La RAE admite en su diccionario «Manga», lo define, y se arma la gorda.

Lo que en principio parecía un logro y un paso más en el camino de la normalización, ha constituido toda una polvareda en el mundo del cómic (y sobre todo en el del manga).
La RAE, en una penúltima ola de nuevas palabras a agregar al diccionario, contempla «manga». Pues bien, pues vale, de acuerdo, qué menos… normal.
Todo quedaría en eso si no fuese por la definición que se aporta:

manga3.
(Del jap. manga).
1. m. Género de cómic de origen japonés, de dibujos sencillos, en el que predominan los argumentos eróticos, violentos y fantásticos.
2. adj. Perteneciente o relativo al manga. Videos, estética manga.

Un indocumentado y prejuicioso absurdo, más aún si pensamos que en su país, Japón, el cómic/manga no es el medio ninguneado y marginal (ya no culturalmente, sino como industria del ocio) que es en España… o dicho en plata, el manga en Japón tiene más éxtito, produce más trabajo y beneficio económico que los toros en España,. Y que, extendido como está hasta niveles que ni se pueden imaginar en este viejo continente, hay mangas para todos los gustos, tonos, temáticas, géneros, público… por Dios, si hasta los hay sobre pasteleros y futbolistas…

Mientras, en la piel de bóvido, también hay voces, claro, que defienden la necesidad de cambiar tamaña definición, y ya están aportando ideas. La organización del salón del cómic barcelonés, Ficomic, así como varios expertos, han tomado cartas en el asunto.

Yo me apunto a la definición que en su día elaboraron Marc Berbabé y Toni Guiral: “Cómic realizado en Japón con métodos editoriales japoneses y dirigido, en su origen, al público japonés”. Neutro, no valorativo, y bastante exacto. Y por cierto, un género es el bélico, la comedia.. y con un manga puede contarse una historia cómica, una bélica… hasta una dramática, de verdad… el manga NO es un género, como no lo es el cómic.. pero esta sería en todo caso otra batalla.

Jiro Taniguchi: erotismo, fantasía y violencia con dibujos sencillos.

Con todo, 1º, no le daría demasiada importancia al asunto. Desearía que la RAE modificase su entrada, a la luz de lo que los expertos ya le están comentando en blogs o comunicados o directamente. Y 2º; la comunidad ya ha reaccionado, pues ya está, el tema no dá para más… está en manos del órgano que limpia y da esplendor el que un manga en España, según su definición, no sea un despropósito.

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2 Comentarios Dejar comentario

  1. Int #

    Una definición no muy acertada (y no poco afortunada) que, además, obvia un detalle tangencial: que, en Japón, el término manga sirve tanto para englobar a la producción nacional como a lo que llega del extranjero. Es su palabra para denominar lo que los americanos el cómic, nosotros el tebeo o los italianos el fumetto.

    Pero, más allá de rasgarse las vestiduras, esta definición de la RAE nos lleva a no pocas reflexiones: por un lado, no deja de reflejar una (triste) realidad que creíamos ya superada: que, a pesar que nuestro mercado ha englobado desde salvajes fantasías medievales como «Berserk» hasta deliciosas miniaturas domésticas como «El dulce hogar de Chi», aún hoy, y para una gran parte de la opinión, aquella que no le interesa el medio, manga se refiere a lo expuesto por la RAE. En cierto modo, es posible que lo que halla hecho es reflejar la idea del manga del ciudadano español medio (y que elimina, de un plumazo, la supuesta vocación informativa y pedagógica de esta institución).

    Y, por otro lado, si quizás no estamos recogiendo lo que hemos sembrado: exceptuando títulos como «Heidi», «Candy Candy» o «Serlock Holmes» que, cuando fueron emitidos en las televisiones públicas, no se vendieron como productos diferentes, sino como una oferta más de animación, lo que podemos considerar el desembarco del manga y el anime en nuestro país, con consciencia de serlo -creando sellos editoriales o de distribución que se autodenominaban manga-, se hizo a través de productos como «Los caballeros del zodiaco», «Dragon Ball», «Akira», «El puño de la estrella del norte» o «Urotsukidöji. La leyenda del señor del mal». Todos ellos, independientemente de su calidad, títulos de alto contenido violento y/o erótico. Hoy en día ha quedado demostrado que este no es más que un pequeña muestra de un espectro más variado y complejo, pero quizás esa primera impresión es la que ha quedado.

    • Octavio B. #

      de acuerdo, sí, aunque yo creo que, sea lo que sea en Japón (que es lo que tú dices, es cómic, de donde venga, es su vocablo) si queremos traspalantarlo al idioma y al diccionario, será buscándole su lógica para nuestro entorno, y la definición de Bernabé y Guiral me parece perfecta. Aunque es verdad que todo es matizable (hay ‘manga ibérico’, lo sé) pero hablamos de una definición breve de diccio, y en este sentido, me gusta.
      para matices, tesis y enciclopedias, pero de definir, pule, RAE, y sé justo con lo que estás definiendo para que sea útil a nuestro idioma.

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