PANORAMA INFERNAL, de Hideshi Hino

Artículo escrito para Faro de Vigo.

Hideshi Hino es uno de los nombres más reseñables del manga de terror, o ero guro, donde se mezcla lo sórdido, lo erótico (o pornográfico) y lo visceral.
Panorama Infernal 3D“Panorama Infernal” es uno de eso trabajos que podríamos llamar canónicos, o en todo caso uno de los más claros ejemplo para ilustrarse si se tiene curiosidad por el terror japonés. El cine del género venido de Asia ha calado hondo hace ya muchos años, y fue saludado como una aproximación desde una cultura radicalmente distinta, a uno de los géneros que más gustan en occidente. La ausencia de patrones cristianos (moral, culpa, justicia…) convierten a los creadores nipones en verdaderos maestros a la hora de turbarnos con su imaginería e ideas.
Por supuesto que el manga no es ajeno a este género. En un país donde el cómic es masivo como puede serlo el cine o las teleseries en España, donde todos los temas y asunto son tocados en viñetas, está claro que el terror tenía que ser una veta llena de sustancia. En este punto destaca el radicalismo del ero guro, que mezcla atrocidades sexuales, criminales y gore con una alegría que nos atomiza la cabeza al leerlo. Sin embargo posiblemente “Panorama infernal” juegue en otra liga.
Bueno, que nadie piense que este cómic de Hideshi Hino (editado por La Cúpula) es una lectura suave. Hablamos de terror y de historias de lo atroz. Pero se aleja del esperpento sexual gore a favor de una trama cargada de símbolos, que parece una purga personal, una lucha contra los fantasmas que atormentan al autor (su pasado, su familia, la historia contemporánea de Japón con especial incidencia, cómo no, en las bombas atómicas). Un viaje desde un cuento macabro (un pintor, en primera persona, nos relata en un principio cómo pinta paisajes del Infierno usando como pigmentos su sangre y sus vómitos) a la auto confesión autoral cuando el artista infernal trasciende la descripción de imposibles espacios macabros (campos de animales mutilados y empalados, decapitación en cadena de niños… salvajadas de un infierno brutal) y empieza a centrarse en su familia. Sería una familia freak si no se tiñese de sadismo, violencia, amagos (insinuados, ¿perpetrados?) de violaciones, crímenes y locura. A partir de entonces “Panorama Infernal” viaja a Hiroshima, describe un parto en primera persona que ya no no parece el de un pintor de cuento (macabro) sino el del propio autor, y termina todo en un delirio de locura y muerte que entumece los sentidos.
Japan Horror StoryAjuste de cuentas, expurgación impenitente de demonios internos, lo halagüeño de esta lectura es pensar que tras la obra Hino se reencuentra con su pasado y su vida. Porque si no es así, el caballero mete miedo por concebir estas cosas. Y como lectura, realmente hay en Hino una enorme capacidad de desasosegarnos. Su dibujo es oscurísimo, con una capacidad para retratar espacios húmedos (de sangre, sudor, nieve, pintura hemoglobínica) que perturba como pocas visiones. Quizá lo hace porque su obra nunca abandona cierto toque naif. En Hideshi Hino los rostros de los personajes destilan cierto candor, su línea suave evoca la inocencia (una que está definitivamente perdida dentro de esta páginas), los diálogos son directos como protestas de un niño. Y destacan su capacidad para retratar a los infantes y una sensación como lectores de que Hino es capaz de hacer reverberar en el adulto que le lea, ese terror de chiquillo, inexplicable y más grande que la vida aunque provenga de una rendija de luz que se cuela por debajo de una puerta.

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