Osamu Tezuka

Compendio de manga alternativo.

Hay mucho manga y muy manga, como diría el presidente de España. De Naruto a Ghost in the shell, pero aujourd’hui en este blog nos interesa el menos comercial, sin desmerecer otras ofertas (eh, Akira sigue estando en mi estantería de Ilustrísimos cómics del siglo XX). En Faro de Vigo acabo de publicar en este sentido este texto:

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EL LIBRO DE LOS INSECTOS HUMANOS , de Oamu Tezuka

Artículo publicado en Faro de Vigo

El Dios del manga en su obra más personal.
Atiberri Ediciones rescata una joya de Osamu Tezuka, proclamado el más grande autor de manga de la historia.

El Dios del manga en su obra más personal.

Atiberri Ediciones rescata una joya de Osamu Tezuka, proclamado el más grande autor de manga de la historia. el-libro-de-los-insectos-tezuka-astiberri

En un mundo ideal en que los cómics fuesen queridos como material cultural de orden parejo al cine, la novela o el teatro, algunos nombres deberían ser absolutamente reconocidos por cualquiera. No todo es injusticia, Hergé sería el caso de “lo que debería ser”, o incluso Stan Lee, aunque el caso americano, con una industria más ocupada con los personajes que preocupada por los autores, aleje a éstos de todo reconocimiento masivo.
Japón es un universo aparte, uno soñado, en cierto modo, por los amantes de la historieta de occidente. Allí los mangas son simplemente algo tan masivo como aquí el cine. Los lee todo el mundo, como se lee por estos lares el Hola o (por ponernos más finos) las novelas de un Reverte y un Zafón. Y el más grande autor de cómics nipón es Osamu Tezuka. Si el lector desconoce este nombre puede acudir a la Wikipedia, donde se abre la entrada sobre este creador diciendo que “Osamu Tezuka fue un dibujante de historietas y animador japonés, al que a menudo se le llama el «padre del manga» o incluso el dios del manga, debido a la calidad de su prolífica producción y a la influencia de sus técnicas”.
Trató todos los temas, atendió a todos los públicos y sobre todo forjó el modo de hacer en los mangas. Sus obras son ejercicios de estilo siempre sobresalientes, y en ocasiones esos trabajos son para lectores adultos. El hasta hoy inédito “El libro de los insectos humanos” es un libro de 1970. Esto es, cabe incidir en ello, de cuarenta y tres años de edad, al que podemos ver como precedente claro de toda la novela gráfica presente así como un verdadero oasis en su momento. Que en la época en que unos se aferraban a los superhéroes, otros al cómic juvenil y unos pocos a los nuevos desvaríos estéticos del nuevo cómic post hippie, apareciese un texto (cómic, digo) de este palo, es algo totalmente alucinante.
El-libro-de-los-insectos-humanos-Osamu-Tezuka-02-725x1024En sus 364 páginas Tezuka nos cuenta la historia de una mujer fatal de sabor hitchcockiano que mimetiza a quien la rodea (a quien la desea, ama, envidia, admira o teme), aprende lo mejor de ellos y lo hace suyo, con una habilidad maquiavélica para lograr así el éxito y la fama. La mujer renacentista, escritora, diseñadora, lo que le echen, es una mantis religiosa del talento cercano. Drena virtudes y decapita (o casi) a sus víctimas.
Por las páginas de este cómic (siempre fluidas en su lectura, una exageración de maravillosas planificaciones, dominio del ritmo narrativo, capacidad para crear momentos turbadores y casi oníricos) asistimos a una historia-río que a veces recuerda a “Vértigo”, dobles incluidas, y otras emula los rincones más viciados del director de “Psicosis” (voyeurismo o fetichismo con la madre de uno incluidos). Pero tezuka es más que un amante del director británico, su personalidad y carisma son propios, intrasferibles. Y la historia va trenzando argumentos y personajes, tramas y subtramas en un todo caudaloso y fascinante.
Puede que “El libro de los insectos humanos” no sea una obra maestra, que pesen las influencias occidentales obvias, o que se note una repetición de patrones (en cada “tramo” de la acción debe haber una escena de sexo, una nueva víctima de la mantis femenil…). Pero son males menores en un cómic tan adelantado, visionario, y por supuesto con una historia tan bien contada, que no cabe más que ser evidentes: Tezuka era el dios del manga, sí. Por cosas como este libro (de lectura en sentido inverso, estilo oriental).

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