EL RAYO MORTAL, de Daniel Clowes
Artículo publicado en «Faro de Vigo» el 8 de Marzo de 2012 .
El superhéroe “underground”.
“El rayo mortal” es la particular versión de Daniel Clowes, uno de los padres del cómic alternativo, de los superhéroes, el género más comercial del cómic.
Daniel Clowes es, probablemente, uno de los autores más importantes en los movimientos que el cómic ha dado en los últimos veinte años hacia la búsqueda de nuevos horizontes (expresivos, y de lectores). Al menos en Estados Unidos. Su carrera comenzó vinculada al cómic underground de finales de los años ochenta. Recuperaba la transgresión del cómic más atrevido de las dos décadas anteriores, de Crumb (el padre del gato Fritz o el icono hippie Mr. Natural) a Spiegelman (“Maus”), y en la obra de Clowes le insuflaba aires renovadores. Cómics de un dibujante notorio que no obstante buscaba el feísmo, de contenido vitriólico, experimental en ocasiones.
Finalmente sus obras alcanzaron fama, han sido trasladadas al cine y el autor, en los últimos tiempos, hasta ha publicado para el New York Times. Así tenemos al artista que desde una voluntad rompedora y alérgica a lo comercial logra alcanzar con su obra al gran público. Clowes ha sido puntualmente editado en España, pero había una obra que se resistía al castellano (acaso por su formato de tebeo grapado, hasta que llegó la reedición como álbum de tapa dura). En 2004 Daniel Clowes había publicado uno de sus trabajos más reconocidos, “El rayo mortal”, que permanecía inédito en España. Hasta ahora.
Si nos atreviéramos a contemplar la ya larga carrera artística de Daniel Clowes como una lavadora, “El rayo mortal” (editado ahora por fin en castellano por Random House Mondadori) sería el programa de centrifugado. Es el momento y el lugar en que todo lo que son sus filias autorales pasadas (y futuras) convergen, vertiginosamente, en un único punto. A la vez con furia y paradójicamente con orden. “El rayo mortal” no es la anarquía de un montón de ideas y signos “clowesianos” sin ton ni son, sino la cristalización y la depuración de todo lo que venía haciendo. Y la antesala de sus posteriores búsquedas creativas. Búsquedas ciertamente arduas, ya que en “El rayo mortal” encontramos depuradísimas todas las ideas del Clowes futuro (como narrador, a todos los niveles: temáticas, estéticas, se lenguaje del medio…). Y mejoradas las del Clowes pasado.
Pero además, al margen de la batería de hallazgos para el cómic que supuso “El rayo mortal”, por su argumento supone un auténtico verso suelto, algo único en su producción y sin embargo clarísimamente emparentado a muchas de sus obras: las adolescentes desubicadas de “Mundo Fantasma” (1997); la mediocridad adulta de “Wilson” (2010), la sociedad como un organismo enfermo de “Ice Haven(2005)… Pero al tiempo “El rayo mortal” es un tebeo de superhéroes. Al más canónico estilo. De hecho, se diría una puesta al día del Spiderman de Stan Lee y Steve Ditko (1962) pero renovado de raíz gracias a reflejar esas fantasías en el mundo siempre misántropo y desencantado del autor de “Como un guante de seda forjado en hierro” (1989). Andy es un chaval vulgar y corriente, sufre el instituto (inadaptado) y apenas tiene un amigo de carácter cuanto menos vitriólico. El día que prueba el tabaco por primera vez, descubre que el fumar le da poderes enormes, una fuerza inhumana. Lo usual ahora sería aquello del gran poder y la responsabilidad, pero Clowes usa esta circunstancia para ahondar en el carácter mediocre, rencoroso y asocial del joven. Y crea otro retrato desesperanzado de un ser humano del nuevo siglo.
Las fantasías de poder, el deseo vengativo del crimen, la represión sexual, la falta de empatía con su entorno… los poderes (y un arma definitiva, ese “rayo” del título, una pistola capaz de volatilizar lo que se le ponga delante) solo hacen de lupa a los problemas de Andy, que se convierte, como lo son todos los superhéroes, en una parábola generalista. Pero en vez de lecciones de moral y justicia judeo-occidental como quizá lo sean en el fondo los tebeos de la Marvel y la DC, nos planta una bofetada ética y una parábola sobre nuestro retorcido y enfermo mundo.
Al tiempo, ya lo dijimos, “El rayo mortal” explora el cómic como medio y muchos son los aspectos, en este sentido, que podrían ser analizados: el singularísimo empleo de los bocadillos de texto, los diferentes estilos gráficos y de tono para cada escena, la elipsis, el uso del color… hay tanto que descubrir en estas 48 páginas que lo mejor es dejar la exploración al lector. Lo hará en lo que va a ser uno de los cómics del año, sin duda.