Fallece Tino Regueira

28 junio, 2012 in Noticias

la Guía Visual de Bruguera, uno de los trabajos más conocidos de Regueira

No es nadie que suene en los foros. No es un famoso blogger mediático. No es reconocido por ser un famoso gestor de correos en añejos tebeos ni por dirigir editoriales, aunque Tino Regueira (a veces firmó Reguera) sí que fue un hombre muy vinculado a la historieta, y reconocido como divulgador, crítico y fundador de revistas especializadas. De una, Krazy Cómics.
Y yo , que tengo una vinculación sentimental a esa cabecera, no puedo menos que dedicarle unas líneas ya que se ha comunicado su fallecimiento el día de ayer. Cuando, desde esta atalaya del do it yourshelf que son los blogs, me acuerdo de Krazy, evoco una época en que hacer crítica e información de cómics pasaba por filtros como el verdadero conocimiento del medio, las fuentes de información en un tiempo sin red de redes, puede que la revisión de pares (o al menos el esar a la altura de tus compañeros de cabecera) y el rigor, que no se riñe con la juventud… porque uno ve hoy a aquel staff y sí, eran jóvenes, mucho. Pero sabios en cierto sentido.
Para mí hubo en esa revista una lección importantísima más allá de la calidad de sus textos, que no era poca: Regueira (y Joan Navarro, y todas las plumas que hicieron posible el Krazy) entendieron que el cómic no es ningún cuadrilátero en el que enfrentar a opuestos que juegan al mismo deporte, ni un lugar donde discutir qué género, tipo, formato o nacionalidad es la buena (en un tiempo que tenía aún muy caliente el debate línea clara vs. línea chunga, o el desprecio europeista por los superhéroes…) sino un arte en donde hay de todo.
Krazy, y por tanto Regueira como cofundador, nos enseñó a sus pocos lectores que hay buen cómic (y malo también) en cualquier estilo, latitud y época, y lo hizo con textos bien templados, documentados, a veces, leidos hoy, ingenuos pero nunca necios.
Personalmente me forjé como lector de cómic gracias al Krazy. Gracias, en parte, a Regueiro.Fue una época clave, con 19 primaveras estaba en la horquilla del que «quiere dejar los superhéroes porque son para niños» y tantea otros cómics abandonando sus viejas lecturas de raíz y sin compasión. Regueira (y cia.) me hizo entender que abrazar la línea adulta europea no equivale a olvidar lo bueno que hay en Marvel. Y que el underground era necesario, y que el manga existe, y los clásicos, y unos hermanos estadounidenses de apellido hispano, y que nos perdíamos muchos tebeos que nunca llegaban a España, y que edirar es ser respetuoso con la obra editada, etcétera. Lo hizo entre el 89 y el 91 (más un extra en 1993), y se lo agradezco hasta nuestros días.

Una pena, una pérdida discreta de alguien que tuvo lectores discretos, pero que no olvidan.

Tino Regueira (y amigos) encuadernado.

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