Petiscos de post 03: STILL LIFE, de Luis Bustox
Petisco: Porción pequena de algo que se toma pra probar.
La forma musical de la fuga suele encontrar en su estructura la base ideal para transmitir sentimientos de melancolía, tristeza, euforia, serenidad…
Hay en el cómic muchas cosas que me recuerdan, en ocasiones, a las virtudes de la música y no las de la ilustración, la literatura, el cine etc. La música obedece a estructuras concretas que el artista maneja (o rompe) para transmitir sensaciones, conceptos o incluso una narración. Con sus mecanismos estructurales la historieta puede llegar igualmente a transmitirnos conceptos, estados anímicos, o elementos narrativos.
Still Life es una pieza breve de Luis Bustos donde las viñetas actúan a modo de fuga musical, ofreciendo repeticiones y variaciones, más o menos mínimas o significativas, que al final son las que construyen realmente el relato. Creo que antes que el argumento en sí o la «secuencia», lo que ha intenta Bustos es precisamente trasladarnos como lectores una sensación a través de una planificación de ritmos que se pasean entre lo casi idéntico y lo disímil, entre la repetición y la variación.
Además Still Life es un artefacto humorístico, con lo que todo nos conduce a reírnos un ratico. Lo cual se agradece porque, añado, lo consigue desde la misma portada. Empleando códigos de humor cuñao (o cuanto menos, de chistes clásicos), ofrece variaciones desde la primera imagen que ofrece (el oso «tuneado» de sexo hard) y a partir de esa primera mínima melodía la historieta desarrolla su propia fuga cómica.
Experimental y a mi juicio, brillante.