Perder un imperdible o reengancharnos a lo «irreenganchable»

Estoy aquí y ahora ojeando las novedades novedosísimas de Marvel para con los Cuatro Fantásticos. Uno siente debilidad por la Primera Familia marvelita y a veces, bueno, curiosea. Y la curiosidad es máxima cuando la colección se bifurca (‘Fantastic Four’ y ‘FF’), la de las iniciales la dibuja el mismísimo Michael Allred (autor de lo mejor de Marvel en los últimos veinte años, ahí es nada, o del interesante Madman que debería revisar algún día) y ambas las guioniza el competente Matt Fraction.

¿Argumento? Si me entero bien, el supergrupo se lanza a un viaje espacio-temporal y deja a un cuarteto sustituto en la Tierra. Este cuarteto «B» son los que ilustrará Allred y sin duda lo que realmente me apetece, pero si ambas series tienen conexión argumental en cierto grado, por así decirlo, y estando al frente de sus argumentos un guionista que he descubierto en Iron Man como profesional y hasta disfrutable (lo que hoy por hoy en género superheroico no suele ocurrir demasiado, y sigo hablando de me myshelf and I, sé que hay muchos lectores capaces de disfrutar de todo el reboot DC y del precueleo de Watchmen, me alegro por ellos)… bueno, me lo planteo. Para cuando toque en su edición Panini mensual.

Porque me hace gracia el formato serial, la grapa… si se sabe usar, claro… después de todo, The Sandman, Animal Man (el de Morrison), los Xmen de Byrne y Claremont, y mucho Spiderman o La Cosa del Pantano de Moore los disfruté así, en primera instancia. Píldoras de 24 páginas mensuales, un concepto diferente al batiburrillo-revista o a la densidad del álbum (por no hablar de esas novelas gráficas del demonio).

El problema es si Marvel está pensando en mí cuando lanza con numeración 01 estas dos colecciones, o si yo me enteraré de un pito al comprarlas. Soy un viejo de la escuela Byrne (y antes, de Wolfman, y antes, de Lee/Kirby, por supuesto… fui niño tardofranquista, vamos). Después de aquello toqué a los 4F con Simonson -fabuloso-, ojeé y aguanté poco lo de Marín y Pacheco, disfruté el arranque de Waid y Wieringo (y su invento genial, reconócelo, poner a los de Mr Fantastic a luchar contra una fórmula matemática antropomórfica), el descafeinado de Millar y Hytch (se divirtieron ellos haciéndolo más que nosotros leyéndolo, temo) y hasta toqué algo de eso de «Una muerte en la familia», y me gustó «tanto» que ni sé quién murió… vamos, que no leí demasiado de esta etapa final (si lo es, que desconozco si su equipo creativo es el penúltimo).

En fin: en el sacrosanto templo de las continuidades más absurdas, ¿entenderé algo?¿cuántos hijos tienen Sue y Reed ya, dos o ya son más, o menos -glup, lo dudo-?¿Quién ha muerto¿ ha resucitado, influye esa resurrección?¿Porqué estos uniformes tan dabuti en plata?¿qué pasó con Dr Muerte, que creo que montó un pollo tremendo con Thor y a base de crossovers así de gordos? ¿Ha fotografiado por fin Peter Parker a Sue Storm desnuda y sigue cañón como en 1962?

Y sobre todo si a servidor le interesa ver qué pueden hacer unos autores en un tebeo serial (y le importa bastante poco que una chica con pelo rosa profane el cuerpo rocoso de Ben Grimm, como sí parece ha escandalizado a cierta fracción del fandom), ¿para qué los4 F? Si no hay buenas historias que demuestren mes a mes que el producto no está agotado, como demostraban en los ochenta Simonson con Thor o Miller con Daredevil, ¿para qué seguir reiniciando numeraciones? Pues a ver qué inventa el guionista, a ver. Ya se ve, soy hombre de fe, confío en que al menos lo resultante pueda ser entretenido. No pido más. Con todo ‘FF’ NO son los cuatro de siempre y puede haber sorpresa. Mientras, supongo que los auténticos ‘imaginautas’ lucharán con razas extraterrestres y hasta se cruzarán con Anihilus, con quien (el roce hace el cariño) podrían jugar al Cluedo y despedirse amigablemente. Sería curioso de leer…

El ejemplo sirve para la moraleja: si unos personajes han vivido tanto, ¿tiene sentido darles continuidad, volver a hacer un nº 1, empezar «de nuevo» con lo de siempre? Si «todo cambia y nada será igual», entonces repito la duda. Si nada es lo que fue, mejor hacer otra cosa. Además, con suerte, la propiedad y derechos pertenecerían a los autores. El problema está en inercias (yo mismo caeré en ellas, ojo, no señalo a nadie) que nos hacen encariñarnos emotivamente con algo que murió creativamente hace años. Niño, entierra de una vez al gorrión, que ya huele toda la casa. Pero el gorrión sigue en el cajón del pupitre, y no lo enterramos, y la compañía «Gorriones SA» sigue dándonos gorrión pestilente, que algo sacará, al menos si de ese gorrión luego obtiene una peli «Gorrión 3D».

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  • Octavio Beares - Hoy amanecí serio (post anterior) y almuerzo gravísimo:Perder un imperdible o reengancharnos a lo http://t.co/Mv6gvynN y dejo de postear :D

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