Superdiásopra, el nuevo mega evento Marvel/DC

Sí, se venía anunciando, lo veíamos desde hace tiempo y la noticia de que Ed Brubaker se une a este súperacontecimiento editorial mantenido en alto secreto pone un nuevo naipe en el cuidado castillo de cartas que será el próximo mega evento de Marvel y DC. Un crossover de proporciones brutales, incalculables, que hará, pero esta vez sí, en serio, que nada vuelva a ser como lo fue antes en Marvel. Y en DC también, no te creas.

Será peor, si cabe. Y punto.

Lo del bueno de Bru es la noticia, hoy difundida, de que abandona Marvel (y van). Brubaker era un guionista cuyo método (liar poco a poco las cosas de modo que 24 páginas apenas supone un par de movimientos en la sinfonía final de un arco argumental) ya me cansó hace tiempo, pero que indudablemente es un tipo con ideas claras, principios estéticos y argumentos sólidos para desarrollar series de continuidad sin que estas parezcan un «Viva la República». Tener ideas, tener unos rasgos de autor (o incluso de artesano del cómic, que también puede haberlos muy personales), tener capacidad para crear personajes y hacerles andar con unas historias a escala lóngeva («Criminal», «Sleeper») ha sido, otra vez, la clave… no es cuestión de entrar a dirimir aquí y ahora si con estos mimbres a la postre Brubaker creaba grandes tebeos o solo correctos o malos, sino que partiendo de todo esto estamos ante un tipo que, diablos, hace lo correcto: se larga porque puede crear sin correas. Que además viene ya del «alternativo», no lo olvidemos («Lowlife», que hasta dibujó el propio autor.. me pregunto, si Brubaker arrancase hoy día, si no hubiese seguido la senda de aquella obra autobiográfica como autor completo… me pregunto si las críticas a su tosco dibujo primerizo -es lo que se dijo entonces, no evalúo, no lo leí- no serían hoy vigiladas pero no señaladas como «este no es tu camino»).

Antes que Brubaker otros grandes autores renegaron de la sopa boba y el pan para hoy de las dos mayors (de Frank Miller a Warren Ellis, de Alan Moore a Millar). Pero canastos, hoy el 50% de la Marvel significativa le corresponde a este guionista (el otro 50, al infumable Bendis… el resto es naderías o M. Fraction, que me está resultando interesante en Iron Man, la verdad). Que una de las columnas vertebrales de Marvel decida que «no tiene más ideas» para los pijamas revela que las cosas están cambiando. Y no poco a poco.

Marvel, DC, seguirán dejando etapas dispersas aceptables gracias a autores. Repito, ‘Iron Man’ me está entreteniendo, me sirve de ejemplo. Gotearán cosas asombrosamente buenas gracias a francotiradres en los márgenes (como Marcos Martín a los lápices) pero todo ese material humano, como mechas encendidas, tendrán la caducidad de su propia paciencia unida a su éxito. Y si este se lo permite, cuando la mecha y la paciencia se agoten, no tendrán demasiados problemas en crear obras propias (ostentando derechos de autoría) incluso dentro de Marvel y DC, que ya le ven las orejas al lobo y aprenden a recolocar a sus mejores autores (después de todo siempre les han dado migas… recordemos EPIC, pero los tiempos son hoy otros, y esas migas empiezan a pesar más, al menos para los creadores, que el plato de carne: donde antes ‘pa comé hay que trabajá’, ahora hay un «como igual así, pero me sabe mejor»).

Por tanto, si Capi ahora lo va a hacer un don poca cosa, ¿qué impedirá al lector pillar lo nuevo de Brubaker? es más: ¿y le importará demasiado a Marvel que los lectores emigren de la cole de Capitán América a una nueva de su propio subsello Icon, donde dentro de Marvel conserva derechos y puede crear lo que le venga en gana? Al menos, mientras tengan este otro proyecto entre manos:

pronto en sus mejores pantallas

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