece un tebeo muy, muy flojo, aunque una buena decisión editorial como apuesta de carta de presentación. Paradójico. Evidentemente sería mejor, a mi juicio subjetivo, haber comenzado singladura con un tebeo que me hubiera gustado, pero hay que reconocer el gancho de esta novela gráfica en un nuevo lector. Catalina Mejía, responsable del sello de historieta de la editorial Salamandra, ha declarado respecto a las obras de su línea editorial que

«Tienen que ser, en suma, obras y autores que encajen con el público de Salamandra: nos interesa el trasvase de lectores. Que algún día ese lector de Salamandra diga «me apetece leerme este libro de Manuele Fior», y al revés. Es algo que siempre he creído importante: salir del público solamente lector de cómic.» (Entrecomics)

«Come Prima», de Alfred, es la historia, muy a la italiana, de dos hermanos en un viaje iniciático a partir de la defunción de su padre. Dos hermanos distanciados, opuestos, que emprenden un viaje de rencuentro y todo eso. Sabor a sopa de pasta, a algo muy conocido ya. Y el problema es que en vez de partir de algo tópico para llevarlo a un lugar nuevo, o a una mirada personal, intrasferible, se regodea en los lugares comunes, se pasea por la idea del viaje, con sus pasajes descriptivos, sus tensiones, sus momentos de comicidad a partir de secundarios y un final de manual. Todo ilustrado bellamente, pero con poca garra. Páginas sencillas, bonitas, de dibujo agradable y entre el naturalismo y cierta veta expresionista, y de colorido suave, calculadamente atmosférico (lo más conseguido de la obra).

Narración lineal rota por analepsis que al principio apenas se entienden y que poco a poco desentrañan un mensaje muy importante para la historia (otro tópico, y por supuesto dibujadas con otro estilo gráfico), diálogos evidentes y personajes entre tópicos y poco trabajados.

Como una peli de los óscares de esas que se hacen para llevarse óscares, para entendernos.

Pero si digo que es una buena elección es porque evidentemente «Come Prima», premio Fauve D’or en Angulema (que no Oscar, claro), maneja muchos ingredientes que la pueden hacer buena para el target buscado: lectores de literatura de la casa que se acerquen, por curiosidad, a los cómics de la casa. Lectores de Camilleri (las novelas del comisario Montalbano) o de Jonas Jonasson («El abuelo que saltó por la ventana y se largó»). Los matices que la literatura puede otorgar a un relato sencillo o simple no pueden lograrse, quizá en un cómic simple, pero el acabado gráfico da el paquete reluciente al regalo. «Come prima» es una historia tierna, adulta, sencilla, políticamente correcta, de sentimientos, y con un dibujo que entra por los ojos como acaricia una brisa un verano frente al mar. Esto puede, debe gustar a alguien que piensa que el cómic se reduce a los bíceps de Thor o los disfraces de Mortadelo y que suele leer best sellers literarios. Y por tanto me parece un buen movimiento inaugural.

Ahora a encontrar el título Salamandra Graphics que me emocione a mí.

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Novedad editorial: Marvel Gold, el asombroso Spiderman: ¡Si este es mi destino!

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(…) el Spiderman original y definitivo: el creado por Stan Lee y Steve Ditko. Contempla al equipo que creó al Hombre Araña en su momento de mayor esplendor, con las sagas que definen al mejor personaje de ficción jamás creado. [Nd]

MARVEL GOLD. EL ASOMBROSO SPIDERMAN: ¡SI ÉSTE ES MI DESTINO…! de Stan Lee, Steve Ditko y John Romita. Panini, junio.

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Novedad editorial: La Perla

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Laperla y Prior, pareja de dos, toman los lugares comunes de la ficción norteamericana para servirnos –por supuesto en vaso ancho– una modulación del género negro cosechada en algún lugar entre los Hernandez Bros y los hermanos Coen. [NdP]

ROSARIO Y LOS INAGOTABLES, de Artur Laperla y Marcos Prior. La Cúpula, abril.

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