Archivo octubre 2011

Uderzo deja Astérix

El creador gráfico del invencible galo (y autor también de los guiones desde la muerte de Gscinny en 1977) ha decidido dejar de dibujar «Astérix el galo», lo que no supone la cancelación de la serie. Las aventuras de Astérix, Obelix y compañía podrán ser retomadas por nuevos autores.
Dada la caída en picado de la calidad de esta serie, rozando lo vergonzante últimamente, la noticia sólo puede ser esperanzadora, la verdad…

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Uderzo autocaricaturizado (en "El caldero mágico) conversando con Goscinny, el Prefecto.

La noticia, aquí comentada por Álvaro Pons

 

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Sobre el cómic autobiográfico

No es raro leer opiniones contra lo autobiográfico, generalmente asociadas al fenómeno de la novela gráfica y bajo una constante: aburridos cómics de gente que nos cuenta su demasiado ordinaria vida (y que no saben dibujar… pero este es otro tema, apra otro día: el dibujo en el cómic).

«Mi organismo en obras», Martín Mostaza recuerda…

Así, reduciendo, que decían los jíbaros, al todo o nada, esa corriente de simplificación (no lo considero opinión, sino un machetazo condescendiente mirando por encima del hombro) suele castrar con alegría a la autobiografía por parte de opinadores que, al mismo tiempo, se suelen escandalizar ante quienes, también generalizando, catalogan (por ejemplo) al cómic de superhéroes como chiquilladas que no deberían interesar a quien ya puede votar y conducir.
Yo, que no soy amigo de cara o cruz, reconozco que a priori lo autobio me suele interesar. Es una impúdica puerta al corazón, las tripas y el cerebro de un artista, su vida, sus experiencias y sus obsesiones. Que yo les cuente que me gusta determinada perversión sería aburrido, que lo haga Robert Crumb, material explosivo, además de divertidísimo. Además me importan poco, en general, los apriorismos genéricos, con lo que considero que hay buena autobiografía y mala autobiografía (acabo de leer una novela gráfica muy prototípica de este género de la añoranza, el recuerdo y la 1ª persona, que me ha parecido bastante verde, quiero que conste en acta). Serán cosas del gusto personal o de las canas, yo qué sé, pero tiendo a valorar la valentía del sincerarse, la capacidad de convertir recuerdos tan cotidianos  y universales como el «Imperio Cobra» en emotivos artefactos en una narración gráfica. Aprecio la descarnada sinceridad de los francotiradores del ego, los que se reconocen puteros, mezquinos, desclasados. Hay valentía ahí, o yo lo veo, porque nunca me atrevería a publicar mis debilidades más vergonzantes.

Pero no estamos aquí para hablar de mí, no soy autobiógrafo. Sólo para exponer que hay cosas en el asunto del ‘Yo’, ajenos a los gustos y manías personales, que convierten los apriorismos descalificadores en prueba de escasa reflexión sobre el asunto.

Del mismo modo que considero ridículo pensar que conozco a un cantante por sus letras, y que puedo sospechar que Lou Reed, Nick Cave o Fernando Alfaro crean un personaje a su medida (o varios), no creo que un tebeo tan transparente como «Mi organismo en obras«, por ejemplo (y lo cito porque su universo es el de muchos lectores de este blog, seguro: una infancia en los años ochenta) tenga que interpretarse como la vida literal , confesión, retrato 100% exacto del propio Fermín Solís. Aunque realmente lo sea.

Pero Robert… ¿realmente eres así?

Dicho de otro modo, en toda obra existe un filtro, entre el autor y la propia obra, un filtro de trama y urdimbre más o menos tupida, que deforma las cosas siempre en cierto grado. Podemos imaginar que Solís es muy transparente en su alter ego, o que Joe Matt aplica un filtrado más denso que caricaturiza sus manías y las eleva a una potencia generosa. O no, igual Matt es ese pedazo de cabrón… ese pulso casi adivinatorio con la obra siempre crea una tensión lectora, un juego de sospechas en el que al final lo biográfico carece de sentido en tanto que confesión, pasando a ser una polaroid del propio lector donde poder mirarse y, en aspectos determinados, reconocerse, descubrirse y, sí, aprender.

«Memorias de un hombre en pijama», Paco Roca: situaciones reconocibles

Pero, además, si existe filtro en obras tan directas como «Memorias de un hombre en pijama» de Paco Roca, y podemos pensar hasta dónde hay verdad y dónde mitología (la creación del personaje-Paco, el Paco que se nos da a conocer en esas estampas cotidianas, ¿realmente nos permite asegurar que ya conocemos al señor Roca?), si, en fin,  no podemos dejar de advertir que en obras clara y específicamente autorreferenciales puede haber, hay filtrado fabulesco, ¿no cabe invertir el término? Cuando nos cansamos de recordar que Giraud se nutre para Blueberry de su experiencia y memoria personal, que reluce en la plasmación de los vastos espacios desérticos de la serie, ¿no se está filtrando en sentido inverso, materia autobiográfica en una obra de género? Sí, claro que sí.

Blueberry, los recuerdos de Giraud

Porque, leamos «Pracuellos«, los recuerdos de infancia en un orfanato de Carlos Giménez, o la fantasía Ci-Fi «Hom«, de… Carlos Giménez, nunca deja de existir un cierto grado, más o menos evidente, más o menos explícito, de lo que el autor es. En toda creación artística la vida, las experiencias del artista, las ideas, los anhelos del creador, forman parte de la obra.

«Hom», fantasía ¿100%?

Pero hay más. La autobiografía pura se descalifica (cuando así ocurre, claro) como si fuese un todo homogéneo y francamente, desde ese género se crea discurso metalinguístico y mucha pluralidad, porque ¿los valores de «Persépolis» son los autobiográficos exclusivamente?¿o los políticos? ¿y Maus qué es? En la obra maestra de Spiegelman existen al menos dos o tres tipos de biografía diferentes: el costumbrismo en tiempo presente (o casi), la investigación histórica a partir del testimonio, la idea de la memoria personal… Joe Sacco, sus cómics-reportaje, ¿no son en el fondo autobiografías? Vale, no nos habla del Cola Cao ni de su primer amor, pero describe sus peligrosos viajes a la franja de Gaza o a Yugoslavia en guerra… para hurgar en otras memorias.

Joe Sacco lo recuerda en 1ª persona

Con todo este panorama apenas esbozado (seguro que hay más vértices del asunto «Auto») sólo debería leer las descalificaciones gruesas de un modo. Saltando el párrafo, pasando limpiamente, porque la ausencia de reflexión (sea en la descalificación de la ‘ng’ per se, sea en la del manga o la del cómic como arte) no me interesa ni creo merezca demasiada reflexión. Por ejemplo, este post ya se pasa de longitud 😉

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Acme Novelty Library de Octubre

El mes de Octubre es el de la estabilización cíclica, ¿no? El curso, el trimestre otoñal, el cambio horario, las navidades que comienzan a asomar tímidamente en algún escaparate… el mercado también se estabiliza, incluso el del cómic, que ofrece no pocos anzuelos interesantes, sobre todo, ojito, lo nuevo de Chester Brown y «Un adios especial»; a priori, uno de los cómics del año… aunque tengo la sensación de que me dejo bastantes cosas despistadas, atiendan al blog, seguro que caen actualizaciones con cosas interesantes de Octubre.

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