Steve Epting

LOS 4 FANTÁSTICOS de Jonathan Hickman, Brian Epstein y otros dibujantes.

Y se sabe en el mundo fandom de Marvel. Pronto el guionista Matt Fraction tomará (¿o acaba de tomar?) las riendas de las historias de los 4 Fantásticos, la primera cabecera nacida dentro del universo Marvel. Así que servidor se dijo, «pues no estaría mal leerse al menos parte d ela etapa previa, la de Jonathan Hickman, guionista de la familia fantástica desde la marcha de Millar». Bueno, pues me he leído un buen porrón de sus números (desde la saga de la «muerte» de uno de los 4F hasta el final de la guerra Galactus/Celestiales, pasando pro un poyo con varios Reed Richards y ciudades y razas universales en guerra).


Esto suena fandom, ¿eh? guerra gran G versus Celestiales, y tal. estoy en el rollo. Soy de la parroquia, me entero. Bueno, me entero (algo) pero me aburro.
En serio, lo mejor de leer esto es corroborar un estado que, me temo, es general. A ver, yo no leo demasiado de Marvel, más que nada por agotamiento, pero ¿cómo no agotarse con algo como esta etapa? ¿esto es todo lo que puede dar un tebeo Marvel hoy? No, lo sé, tenemos el Daredevil de Waid y Martín/Rivera, o el Ojo de Halcón de Fraction y Aja demostrando que se pueden hacer las cosas BIEN. pero tengo la sensación de que ese camino más o menos libre, gozosamente experimental en lo gráfico y al menos interesante o competente en lo argumental queda para los postres. Que los 4, como Spider o las series mutantes, son los platos fuertes, las carnes, los guisos. Y que si estos pucheros que son la madre del menú son como estos Fantásticos… mal estamos, claro.
Porque esta serie ha sido una tristeza de lectura, donde lo importante es una determinada trama, un argumento, un golpe de guión («muere tal, el uniforme ahora es blanco, Spider está en el grupo, Galactus ha llegado para darle estopa a los Celestiales, cómo mola) pero se descuida lo que hizo de Marvel algo grande. No hay magia, no hay sensación de locura radiante, de invención y disparate continuo, de ganas de hacer algo cegador, loco, que le cambie la vida a un chaval desde la viñeta 02.

prometedora blandura

Argumentos bien urdidos, de esos de «¿ves cómo ahora tiene sentido aquel diálogo del nº de Marzo?» pero sin garra, sin fuerza, que se disuelven como el gas de la Fanta si la dejas en el vaso días y más días. Las tramas carecen de fuerza (la colosal batalla de todas las batallas, la de los iconos divinos paridos por Jack Kirby parece un velatorio de puro tristón y deslucido), los sucesos aburren pro falta de electricidad interna, de chispazos, los diálogos son insulsos, y todo aburre. Aburre tanto como el dibujo de Steve Epting, lo más reconocido de la serie en que otras plumas intervienen. Su realismo blandurrio, de fotonovela, ha perdido el poco trabajo atento, de buen artesano, que le recuerdo en Capitán América (época inicios con Brubaker) y luce descafeinado.
¿Es ilegible los 4F, entonces? No, está bien urdido, pero aburre más que las ovejas por pacato, modoso, un tebeo fofo donde el «UAU!» se somete a giros argumentales que solo harán exclamar a quien está demasiado enganchado a la serie en el más puro estilo marvelzombi. Ese que la propia editorial amamantó para hacerse con su nicho de compradores compulsivos.
Franction, ven pronto, porque yo a los 4F los adoro y se merecen más que una continuidad desnatada.

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