Archivo septiembre 2011

Falleció Sergio Bonelli

realmente he leido muy poco de los productos Bonelli, así que menos aún podré aportar, y la noticia ya tiene días (lo que la convierte en la red en desfasada) perro conste que nos hacemos eco, y que reconocemos en su figura una de las más importantes de laindustria historietística europea (y posiblemente la más, en Italia)

'ZAGOR', 'TEX', 'DYLAN DOG'... el "Bonelliverso"

 

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Malos tiempos para la lírica, se cancela el X salón de Zaragoza

Creo que acudí al 1º, cuando vivía en esa buena tierra.

Aunque aún cabe actuar:

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Carta aberta de protesta polos recortes no eido da BD galega

Puedes firmar tú también.
Carta aberta de protesta polos recortes no eido da BD galega

 

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Un aviso formal

Librería (y más) especializada de Vigocity

Hace años, cuando los compromisos comiqueros y mi frenesí bloguero (tres, damas y caballleros, hago tres blogs que espero algún día sean dos nada más, pero tres es el nº) no eran una locura, colaboré con los amiguetes de Mazingervigo actualizando su zona de cómic (porque Mazinger es más, es mucho rol, es juegos de tablero…).
Como apaño y porque uno no puede estar a mil cosas por amor al arte, les he dejado «sablear» literalmente y sin rubor las «Novedades» que para este blog selecciono mes a mes.
Si, en fin, alguien encuentra sospechosos parecidos (aparte, mi firma y enlace a esta casa son transparentes en la web de Mazinger), bueno, que sepa que es consentido. Que no es parecido, sino un préstamo acordado. «Sí, sí, sí, que tu eres mi consentida y que lo sepa todo el mundo» que cantaba aquel…

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Nueva editorial que parte de un éxito

Es la noticia del día, sin duda. Caramba!, que nació fanzine agotando su tirada más rápido que lo que tardo yo en agotarme haciendo footing, es ya Editorial Caramba,

y su catálogo promete maravillas, como un Fontdevila que siempre es apuesta segura, o, por supuesto, la revelación de la temporada, Let’s Pacheco!.

Tienen web fresquita, AQUÍ

 

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Obituario de Septiembre

Más por despecho que por información (la red es inmediatez, esto, ya no es noticia), dado que Septiembre ha sido un mes relajado para la cuestión de noticias y actualidad en «Serie de Viñetas», quiero censar los fallecimientos más significativos de las últimas semanas en lo que a autores de historieta se refiere (que son los dos que, que yo sepa, se han producido, y ya vale para un mes inconcluso, gris para el mundo del cómic):

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MI ORGANISMO EN OBRAS, de Fermín Solís

Artículo publicado en Faro de Vigo el 2 de Septiembre.

Contándonos cómo pasó.

Mi organismo en obras” es el último trabajo de Fermín Solís (realmente, penúltimo ya, pues el autor ha iniciado por venta directa la distribución de otra novela gráfica, sobre Francisco de Orellana y el descubrimiento del Amazonas). Lo edita La Cúpula y supone el reencuentro del dibujante con su alter ego Martín Mostaza. A través de este personaje el autor recupera de su propia memoria y experiencia vital esa época delicada que es el paso de la infancia a la edad semi adulta, y que generalmente convenimos en llamar adolescencia. La de Fermín/Martín se sitúa en los ochenta y queda inevitablemente impregnada de un fuertísimo sabor generacional: por las páginas de “Mi organismo en obras” desfilan recuerdos colectivos como el juego de tablero “El Imperio Cobra”, el Calcio 20, los cómics de Lucky Luke, la revista Micromanía o la educación ultrarreligiosa que aún, en la primera democracia, estaba fuertemente implantada en España.

El tono es ligero y encantador, pero el fondo resulta profundo y agridulce, ya que escarba en los signos casi dolorosos que nos llevan del niño al hombre a través de la asunción de un paquete de inseguridades casi patológicas (¿no lo son siempre en la adolescencia?) y las maneras diversas, contradictorias, para enfrentarlas y superarlas. El capítulo final enfrenta finalmente a Mostaza con sus propios recuerdos en un colofón tan sensible como certero, de moralejas implícitas pero sin subrayados, y cierra una obra madura y deliciosa.

Fermín Solís, aunque ya podemos hablar de autor con marcada personalidad propia, sigue no obstante bebiendo de referencias como la escuela Bruguera, la sofisticación de los dibujos animados de los estudios UPA (los de “Mr. Magoo”) y la escuela francesa más actual (de Dupuy y Beberían a Blutch, a cuyo magnífico “El pequeño Christian” este “organismo” recuerda no pocas veces). El dibujo es expresivo y vivaz; su diseño de página resulta elegante, funcional pero también repleto de recursos expresivos que asumimos con toda naturalidad, como si las cosas hubiera que contarlas precisamente así, haciendo fácil lo difícil; y el color abunda en un acabado delicioso a la vista.

Obra exquisita, recomendable como lectura para quien recuerde los ochenta con cierta añoranza por un tiempo propio

 

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Carta abierta a las istituciones públicas gallegas

La AGPI (Asociación Galega de Profesionais da Ilustración) ha redactado la siguiente carta ante los recortes en inversión cultural del actual gobierno gallego, que suprime ayudas diversas al mundo del cómic gallego.

La carta está en galego, pero creo que es perfectamente legible (el gallego escrito no ofrece a priori excesivas diferencias con un castellano) y prefiero trasladarla literalmente a este blog:

 

Estimados responsables dos departamentos de Cultura das diferentes administracións públicas de Galicia:

A Asociación Galega de Profesionais da Ilustración quere denunciar publicamente a situación de esquecemento (NDT: olvido) e desatención que está a sufrir o medio gráfico, especialmente as especialidades que competen á nosa asociación profesional, a ilustración e a banda deseñada, por parte das administracións públicas.

Coñecemos perfectamente o difícil momento da economía actual e sabemos dos argumentos a favor dos recortes orzamentarios, mais non por iso podemos deixar de lamentar profundamente que sexa á cultura a quen primeiro e con maior despreocupación se lle apliquen ditos recortes.

Preocúpanos a paulatina desaparición dos xa de partida escasos apoios específicos á ilustración e a BD nestes últimos tempos. En 2010 anunciouse publicamente por parte da Xunta de Galicia un orzamento de 600.000 euros destinado á banda deseñada a través de diversos medios: axudas directas a editoriais, compras a librarías, fornecemento do fondo das bibliotecas, actividades de fomento da lectura, axudas á creación, etc. Polo que sabemos, nunca se chegou a investir esa cantidade de diñeiro, xa que a maior parte deses plans non se levaron a cabo. Un dos investimentos que si nos consta que se fixo nese momento foi o das bolsas á creación de BD, pero naceron con graves deficiencias nas súas bases, polo que en 2011 ían transformarse nuns premios de novela gráfica profesional que corrixiría eses defectos. Non obstante, esta nova convocatoria non chegou a cristalizar, e quedou orfo este espazo que noutras comunidades autónomas si está atendido.

Temos aínda o prestixioso premio Castelao de BD da Deputación de Coruña, o único de nivel profesional e o que ten a maior dotación económica de Galicia, mais xa se están a escoitar propostas para recortalo, de forma que a convocatoria sexa bienal en troques de anual como ata o de agora. Isto empobrecería considerablemente o panorama do cómic galego.

Xa á altura do derradeiro terzo deste ano, aínda non se convocou o certame Xuventude Crea da Xunta de Galicia, que abrangue a banda deseñada, entre outras moitas disciplinas artísticas, e constituíu ata o momento un importante apoio para os novos creadores. Todo parece indicar que este ano non se convocará, aínda que non hai ningunha comunicación oficial ao respecto, que saibamos.

Do que acabamos de ter noticia é da cancelación das convocatorias de subvención da Xunta a asociacións culturais, ás que esta asociación que presido se presentaba para tentar de acadar financiamento para desenvolver as súas actividades a prol da ilustración gráfica galega e do seu colectivo profesional.
Desde AGPI consideramos que todas estas desatencións están a depauperar considerablemente o xa exiguo caldo de cultivo da creación gráfica en Galicia. Se é triste que non xurdan novos e necesarios premios, concursos e axudas, máis o é que desaparezan os xa existentes.

A ilustración e a BD son manifestacións e industrias culturais que contaron en Galicia con importantes figuras no pasado —sobra mencionar a Castelao, Seoane, Maside, Cebreiro…—, que tamén na actualidade contan con destacados profesionais de todas as disciplinas a traballar en ámbitos nacionais e internacionais, e con constantes recoñecementos pola súa obra. É preciso continuar cimentando as bases, xerando cultura,  protexendo aos creadores, construíndo pontes entre o seu traballo e o público que gozará, aprenderá, sentirá, rirá, chorará, lembrará ou se ilusionará coas súas creacións.

Na AGPI queremos que esta carta sirva para recordarlles a todos vostedes que estamos aquí, que seguimos creando e que con apoios ou sen eles a ilustración galega seguirá na primeira liña da creación, polo que lles pedimos que non se esquezan desta disciplina artística e dediquen os seus esforzos nestes tempos difíciles a apoiala.

Santiago Gutiérrez,
Presidente da AGPI


Mis nanoespías confirman que los responsables de cultura de la Xunta de Galicia ya se han limpiado el ojete con dicha carta y tirado con contundencia de la cadena…

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«El Diario del Cómic» ¿una quimera?

En mi paseo turístico por Nueva York me encontré con el nº 301 de «The Comics Journal«. O lo busqué, bueeeno…
Ya saben que la revista más importante del cómic (¿a nivel mundial?) acaba como quien dice de reestructurar su modus operandi: ahora será web informativa de peso y referencia, con un testigo impreso anual. Dicho testigo es mucho más que un cuaderno grapado o un librito enlomado; es un verdadero objeto teórico ‘de luxe’, más de 600 páginas de tacto y vista exquisitos, una delicatessen…

 

…que además de ser un manual bien elegante, es una revista que encierra contenidos jugosos: artículos, análisis, entrevistas, etcétera.

The Comics Journal #301 - Joe Sacco detail

La verdad, uno se queda patidifuso ante este brutal tomo con forma de grueso libro literario. Se diría que se trata de un volmen de arte, de esos que lucen en estanterías como pequeños Taschen o libros de diseño avant-garde, pero en realidad también reclama atenta lectura por sus contenidos. Y, en fin, que uno entonces echa la vista atrás y recuerda vagamente la historia de la crítica/estudio de la historieta, en España casi inevitablemente (inciso, no ha lugar, en realidad, a la comparación: «TCJ» tiene una larga vida alejada de los esforzados trompicones de nuestra vapuleable crítica especializada, publica desde 1977, y de hecho su web, hoy, se nutre, entre otras cosas, de «artículos históricos» de la cabecera impresa… lo digo para entender que, claro que sí, lo sé, estamos a años luz de aquello por longevidad, por mercado, por… todo).

Hubo fanzines a reivindicar, ya en los años sesenta, tiempo en que comienza a percibirse la altura artística del cómic, algo, en fin, digno de ser criticado, estudiado. Fotocopias, máquina de escribir y muchas ganas. Un big… bang!

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Y hubo revistas/fanzines de muy largo recorrido abarcando los setenta, ochenta y noventa:

Personalmente, descubrí la existencia de una crítica historietística en 1989, un momento perfecto para dejarme «educar»: ‘Krazy Cómics‘ aún lo veo como ‘el fanzine totalmente profesionalizado’ (salvo en sus cualidades formales, su aspecto… hacían lo que podían y salía potable, pero revisado se aprecia una labor más ilusionada que con miras profesionales, en cuestiones de maquetación y aspecto general). Una revista de justo punto medio, capaz de abordar la actualidad del mundillo con la ligereza y dinamismo que precisa,  sin dejar por ello de ser seria. Incluso profunda en cierto grado. Y lo mejor: de la nada a un chaval con mucha Marvel, bastante DC y ya algo de Europeo, se le apareció una publicación mensual claramente ecléctica, capaz de atender a lo último de Marvel y a los clásicos de prensa, el underground y el Manga, Alan Moore e Ivá, Bourgeon y Beto Hernández. Una lección para un universitario que no había cumplido los veinte aún, en la que participaron firmas jóvenes (no tanto como yo entonces, claro), tanto que algunas de ellas son conocidos bloggers hoy, y que aportaban un grado de conocimientos y profesionalidad más que dignos (de hecho, a veces, añoranzas que tiene uno, releo aquí y allá cosas del Krazy). Por cierto, yo estaba suscrito, me llegaba a buzón. De nada, gente del «K», fue un placer…

Duró lo que duró, casi tres  años, y luego siguieron viniendo otras cabeceras, mejores o peores pero de menor empaque, en mi opinión, que «el K»

 

Ah, «Trama» es otro caso a señalar. Divulgó mensualmente el 9º arte durante unos cinco años, de una manera ¡gratuita!, completa en sus contenidos, profesional, incluso se atrevió con hacer las cosas a lo grande y se pasó, relativamente pronto, al «a todo color». Y ojo, para mí no es tema menor. Si hablas de un arte visual, y hablas de obras concretas donde el coloreado es tan importante como en «Arkham Asylum» de McKean, o un Bourgeon o una edición de las últimas dominicales de Krazy Kat, las reproducciones lógicas, serán a color, ¿no?.

Pero la aventura de la crítica especializada (o profesional) deparó sobre todo dos sorpresas en los últimos años noventa y primeros dosmiles: una revista divulgativa simplemente excelente…

…y antes aún, la heredera de un fanzine madrileño («Urich») destinada a convertirse en la mejor revista que yo conozca sobre cómics escrita en castellano.

Si el Volumen era fresco y actual, ligero pero con criterio, a todo color, inteligentemente abierto a todo tipo de anunciantes más allá de las ya ‘aburridas’ librerías especializadas, «U, el hijo de Urich» (anterior al Volumen y en cierto modo su hermano mayor) mantenía el aspecto fanzine pero los contenidos volaban a enorme altura. ¿Lo más parecido al Comics Journal en castellano? desde luego, así se dijo en alguna ocasión. Contenidos tan eclécticos como los del «Krazy», entrevistas jugosas y extensas (a veces, extensísimas), dossieres aún hoy de referencia, secciones necesarias (chivatazos de lo que se cuece en el extranjero para ir tomando nota, reivindicación de los grandes nombres del medio, atención a los nuevos valores nacionales…) y una zona de crítica de novedades excelente. Quizá, cierto, la libre extensión terminó por jugar a la contra del «U». Quizá obligar a la tijera en algún momento, alguna crítica de la sección, alguna entrevista a quien no daba tanto juego como un Ibáñez (a quien se puede entrevistar libros enteros y uno no suelta el tomo)  hubiera redondeado la cosa hasta un estado de perfección al que posibles herederos no han llegado.

Pero ¿herederos?

Hay y hubo revistas en los dosmiles, por supuesto. Pocas.

 

…pero o bien se han extinguido (un recuerdo para «Yellow Kid», pudo ser, pero duró un parpadeo) o permanecen hibernadas, o son voluntariamente sectoriales (lo que no es nada malo, simplemente una opción de «target», búsqueda de un lector concreto… y funciona: Dolmen tiene ya años y parece que buena salud aún).

En la era digital cabe buscar una explicación obvia a porqué no se ha regenerado un «mercado» que, en calidad, mostraba una línea ascendente hasta ese «U», revista que, de momento, queda como el mejor paso nunca dado en el mercado español (inciso, las ventas son otro tema, creo que eran suficientes para costear la propia «U», poco más). La red ha supuesto un lugar gratuito, un modo inmediato, y en el que además, si suena la carambola, eres MUY leido y te interesa sacar dinero, vas a sacar modestos réditos económicos sin asumir mayores pérdidas (banners, publicidad…). Profesionalización sin riesgos, sin la espada de los números, el necesario beneficio/ventas que precisa una empresa con gasto como es publicar una revista y distribuirla. Sacar en papel es costoso y arriesgado, ¿para qué hacerlo?. Además, «se puede» on line. Quiero decir que no hay ninguna lógica, digamos física, que impida ejecutar una publicación teórica profesionalizada y digital… no hay más que pasarse por Tebeosfera para comprobar que el medio electrónico puede ser plataforma para cosas tan jugosas como el «Gran catálogo de la Historieta» (excepcional, cuanto menos cuantitativamente), o  su imprescindible «número» monográfico sobre la historieta de terror, ejemplo de seriedad y hondura, con un ramillete de artículos sobresalientes.

Tendrá sus peros (los tiene, ¿quién no?, como una navegación confusa, o ser, me da la sensación, algo apriorística, antes que conclusiva) pero es la muestra evidente de que existen «publicaciones profesionales on line» con artículos y estudios de enjundia, trascendiendo las características más volátiles de la blogoesfera (universo en el que también se pueden rastrear artículos de empaque… no hay más que bucear en Mandorla, por ejemplo, para ver que hay calidad en todo medio y formato… de hecho, en ese blog su responsable está «reeditando» un antiguo libro sobre Batman publicado por Camaleón ediciones en 1998… ¿pierde dicho libro calidad por el trasvase? claro que no). En fin, que el medio –la red, los blogs…–  no tiene que ir «por su naturaleza» contra el modo –hacer las cosas Bien-.

Pero por otro lado, revistas de cine, de rock, y de cosas mucho más raras que los cómics, las hay en el mercado del papel. ¿Y porqué no existe un único ejemplo de nueva revista con capacidad de mover el asunto, colarse en las bibliotecas (el cómic es cultura, estamos de acuerdo), empatarse con el signo de los tiempos (¡eh!, ¿no vivimos un nuevo boom artístico y creativo?¿no está el cómic más presente que nunca en los media?) y fidelizar a un grupo de lectores asiduos con una publicación seria, profesional, ecléctica, actual y bien editada (mejorando lo presente de las pocas excepciones como un saludable Dolmen, que, ya he dicho, se orienta más específicamente hacia el subgénero de los superhéroes)? Pasan varias cosas: la primera, todo dios se cree a la altura, y lo «demuestra» en un blog que se hace cualquier tarde paseando por blogger.com. La segunda cosa, la red misma (que claro, es la primera, en el fondo) ¿no llega con los blogs? ¿no nos informan y analizan el género con calidad «La cárcel de papel», «Entrecómics», «Zona Negativa», tantos y tantos blogs colectivos o personales?¿la referida ‘Tebeosfera’ no demuestra claramente que el nuevo espacio para la divulgación y estudio de la historieta está on line y no on the quiosco/librería?. Entonces, ¿qué puede ofrecer diferente una revista en papel (o, caso de TCJ, en ambos soportes, pulpa y web)? Creo que bastante.

  1. Frente a lo inmediato que cubre como nadie la red y su apetitosa capacidad de interacción con el lector, la revista aporta análisis, dosieres extensos bien «templados», estudios minuciosos.
  2. Hay que contar con otra aportación, algo que por culpa de la WWW parece no tener importancia ya salvo en contadísimos casos: una línea editorial. Un libro de estilo. Y bajo esa línea o criterio «de revista» (piensen en lo diferentes que son «Rockdelux» y «Ruta 66»; «Cahiers» y «Fotogramas», «Qué leer» y el suplemento «Babelia») se albergan firmas. Y es criterio de la dirección de la revista buscar aquellas que entiende de máxima calidad (recuerdo que QUISE comprar «Volumen» por eso, porque allí dentro se anunciaban las plumillas que a mí me interesaba leer).
  3. Pero sobre todo, y aquí no cabe pensar «también en la red», propone un diálogo «matérico» inexistente ‘en línea’. El contenido viene empacado en un libro-objeto que, por sí mismo, tiene un valor innegable: ¿quién no aplicó a ciertas compras la coletilla «ideal para lucir en la librería», entre la sorna y cierto grado de verdad? Es el libro como material bello y palpable.
  4. Además una buena revista es un producto que interacciona con la historia de las revistas. «Volumen» marcó como objeto (primera a color, sí), del mismo modo que lo hizo «La aventura de la Historia» en un mercado donde las revistas sobre historia eran pequeñas, feas y en blanco y negro. Del mismo modo el ‘The Comics Journal’ 301, ese tocho, va a marcar la historia de las publicaciones teóricas y divulgativas sobre cómic ya desde su forma. Y luego, claro, una continuidad de plataformas de crítica regenera escuelas de análisis, pero esto ya es quimera plantearlo en este país. En España no hay nada que se parezca ya, en intenciones académicas (ya no digo plásticas, de valoración del objeto), a «TCJ», ni siquiera a «Rockdelux» (que cito por ser un histórico en su campo con una renovada apuesta por el espacio digital, y demuestra compatibilidad absoluta y retroalimentación). No conozco espacios transversales que mixturen una eficaz explotación de las posibilidades de la red con las que ofrece el soporte papel.

Quiero insistir al finalizar: la permanencia, el libro-objeto (vuelvo al 301 de THC, hay que tocarlo para sentirlo), son valores que, al menos yo, no encuentro en la pantalla de mi ordenador. Quizá en un tablet, que no deja de ser una puerta a algo nuevo, y físicamente muy manejable, se me revelen nuevas posibilidades en tanto que manejabilidad. Pero con todo seguiré sintiendo atracción por estas cosas:

 

Y con esta reflexión, solo resta cerrar este post con una pregunta al viento, o a mí mismo: ¿soy simplemente un sentimental de otro tiempo, o realmente en una revista, en un volumen destinado a la librería tras la atenta lectura, hay valores no mejores, pero sí diferentes o complementarios a lo que hoy por hoy (y en el futuro) nos ofrece la red?

O, una última pregunta sin solución: ¿nos deparará un futuro cercano una revista heredera del «Hijo de Urich»? Personalmente veo una coyuntura tan difícil como, merced a las nuevas tecnologías, sugerente, que obra tanto de repelente (lo dicho: el papel hoy, ¿eco del pasado?) como de posible aliciente por sus posibilidades como «extra» (o algo más) de una publicación en papel. Así que ¿quién sabe?

la gran pregunta

PD: no se sienta «discriminado» quien no ha sido citado, no quise ser completista ni conozco, por supuesto, toda la red de redes o la historia de las revistas 🙂

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«BDletín», un boletín sobre cómic desde una Biblioteca

La biblioteca de Santiago de Compostela inaugura un boletín sobre cómic, con críticas, reseña de adquisiciones y recomendaciones de blogs sobre «la cosa».

No dejes de echarle un ojo (qué porras, léetelo entero) AQUÍ

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