COME PRIMA, de Alfred

come

«Come Prima» me parece un tebeo muy, muy flojo, aunque una buena decisión editorial como apuesta de carta de presentación. Paradójico. Evidentemente sería mejor, a mi juicio subjetivo, haber comenzado singladura con un tebeo que me hubiera gustado, pero hay que reconocer el gancho de esta novela gráfica en un nuevo lector. Catalina Mejía, responsable del sello de historieta de la editorial Salamandra, ha declarado respecto a las obras de su línea editorial que

«Tienen que ser, en suma, obras y autores que encajen con el público de Salamandra: nos interesa el trasvase de lectores. Que algún día ese lector de Salamandra diga «me apetece leerme este libro de Manuele Fior», y al revés. Es algo que siempre he creído importante: salir del público solamente lector de cómic.» (Entrecomics)

«Come Prima», de Alfred, es la historia, muy a la italiana, de dos hermanos en un viaje iniciático a partir de la defunción de su padre. Dos hermanos distanciados, opuestos, que emprenden un viaje de rencuentro y todo eso. Sabor a sopa de pasta, a algo muy conocido ya. Y el problema es que en vez de partir de algo tópico para llevarlo a un lugar nuevo, o a una mirada personal, intrasferible, se regodea en los lugares comunes, se pasea por la idea del viaje, con sus pasajes descriptivos, sus tensiones, sus momentos de comicidad a partir de secundarios y un final de manual. Todo ilustrado bellamente, pero con poca garra. Páginas sencillas, bonitas, de dibujo agradable y entre el naturalismo y cierta veta expresionista, y de colorido suave, calculadamente atmosférico (lo más conseguido de la obra).

Narración lineal rota por analepsis que al principio apenas se entienden y que poco a poco desentrañan un mensaje muy importante para la historia (otro tópico, y por supuesto dibujadas con otro estilo gráfico), diálogos evidentes y personajes entre tópicos y poco trabajados.

Como una peli de los óscares de esas que se hacen para llevarse óscares, para entendernos.

Pero si digo que es una buena elección es porque evidentemente «Come Prima», premio Fauve D’or en Angulema (que no Oscar, claro), maneja muchos ingredientes que la pueden hacer buena para el target buscado: lectores de literatura de la casa que se acerquen, por curiosidad, a los cómics de la casa. Lectores de Camilleri (las novelas del comisario Montalbano) o de Jonas Jonasson («El abuelo que saltó por la ventana y se largó»). Los matices que la literatura puede otorgar a un relato sencillo o simple no pueden lograrse, quizá en un cómic simple, pero el acabado gráfico da el paquete reluciente al regalo. «Come prima» es una historia tierna, adulta, sencilla, políticamente correcta, de sentimientos, y con un dibujo que entra por los ojos como acaricia una brisa un verano frente al mar. Esto puede, debe gustar a alguien que piensa que el cómic se reduce a los bíceps de Thor o los disfraces de Mortadelo y que suele leer best sellers literarios. Y por tanto me parece un buen movimiento inaugural.

Ahora a encontrar el título Salamandra Graphics que me emocione a mí.

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