Palabra de Crumb, te adoramos, señor.

Vale, las preguntas de Santiago Segura (que no obstante tiene ese carisma suyo, de simpatía natural, que mola) son voluntariosamente populares y caen en lo genérico, lo que me deja con ganas de que la cosa se hubiera alargado y pudieran haber entrado más cuestiones (sospecho que el actor y director de cine las tiene).

Y desde luego el público ha sido el mejor garante para conseguir que Robert Crumb no pise España nunca más en lo que le queda de vida.

Pero ver (gestos, miradas, muecas, sonrisas…) y escuchar a Crumb es más de lo que, pobres mortales, nos merecemos. Y él está, claro, espléndido, y es capaz de convertir la pregunta menos motivadora en una percha para ofrecer datos e ideas interesantes. También en el sin dios final está fabuloso, por cierto.

Puede verse la entrevista a Crumb en Bilabo (con traducción) AQUÍ.

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