Archivo agosto 2011

«El Catálogo del Cómic» editará DC en España y Latinoamérica

A partir de enero de 2012 Planeta ya no será quien edite los cómics de DC, que pasan a ser distribuidos tanto en España como en latinoamérica por «El catálogo de los cómics».

Sin duda, se trata de una de esas noticias bomba que convulsiona (momentaneamente al menos) el panorama editorial patrio… no olvidemos que Planeta de Agostini posée una tradición de preponderancia dentro del panorama nacional desde los primeros ochenta. Pero bien, perdidos en su día los derechos sobre Marvel, y ahora sobre DC, el futuro del gigante se vislumbra incierto.
O bien, claro, podemos ver el vaso medio lleno: dado que Planeta no pierde su parcela de manga, la franquicia de tebeos de Star Wars o ese ariete comercial que es «Walking Dead», ¿cabe pensar que la operación es, en realidad, un ‘soltar lastre’?. En España, ciertamente, DC no es un superventas (salvo los dos iconos, Super y Bat) y pasarle el testigo a alguien con intenciones más globales (abarcando el espectro latino… que alguien me corrija si me equivoco, pero no me consta que Planeta tenga una distribución en América), si una editorial dispone de la capacidad para distribuir internacionalmente este material, puede ser una vía interesante en la que, es un especular, ambas saldrían reforzadas del acuerdo.

Con todo, me resulta muy difícil avistar un panorama en el que Planeta sin Marvel ni DC consiga el puesto preeminente en el panorama comiquero nacional que, más o menos, ha mantenido hasta nuestros días. Si me equivoco, ganamos todos, creo, porque el cómic necesita industria.

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Ha muerto José Sanchis, autor de Pumby

Autor de Pumby, uno de los tebeos más célebres de la historia de la historieta nacional, Sanchis fue un autor imaginativo y un dibujante inconfundible, excepcional. Artículo laudatorio y merecido de Álvaro Pons en El País

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Jack Kirby y las termitas

Permitidme presentarme.  Aunque hablo y mucho de cómics, académicamente soy historiador y restaurador de arte.

Lo digo porque querría hablaros de las termitas. La termita es un insecto isóptero (sí, he tenido que acudir a fuentes bibliográficas, el nombrecito no lo recordaba) xilófago de desagradable aspecto. Un puto gusano. Feo como pegar a una abuela. Pero aunque semeje una criatura horrible de un cuento de Dune, o un monstruoso peligro que sólo Conan podrá vencer a golpe de espada y ademán machote, en realidad, aparte de resultar demasiado pequeño para constituir una fauna mitológica, es una criatura de avanzadísima naturaleza. Vive en sociedad, una tan organizada y metódica que la podemos llamar sin rubor «ejército». Tanto o más que la hormiga.

Se alimenta de madera y sobrevive en la oscuridad, por eso cuando pillan un retablo… se puede preparar el santo de turno. Porque el ejército de termitas se va a comer toda la madera, avanzando en organizadísimas autovías, surcos paralelos que, para protegerse de la luz solar, cubren con un barrillo a modo de bóvedas.

feas, hambrientas, metódicas...

Vamos, que no dejan ni para un palillo de un retablo entero, hablando en plata…

Lo que no comen, tranquilos, son las preparaciones de sulfato/carbonato cálcico, ni las pinturas que sobre esa preparación revisten la imaginería de bellos colores. Por lo tanto es muy posible, en cierto grado, contemplar un hermoso retablo sostenido sobre un inmenso, gran esqueleto de restos de lo que un día fue recia madera.

Ese retablo, pese a ser muy vistoso, está MUERTO. Aunque no lo vemos.

Venga, ánimo, la metáfora ha terminado. Hablemos de Jack Kirby.

Un artista mayúsculo (lo dije ya) trabajando en una época y un sistema que ningunea su labor, que lo trata como mano de obra pura y dura (bajo contrato previo a meterse en faena, por supuesto). Kirby no importa, lo que importa son Hulk, La Cosa, Iron Man, los luminosos y maravillosos personajes sobre los cuales Marvel Comics ostenta los derechos. Porque Kirby, cual mero amanuense del lápiz y el tablero de dibujo, sólo será un vehículo relativamente necesario para hacer que esos personajes crezcan en las páginas de los cuadernillos. Sus ideas no son suyas. Por contrato. Contrato firmado.

Vale, es el sistema. Es el momento (los sesenta… bueno, y mucho antes), es lo pactado. Y hoy, cuando los herederos de Jack Kirby piden que las cosas cambien, que vuelva a ellos la esencia de la obra, que esos personajes les pertenecen por salir de la imaginación y el insondable talento de su padre… la ley, conforme a jurisprudencia (supongo) y a las propias normas con rango legal (evidentemente) deciden a favor de Marvel Comics.

No soy abogado. Tipos listos, recordáis que soy restaurador.

Por eso no hablo de leyes ni de sentencias ni de recursos (¿ante qué tribunal están lidiando los herederos de Kirby?¿cabe apelación a instancia superior? ¿quién controla el sistema legal americano más allá de «Algunos Hombres Buenos» y «Matar un ruiseñor» para resolver con fundamento a mis dudas?). Por eso me acuerdo de la bonita termita.

El brillo intacto de la obra está sostenido por un soporte (la madera del retablo, el esqueleto de la industria) carcomido por las marveltermitas. Si lo piensas, bellas páginas iluminadas con primor que esconden gusanos blancos avanzando en fila.. es repulsivo.

Y como dije en otro lado (tengo la cara de cortarme y pegarme, este post ya está siendo largo de narices, se me cansan los dedos), contemplo e interpreto lo pútrido de un sistema que siendo (¿pre?)histórico aún atenaza a los creadores y los ignora. Es perverso y podrido porque utiliza como artesanos y mano de obra a personas… cuyo trabajo predican dese «la casa de las ideas» y logra estatus de obra de arte, base sobre la que fundan una industria. Arte-pop, ya que hablamos de Marvel y los sesenta, arte de consumo para las masas, arte-entertainment… pero objeto artístico al fin y al cabo… Arte al que la editorial extirpa la ‘autoritas’ del artista, ninguneado en favor del mecenas, que además es un Ente Impersonal, una máquina de hacer dinero, obtener beneficios, cotizar en bolsa.

En definitiva: estoy convencido de que el eje del problema no está en la propia sentencia ni en las intenciones de la familia, sino en lo viciado del sistema legal/contractual Marvel, signo de un tiempo que se tambalea. El zeigest actual, la trascendencia y eco indignado de cosas como este asunto, el florecimiento de nuevas vías y modos para el cómic (incluso para el cómic que practica la Marvel)…  todo indica que un lento cambio podría suceder, poco a poco. Quizá en una generación todo el modelo (ultracapitalista, por cierto) de las mayor se contemple como un dislate propio y definitorio de una época superada, como vemos hoy el trabajo infantil en fábricas, por exagerar con una comparación bruta…

La termita ya puede temblar… los nuevos retablos, son de metacrilato.

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¿Benedicto-Z?¿Bola de Vaticanón?…

Lo explica ABC, me entero vía facebook (esos amigos que sigo…un campeón, sí señor).
El cómic manga de Benedicto XVI

Yo no me atrevo ni a explicarlo. Aunque en principio cualquier opción para acercar a la población mundial el arte del cómic me suele parecer, cuanto menos, útil, evidentemente este artefacto dudo que tenga el más mínimo valor artístico, pero sí, es un apriorismo.
LAnoticia sí queda suficientemente explicada aquí

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Acme Novelty Library de Agosto actualización

Más Bastien Vivès de la mano de Diábolo

 

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