EL SIGLO DE LAS LUCES 1: LA CONDESA EPÓNIMA, de Joann Sfar

Publicado en Faro de Vigo el 24 de Agosto del presente por la gracia de…

La esclavitud y el deseo según Joann Sfar.

Sfar, prolífico autor de cómic y director cinematográfico, vuelve a sorprender abordando, desde su estilo libre y de apariencia ligera, el tema de la esclavitud.

 

Joann Sfar (Niza, 1971) es licenciado en filosofía (carrera en la que cursaría un doctorado) y completa su formación en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París. Confiesa haber sido especialmente sensible a las clases de morfología que le imparte el pintor Jean-François Debord. Sin embargo su estilo vuela libre y veloz sobre el papel. Hay dibujantes profesionales (ni que decir tiene, también aficionados sin conocimientos reales del oficio) que han llegado a dudar de la calidad del dibujo de Sfar, sin embargo ahí tenemos al prolífico autor, publicando año tras año de un modo febril, liberando de corsés academicistas su dibujo, llevando las teorías del color menos encorsetadas a sus viñetas.

La última obra publicada en España de Sfar es el volumen primero de una nueva serie. Esto es ya normal: el de Niza es una febril máquina de crear historias, no es extraño que cada pocos meses ponga en la calle una serie nueva mientras mantiene abiertas muchas otras. “La Mazmorra”, “Klezmer”, “Chagall en Rusia”, “El gato del Rabino”, “Pequeño Vampiro”… tiene títulos para llenar este artículo, y muchos abiertos y sin intención de ser cerrados nunca: es la historieta como río, caudaloso manantial de ideas y sorpresas, antes que la planificada obra cerrada de un demiurgo. “El siglo de las luces” es esta nueva obra, esta melodía nueva en la sinfonía coherente que es el corpus creativo de Sfar. El primer tomo se bautiza “La condesa Epónima”. Inciso, qué títulos tan magníficos elige este autor: “La condesa Epónima” “El Minúsculo mosquetero”, “Sócrates el semi-perro”…

Y como siempre, este tomo tiene tanto de retrogusto como de rotunda novedad dentro de los márgenes y argumentarios del autor. Igual que un buen vino, todos sabemos lo que es y a qué nos va a recordar el nuevo caldo, pero una bodega virgen será una nueva experiencia. Del mismo modo en “La condesa Epónima” tenemos todo lo que Sfar es, y también mucho de reinvención. Tenemos ese dibujo libre, de expresividad inagotable (e inalcanzable… pocos transmiten el brillo del deseo, el suspiro del ocioso, el llanto del desamor o la ira rotunda como el pincel de Sfar). Tenemos el color cuidado, licuoso y vivaz. Tenemos personajes femeninos poderosos y animales que hablan (como sucedió ya en “El gato del rabino”, por ejemplo), y diálogos brillantísimos.

la deliciosa Condesa. La Luz del deseo

Pero como al abrir esa botella nueva en tu bodega, Sfar siempre trae nuevos retrogustos, aromas inéditos y asombrosos. En este caso ya es importante el argumento de la obra: la esclavitud en el siglo XVIII, el choque entre el nuevo humanismo filosófico y una realidad que comercia con género humano. Y mientras un empresario esclavista pero contagiado por los escritos de Rousseau se plantea un “esclavismo humanista” (hilarante contrasentido) su condesa esposa, la bella Epónima, manifiesta al papel en blanco, a su perrita Fragonarda o a su italiano, cateto pero viril y fogoso cocinero, sus deseos sexuales, su libido insatisfecha por un lecho conyugal inane.

Como en el director de cine Fellini, lo importante es el tono. Lo que en otras manos sería obscenidad (disertaciones sobre el coito anal incluidas) en Sfar son deliciosas reflexiones, apuntes “naive” sobre la belleza del deseo.

Y al tiempo trata lo realmente execrable (el mercado de esclavos africano) con una ligereza irónica que juega con el lector. Al mínimo despiste, éste podría escandalizarse antes por las ensoñaciones de placer de la esposa (en el fondo, sentimiento humano y natural) que por el negocio execrable del marido. Ahí, en ese sutil desafío a la moral del lector, está la grandeza de este tebeo nada inocente.

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  • Octavio Beares - esta vez sí: quedé contento con este (enésimo) texto sobre Sfar. Volver a él y no repetirme, buf, difícil. ¿logrado?…
  • Gerardo V. - esta vez sí: quedé contento con este (enésimo) texto sobre Sfar. Volver a él y no repetirme, buf, difícil. ¿logrado?…
  • TEBEOBIEN - esta vez sí: quedé contento con este (enésimo) texto sobre Sfar. Volver a él y no repetirme, buf, difícil. ¿logrado?…
  • jm - esta vez sí: quedé contento con este (enésimo) texto sobre Sfar. Volver a él y no repetirme, buf, difícil. ¿logrado?…

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