Futuro

«Solo hace falta pasearte por cualquier librería para descubrir que el lector de historietas ha dejado de ser el bicho raro para pasar a ser el bicho interesado: un público literario con ganas de nuevas experiencias y de oír historias contadas de una manera nueva»
(Diego Moreno, editor de Nórdica)

La cita la tomo de un artículo de El Periódico titulado «La moda del cómic», donde se analiza el fenómeno de las editoriales literarias (Salamandra, Impedimenta, Principal de los Libros y Nórdica, entre otras) que están comenzando a interesarse, de un modo no puntual, en la edición de cómics. Versión, ah, novela gráfica. Entendida, oh, como aquellos cómics que «Tienen contenidos más literarios que pueden enganchar también al no lector de cómic tradicional. En los últimos años se ha ampliado el espectro de lectores» (Catalina Méjia, responsable de la venidera línea de cómic de Salamandra, en el mismo artículo).
Mientras algunas voces opinan que algunos se inflan en un ciego exceso de optimismo, otros con la prudencia lógica de saber perfectamente el momento que vivimos (de crisis cultural feroz, de crisis económica fiera) creemos que las cosas se van moviendo por un camino bueno, lento, quizás incierto porque la bola no nos devuelve una imagen del mañana (¡quién la tuviera!), pero no equivocado. Noticias como esta que aquí destaco y enlazo, el interés de esas editoriales literarias por el cómic, son buenas. Porque además no atacan a modelos o «targets» diferentes (ojalá crezcan todos) sino que simplemente insisten en un fenómeno que ya se está dando por otro lado. Me refiero, claro, a la apertura de «espectro lector» (ya hay, desde el sector cómic, quienes lo intentan, por supuesto, pero que desde «fuera» se entre y se haga por esta vía debe significar algo).

Quizá llega el momento de querer un lector nuevo (no una sustitución, insisto, esto suma, no resta, y hay que insistir en la captación de todo tipo de lectores, cada cual desde su «nicho de mercado»), ese que de hecho ya se está consiguiendo, el que se interesa por cierto tipo de tebeos sin poseer vínculos culturales o intelectuales con «el mundillo» (esto es, que ni frecuenta blogs como este, ni lee revistas como Zona cómic -hace mal-, pero sí compra El País o el ABC o su diario local y ojea sus páginas de Cultura; un lector nuevo que ni ha leído cómics de joven ni le guarda especial cariño a sus lecturas de infancia, pero que encuentra en la novela gráfica argumentos de interés).

La sensibilidad de varias editoriales centradas hasta hoy en literatura (sensibilidad también mercadotécnica, claro: se juega a sacar rentabilidad de las aventuras) puede ser una pista objetiva del futuro. Uno más sólido que el presente porque se vuelve más plural, y por tanto más visible. O igual derrapan todas estas iniciativas y en dos años cierran todos sus departamentos de historieta. Ojalá no.

escanear0002

Hicksville, de Dylan Horrocks.

Be Sociable, Share!

2 Comentarios Dejar comentario

  1. Tormentoso (que no Trollmentoso) #

    Querido amigo, le recuerdo que las editoriales literarias hace tiempo que publican cómics. Ahí tiene a Random House Mondadori (ahora Penguin Random House), al Grupo Planeta o al mismo Grupo Zeta, que posee tanto El Periódico como Ediciones B y que sigue a pico y pala con Mortadelo, no con novelas gráficas. La gran industria literaria, la que verdaderamente da una idea del libro como bien de consumo, apuesta por lo que apuesta y en la medida en la que apuesta. Lo que han llegado ahora son pequeños sellos dentro de editoriales independientes de pequeño o mediano tamaño que han visto un nicho de mercado en imitar a Astiberri, Dibbuks, La Cúpula o Sins entido. Nordica, Impedimenta o Salamandra son editoriales maravillosas, acostumbradas a trabajar con pequeñas tiradas, gastos reducidos y una cartera de autores interesante aunque minoritaria (salvo cuando dan el pelotazo con obras como Harry Potter, gracias a su buen ojo profesional). ¿Va la novela gráfica viento en popa por esto? Bueno, es como si me dice usted que el cine va viento en popa gracias a películas como Stockholm. Excelente película, sin duda. Pero incapaz (ella, y las que son como ella) de soportar una industria. Así que no confunda el tocino con la velocidad: una cosa es que lleguen nuevas editoriales, otra que algunas novelas gráficas sean buenas y/o vendan y otra muy distinta que el modelo que su lobby impulsa se sustente. Por no hablar de la consecución de ese Nuevo Lector™, que haberlo haylo, seguramente, pero cuya cuantía asumen ustedes que es grande y enorme sin justificarlo.

    Respecto al artículo, decir que refleja una muy buena maniobra de marketing, impulsada por editoriales que precisamente destacan por promover una imagen de marca que apela en parte a un público consciente de ser selecto y cultivado, y agradecido cuando le recuerdas que lo es o lo parece (ese al que le dices «literario» y se le hace el culo pepsicola). Nada objetable. Nada teorizable, tampoco. Son pequeños empresarios vendiendo las bondados de su producto, no teóricos conferenciando al respecto. A veces me pregunto, de hecho, hasta qué punto se puede ser lo uno y lo otro (teórico y parte económicamente interesada) y mantener la respetabilidad. No deja de ser falsario poner bien en la faceta de crítico aquello de lo que uno vive, poner verde a la competencia y cultivar relaciones de interés de cara a obras propias. Un pequeño ecosistema –no diga lobby– en el que «lo que mola» acaba siendo «lo que hacemos mis amigos y yo» porque somos nosotros mismos quienes lo decimos.

    Pero me voy por las ramas: que lleguen nuevos actores al panorama editorial español siempre es positivo, no se lo voy a negar. Pero creo que estos pequeños sellos se canibalizarán entre ellos y canibalizarán también a las editoriales de cómic en cuyo modelo se están inspirando. Fíjese, por ejemplo, en que lo de Salamandra ha sido desvestir a un santo para vestir a otro. Sigo perplejo, por cierto, ante el poco interés que parecen tener ustedes por saber (o divulgar) cómo Sins Entido ha podido llegar a esa misteriosa situación de la que todos cuchichean y que nadie concreta. Sins Entido, una editorial que a primera vista no ha asumido riesgos editoriales tan grandes como la EDT de Joan Navarro, una que debería estar nadando en billetes gracias a las novelas gráficas compradas por ese tropel de Nuevos Lectores™, y que sin embargo fíjese. En fin, que usted, como siempre, lo ve todo de color de rosa. Yo creo que estas editoriales van a despellejarse unas a otras. La propia Mejía, en una entrevista en La hora del bocadillo, ya se asombraba por tener que pujar por determinadas obras. Je.

  2. Soleado #

    Qué rabia da no enterarse de lo que pasa, ¿eh? ay, los cuchicheos del lobby, que no se entera uno. Uy, y Salamandra es tan pequeña que tiene distribuidora propia. A lo mejor fue cosa de magia.

Escribir un comentario